¿Cómo le fue al fisco en febrero?
Pese a que el gasto primario retomó el sendero de reducción real, el impacto negativo de la sequía en los ingresos tributarios ensanchó el rojo primario y puso en jaque el cumplimiento de la meta fiscal para el 1T.
¿Era esperable un rojo tan abultado para el primer bimestre? ¿qué explicó el elevado déficit? ¿qué tan complejo será cumplir la meta fiscal del 1T?
El Sector Público Nacional No Financiero (SPNF) registró un déficit primario de $228.000 M en febrero, el más deficitario de los últimos 6 años en términos reales. A su vez, con unos intereses que rozaron los $258.000 M, el déficit financiero en el segundo mes de 2023 se ubicó por encima de los $485.000 M.
Con estos números, el rojo primario bajo la métrica del acuerdo con el FMI (EFF) acumuló $432.000 M (0,3% del PIB) en enero-febrero, lo que sitúa al primer bimestre del 2023 como el más deficitario de los últimos 30 años en término reales. Frente al desequilibrio fiscal acumulado, el resultado primario en marzo debería ser prácticamente equilibrado para cumplir con la meta fiscal del 1T ($441.500 M).
Se acentúa la contracción real en los ingresos
Los ingresos -excluyendo extraordinarios- acentuaron su caída real en febrero (-8,3% i.a.) e hilaron su cuarto mes consecutivo contrayéndose en términos reales. Del mismo modo, los Ingresos Tributarios no sólo se redujeron más de un 11% i.a. en términos reales, sino que también se ubicaron un 16% por debajo de su promedio real en los últimos 12 meses. A su interior, sólo el IVA y las Contribuciones a la Seguridad Social lograron ganarle (por poco) a la inflación.
La caída interanual en la recaudación se explica principalmente por la reducción en los Derechos de Exportación (-73% i.a. real), producto del impacto de la sequía en la cosecha de trigo, el adelantamiento de la liquidación en diciembre dada la implementación del “dólar soja 2.0” y el incentivo del sector a retener a la espera de una nueva edición del esquema.
Para cuantificar el impacto negativo de la sequía en las cuentas públicas: si la recaudación por Derechos de Exportación se hubiera mantenido estable en términos reales, el rojo primario en el primer bimestre habría sido apenas la mitad del acumulado efectivamente. De hecho, los Ingresos Tributarios al excluir las retenciones cayeron apenas un 1,7% i.a. real en febrero.
El Gasto Primario retomó el sendero de reducción real
El Gasto Primario volvió a caer en términos reales en febrero, aunque lo hizo en una magnitud menor al ajuste del 4T del 2022. La contracción del Gasto Primario en términos reales fue del 3,7% i.a. en febrero (+6,2% i.a. en enero), cuando durante el 4T del año pasado el ajuste real promedió un 13,7% i.a. De esta manera, el Gasto Primario su ubicó un 3% por debajo de su promedio real para febrero en la última década.
Del mismo modo, el Gasto Primario también mostró una reducción en comparación a su nivel en los meses previos (ajustado por los aguinaldos a los salarios y las jubilaciones): se ubicó un 12% por debajo de su promedio real en los últimos 12 meses e incluso fue un 10% inferior a su nivel (real) en el segundo semestre del 2022.
A su interior, se evidenció una clara diferencia entre la evolución del Gasto Corriente y el Gasto de Capital: mientras el primero mostró una contracción real del 8% i.a., el segundo evidenció una suba real superior al 70% i.a.
¿Dónde se advierte el ajuste en el gasto primario corriente? El 87% del recorte estuvo explicado por los ajustes en Prestaciones sociales (45%), Subsidios (27%) y Transferencias a Provincias (15%):
– Prestaciones Sociales se redujeron 6% i.a. en términos reales. Pese a la expansión del 38% i.a. real en la partida “Otros Programas” (incluye los bonos a jubilados, refuerzos de ingresos y otros), el ajuste generado por la aceleración de la inflación en las Jubilaciones, Pensiones y Asignaciones ayudó al Gobierno a reducir el Gasto Social.
– Subsidios disminuyeron 17% i.a. en términos reales. A su interior, el 62% del ajuste se explicó por los Subsidios Energéticos. En esta misma línea, estimamos que durante febrero se incrementó la deuda flotante ligada a los Subsidios Energéticos.
– Transferencias Corrientes a las Provincias retomaron la dinámica del segundo semestre al reducirse un 37% i.a. en términos reales frente al crecimiento del 9% i.a. real de enero.
Por su parte, el Gasto de Capital mostró un fuerte crecimiento interanual en febrero, e incluso se ubicó un 6% por encima de su promedio real en los últimos 12 meses. A su interior, volvió a destacarse el marcado incremento del gasto en Energía producto de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner.
Al igual que en enero, parte de las erogaciones corresponden a la reducción en el stock de deuda flotante (gastos devengados que aún no se pagaron), aunque en menor medida a lo evidenciado en el primer mes del año. En números, la deuda flotante de la Administración Pública Central (explica la mayor parte del SPNF) se redujo un 30% mensual en enero y un 7% en febrero. De esta manera, pasó de representar en diciembre un 12% del Gasto Primario acumulado en los últimos 12 meses a casi un 8% en enero (similar al promedio durante el 2do semestre del 2022) y poco más de un 7% en febrero.
¿Cuáles son las perspectivas de cara a los próximos meses?
Frente a uno de los peores arranques de año en materia fiscal, el cumplimiento de la meta fiscal para el 1T aparece cada vez más lejos en el horizonte. Para lograrlo, sería necesario alcanzar un equilibrio primario en marzo, uno de los meses en los que la estacionalidad del Gasto Primario juega en contra. De hecho, desde 2015 hasta la fecha el resultado primario en marzo fue siempre deficitario.
Para dimensionar la dificultad de cumplir con la meta fiscal del 1T: si suponemos que los Ingresos Totales (excluyendo extraordinarios y las Rentas por colocaciones no contempladas por el EFF) logran empatarle a la inflación en marzo, para alcanzar el equilibrio primario en marzo el ajuste en el Gasto Primario debería ser similar al visto en diciembre (-20% i.a. en términos reales). Esto se torna aún más desafiante si se tiene en cuenta que lo más probable es que la recaudación pierda contra la inflación, producto de una nueva caída en los Derechos de Exportación frente a una liquidación del agro que aún se muestra exigua.
Ahora bien, nunca se descarta la posibilidad de que se repita la misma estrategia utilizada por las autoridades en junio y diciembre del 2022 para cumplir con las metas: atrasar la cancelación de pagos (dada que la meta se mide en base caja) e incrementar la deuda flotante.
Sin embargo, dado que lo más probable es que tampoco se cumpla con la meta de acumulación de reservas para el 1T, no suena tan descabellado que el Gobierno se juegue a incumplir con la meta fiscal en la búsqueda de una flexibilización (el menos para el 1T) vinculada al impacto negativo que tiene la sequía en las cuentas públicas.
Hacia adelante, la fragilidad que expone el actual esquema de política económica y la incertidumbre generada por el impacto negativo de la sequía limitan los posibles desvíos del Gobierno de los lineamientos acordados con el Fondo. En tal sentido, la dependencia que muestra el Tesoro del mercado de deuda en pesos obligará al Gobierno reencauzar el sendero hacia la consolidación fiscal para mantener acotadas las necesidades de financiamiento. No obstante, el sendero de reducción real del gasto no será sencillo de mantener, más aún en un año electoral.