Monetarias y Cambiarias

Monitor Cambiario Semanal – Administrar la gotera, cuidar las reservas

Segunda semana de ventas del BCRA

El BCRA sumó una segunda semana con posición vendedora en el mercado de cambios. Tras cortar el miércoles de la semana pasada con una racha compradora de 21 ruedas en las que acumuló USD 5.022 M, de la mano del “dólar soja”, la autoridad monetaria acumuló este viernes 6 jornadas de ventas netas, totalizando un rojo de USD 345 M (-USD 252 M esta semana y USD 46 M la semana pasada). En octubre el BCRA acumula ventas por casi USD 300 M.

Sobre esta dinámica sigue influyendo el freno en la liquidación del agro, tras el récord de septiembre. Hasta este jueves (último dato disponible), la liquidación promedio diaria de la semana ascendió a USD 84 M, frente a los USD 400 M promedio durante la vigencia del “dólar soja” y los USD 150 M diarios de agosto.

Gestionando el corto plazo

El éxito inicial del “plan Massa” en términos de despejar el riesgo de una crisis cambiaria inminente constituye una condición necesaria pero no suficiente para cumplimentar los objetivos de evitar una devaluación desordenada y sentar las bases para transitar el 2023 sin renovadas turbulencias. En este sentido, el alivio logrado en septiembre en materia de acumulación de reservas ayuda, pero no resuelve, la incógnita cambiaria hacia adelante.

Finalizado el alivio temporal que significó el “dólar soja”, desde octubre las presiones provenientes del exceso de demanda de divisas (producto principalmente de la menor oferta estacional) vuelven a surgir por diversas razones, haciendo que la incertidumbre respecto de si el actual esquema cambiario es sostenible hasta fin de 2023 siga presente:

• Históricamente, la oferta de divisas en el MULC durante el lapso abril-septiembre tiende a ser entre 10 y 20% superior a la de octubre-marzo;

• Considerando cierto anticipo en septiembre de ventas de soja que se darían en el último trimestre, la demora en la siembra de maíz y soja y la menor cosecha de trigo esperada, el puente hasta la hasta la próxima cosecha gruesa se alargó, a la vez que la creciente salida de divisas por turismo ejercería una presión adicional sobre el equilibrio cambiario;

• La implementación del “dólar soja” podría haber distorsionado las expectativas de otros sectores en materia de qué tipo de cambio esperar para liquidar;

La meta de acumulación de reservas (4T 2022 y todo 2023) es exigente;

• La brecha cambiaria continúa en niveles incompatibles con un escenario de estabilidad económica hacia adelante, a lo que se le suma un tipo de cambio real que no contribuye a lograr sostener un superávit de cuenta corriente en el tiempo;

• Si la inflación se mantiene en niveles elevados será difícil contener de forma sostenible las expectativas de un salto cambiario.

En este sentido, en conjunto con la continuidad de las restricciones a las importaciones, veníamos sosteniendo que la implementación del “dólar soja” había abierto la puerta a diversos mecanismos alternativos tendientes a un mayor equilibrio cambiario que seguirían extendiéndose a distintas líneas de la oferta y la demanda de divisas.

A favor, el plan cuenta con la reducción esperada en materia de pagos de energía, posibles desembolsos netos de organismos internacionales y un stock inicial de reservas netas algo mayor que en julio (aunque no alcanza a cubrir un mes de importaciones).

Profundización del esquema de múltiples tipos de cambio

En efecto, buscando “cuidar las reservas” acumuladas durante el excepcional septiembre el Gobierno anunció esta semana un encarecimiento del dólar para consumos en el exterior asociado al turismo (para compras mayores a los USD 300 M mensuales), la adquisición de bienes suntuarios y la contratación de actividades artísticas, junto con la puesta en marcha de un nuevo régimen de administración de las importaciones (SIRA).

Por este motivo, y considerando que el principal riesgo de un salto cambiario sería su elevado traspaso a precios, se va confirmando una estrategia cambiaria en la que convive el crawling peg actual para algunos segmentos con mayor incidencia en los precios domésticos (especialmente importaciones de bienes) y esquemas específicos para otros de menor impacto (como los anunciados recientemente), medidas que contribuyen en lo inmediato al evitar una corrección cambiaria desordenada.

¿Un plan de estabilización? Creemos que el horizonte de planificación de la política es muy corto como para un plan de estas características, pero al mismo tiempo sigue siendo muy largo como para intentar reprimir los síntomas en caso de que vuelvan a desanclarse las expectativas de una devaluación en lo inmediato. Las próximas semanas serán claves para conocer posibles definiciones en torno a este tema.

¿Suba de tasa?

Tras conocerse el dato de inflación de septiembre (+6,2%) el BCRA no resolvió una nueva suba de tasas, como las que viene instrumentando todos los meses desde enero. De acuerdo a fuentes relevadas por Reuters, la decisión puede haber estado influida por una falta de consenso a nivel de Directorio, tras un dato que fue menor al esperado por el mercado y alineado con el ritmo de la devaluación, la tasa de interés de política monetaria (llegando a terreno neutro) y la inflación mensual esperada por el REM para los próximos meses.

Aun asumiendo un mayor costo en términos cuasificales, una nueva suba de tasas iría en la dirección de ofrecer una fuerte señal de compromiso con lo acordado con el FMI (tasas reales positivas) y procurar fortalecer la demanda de dinero y desincentivar estrategias de cobertura cambiaria en un trimestre en que escaseará la oferta de dólares.

El crawling peg se moderó

En la semana el tipo de cambio oficial cerró este viernes en ARS 151,63, promediando en la semana un ritmo de depreciación del 6,2% TEM (TEA del 107%), desacelerando desde el 6,6% de la semana pasada (TEA del 118%). De esta forma, en lo que va del mes la devaluación promedio asciende a 6,4% TEM, levemente por encima del ritmo de septiembre (6,2%) y de la tasa de interés de política monetaria (6,2% la Leliq).

Dólares libres trepan pero muestran estabilidad las últimas semanas

Tras dos semanas de calma, los dólares libres volvieron a trepar. El CCL (GD30) cerró este viernes en ARS 310 (+2,8% s/s), mientras que el MEP (AL30) cotizó en ARS 295 (+2,6% s/s). Por su parte, el blue (que muestra un mayor rezago) fue el que mayor alza evidenció (+4,7% s/s), ofreciéndose a ARS 290 al finalizar la semana. No obstante, la brecha cambiaria promedio con los tres dólares paralelos logró mantenerse por debajo del 100%, pasando del 94% el viernes pasado al 97% actualmente, nivel equivalente al de los primeros días tras la implementación del “dólar soja”. Promediando las subas y bajas de las últimas semanas, se observa que desde finales de septiembre los dólares paralelos se mantienen relativamente estables.

Expectativas de devaluación se moderan

Desde octubre comenzamos a ver una disminución en las tasas implícitas de los futuros de ROFEX, dando cuenta de un menor apetito por cobertura de tipo de cambio. Esta tendencia también se registra al observar la evolución de los bonos “dólar linked”.

La presente es una síntesis del Monitor Cambiario, exclusivo para clientes Corporate.

 



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