¿Cuál fue la inflación en abril?
El IPC Nacional elaborado por el INDEC reflejó un aumento 3,4% en el cuarto mes del año. Este dato implica una fuerte desaceleración respecto al 4,7% que había exhibido en marzo. De esta forma, los precios acumularon un alza de 15,6% en el primer cuatrimestre del año y de 55,8% respecto a igual mes del año pasado.
La desaceleración respondió a la ausencia de aumentos que habían traccionado las subas en marzo (tarifa eléctrica y educación, que generaron un retroceso de 1,6 p.p. en Regulados) y a un menor ritmo en el crecimiento de los alimentos, que subieron 2,5% y se ubicaron por primera vez en el año por debajo del Nivel General.
¿Cómo evolucionaron los precios en el inicio de mayo?
Los relevamientos del IPC GBA Ecolatina indican que la inflación continuó en un sendero decreciente durante las primera quincena de mayo. En primer lugar, esta dinámica se dio tras un menor aporte de los Regulados, que pese a incrementos en agua, gas y prepagas mostraron un avance más acotado que el mes previo. Adicionalmente, de la mano de una mayor estabilidad cambiaria – y dejando atrás el salto de carne y lácteos de los últimos meses – los alimentos volvieron a desacelerarse, contribuyendo así a un menor crecimiento en la del IPC Núcleo.
Si bien la mejoría observada tanto en abril como en mayo disminuye la inercia para los meses venideros, el dólar y los salarios podrían impulsar los aumentos de precios en lo que queda de 2019, incluso en ausencia de aumentos de tarifas, tal como está estipulado.
¿Qué esperamos en materia de inflación para el segundo semestre?
Hubo dos novedades en el plano de la formación de precios que podrían afectar la inflación esperada de acá a fin de año. El primero de ellos es el congelamiento y la posterior desaparición de las Zonas de No Intervención cambiaria que en la práctica permite al Banco Central intervenir en el mercado del dólar spot aun si el tipo de cambio se ubicara por debajo del techo de las bandas. A pesar de desconocer el poder de fuego con el que cuenta la autoridad monetaria , el anuncio de que el BCRA ‘volvería a jugar’ desalineó las expectativas respecto a la trayectoria del dólar –bajo las cuales, este alcanzaba el techo de la banda rápidamente-. De esta forma, se espera conseguir una nueva (y, quizás, sólo temporal) estabilidad en el frente externo que ayudaría a disminuir las presiones cambiarias y los aumentos preventivos de precios, conteniendo las expectativas de inflación.
Por otra parte, se están comenzando a conocer los resultados de algunas negociaciones paritarias. Si bien todavía no es una práctica generalizada, existe el riesgo de que se cierren de forma masiva acuerdos con ajustes salariales trimestrales conforme a la inflación observada. Este mecanismo propagaría con mayor velocidad los shocks de precios al Nivel General del IPC, por lo que la búsqueda de acotar eventuales caídas del salario real dificultaría la desinflación en un año complejo. Teniendo en cuenta las modificaciones cambiarias y salariales, que en principio actúan en direcciones opuestas, mantenemos nuestra proyección de inflación en 40% para el cierre del 2019.