Finanzas Públicas

La recaudación sigue en caída

¿Qué pasó con la recaudación tributaria en marzo?

La recaudación tributaria no encuentra su piso: en el tercer mes del año, los recursos impositivos nacionales crecieron 37% respecto al mismo mes de 2018. De esta forma, su ritmo de aumentos disminuyó (en febrero había sido de 40% i.a.) con una inflación que se aceleró. Como resultado, esta variable se contrajo 11% i.a en términos reales.

En el acumulado al primer trimestre, esta variable se redujo 8% i.a. luego de deflactar por la suba de precios. La magnitud y prolongación de la crisis son los factores que explican esta caída, de modo que no esperamos que se revierta en el corto plazo. Por su parte, teniendo en cuenta que el peso de los intereses sobre el presupuesto viene creciendo año a año y que el 80% de la deuda total está nominada en divisas, es importante remarcar que la recaudación se derrumbó 30% i.a. en el primer trimestre al medirla en dólares. Si bien el objetivo de equilibrio primario implica mayormente gastos en moneda local, cada vez se necesitarán más esfuerzos fiscales para cumplir en tiempo y forma con los vencimientos de deuda.

¿Cuáles fueron los tributos que más y cuáles los que menos crecieron?

El impuesto en el que el Poder Ejecutivo confía para elevar la recaudación son los derechos de exportación. Las retenciones son el único tributo que creció en términos reales en el mes, alentado por la ampliación del gravamen a nuevos bienes y servicios y por el salto del dólar. Así, trepó 493% i.a. (285% i.a. en términos reales). Sin embargo, no logró compensar la caída de la recaudación ya que todos los demás impuestos se redujeron en términos reales. Las caídas más abruptas se observan en el Impuesto a los Bienes Personales (-88% i.a. deflactado) y a las Ganancias (-19% i.a.), aunque en ambos casos se vieron afectados por un cambio en el cronograma de anticipos. Mientras tanto, lo recaudado por IVA cayó 12% i.a. en términos reales, afectado por la caída en el nivel de actividad y por la reducción de alícuotas a las compras al exterior -el segmento aduanero cayó 29% i.a. en términos reales-. Por último, lo recaudado por aportes y contribuciones a la Seguridad Social disminuyó 17% i.a. Este rubro es de los que más peso tienen en la recaudación y no se recuperará hasta que se revierta la caída de la masa salarial formal; lo que no estimamos que suceda en el corto plazo. Además, a la pobre performance del mercado laboral debe sumarse la reducción de la alícuota y la base imponible de las contribuciones patronales.

¿Esto dificulta el cumplimiento de las metas sobre el resultado fiscal primario?

En los primeros dos meses de 2019, el Sector Público Nacional no Financiero mostró un superávit de más de ARS 23.000 millones. Con estos datos, la meta del primer trimestre (acumular un ahorro de ARS 6.000 millones) luce encaminada.

Sin embargo, en la medida en que la recesión está siendo más grave de lo que el Gobierno había previsto, la recaudación se mantiene por debajo de lo presupuestado. De esta manera, la meta para el primer semestre (un resultado fiscal primario positivo en ARS 40.000 millones) no se cumpliría. Por este motivo, el ejecutivo estaría negociando reducirla hasta un monto más alcanzable (ARS 20.000 millones), sin modificar la meta de equilibrio anual. Este nuevo objetivo (aún no confirmado por el staff del Fondo) luce alcanzable conforme a nuestras proyecciones. En cambio, de no introducirse nuevos impuestos, el déficit cero no se alcanzaría este año.



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