En septiembre de 2019, la balanza comercial bilateral entre Argentina y Brasil volvió a permanecer prácticamente equilibrada (USD +81 millones), manteniéndose casi inalterada en relación con igual mes del año pasado (USD -17 millones).
Más allá de la similitud en el resultado, cabe destacar que sí hubo movimientos hacia el interior de las cuentas: el flujo de comercio (suma de importaciones y exportaciones) cayó más de 20% i.a. Teniendo presente este número se explica que la balanza comercial no haya empeorado pese a la contracción de casi 17% i.a. en las exportaciones, ya que las importaciones desde el país vecino se desplomaron 27% i.a.
Cabe destacar que la caída de los envíos a la primera economía del Mercosur tuvo lugar en un contexto de crecimiento de 19% i.a. del resto de las importaciones de este país, de modo que la participación argentina en dicho mercado se vio resentida, pasando de 6,6% en septiembre de 2018 a 4,7% el mes pasado. En un contexto de crisis de la demanda interna y una recesión que no encuentra la luz al final del túnel la pérdida de mercados externos es una señal de alerta. No obstante, vale destacar que parte de la contracción obedeció al freno de líneas de producción locales por motivos de la coyuntura interna que pospusieron la producción de bienes exportados, de modo que el desenlace negativo queda con un signo de pregunta. Habrá que seguir de cerca estos números en los próximos meses para ver si responden a la dinámica de un mes puntual o marcan un retroceso tendencial.
Por su parte, en el acumulado a los primeros nueve meses del año, la balanza comercial arroja un superávit de USD 375 millones para nuestro país, más que revirtiendo el déficit de USD 450 millones registrado en igual período del 2018. Al igual que para el dato mensual, la mejora obedece íntegramente al deterioro de las importaciones (-40% i.a.) ya que las exportaciones también cayeron en la comparación interanual (-5% i.a.). Por último, si tenemos en cuenta que el resto de las compras brasileñas retrocedió solo 1,1% i.a. en el período, las mejoras se atenúan.
Con estos números, proyectamos que el saldo comercial bilateral terminará arrojando un leve superávit para nuestro país en 2019, cercano a USD 600 millones. El mismo se explicará por un tenue avance exportador (+0,5% i.a.), producto de la mejora cambiaria post PASO y la menor demanda interna, y por un fuerte deterioro de las importaciones (-30% i.a.), consecuencia de una actividad que no logra recuperarse y un poder adquisitivo en moneda dura que no encuentra un piso. Así, pese a que se logrará un significativo ahorro de divisas respecto del año pasado –en un contexto de elevados pagos de deuda-, la alegría no será total: la mejora llegará por razones negativas (menores compras) y no por avances o aspectos positivos (mayores ventas).