En julio, el flujo de intercambio de bienes con nuestro principal socio comercial creció 58% i.a. Así, acumula una racha de 7 meses al hilo creciendo y un alza de 48% i.a. en lo que va del año. La compraventa de bienes se recuperó más que totalmente del impacto de la cuarentena de 2020: fue en el mes un 12% superior al intercambio de julio de 2019 y en los primeros 7 meses del 2021 se ubica 5% por encima del mismo lapso del último año de la gestión Cambiemos.
Esta mejoría fue producto de una suba tanto de las compras como de las ventas. Por el lado de las importaciones, el avance fue de 61% i.a. (acumulando una mejora de 54% i.a. en el período enero-julio). Con este dato, ya demandamos a Brasil 25% más envíos que en el mismo mes del 2019. Respecto a las exportaciones, la suba interanual fue de 70% en julio (45% en el acumulado anual). Comparando con el mismo mes de 2019, las ventas se redujeron en un 1%.
La recuperación del intercambio es una buena noticia, ya que implica un mayor nivel de actividad en ambas economías. Sin embargo, la “vuelta a la normalidad” también implica un mayor déficit por esta cuenta: el intercambio bilateral es deficitario desde 2004 (con la excepción de 2019). De este modo, aunque las expectativas de crecimiento de Brasil siguen trepando y ya alcanzan 5,3%, el intercambio dejó un saldo negativo de USD 170 millones en julio y USD 560 millones en lo que va del año.
Este rojo comercial no está vinculado con una menor participación de productos argentinos en el mercado brasileño. Por el contrario, nuestras ventas a Brasil están siendo más dinámicas que las del resto del mundo. El aumento global de las importaciones del gigante sudamericano fue 10 p.p. menor al salto de las ventas argentinas en julio, y 14 p.p. inferior en lo que va del año. De este modo, la participación de los productos argentinos en el mercado brasileño creció 0,5 p.p. en el mes respecto del 2020, pasando de 4,7% en julio de 2020 a 5,2% en 2021, aunque todavía se encuentra muy lejos de la media de los últimos diez años (6,5%).
Hacia adelante, esperamos que el saldo bilateral siga siendo deficitario, aunque las exportaciones a Brasil crecerían más de 25%. Sin embargo, este rojo será más que compensado con saldos positivos con otros destinos. El superávit será producto conjuntamente de un aumento de los precios de venta y una recuperación de las cantidades exportadas, dejando al intercambio de bienes como un aportador neto de divisas. Este resultado se dará incluso a pesar de que podrían postergarse algunas ventas por el incremento de la brecha cambiaria de cara a las elecciones. Por el contrario, las sangrías de divisas estarán en las cuentas de pagos de deuda e intervenciones cambiarias. El stock de tenencias del BCRA no es ilimitado y las autoridades deberán balancear estos movimientos para no sufrir sobresaltos.