Economía
El escenario más probable a la fecha indica que el PIB se contraería en torno a 4% en el año como resultado de la pandemia. Esto implica una corrección de más de 6 puntos porcentuales respecto a las proyecciones previas, de los cuales un tercio corresponde a los efectos de las cuarentenas en la actividad y el resto a la menor demanda externa, que además implicaría una caída de al menos 20% en las exportaciones del país. Como resultado de este contexto y de medidas de apoyo a familias y empresas, el déficit fiscal sería 10% del PIB explicado por la caída en los ingresos tributarios y de hidrocarburos, mayores transferencias a hogares, pero compensado con una caída en la inversión pública. Dada la caída de las importaciones, tanto por menor demanda interna como por las barreras al comercio externo en otros países, el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se mantendría acotado, reduciendo las presiones en el mercado de cambios. Y, dado el enfriamiento generalizado de la economía, la inflación sería baja.
Política
La pandemia obligó a la suspensión de las elecciones generales que debían llevarse a cabo el pasado 3 de mayo. Junto con las medidas de distanciamiento físico, eso ha impedido que los partidos políticos efectúen campañas políticas con concentraciones masivas. La mayor parte de ellos ha optado por reforzar la campaña en redes sociales. Algunos sondeos indican que la situación sanitaria y las respuestas de política han mejorado la posición de la candidata y presidenta del país, Jeanine Añez, lo cual ha impulsado al partido de Evo Morales a utilizar los medios legislativos para que las elecciones sean en el mes de septiembre, generando una pugna entre el oficialismo y la oposición. De todas formas, las intenciones de voto se modificarán según evolucione la pandemia en el país, puesto que su control sanitario y económico implicará más votos para Añez, pero un eventual descontrol favorecería al partido de Morales. Esto reduce las perspectivas del expresidente Carlos Mesa.