Crece la imagen negativa de Alberto Fernández
En el segundo mes de gestión de Alberto Fernández, se observa cierta estabilidad en la valoración positiva del desempeño del Gobierno (un 40% aprueba lo hecho hasta aquí), pero se registra un incremento de la valoración negativa, que crece 5,5 p.p. entre enero y febrero. Este crecimiento de la imagen negativa puede explicarse por las respuestas de quienes el mes pasado señalaron no tener una imagen formada del Gobierno y que hacia febrero se inclinaron por una posición crítica.
El incremento de +7,1 p.p. entre los que valoran como “muy malo” el desempeño del gobierno, se compensa parcialmente por una caída de -1,6 p.p. entre los que lo caracterizan como “malo”, dejando un incremento de la imagen negativa de +5,5 p.p. Sin embargo, ese crecimiento de la valoración negativa no elimina el saldo favorable de valoración del desempeño del Gobierno de Fernández: una valoración positiva de 40,4% sostiene un saldo aún favorable de imagen de Gobierno de +2,7 p.p.
La inflación sigue liderando las preocupaciones
La preocupación por el aumento de precios sigue siendo la principal (34,9%), mostrando en febrero un leve repunte que lo mantiene por arriba del tercio de las menciones. Si bien la preocupación por el desempleo cae por tercer mes consecutivo (21,1% en febrero), las preocupaciones económicas se mantienen por encima del 50% de las menciones.
El dato distintivo sigue siendo la emergencia de la preocupación por la corrupción, que se consolida en el segundo lugar del ranking, mostrando un crecimiento de 14,7 p.p. en los últimos tres meses, coincidiendo con el inicio del nuevo ciclo político. Con este registro de febrero (26,1%), la preocupación por la corrupción llega al máximo nivel registrado en los últimos 48 meses.
Las expectativas positivas se moderan
Si bien la opinión pública sigue mostrando moderados niveles de optimismo sobre el futuro del país y el futuro de su situación personal, en febrero los márgenes de ese optimismo se achicaron respecto a enero. El mes pasado la diferencia entre los que veían con optimismo el futuro del país versus quienes lo veían con pesimismo era de +5,9 p.p.; en febrero esa diferencia cayó a +0,8 p.p. Algo parecido sucede respecto a las expectativas sobre el futuro personal, donde el saldo pasó de +17,8 p.p. en enero a +8,2 p.p. en febrero.