El Producto Interno Bruto (PIB) creció 17,9% interanual en el segundo trimestre, acumulando una suba de 10,3% en los primeros seis meses del año. De todas maneras, al comparar con el mismo trimestre del 2019, la actividad aún se encontró un 4,5% por debajo.
Todos los componentes del gasto exhibieron una mejora interanual en el segundo trimestre. Afectados por la baja base de comparación, el crecimiento estuvo liderado por la inversión bruta interna fija (+76,6% i.a.), seguido de las importaciones (+36,6% i.a.) y el consumo privado (+21,9% i.a.). Por su parte, las exportaciones tuvieron un avance algo más acotado (+6,3% i.a.).
A nivel sectorial, 14 de los 15 sectores exhibieron crecimiento en términos interanuales. Los sectores que mayor incidencia positiva tuvieron fueron la industria manufacturera, el comercio minorista y mayorista, construcción, transporte y comunicaciones y otras actividades de servicios, que en conjunto explicaron dos tercios de la suba interanual del PIB. A contramano, el sector agropecuario incidió negativamente, tras caer 3,9% i.a. en el segundo trimestre.
Pese a esta fuerte recuperación en términos interanuales, en el segundo trimestre la economía se contrajo 1,4% en términos desestacionalizados, cortando tres trimestres consecutivos de subas. En este sentido, hay que tener en cuenta el impacto de la segunda ola y las restricciones implementadas durante el período, que perjudicaron a gran parte de los sectores de la economía -principalmente a determinados productores de servicios-, mientras que también incidió negativamente la performance del sector agropecuario. De esta manera, al comparar con los niveles del cuarto trimestre del 2020, se observa que la economía avanzó solo 1,4% en los primeros seis meses del año.
A pesar de que el PIB haya caído en términos desestacionalizados, todos los componentes de la demanda crecieron respecto al trimestre anterior, aunque más moderadamente que en el arranque del año. El impacto de las restricciones no se tradujo en una retracción de la demanda global, sino en un menor ritmo de expansión: el consumo privado y el consumo público crecieron 1,1% y 0,5% respectivamente, cuando en el primer trimestre se habían expandido 2,5% y 1,6%. Por su parte, la inversión mostró un estancamiento (+0%) tras haber recuperado niveles un 20% superiores a la pre-crisis en el primer trimestre del 2021. En términos del sector externo, las exportaciones se expandieron 5,7% respecto del trimestre anterior, cuando en los primeros tres meses habían trepado 10% s.e., mientras que las importaciones (+5,1%) se aceleraron respecto del trimestre anterior y ya recuperaron los niveles pre-pandemia. Consecuentemente, la menor suba de los componentes de la demanda global, en paralelo a la significativa suba de importaciones, explica la retracción del PIB en el segundo trimestre.
Tras haber caído en el segundo trimestre, la actividad tendría aire para crecer de manera desestacionalizada en el tercer y cuarto trimestre del 2021. Esperamos que el impacto del Covid-19 sobre la economía se mantenga acotado en el cierre del año, como consecuencia del avance de la campaña de vacunación y la reapertura de actividades.
Además, el gobierno anunciaría próximamente medidas para dinamizar el consumo privado. Si bien restan los anuncios oficiales, las medidas estarían orientadas apuntalar los ingresos de los hogares. A esto se le suma que el ancla cambiaria y tarifaria se mantendrían en el corto plazo, permitiendo que la inflación promedie menos de 3% en el segundo semestre con el fin de lograr (en el margen) una recomposición del poder adquisitivo.
Si la economía se mantuviese estancada en el resto del año, el PIB mostraría un crecimiento promedio de casi 7%. De esta manera, desde Ecolatina esperamos que el crecimiento anual este unas décimas por encima de dicha cifra. Este valor sería levemente menor a la presentada hace unos días en el Presupuesto (+8,0%).
Para 2022, la diferencia entre las estimaciones se acentúa: las cifras oficiales plantean un crecimiento del 4,0%, mientras que desde Ecolatina proyectamos una suba en torno al 2% en el año entrante. En nuestro escenario base, este crecimiento más acotado vendría de la mano de un pequeño arrastre y un escaso margen de maniobra para continuar implementando políticas expansivas.