Política

Pesimismo en el universo sindical sobre el futuro electoral del Gobierno

El sindicalismo en argentina no solo ejerce un rol de representación en las relaciones laborales, sino que es parte integrante de uno de los espacios que protagonizan el proceso político: el peronismo. Como parte integrante de ese espacio, participó de la reunión que se resolvió llevar adelante dentro del Frente de Todos para resolver la estrategia electoral del oficialismo. Pero, así como participó de este instrumento novedoso (Mesa Política) de discusión de la estrategia electoral de un espacio con muchas diferencias, su participación lo lleno de pesimismo respecto del futuro electoral del oficialismo. No solo por la falta de consenso que se vio reflejado en la reunión, sino por la falta de candidatos atractivos que quedó evidenciada en la misma y que anticipan un escenario electoral adverso por delante.

La habitual ambición del sindicalismo de poder colocar dirigentes gremiales en las listas de candidatos hoy choca con las estrecheces que ofrece el escenario electoral. En la medida en que el oficialismo tenga menor caudal electoral, las posibilidades de colocar candidatos serán menores, y todo el aco sindical es consciente de esa limitación. Pero ello no evita que cada uno intente alcanzar el objetivo del modo que crea más conveniente. Algo de eso se vio en las últimas semanas con dos muestras más de que en el universo sindical hay dos perfiles políticos bien diferenciados:

o El Sindicalismo más kirchnerista: corriente integrada por dirigentes como Hugo Yasky (CTA), Sergio Palazzo (Bancarios) o Abel Furlán (UOM) que empieza a plegarse al objetivo de hacer fuerza para retener la Provincia de Buenos Aires para el peronismo. Con ese ánimo tuvieron una reunión en la sede de la Federación Gráfica, donde hablaron de temas sindicales, pero también de temas políticos. En esta corriente, como le sucede al kirchnerismo, el foco pareciera estar en la Provincia de Buenos Aires.

o El Sindicalismo más peronista: corriente integrado por los dirigentes más importante de la CGT, entre ellos Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estacioneros) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), quienes se reunieron en Mar del Plata con el dirigente sindical Luis Barrionuevo, que siempre transita
un camino autónomo dentro del ámbito sindical, pero que en este caso parece plegado al intento de abrazar a algún candidato peronista que pueda hacer el mejor desempeño en un turno electoral difícil. Aquí el foco pareciera estar en todo el país, con la idea de abrazar y apoyar a todos los gobernadores
e intendentes que ofrezcan lugares para los miembros de este espacio sindical.

Quien estuvo ausente en estas tertulias fue Pablo Moyano. El dirigente camionero, que hoy pareciera moverse como líbero promoviendo la unidad, pareciera estar esperando que florezca un candidato y negociar su apoyo en virtud de los lugares que puedan ofrecer para la representación sindical.

Sin dudas, el candidato al que todos apostaban su entusiasmo era Sergio Massa. La expectativa que había generado el ministro de economía al estabilizar la situación crítica de julio del año pasado y el aparente éxito en materia de inflación que se observó en noviembre y diciembre de 2022 había entusiasmado a todo el aco sindical. Pero la inflación de comienzos de 2023 parece sacarlo de carrera. 

Hoy todos se resignan y evalúan en dónde depositar sus apoyos. Y si bien el corazón sindical siempre estará con un candidato peronista, con la incertidumbre y el riesgo de un escenario de derrota, no falta dirigente sindical que empiece a mirar las opciones opositoras para evaluar dirigir sus apoyos. Y allí no son pocos los que miran esas opciones, entre ellas la de Horacio Rodríguez Larreta. 

De fondo, la discusión paritaria que sigue para el Gobierno teniendo que estar anclada al 60%.

Mientras el proceso político transcurre, el proceso sindical sigue su curso y el Gobierno insiste en que el proceso paritario no se aleje de la pauta de referencia oficial de ver acuerdos en torno al 60% de aumento, en línea con la inflación proyectada en el Presupuesto 2023. La ministra de trabajo, Kelly Olmos, lo ratificó públicamente en estos días, apuntalando el pedido de que se pacten aumentos de 30% semestral con cláusulas de revisión para que no haya grandes desfasajes entre precios y salarios. 

El punto es que la inflación de enero (6%) y la que se proyecta para febrero (6%), va a dejar obsoleta esa pauta, y no está permitiendo que las expectativas confluyan en un sendero descendente de precios y salarios. Si bien se registró en febrero una baja en el promedio mensual de aumentos salariales producto de que algunos gremios respetaron esa pauta, otros acuerdos y revisiones no la están respetando y ello seguramente impedirá que la coordinación de expectativas tenga impacto en la baja de la inflación.

La presente es una síntesis del Panorama Sindical, exclusivo para clientes Corporate.

 



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