Economía
Comienza a sentirse el impacto económico de la crisis en su efecto “segunda vuelta”, con importantes recortes en los planes de inversión, con ajustes de gastos y, en muchos casos, con despidos masivos de mano de obra. La incertidumbre respecto de temas clave al momento de evaluar
proyectos de inversión, como el régimen tributario o la regulación del mercado laboral permite entender la cautela de los empresarios. Si a ello le agregamos un proceso de reforma constitucional, en un contexto de fuerte presión social, entendemos el importante deterioro de expectativas económicas empresariales. El año pasado la economía habría crecido sólo 1,2 por ciento, con una caída de 1,8 por ciento en el cuarto trimestre. Para este año esperamos un crecimiento de 1,3 por ciento, sostenido en un muy bajo crecimiento del consumo privado, una fuerte caída en la inversión y
un importante crecimiento del gasto público. Contribuiría en forma relevante el sector externo neto, esperándose un moderado crecimiento de las exportaciones y una fuerte caída en las importaciones. La inflación registrará un importante repunte, aunque transitorio, como consecuencia de la fuerte
devaluación registrada por el peso, mientras la política monetaria se mantendrá en un nivel claramente expansivo.
Política
A partir de diciembre, poco a poco se ha producido una gradual y parcial normalización del orden público, aunque existe mucha incertidumbre respecto a un eventual rebrote de las movilizaciones y la violencia a partir de marzo próximo. La capacidad de mantener la seguridad interna por parte de ejecutivo sigue siendo precaria, aunque esperamos que para dicho mes esté en
operación una estrategia que permita una mayor eficiencia en el uso de la fuerza pública, carabineros y policías, además del apoyo de las fuerzas armadas para proteger instalaciones críticas, de aprobarse el proyecto que lo autoriza, actualmente en discusión en el parlamento. El retraso en el avance en las reformas sociales más importantes, como la de pensiones y la de salud, hacen más probable que el movimiento social vuelva con fuerza a partir del próximo mes. Sin embargo, al menos habrá un relato que puede encausar al movimiento social, referido a la campaña por aprobar o rechazar una nueva constitución, tema que se zanjará vía plebiscito en el mes de abril. Con todo, será clave el relativo éxito o fracaso del gobierno para asegurar el orden público en el correr de los próximos meses, en su efecto sobre la economía y, muy importante, sobre la posibilidad de avanzar hacia una eventual nueva constitución en un clima de pleno respeto al estado de derecho.