El presidente Martín Vizcarra está próximo a completar su primer año de gobierno. Su situación ha cambiado mucho durante este periodo, pues, cuando juró como presidente de la República, sufría de una absoluta debilidad política: no tenía partido, no tenía bancada en el Congreso (donde la oposición dominaba) y el apoyo popular se evaporaba rápidamente. Al encabezar la lucha contra la corrupción, luego de la puesta en evidencia de una gran red de corrupción en el Sistema de Justicia, le ha valido el apoyo popular.
Así, debido al capital político que ha acumulado al presidente en este primer año de gobierno se le exige la puesta en marcha de importantes reformas que el país necesita: la reforma de justicia, la reforma política y la reforma laboral. Además necesita mejorar la oferta de servicios públicos que hoy es deficiente.
Sin embargo, una evaluación de la situación parece indicar que el espacio para ejecutar estas acciones es relativamente corto.
Las razones principales son, primero, el inicio de la campaña electoral con miras a las Elecciones Generales programadas para abril de 2021, segundo, la impaciencia de la población si no se perciben avances concretos y, por último, el accionar cada vez más osado de aquellos amenazados por las investigaciones anticorrupción, que van a ser muy creativos para generar trabas al accionar del gobierno, buscando desprestigiarlo como medio para detener el avance de la justicia.
Cierre de 2018 y perspectivas para el verano
Los últimos resultados de actividad económica muestran que el PBI de 2018 cerraría alrededor de 3.9%. Esto gracias al fuerte aumento de la inversión pública (16% en el año) y el impulso de la segunda temporada de pesca de anchoveta que dinamizo al sector manufacturero primario.
Para el primer trimestre de 2019 se proyecta un crecimiento alrededor del 3.8% justificado por el buen desempeño de la actividad no primaria (construcción y servicios, fundamentalmente).
Sin embargo, se espera que la inversión pública caiga 12% debido al ingreso de nuevas autoridades en los gobiernos subnacionales. Por el contrario, la inversión privada crecería 6.5% debido a la construcción de grandes proyectos, como Quellaveco en Moquegua.
Los principales riesgos internacionales para la economía peruana este año son la caída del precio del cobre y la desaceleración de China, Estados Unidos y la Unión Europea. En el ámbito nacional tenemos la escalada del Fenómeno de El Niño (por ahora solo se prevé uno de magnitud débil), una fuerte desaceleración de la inversión pública y el aumento del ruido político.