El IPC Nacional INDEC trepó 7,0% mensual en agosto, desacelerándose marginalmente respecto al mes anterior y registrando un número mayor al esperado. De esta forma, acumuló 56,4% en los primeros ocho meses del año y alcanzó 78,5% i.a., la variación interanual más alta desde la salida de la hiperinflación en 1991.
Como destacamos en nuestro último informe semanal, el proceso inflacionario viene mostrando ciertos rasgos particulares que lo diferencian del pasado. En primer lugar, se advierten aumentos de precios con mayor frecuencia, en conjunto con ajustes de mayor magnitud. Asimismo, la aceleración inflacionaria ya no responde mayormente ni a saltos cambiarios del tipo de cambio oficial o tarifarios ni a ajustes de precios congelados, como en el período 2018-2021. Por último, se advierte un mayor impacto del movimiento en los dólares paralelos, dando cuenta de un proceso inflacionario que se ha vuelto más frágil ante potenciales shocks.
Al interior, las divisiones con mayor incremento en el mes fueron Prendas de vestir y calzado, que trepó 9,9% mensual y alcanzó 109% en la comparación interanual; Bienes y servicios varios (+8,7%), y Equipamiento y mantenimiento del hogar (+8,4%; impulsada por el aumento a trabajadores de casas particulares).
El capítulo de Alimentos y bebidas se ubicó por encima del nivel general (+7,1%) y expuso la mayor incidencia al nivel general (explicó 30% del número de agosto). A su interior, se destacaron Verduras, tubérculos y legumbres (+14,0%); Azúcar, dulces, chocolate, golosinas (+9,7%); Frutas (+8,6%); Aceites, grasas y manteca (+9,4%); y Leche, productos lácteos y huevos (+9,0%).
Se destacó también la suba de la cuota de la medicina prepaga, que incidió en Salud (+5,7%), así como el impacto sobre Transporte (+6,8%) de la suba de tarifas del transporte público (sobre todo en el Gran Buenos Aires) y el alza de los combustibles sobre fin de mes.
En cuanto a las categorías, Estacionales lideró el alza (+8,7%), explicada en parte por las subas en Prendas de vestir y calzado, en Frutas y en Verduras, tubérculos y legumbres. Regulados anotó 6,3% mensual y 59,7% en la interanual.
Por último, preocupa el dato del IPC Núcleo (+6,8%). La inflación núcleo se utiliza como proxy de la tendencia del nivel general de precios, ya que excluye precios con comportamiento estacional, sujetos a regulación o con alto componente impositivo. Este indicador promedió 7,1% en los últimos dos meses, 2,1 puntos porcentuales por encima del promedio de los dos meses anteriores, reafirmando el predominio de una fuerte inercia inflacionaria.
¿Qué esperamos para septiembre?
La inflación continuará superando el 6% en septiembre. Sumado al arrastre que dejó agosto, el mayor deslizamiento cambiario que viene convalidando el Banco Central (el tipo de cambio oficial viene corriendo a un ritmo de 6,5% en el mes, superando, más de un punto porcentual que en agosto) y la fuerte inercia mencionada, en septiembre impactarán puntualmente distintos aumentos.
Los principales serán electricidad y gas (estimamos una incidencia directa en el IPC de 0,4 p.p.); el aumento en la tarifa de subte (+40%) y de taxis (+30%); así como los aumentos a empleadas domésticas (+9%), colegios de la Provincia de Buenos Aires (+9%) y cigarrillos, entre otros. Así, el índice de septiembre rondaría el 6,5%.
Para el resto del año, el adelantamiento de los aumentos pautados en las paritarias, un ritmo devaluatorio consolidado en niveles superiores a los meses pasados y los efectos de primera y segunda ronda que tendrán los ajustes en tarifas (estimamos que en total incidirían en 2,8 p.p de septiembre a marzo) y combustibles se combinarán para mantener a la inflación por encima del 5,5% mensual.
La vulnerabilidad que expone la dinámica inflacionaria exigirá como condición necesaria (no suficiente) un sendero de reconstrucción de la confianza y reputación de la conducción económica para comenzar a coordinar expectativas de inflación hacia la baja. La rapidez con que se pueda revertir el desanclaje de expectativas será determinante a los efectos de evitar seguir escalando posiciones en los próximos meses.
Con todo -aún sin mediar ningún shock hacia adelante- estimamos una lenta moderación, dejando como resultado una inflación con un piso del 95% en 2022 y sin indicios de una desaceleración sustancial en 2023.