¿Qué sucedió con las canastas en los últimos años?
En diciembre de 2019, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que muestra la línea de ingreso necesario que debe tener un hogar para comprar una canasta de alimentos y no ser considerado indigente, aumentó un 3,2% respecto a noviembre. Por otra parte, la Canasta Básica Total (CBT) se incrementó un 3,6% respecto al mes anterior, siendo esta una canasta compuesta por bienes y servicios, donde los hogares que ganan por debajo de esta línea de ingresos son considerados pobres. De esta forma, ambas canastas cerraron el año con un aumento del 52,8% i.a. y finalizaron levemente por debajo del nivel general de precios (+53,8% i.a.).
Sin embargo, esta dinámica no fue la regla en los últimos dos años. A partir del primer salto cambiario en abril del 2018, la depreciación del peso aumentó el precio relativo de los bienes transables, siendo alimentos uno de los más afectados. De esta manera, considerando que este rubro es esencial para el armado de las canastas, fue posible observar una aceleración mayor en la CBA y la CBT que en la inflación general. Asimismo, los sucesivos aumentos en las tarifas de los Servicios Públicos, que impactan en la Canasta Básica Total, también contribuyeron a que la misma crezca por encima del nivel general de precios.
Por otra parte, la evolución del ingreso real de las familias no acompañó el aumento de los precios. Producto de una inflación mayor a la esperada, el poder adquisitivo de los hogares se deterioró notablemente: el salario real formal cerró el año con una caída promedio en torno a 8% i.a. y el salario de los trabajadores informales se deterioró un 13% i.a. A su vez, las prestaciones sociales cerraron el año levemente por debajo de la inflación, generado por las actualizaciones trimestrales de la fórmula de movilidad y el otorgamiento de sumas fijas que fueron especialmente significativas para la AUH.
Para evaluar el poder de compra de las canastas básicas, es representativo compararlas con la evolución de los ingresos de los hogares de los deciles más bajos. De manera ilustrativa, en diciembre de 2019 una familia necesitó ganar $15.584 para alcanzar la CBA y ubicarse sobre la línea de indigencia. Además, necesitó $38.960 para acceder a la CBT y no ser pobre. A contramano, a modo de ejemplo, el ingreso de un hogar comprendido por un salario mínimo vital y móvil y dos AUH se ubicó en $26367 y cubrió únicamente el 68% a la canasta básica total, en línea con lo sucedido el resto del año.
¿Qué se espera de acá en más?
El éxito que tengan las recientes medidas impulsadas por el gobierno determinará la evolución de las canastas. Si bien el acuerdo de precios y salarios aún no fue puesto en marcha, el congelamiento de los Servicios Públicos durante el primer semestre del año, un dólar oficial que permanece planchado y el acuerdo con laboratorios para reducir el precio de los medicamentos son factores que, de mantenerse, ayudarán a que tanto la CBA como la CBT, al menos durante los primeros meses del nuevo gobierno, exhiban un incremento inferior al Nivel General.
Desde el lado de los ingresos, una de las medidas fue suspender los aumentos por movilidad en el gasto de seguridad social, el cual incluye a las AUH. En contrapartida, el gobierno otorgó sumas fijas a beneficiarios de AUH y jubilados que perciben menos de $20.000.
En línea con esta progresiva política de ingresos, el gobierno decidió otorgar aumentos a los asalariados privados de $4000 entre febrero y marzo. Esta suma será más representativa para aquellos que posean menores ingresos laborales, y de mantenerse cierta estabilidad en los precios, experimentarán un crecimiento del poder adquisitivo en los próximos meses.