Finanzas Públicas

Mientras que el déficit primario cae a la mitad, el pago de intereses se duplica

¿Cuál fue el resultado fiscal primario?

Durante octubre, los ingresos totales del Sector Público Nacional no Financiero rozaron ARS 246.000 millones. Por su parte, los gastos primarios superaron ARS 262.000 millones. De esta forma, el déficit primario fue de ARS 16.000 millones, la mitad que el registrado en octubre de 2017. Asimismo, al deflactar por la suba de precios, se observa un ahorro del 65% i.a.

La reducción del déficit fue, una vez más, producto de un aumento de los ingresos (+46% i.a.) mayor a la variación de los gastos (+30% i.a.). Analizando en términos reales, mientras que los primeros se mantuvieron prácticamente neutros (-0,2% i.a.), las erogaciones sufrieron una contracción del 11% i.a.

Del lado de los ingresos, resaltan los incrementos por Derechos de Exportación, gracias a la implementación del nuevo esquema de retenciones fijas por dólar exportado (+296% i.a.) –en un mes de tipo de cambio en baja, lo que impulsó su incidencia- y de las Rentas de Propiedad (+224% i.a.). Respecto de las erogaciones, sobresale la magra dinámica de Prestaciones Sociales (+23% i.a., lo que marca una caída de 16% i.a. deflactado) producto del nuevo coeficiente de actualización. Por su parte, los subsidios económicos continúan in crescendo (+74% i.a.) motivados por el salto cambiario y una estructura de costos dolarizada para las prestadoras de servicios públicos.

De esta manera, el déficit primario se achicó 33% i.a. en los primeros diez meses del año, acumulando ARS 170.000 millones. En consecuencia, redujo a la mitad su participación respecto del PBI, al pasar de -2,4% en el período enero-octubre de 2017 a -1,2% en 2018.

¿El déficit financiero también se redujo?

El pago de intereses exhibió un comportamiento muy diferente al del resultado primario: esta cuenta más que se duplicó (+110% i.a.) para alcanzar ARS 62.000 millones en octubre. De esta manera, acumula más de ARS 292.000 millones en el año, un monto equivalente al 2,1% del PBI (aumento de 0,4 p.p. respecto de 2017). Como resultado, el déficit financiero, que incluye el pago de intereses, casi triplica al rojo primario y representó -3,3% del PBI en los primeros diez meses del año (lo que marca un ahorro de 0,8 p.p. frente al déficit registrado en igual período del año pasado).

Durante la gestión Cambiemos, el gasto público está sufriendo grandes cambios. Mientras que las erogaciones primarias se contrajeron –en términos reales-, el pago de intereses se disparó; esta dinámica es el corolario del ajuste fiscal con endeudamiento. A modo de ejemplo, el peso de los intereses sobre los ingresos tributarios más que se duplicó entre los primeros diez meses de 2015 e igual período de 2018 (pasó de 6% al 14%) a la par que el gasto primario redujo su incidencia en términos del PBI, al pasar de 19% a 16%. Esta dinámica tiene dos implicancias directas: por un lado, las obligaciones más apremiantes dejan de ser en moneda local para ser en moneda dura; por el otro, la mayoría de los gastos pasan a ajustar de manera directa –compromisos asumidos con anterioridad- de modo que el margen de maniobra es menor.

¿Qué podemos esperar para lo que sigue?

Está descontado que este año el gobierno cumplirá su meta de déficit fiscal primario (-2,7% del PBI). Mejor aún, siguiendo la performance de los primeros diez meses del año, es muy probable que la sobrecumpla, lo que le permitiría adelantar algunos gastos del 2019, principalmente aquellos vinculados a subsidios energéticos. Ahora bien, pese a esta dinámica alentadora, estimamos que el año próximo no se alcanzará el objetivo de equilibrio fiscal primario: en otro año de estancamiento económico, los ingresos no crecerán –a excepción de que se endurezcan algunos impuestos- de modo que no se logrará solo con la baja del gasto. Además, considerando la posible desaceleración de la inflación de 2019, las prestaciones sociales aumentarían su peso en términos reales; por lo tanto, el recorte en el resto de las partidas debería ser muy importante. En consecuencia, si bien el rojo primario se achicará frente a 2018, no se anulará.



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