Sectorial

La industria volvió a niveles de principios de 2018

¿Cómo le fue a la industria en junio?

En junio, el Índice de Producción Industrial (IPI) creció 19,1% respecto al mismo mes del año anterior, acumulando una mejora de 22,4% en el primer semestre del año. De todas maneras, hay que tener en cuenta que en junio del 2020 el sector se vio afectado por las restricciones, por lo que se compara con una base de comparación baja. Al realizar una comparación con los años pre-pandemia, se observa que la producción se ubicó 8,3% por encima de los valores de junio de 2019, incluso considerando que dicho año tuvo tres días hábiles más que junio de 2021.

A su vez, el índice aumentó 10,5% en términos desestacionalizados. Estas cifras resultan positivas, ya que el crecimiento del producto industrial venía mostrando una punzante contracción en los meses previos (-0,7% en abril y -5,6% en mayo) en buena parte explicadas por las restricciones impuestas debido a la segunda ola del Covid-19. De esta manera, la industria en junio se ubicó en el nivel más alto desde mayo 2018, cuando recién comenzaban las turbulencias cambiarias del gobierno anterior.

¿Qué sucedió al interior de los sectores?

Al realizar un análisis sectorial, observamos que 14 de las 16 ramas industriales se ubicaron en niveles superiores a los valores de junio de 2020. Este resultado se repite si comparamos con junio de 2019: 13 ramas industriales mostraron variaciones positivas.

Los que más incidieron al crecimiento del Nivel General fueron Industrias metales básicas y Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes. El primer sector mencionado exhibe un incremento interanual mayor al 60% en junio respecto a 2020, explicado mayoritariamente por la suba de la producción siderúrgica (63% interanual) que presenta un buen nivel de pedidos desde los fabricantes de maquinaria agrícola, la industria automotriz y el sector de la construcción. De todas maneras, se encuentra en los niveles de junio 2019.

A su vez, el sector Vehículos evidencia un aumento interanual de 104% en junio respecto al mismo mes del año pasado, con un incremento interanual de las unidades producidas de automóviles de 280%, magnitud asociada a la poca actividad fabril del sector durante el año pasado debido a la pandemia. A diferencia del caso anterior, en este sector sí se evidencia un marcado crecimiento respecto a junio 2019 (+39 %). La mejora en la producción se explica no solo ante la mayor demanda del mercado interno sino también por la recuperación de Brasil.

En cambio, los sectores que exhibieron una peor performance fueron Productos de tabaco presentó una caída interanual de casi 50% i.a. y Muebles, colchones y otras industrias manufactureras donde se observa una variación interanual negativa de 8,2% respecto a junio de 2020.

Por último, vale destacar que la producción de Alimentos y bebidas, uno de los sectores que pudo operar con normalidad durante 2020, exhibió una mejora (+5,1% i.a.). El mayor aumento se observa en la molienda de oleaginosas, que exhibe una suba interanual de 14,0%. Por su parte, vale destacar que la producción de carne vacuna -posiblemente afectada por las medidas de restricción a las exportaciones y la incertidumbre sobre el sector- mostró en junio una disminución de 10% i.a.

¿Qué esperamos?

En julio, la industria crecerá nuevamente pero esperamos que lo haga a un ritmo menor, ya que no “ayudará” el rebote tras las restricciones adoptadas por la segunda ola de Covid-19 En este sentido, hay que tener en cuenta que los datos de julio disponibles a la fecha son variados. Por un lado, los despachos de cemento y el Índice Construya exhibieron variaciones positivas, en tanto crecieron 8,5% y 1,1% respecto a junio, aunque también se observó que la producción de automóviles cayó 20%, afectada por las paradas de varias empresas por las vacaciones y la adecuación de líneas de producción.

Esperamos que la industria tenga margen para seguir creciendo en el segundo semestre del año. En este sentido, hay que tener en cuenta que el impacto de la pandemia sobre el sector sería cada vez menor, en tanto siga aumentando el porcentaje de población vacunada. Si bien no podemos descartar la posibilidad de una tercera ola como se observa en otros países del mundo, esperamos que, en el caso de encontrarnos en ese escenario, el Gobierno priorice preservar la producción industrial, dado que es de carácter estratégico para mantener la recuperación de la actividad. En este sentido, sirve analizar el impacto de la segunda ola: en mayo -cuando se observó el mayor retroceso- el nivel general del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se contrajo 2,0% en términos desestacionalizados, a la vez que la industria lo hizo solo 0,6%. Esta diferencia se explica por otros sectores donde mayormente impactaron las restricciones y los contagios, como Construcción (-12,2%), Transporte y comunicaciones (-5,4%) y Hoteles y restaurantes (-2,7%).

Por otro lado, no hay que dejar de lado que nos encontramos en un año electoral, y por esta razón, el gobierno implementó distintas medidas en busca de mejorar el poder adquisitivo de los hogares. En el último tiempo se han lanzado nuevos planes de financiamiento (Ahora 24 y Ahora 30) buscando dinamizar la demanda interna. Este panorama, sumado a falta de alternativas de ahorro en un contexto de cepo cambiario, seguirán alentando el consumo hacia bienes durables.

Si la industria mantiene el mismo nivel de producción en lo que resta del año, exhibiría un crecimiento en torno al 15% en el promedio anual de 2021. Así, en el segundo semestre se compensarían las complicaciones generadas por la segunda ola que había provocado un ralentizamiento de la recuperación de la actividad, y de esta forma, terminar el 2021 con un crecimiento anual de casi 20% respecto al 2020 y cercano al 10% respecto a 2019.



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