El resultado de la Elección General ratificó el sentido del voto que se había observado en las PASO del 12 de septiembre pasado. Hay un retroceso del caudal electoral del oficialismo que pone en duda su continuidad más allá de 2023. El Frente de Todos perdió en todo el país más de 5 millones de los votos obtenidos en 2019 (casi un 40%). Y en la Provincia de Buenos Aires, más de 1,9 millones de los votos obtenidos en la elección presidencial (más de un 35%).
La traducción de votos en bancas produce dos consecuencias en el Congreso: 1) el oficialismo pierde el quórum propio en el Senado y se queda con 35 bancas, al renovar solo 9 de las que ponía en juego; 2) el oficialismo conserva una situación similar a la que venía transitando en la Cámara de Diputados, tiene la primera minoría y se queda a unos 10 votos del quórum para hacer funcionar el cuerpo. En ambos casos, va a tener márgenes para acordar con sectores de la oposición que tendrán vocación negociadora. Es decir, no hay riesgo de parálisis legislativa. De hecho, hay conversaciones para conformar un eventual Interbloque Federal que podría estar integrado por los miembros del actual Interbloque Federal y por los legisladores del MPN de Neuquén, del Frente Renovador de Misiones y de Juntos Somos Río Negro.
Existía en la escena el riesgo de que el resultado pudiera ser aún más adverso que el de las PASO para el Frente de Todos, por el efecto carro del vencedor para la oposición, por las peleas en el oficialismo, por los problemas de gestión (inflación, inseguridad, dólar, etc.). Pero ello no aconteció, lo que le da al oficialismo argumentos para no buscar más cambios en el equipo de Gobierno que los producidos luego de las PASO, con lo dificultoso que le resulta a este Gobierno mover piezas y conservar los equilibrios internos de la coalición.
Evitar el precipicio (un resultado más adverso que el de las PASO) no le resuelve los problemas al oficialismo que tendrá que lograr consensos internos (algo que en los 2 primeros años de mandato no logró) para enfrentar los complejos desafíos económicos que hay por delante.
El resultado, sin ser más adverso que el de las PASO, deja igualmente debilitado al oficialismo. Los márgenes de gobernabilidad se achicaron, pero el Frente de Todos tendrá opciones para negociar la sanción de leyes. El desafío más complejo continúa siendo el económico, y la dificultad más grande para lograr resolverlo está dentro de la coalición (ponerse de acuerdo en las medidas correctas) y no por fuera (un bloqueo opositor).
*El presente artículo es un extracto del “Panorama Político” que elabora mensualmente Synopsis Consultores para clientes de Ecolatina suscriptos al Módulo Político.