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Impulsado por aumentos estacionales, el IPC Ecolatina creció 7,4% en marzo

El IPC GBA Ecolatina volvió a acelerarse en marzo, en línea con lo previsto. Trepó 7,4% respecto a febrero (+107,5% i.a.), consolidando el rebote registrado en el primer bimestre. De esta manera, se aceleró 0,9 p.p. respecto a febrero (6,6%) y registró la variación mensual más elevada desde julio 2022 (+7,5%). Así, acumuló en el año un alza del 21,8%, cuando en el 1T de 2022 el aumento era del 14,9%.

El incremento estuvo traccionado principalmente por la categoría de Estacionales (+9,4%), destacándose Indumentaria (+18%) y Frutas (+6,1%), aunque moderado por la caída en Verduras (-4,5%). Regulados creció 7,7%, donde incidieron los aumentos en Gas (+14,0%), Agua (+17,8%), Transporte público (14,7%), Cigarrillos (+8,6%), Teléfono (+7,0%), Prepagas (+5,3%) y Educación Formal (+24,5%).

Por su parte, el IPC Núcleo, que excluye precios estacionales o con un alto componente regulado -y por ese motivo se utiliza como un indicador de la tendencia del nivel general de precios- aumentó 7%, desacelerando 0,5 p.p. respecto a febrero. La moderación se explicó principalmente por la desaceleración de Alimentos y bebidas.

En este marco, cabe destacar la aceleración del IPC Consumo Masivo (+6,2%), que registró el mayor aumento desde octubre y se ubicó 1,4 p.p. por encima del promedio desde la entrada en vigor de Precios Justos (noviembre-febrero).

Como venimos señalando, la aceleración inflacionaria no impacta únicamente en la necesidad del Gobierno de recuperar algo de “capital político” de cara a las elecciones, sino a que también genera mayores presiones a acelerar el crawling peg y a subir las tasas de interés, volviendo más inestable al escenario.

Una inflación núcleo rondando el 7% en marzo ejercería nuevamente presión sobre el BCRA en su próxima decisión sobre la tasa de política monetaria (TPM): al rendir actualmente 6,5% de TEM mensual, la tasa de interés real ex-post de marzo sería negativa por segundo mes consecutivo.

Desempeño por categorías

La aceleración de marzo estuvo en gran medida explicada por el impacto de las subas estacionales de Educación (+20,7%), por el inicio de clases, e Indumentaria (+18,0%), por el cambio de estación. A estos se les sumaron distintos incrementos que se aplicaron en tarifas de servicios públicos (gas, agua), Transporte (subte, trenes, colectivos, taxis), Servicios de medicina prepaga, Combustibles, Cigarrillos, Telefonía, TV e internet y Servicio doméstico.

Alimentos y bebidas moderó su aumento, tras dos meses de aceleración. En marzo trepó +6,7% m/m (-3,8 p.p. vs el mes pasado), donde jugó a favor un menor crecimiento relativo de la Carne Vacuna (+15%), caída en los precios de Verduras (-4,5%) y un menor dinamismo de Frutas (+6,1%). Por el contrario, los alimentos con mayor crecimiento fueron Huevos (+24,2%), Carne de ave (+10,5%) y Arroz (+8,0%).

¿Qué esperamos para los próximos meses?

Frente a menores impactos puntuales y de carácter estacional, de cara a abril esperamos una desaceleración de la inflación, aunque sin perforar el 6%. En el mes impactará puntualmente la nueva ronda de actualización en las tarifas de electricidad, junto a aumentos en servicio doméstico (14%); colectivos y trenes (6,7%); prepagas (2,4%) y colegios privados (3,4%). Respecto a transporte, cabe destacar que se tratará de la segunda aplicación de la nueva fórmula de actualización mensual que regirá hasta junio y se ajusta en base al IPC GBA que publica INDEC.

No obstante, el primer trimestre dejó un piso elevado de cara al resto del año, donde la inercia inflacionaria continuará ejerciendo presión sobre el nivel de precios, alimentada por una creciente indexación y un acortamiento en los plazos de los contratos (formales e informales).

A lo mencionado se le sumarán los próximos aumentos en las tarifas de servicios públicos, la dinámica de los ajustes salariales del sector formal, que tienen su temporada alta en el 2T; un crawling peg cambiario más alineado con la inflación y un fortalecimiento de las restricciones sobre las importaciones. Asimismo, en medio de la transición electoral, las potenciales tensiones sobre la brecha y las expectativas de devaluación ejercerían presión adicional, agudizadas por el pronunciado impacto de la sequía sobre la disponibilidad de divisas.

En este contexto, esperamos que la nominalidad se mantenga elevada los próximos meses, con un 2023 mostrando una inflación superando el 100%.



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