El dólar oficial avanzó un 0,23% en la semana (1% en el último mes) y se ofreció al viernes a ARS 96,91 (22 centavos por encima del viernes anterior). Paralelamente, los tipos de cambio financieros intervenidos (MEP y CCL AL30 segmento PPT) aceleraron su ritmo de depreciación en la última semana. Por caso, mientras que en la segunda quincena de julio dicho contado con liquidación se depreciaba semanalmente en promedio a un ritmo del 0,4%, ya hacia fin de julio aceleró el ritmo de depreciación al 1% – y durante esta semana mantuvo un ritmo similar -.
Así, el CCL tradicional culminó la semana en ARS 170,58 (+ARS 1,73) y el MEP en ARS 170,09. Las brechas de estos tipos de cambio con el oficial superan el 75% en ambos casos y, en promedio, se encuentran en los niveles más altos desde diciembre (aunque todavía muy por detrás del 105% promedio de brecha que exhibió el CCL en octubre 2020).
El contado con liquidación tradicional dejó de ser representativo para aquellas operaciones superiores a los, aproximadamente, USD 17.000 dólares semanales por legislación (debido a la disposición 895 de la CNV que limitó las operaciones semanales de CCL en el segmento PPT a 50.000 VNO para Bonares y Globales respectivamente). En consecuencia, ha cobrado relevancia también el “CCL SENEBI”, es decir, aquel contado con liquidación que surge de las operaciones bilaterales que se dan en dicho segmento de negociación.
Este tipo de cambio se negoció esta semana, en promedio, a ARS 178 (un 4,7% en promedio superior al CCL tradicional, lo que arroja una brecha del 84% versus el oficial). No obstante, la dispersión entre los distintos tipos de cambio que hacen a dicho promedio semanal es muy elevada: oscilaron entre los ARS 170 y ARS 191 esta semana. A pesar de semejante dispersión, el CCL SENEBI promedio semanal de nuestro relevamiento se mantuvo en niveles similares en las últimas dos semanas. Si bien prevemos que las brechas financieras tradicionales aumenten de cara a las elecciones, entendemos que esta segmentación del mercado de dólares financieros podría permitirle al Banco Central mantener un ritmo de depreciación gradual de los tipos de cambio financieros tradicionales para intentar evitar una disparada de sus paridades como la vista en septiembre y octubre del año pasado.
Sin embargo, dicha intervención no estaría – ni está – exenta de costos. Con las estadísticas oficiales de los últimos días hábiles de julio ya disponibles, el Banco Central finalizó el séptimo mes del año con una posición compradora en el mercado de cambios por USD 741 M: un muy buen dato en comparación con años de cepo anteriores (270% superior al promedio 2012-2015), hecho que se vio favorecido por las férreas restricciones a la demanda de dólares y por la excepcionalmente buena liquidación del agro. Pero, en los últimos dos meses comenzó a cobrar relevancia la pérdida de reservas explicada, en parte, por la intervención cambiaria. Si bien no se puede distinguir con total precisión el drenaje de reservas atribuible a la intervención de los dólares financieros, en los últimos dos meses el Banco Central perdió más de USD 1.100 M por la cuenta “Otros” (que, entre otras partidas, incluye su tenencia de bonos – títulos que la autoridad monetaria utiliza para intervenir en la plaza local y evitar una aceleración del CCL y MEP -). SI bien el dato dista de ser preciso, esto implicaría una intervención de aproximadamente USD 25 M diarios, en línea con estimaciones extraoficiales.
La posición compradora del Banco Central en el mercado de cambios no se tradujo en un aumento de las Reservas Netas que, por primera vez desde febrero, cayeron en la comparación intermensual. El verdadero poder de fuego de la autoridad monetaria se redujo levemente en julio (-0,3%, – USD 20 M), a diferencia de los cuatro meses previos donde se recomponía a un ritmo promedio mensual de USD 954 M por mes. El pago al Club de París por aproximadamente USD 230 M, el primer pago de cupones de bonos de legislación extranjera de la reestructuración de deuda del año pasado (GD38 y GD41) y la intervención de los dólares financieros explican este resultado.
A pesar de la interrupción de julio, este stock clave para la dinámica del mercado de cambios aumentó más de USD 2.900 M en el año (+60% respecto a diciembre), aunque todavía se encuentra un 42%por debajo de los niveles de diciembre 2019. Agosto históricamente es un mes donde el Banco Central vende en el mercado de cambios: lo hizo en 8 de los últimos 10 años – y a un promedio de más de USD 600 M en años de cepo -. El pago al FMI por USD 345 M (que explica, en gran medida, la fuerte baja semanal de las Reservas Netas) y las crecientes intervenciones en los dólares financieros también añadirán presiones por esta vía. No obstante, por la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEGs) que el FMI dispuso para que los distintos países miembros del Fondo puedan afrontar estos tiempos de crisis inéditos, hacia fin de mes se recibirían aproximadamente USD 4.300 M (55% de las Reservas Netas actuales) que le corresponden a la Argentina por su cuotaparte del Fondo (0,67%). Entendemos que esta excepcional recepción de fondos (es la quinta y más grande asignación de DEGs desde su creación en 1969) le permitirá al Central afrontar los vencimientos con el FMI e intervenir en el mercado de cambios (oficial y financiero) para evitar un acuerdo con el Fondo en medio de la campaña electoral.
Por último, a los vientos de cola externos (el rally de este año de los precios de nuestros principales commodities de exportación que propició una liquidación récord más la emisión de DEGs) se suma uno adicional: el Banco Central de Brasil dispuso un aumento de 1 punto porcentual de su tasa de política monetaria en un contexto de recrudecimiento de las presiones inflacionarias en el país vecino.
Si bien la incertidumbre política y algunos desequilibrios fiscales podrían actuar en contra, el aumento de la tasa de referencia brasilera incentiva el ingreso de capitales en dicho país y, con ello, podría propiciar una apreciación del Real. Si esto sucede, se vería favorecido el Banco Central argentino dado que permitiría que el menor ritmo de depreciación de nuestro tipo de cambio (que corre casi 2 puntos por detrás de la inflación esperada) no se traduzca completamente a una apreciación del tipo de cambio real, que actualmente es un 25% más competitivo que en el 2016-17 aunque un 28% menos competitivo que en el 2003-07. Incluso, una apreciación del Real colaboraría en el plano bilateral con este país con el que nuestro tipo de cambio real es mucho menos competitivo que en el plano multilateral: mientras que desde diciembre 2019 a la fecha el tipo de cambio real multilateral se volvió un 8% menos competitivo, en el plano bilateral con Brasil es un 22% menos competitivo (en gran medida, producto de un Real que se depreció en promedio un 25% durante el 2020). Bienvenidos los vientos de cola externos.
El presente artículo acompaña al informe “Monitor Cambiario Semanal” que podrá visualizar haciendo click en “Ver Informe” desde Appvisor, la App de Ecolatina.