Precios

Agosto marcará el fin de la desinflación

¿Cómo fue la inflación en julio?

El INDEC informó que el IPC Nacional exhibió una suba de 2,2% en el séptimo mes del año, mostrando una nueva desaceleración (-0,5 p.p. menor que el 2,7% observado en junio). Así, el nivel general de precios acumuló un avance de 25,1% desde diciembre y un alza de 54,4% interanual.
La desaceleración de la inflación estuvo vinculada a la estabilidad cambiaria a lo largo del mes. La cotización del dólar incluso cayó 3% entre el precio promedio de junio y el de julio. De esta forma, los precios de la canasta Núcleo –más expuesta a la dinámica del tipo de cambio- crecieron 2,1% en julio (-0,6 p.p. en relación al mes previo), a la vez que los Regulados crecieron 1,8%. Por su parte, los Estacionales treparon 3,6% por subas relacionadas a las vacaciones de invierno y verduras impidiendo una desaceleración sea más significativa.
Con este dato, el proceso de desinflación iniciado en abril (luego de que el IPC alcance 4,7% en marzo) acumuló 4 meses consecutivos. Sin embargo, esta dinámica será interrumpida desde agosto.

¿Por qué terminará la desinflación?

Esta semana se desató un nuevo episodio de crisis cambiaria y financiera. En las últimas cuatro jornadas el dólar saltó 25% y llegó a operarse por encima de ARS 60, fenómeno que abortó la desinflación en marcha, ya que en una situación de elevada incertidumbre y con la memoria del 2018 todavía fresca, el traspaso a precios no se hará esperar. En consecuencia, esperamos una fuerte inflación en la segunda mitad del mes, que si bien no impactará plenamente en agosto, incidirá en la formación de precios de los próximos meses. En consecuencia, el objetivo de perforar el 2% mensual ya quedó enterrado.

¿Cómo evolucionarán los precios en lo que queda del año?

 

La estabilización del tipo de cambio será fundamental para comprender la magnitud de esta nueva aceleración inflacionaria. En tanto esto no se logre en el corto plazo, el alza de los precios podría llegar a dos dígitos entre agosto y septiembre. Su morigeración durante el último trimestre del año dependerá del éxito de las medidas de política monetaria (ponerle un techo al dólar) y fiscales (reducción de IVA, subsidios a los combustibles) anunciadas recientemente. De todos modos, esperamos que la inflación anual tenga como piso el 50% durante 2019.
Por otro lado, habrá que comenzar a seguir de cerca el acortamiento de la duración de los contratos. Si esta práctica se generaliza (por ejemplo, con paritarias mensuales), la consolidación de un régimen de alta inflación, a través de la espiralización de las variables nominales (precios-salarios-tipo de cambio) podría darse en el corto plazo.



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