Diputados aprueba la creación de una comisión investigadora del caso libra

A una semana del principal golpe recibido por el oficialismo en el Congreso, cuando el Senado le volteó los pliegos de los dos jueces de la Corte Suprema, Milei recibe una nueva noticia negativa del Poder Legislativo, pero esta vez de la Cámara de Diputados: la aprobación de una Comisión Investigadora por el escándalo LIBRA. Se trata de una Comisión que podrá recibir denuncias, solicitar informes, o convocar a funcionarios para recabar información.

La tarea de una Comisión Investigadora no suplanta el papel de la justicia en las denuncias que ya se están investigando. Pero puede poner presión política al accionar de la justicia en un caso de alto voltaje político.

La preocupación del oficialísimo por esta comisión es esencialmente más política que jurídica. Sobre todo porque además de la creación de la Comisión, se aprobaron sendas resoluciones de la Cámara para solicitar informes al Poder Ejecutivo y para interpelar a varios de los miembros del Poder Ejecutivo sobre el tema.

La clave para entender cómo se gestó el golpe político está en los gobernadores. Hubo diputados que responden a algunos gobernadores que contribuyeron para juntar el quórum que habilitó la sesión, entre ellos destacan los del gobernador Martin Llaryora. Pero también hubo falta de apoyo para rechazar el pedido de creación de la comisión de otros legisladores que suelen acompañar al oficialismo, como los diputados de Tucumán, o como los diputados del bloque Innovación Federal, que se abstuvieron.

Lo cierto es que han sido varios los golpes políticos que ha recibido este oficialismo, algo que no debería extrañar, porque se trata de un oficialismo que gobierna con una hiperminoría parlamentaria. Aquí repasamos los diferentes reveses que recibió el gobierno de parte del Congreso.

De muchos de esos reveces el gobierno se pudo defender, como los vetos a las leyes no deseadas. Pero en otros casos tuvo que asumir las dificultades de gobernar en minoría. Que no solo se ven en tener que afrontar decisiones no deseadas, sino en no disponer de decisiones deseadas, es decir, de leyes que no se obtienen.

Quinta caída en fila en los niveles de valoración de desempeño del Gobierno

En su perspectiva histórica, la valoración positiva del gobierno se ubica por encima del valor que observábamos en octubre de 2020 durante el mandato de Alberto Fernández, pero 3 p.p. por debajo de los niveles de aprobación registrados en octubre de 2016 durante el mandato de Mauricio Macri.

Una evolución que parece responder al natural proceso de desgaste de todo gobierno, más aún para un gobierno que está atravesando un proceso de correcciones económicas que produjo caída en el poder adquisitivo, retracción del consumo y aumento del peso de los servicios en el ingreso de los hogares. Habrá que ver si los próximos meses muestran una estabilización de estos valores o continuará con la tendencia declinante que venimos observando en los últimos 5 meses.

La preocupación por la inflación iguala el nivel más bajo de los últimos 8 años. 

No cabe duda que la principal batalla que enfrentaba el oficialismo al inicio de este ciclo era responder a la principal demanda ciudadana que era bajar la inflación. Y si lo observamos en términos de la evolución de la preocupación por esta problemática, la batalla el gobierno la viene ganando. La preocupación por la inflación llega en octubre al segundo nivel más bajo de los últimos 8 años. Pero podríamos considerar que es el nivel más bajo registrado en nuestra serie, porque el único inferior es el de agosto de 2020, donde la pandemia había desplazado coyunturalmente la preocupación por los precios por otras preocupaciones más urgentes en el contexto sanitario extremo que se vivió durante esa época.

En octubre cae la preocupación por el desempleo y de esta manera las preocupaciones económicas combinadas caen por debajo del 50% de menciones por primera vez en más de 3 años.

La curiosidad del registro de octubre es el liderazgo de la preocupación por la corrupción, una problemática que está presente en los principales segmentos de votantes, pero que es dominante entre los votantes de Javier Milei (casi el 50%). Una particularidad que quizá se entiende a la luz de las denuncias permanentes que el propio presidente hace de la existencia de curros en el estado.