¿Qué pasó con la actividad en Octubre?
Luego de transitar un septiembre cargado de incertidumbre que hundió la actividad (cayó 2% respecto a agosto en términos desestacionalizados y 6% respecto al mismo mes de 2017), la economía logró estabilizarse en octubre. El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) registró en octubre de 2018 una mejora del 0,9% respecto a septiembre, aunque se ubicó un 4% por debajo de los niveles alcanzados en octubre de 2017. En los primeros 10 meses del año la actividad acumula una caída del 1,7% i.a.
¿Qué explica esta dinámica?
El plan de estabilización llevado a cabo por el gobierno – ajuste fiscal, ajuste monetario e implementación de bandas cambiarias de no intervención – logró frenar la corrida cambiaria y reducir la incertidumbre, por lo que en octubre, en comparación con un septiembre negro para la economía, la actividad mostró mejores resultados.
No obstante, en términos interanuales la actividad continúa su retroceso, liderado por la caída del sector Comercio (-11% i.a.) y de la industria (-5% i.a.). Asimismo, la construcción marcó una contracción del 4,7%, la mayor desde diciembre de 2017. En este sentido, pasada la tormenta de la corrida cambiaria, el nuevo contexto macroeconómico dejó salarios en pesos y en dólares muy deteriorados y el costo de financiamiento muy elevado, lo que desplomó tanto el consumo como la inversión. De manera adicional, las exportaciones no responden rápidamente a un tipo de cambio real más competitivo, debido a las restricciones que genera el elevado costo de financiamiento al momento de hacer frente a una potencial demanda desde el exterior.
¿Cuáles son las perspectivas para 2019?
Actualmente la actividad transita por su peor momento y de cara al 2019 se espera que la economía muestre mejoras impulsadas principalmente por una buena cosecha agrícola, un tipo de cambio real más competitivo y el crecimiento de Brasil. En esta línea, las exportaciones serán el principal driver de expansión, pero no alcanzará para contrarrestar una demanda interna que continuará bajo terreno negativo. En este sentido, el poder adquisitivo de los salarios no mostrará mejoras en términos interanuales hasta recién la segunda parte de 2019, manteniendo debilitado el consumo en la mayor parte del año. Asimismo, aunque la tasa de interés se reducirá en línea con la desaceleración de la inflación, el costo de financiamiento permanecerá elevado, lo que desalentará la inversión. A esto último se suma, que la incertidumbre proveniente del proceso electoral será otros de los factores que pospondrán las decisiones de inversión, deteriorando aún más la demanda interna.
En conclusión, esperamos que la actividad económica se mantenga anémica durante 2019, con una mejora en torno al 3% entre fines de 2018 y fines de 2019, pero que en el promedio del año mostrará una caída del 1,4% anual.