Empleo e Ingresos

Continuó la presión sobre el mercado laboral

¿Qué sucedió en el mercado de trabajo en el último trimestre del año?

La actividad se contrajo un 1,1% i.a. en el último trimestre del 2019, que culminó con una reducción del PBI del 2,2% i.a. en el promedio anual, encadenando dos años consecutivos de contracción de la economía. Sin embargo, esto no se tradujo en una destrucción de puestos de trabajo.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la desocupación disminuyó al 8,9% (-0,2 p.p. respecto al mismo trimestre del año anterior) de la Población Económicamente Activa (PEA). A su vez, el empleo alcanzó el 43% de la población de referencia en el último trimestre del 2019 (+0,8 p.p. en la comparación interanual).

¿Qué hay detrás de estos números?

La Población Económicamente Activa –que incluye tanto a los ocupados como a los desocupados– mostró un incremento respecto a lo sucedido en el mismo trimestre del 2018, lo que implica un mayor número de personas participando en el mercado de trabajo. Este comportamiento es característico en épocas de crisis: teniendo en cuenta que el salario real cayó 9,5% i.a. en el último año, un nuevo integrante de la familia se incorpora al mercado laboral con el fin de compensar la pérdida de poder adquisitivo del hogar.

Así, a diferencia de lo sucedido en los trimestres anteriores, el aumento de los participantes en el mercado de trabajo durante el último trimestre del año implicó un incremento del empleo y una reducción de la tasa de desocupación.

Sin embargo, también se observa un aumento de la presión sobre el mercado laboral. Más en detalle, los ocupados demandantes –trabajadores que poseen un empleo pero están en búsqueda de otro– alcanzaron el 19% en el último trimestre del año (+1,8 p.p. en la comparación interanual), mientras que los subocupados (trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más) alcanzó el 13,1% (+1,1 p.p. respecto al mismo trimestre del año anterior).

La búsqueda de un cambio de empleo está vinculado fundamentalmente a dos cuestiones. En primer lugar, se procura un nuevo puesto cuando los ingresos no alcanzan (algo que se explica por la fuerte caída del salario real) y/o, los riesgos de perder el trabajo crecen. En este sentido, cuando se analiza las categorías de ocupación, es posible observar que ganaron terreno las formas de contratación más precarias, que, de hecho, es la razón por la que el nivel de empleo se incrementó.

Así, la dotación de asalariados formales cayó en 70.000 en la comparación interanual, mientras que los asalariados informales y los cuentapropistas sumaron casi 140.000 trabajadores a sus filas. Por lo tanto, si bien el resultado en el agregado es positivo, un análisis hacia dentro del mercado laboral muestra que esta dinámica contiene una precarización del mismo.

¿Qué esperamos a futuro?

Las perspectivas no son favorables. Como cualquier variable económica, el mercado de trabajo va a estar principalmente determinado por la pandemia del Coronavirus.

En este sentido, la cuarentena pone en peligro una cantidad considerable de puestos de trabajo. La parálisis en la actividad no solo deprime profundamente la demanda interna sino que pone en jaque la cadena de pagos. De interrumpirse -junto a la imposibilidad de desarrollar sus tareas-, muchas empresas -especialmente las pequeñas e informales- o emprendimientos personales tendrán dificultades para mantenerse en pie, llevando a una cantidad considerable de trabajadores al desempleo. A su vez, el trabajo asalariado formal también podría verse afectado: algunas ramas de actividad se encuentran prácticamente paralizadas, y las empresas podrían decidir disminuir personal ante la incertidumbre y la caída de los ingresos. Los efectos nocivos sobre el mercado de trabajo se incrementarán en la medida que se prolongue la cuarentena y crezca la incertidumbre respecto a la resolución de la pandemia.

Por este motivo, para mitigar el impacto del Coronavirus sobre el nivel de empleo, el gobierno deberá mantenerse activo. Algunas de las medidas que ya se tomaron al respecto son la exención de contribuciones patronales, se reforzó el seguro de desempleo, se ampliará el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) para garantizar el empleo en las empresas afectadas por la pandemia y se otorgarán líneas de financiamiento productivo. Sin embargo, esto podría no ser suficiente –incluso en el corto plazo- para evitar una crisis en el mercado de trabajo. De esta manera, el gobierno deberá tomar más medidas para apaliar los efectos nocivos de la cuarentena.

 

 

 



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