Política

La PASO dejó un ganador y dos perdedores que luchan por forzar un balotaje

Si algo hemos aprendido de la PASO desde que tenemos este instrumento, es que por su carácter obligatorio, su resultado es tomado como un simulacro de elección que define con precisión cuánto apoyo tiene cada uno, lo que se transforma en un parámetro indiscutible para analizar la escena electoral. Pero también hemos aprendido que en la PASO los candidatos compiten contra sus propias expectativas, y si están por encima de ellas salen impulsados hacia la general y si están por debajo salen ralentizados hacia la primera vuelta. Tal es ese efecto que uno puede ganar la PASO pero “perderla” (Scioli 2015) o se puede perder la PASO pero “ganarla” (Macri 2015), o se puede -como le sucedió a Milei- ganarla por poca diferencia pero generar la ilusión óptica de haberla ganado por amplia diferencia, precisamente por haber estado muy por encima de la expectativa previa.

De este modo, Javier Milei no solo se transformó en el gran ganador de la PASO, no tanto por salir primero, sino por haber estado por encima de su expectativa. Y Sergio Massa y Patricia Bullrich, a pesar de haber ganado sus internas, quedaron con la sensación de haber perdido, no solo por no haber salido primero, sino por haber quedado debajo de sus expectativas, incluso por no haber alcanzado los objetivos que ambos se plantearon en la previa como metas alcanzables: ser el candidato individualmente más votado (Massa) y ganar la interna del espacio más votado (Bullrich). Al quedar corto de esas metas, sus triunfos internos dejaron la sensación de derrota que obligó a una reconfiguración de sus campañas.

Los posibles escenarios

Lo que queda claro es que la PASO dio vuelta el escenario, ya que el resultado alteró las posiciones de los actores en relación a las expectativas que había previa a la elección primaria. Y ello afectó la dinámica del escenario hacia la general, los que creían liderar pasaron a ser perseguidores y quien venía desde atrás hoy lidera la carrera. Y como consecuencia natural de ello, hoy todos le apuntan a ese que lidera, a Javier Milei. 

Sergio Massa buscar polarizar con Javier Milei porque le conviene y Patricia Bullrich empieza a enfocar sus críticas hacia el libertario luego de que durante la campaña hacia la PASO se había mantenido en un silencio táctico pero inconveniente, ya que Milei criticaba a su rival en la interna (Larreta), pero con esa crítica le sacó muchos votos a Juntos por el Cambio, y debilitó su posición final. 

Viendo lo difícil que pareciera ser para Milei alcanzar el 40%, hoy la pelea principal pareciera concentrarse en ver si es finalmente Sergio Massa el que logra ubicarse segundo a pesar del contexto económico adverso, o si finalmente Bullrich logra conservar la segunda posición a pesar de las diferencias generadas durante la interna y a pesar de las dificultades que ha tenido la candidata para transmitir con claridad sus propuestas. 

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