Esta semana se vivió una tensa calma en el mercado cambiario. Más allá de la estabilización que pueden haber mostrado los mercados financieros en los últimos días, luce muy apresurado afirmar que el stress ya pasó. Por el contrario, esta calma es sensiblemente más frágil que la de las anteriores corridas, las cuales de por cierto ya eran endebles. Como datos positivos podemos rescatar que el Banco Central debió vender pocas Reservas para controlar las tensiones (e incluso en algunas jornadas se mantuvo al margen, tal como lo había hecho el jueves y el viernes de la semana pasada) y que los movimientos internacionales de la última jornada (recrudecimiento de la guerra comercial entre china y estados unidos que hicieron bajar al Dow Jones 2%, por ejemplo) no impactaron sobre un peso ya muy golpeado en las jornadas anteriores (acumula una depreciación mayor a 20% desde la previa electoral). No obstante, no hay que perder de vista que una declaración política que se malinterprete podría derrumbar la pax, de modo que la situación sigue siendo extremadamente compleja.
Ecolatina