El IPC GBA Ecolatina mostró un crecimiento de 6,3% entre la primera quincena de octubre y el mismo periodo de septiembre, desacelerándose 1 p.p respecto al registro anterior.
Al interior del índice, los capítulos con mayor evolución fueron Indumentaria (+10,6%); y Atención Médica y gastos para la salud (+8,6%), impulsado por los aumentos en prepagas. Por el contrario, las menores variaciones se vieron en Otros Bienes y Servicios (+2,5%) y en Educación (+3,7%).
El capítulo de Alimentos y Bebidas se ubicó por encima del nivel general (+6,7%). A su interior, se destacaron los aumentos en Verduras (+23,0%); Aceites (+10,1%); Frutas (+8,1%); Leche (+7,6%); Fideos y pastas (+7,5%) y Caramelos, Golosinas y Cacao (+7,5%).
En cuanto a las categorías, Regulados creció 5,7% (1,6 p.p por debajo de la primera quincena de septiembre), impulsado por aumentos en prepagas, en las tarifas de agua y en combustibles. Por su parte, Estacionales anotó 14,8%, explicado por los ya mencionados aumentos en Frutas y Verduras y en Indumentaria.
Por último, el IPC Core -que excluye Regulados y Estacionales- registró 5,0%, desacelerándose 0,8 p.p respecto a la comparación entre la primera quincena de septiembre y la primera de agosto. Al interior del IPC Núcleo se encuentran los productos de Consumo Masivo, que crecieron 5,9% (-1,5 p.p. respecto a la primera quincena de septiembre).
¿Qué esperamos para el mes?
Prevemos que el índice desacelere en la segunda parte del mes, por lo que el mismo registraría una variación en la zona del 6% en octubre, acumulando 88% en los primeros diez meses del año.
Si bien la inflación núcleo volvió a mostrar una desaceleración -indicador de la tendencia del nivel general de precios-, la elevada inercia inflacionaria se ve reflejada en una velocidad de ajuste de precios mayor a la de los meses previos, sumado a plazos de renegociación más cortos en los contratos tanto formales como informales, que deja como resultado una dinámica inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo.
Sobre esta base, el último trimestre del año mantendrá un piso elevado, con un crawling peg sostenido en niveles elevados y sin un ancla que estabilice las expectativas en el horizonte, aportando una mayor persistencia al fenómeno inflacionario. En consecuencia, esperamos que la inflación se acerque al 100% para fin de año.
De cara a 2023, los principales factores presionando sobre los precios que estuvieron presentes en 2022 (acuerdos salariales mayores y más frecuentes, expectativas desancladas, deslizamiento cambiario sostenido en niveles elevados, y una inercia inflacionaria que no parece disiparse en el futuro inmediato) seguirán encendidos; por lo que no hay indicios de una desaceleración sustancial de la inflación en el próximo año.