En el plano local, la semana estuvo caracterizada por noticias relevantes en materia monetaria-financiera que contribuyen a brindar algo más de calma al mercado. Se destacó un exitoso canje de deuda de corto plazo del Tesoro junto a un buen resultado en la primera licitación del mes (lo analizamos acá), lo cual estuvo acompañado por un nuevo overshooting de tasas por parte del BCRA, en un marco en el que los dólares libres permanecieron calmos.
La fuerte suba de tasas que instrumentó el BCRA (mayor a la esperada por el mercado), extendiendo el sesgo más agresivo que mostró dos semanas atrás, es una condición necesaria (no suficiente) para calmar la dinámica de la brecha cambiaria y apuntalar la demanda de pesos. Si bien la medida va en la dirección correcta y constituye una señal positiva de cara al mercado, a los efectos de que la calma se extienda en el tiempo deberá avanzarse rápidamente con medidas concretas en términos de la corrección de los principales desequilibrios asociados al frente fiscal-monetario y de acumulación de reservas. Este último resulta el más apremiante en el corto plazo, en una semana en la que, si bien se moderó el flujo negativo de reservas, la dinámica sigue siendo preocupante.
En este sentido, la elevada expectativa de devaluación se mantiene firme: las tasas implícitas en ROFEX (uno de estos termómetros) de los contratos de septiembre y octubre treparon a la zona del 175% efectivo anual vs los casi 140% de TEA que mostraban al viernes de la semana pasada.
Nueva suba (fuerte) de tasas
En la cuarta semana de vigencia del nuevo esquema de política monetaria (el “corredor”), el BCRA volvió a dar una señal contundente al aplicar la mayor suba de la tasa de referencia en casi tres años en lo que fue el octavo hike del año. Dispuso elevar en 950 puntos básicos (p.b.) la tasa de la Leliq al 69,5% TNA (96,8% TEA), consistente con una TEM del 5,7% que brindaría mayor espacio para acelerar la tasa de devaluación sin profundizar la pérdida de reservas. De esta forma, extendió el sesgo más agresivo que mostró dos semanas atrás, cuando instrumentó una suba de 800 (p.b.) para llevarla al 60% TNA y a 79,8% TEA. Fue la suba más fuerte desde agosto de 2019, tras los resultados de las PASO.
A su vez, la tasa de pases pasivos a 1 día subió +950 p.b. hasta el 64,5% TNA (87,5% TEA), mientras que la tasa mínima de plazo fijo minorista a 30 días se elevó a 69,5% TNA (96,6% TEA) y para el resto de los depósitos del sector privado la tasa mínima garantizada se estableció en 61% TNA (81,3% TEA).
En términos de TNA, el corredor de tasas quedó definido con los Pases a 1 días con un rendimiento del 64,5%, las Leliqs a 28 días en 69,5% TEA y la LEDE en 75,6%.
Además, el BCRA renovó la totalidad de los vencimientos en Leliqs en la semana, incluso adjudicando un poco más de lo que le vencía. En forma de “ancla monetaria”, el Gobierno busca dar una señal al mercado de que no sólo vuelve a reaccionar con una fuerte suba de tasas para calmar a los dólares financieros y apuntalar la demanda de pesos, sino que aspiraría toda la liquidez excedente necesaria para evitar que esos pesos presionen sobre el mercado de cambios.
No debe dejarse de señalar que uno de los resultados adversos de ambas medidas se asocia a un mayor costo financiero y cuasifiscal, como también una dinámica endógena de mayor nominalidad a la que devengan intereses los pasivos remunerados (producto de la suba de tasas). Como hemos venido señalando, las medidas se alinean con la estrategia de minimización de costos en un contexto en que la magnitud de los desequilibrios ofrece escasos márgenes de acción.
Reservas moderan su caída, aunque la situación sigue siendo crítica
El drenaje de reservas se moderó. No obstante, en la semana el Central se desprendió de USD 126 M, frente a las ventas netas por USD 692 M de la semana pasada. De las últimas 30 ruedas, el BCRA fue vendedor en el 63% de los casos, y en sus jornadas compradoras tan sólo pudo acumular USD 205 M. A su vez, el agro liquidó un promedio diario de USD 139 M en la semana, por debajo de los USD 149 M del mismo lapso de la semana pasada. Si bien el BCRA logró cortar con una racha de diez ruedas consecutivas con ventas netas (-USD 1.200 M en total), todas las distintas métricas de reservas netas líquidas (brutas netas de encajes, swaps, repos y oro) siguen siendo negativas (sea con DEGs, sin DEGs y/o descontando SEDESA y ALADI).
Dólares paralelos se mantuvieron estables
Los dólares libres mostraron una relativa parsimonia en la semana, propiciando una leve reducción de la brecha. Respecto a los dólares libres, el CCL (GD30) retrocede 0,5% en la última semana y se ofrece a ARS 285,19. Por su parte, el MEP (AL30) retrocedió 0,7% y el blue avanza 0,7%, y cierran el viernes en ARS 278,53 y ARS 295, respectivamente. Desde los máximos nominales alcanzados a partir de la renuncia de Guzmán y la incertidumbre posterior, el CCL retrocede 14,2%, mientras que el blue descomprime 12,7% y el MEP 14,3%. Si bien las brechas retroceden más de 40 p.p. (CCL) desde los máximos de julio (22/7), todavía se mantienen en niveles sumamente altos: rondan el 110% al 120%.
Se moderó el crawling peg
En la plaza cambiaria oficial, el Central moderó el ritmo de devaluación. Así, mientras que en la primera semana de agosto avanzó 1,26% (a una TEM del 5,16%), esta semana el mayorista trepó 1,23%, corriendo a un ritmo mensualizado del 5,0% TEM. Si bien esta velocidad es algo inferior a la de las primeras 5 ruedas del julio (5,09% TEM MTD), muestra una aceleración respecto al 4,8% del mes pasado. No obstante, difícilmente el Central pueda evitar que el oficial siga corriendo por detrás de los precios con una inflación que superaría el 6% en agosto.