Sectorial

La construcción pone el pie en el acelerador

¿Cómo le fue a la construcción en 2020?

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró un significativo crecimiento en diciembre (27,4% i.a.), registrando el segundo avance interanual consecutivo luego de arrastrar más de dos años en rojo. Por su parte, en términos desestacionalizados el sector creció 4,3% frente a noviembre, superando ampliamente los niveles pre-pandemia (23% por encima de febrero). De esta forma, luego de experimentar un fuerte retroceso producto de la parálisis que impuso la pandemia sobre la economía en general y sobre el sector en particular en la primera parte del año, el sector ha comenzado a reactivarse. Pese a esta mejora reciente, la actividad sectorial acumuló una caída del 19,5% en 2020, volviendo a niveles de 2006.

¿Qué explica la recuperación?

El hecho de haber superado con creces los niveles previos a febrero se da por distintos factores.

En primer lugar, la persistencia de una brecha cambiaria en niveles altos (promedió cerca del 80% en diciembre), siguió incentivando a las familias a realizar refacciones o ampliaciones en el hogar como opción de ahorro, en un contexto donde el precio de los materiales subió casi 8 p.p. por encima del aumento en los salarios en el año. En este sentido, los despachos de cemento en bolsa crecieron 42,8% i.a. en diciembre, sumando siete meses en terreno positivo.

En esta línea, cabe destacar que el costo de construcción en dólares se mantiene en mínimos históricos (-55% respecto a los máximos de 2017, medido al dólar paralelo). No obstante, en los últimos se registró un importante aumento en el costo de los materiales, tras el “cuello de botella” que junta la mencionada demanda de los hogares, el regreso a la actividad de obras que habían estado frenadas durante varios meses y el temor a una devaluación, que alentó el acopio de materiales por parte de desarrolladores. Aquí sobresalen las alzas en diciembre registradas por ladrillos huecos (+54,2% i.a.), pinturas para la construcción (+25,1% i.a.), placas de yeso (+51,3% i.a.) y artículos sanitarios de cerámica (+15,1% i.a.).

Adicionalmente, el relajamiento de las restricciones sanitarias habilita una paulatina mejora en el desarrollo de obras privadas y en el número de empresas en actividad. Distintos indicadores dan cuenta del mayor dinamismo reciente: según CAMARCO, en diciembre el 67% de las obras en AMBA se encontraban con desarrollo normal, mejorando respecto al 50% y 63% reportados en octubre y noviembre, respectivamente. Asimismo, la cantidad de empresas constructoras en actividad creció 9% trimestralmente en el último cuarto de 2020, aunque se mantuvo 16% por debajo de un año atrás. En este sentido, los despachos de cemento a granel exhibieron en diciembre su segundo incremento interanual consecutivo (+19%) luego de atravesar 15 meses en baja, a la vez que los despachos de hormigón elaborado y los envíos de hierro y aceros para la construcción se expandieron ambos en torno al 22% i.a.

Esta tendencia también permite apuntalar el empleo en el sector: según el ISAC, hacia noviembre los puestos de trabajo registrados completaron una secuencia de cuatro meses consecutivos de recuperación, aunque aún seguían por debajo de los niveles de marzo.

Finalmente, la obra pública ha comenzado a retomar dinamismo tras varios meses de virtual inactividad. Según el relevamiento de Construar, en el último trimestre de 2020 fueron licitadas obras por ARS 152.000 millones, valor que supera en un 43% al monto total acumulado entre enero y septiembre. Además, frente a reducidas bases de comparación, los despachos de asfalto saltaron 46% i.a. en diciembre (tercer mes en crecimiento), mientras que los gastos de capital del Gobierno Nacional se expandieron con fuerza en el último mes del año (+89,5% i.a. en términos reales), marcando el mejor registro mensual en dos años.

¿Qué esperamos para este año?

Los primeros indicadores del año dan cuenta de la auspiciosa dinámica que mantiene la actividad. El Índice Construya expuso un alza del 24% i.a. en enero, subiendo por octavo mes al hilo, mientras que los despachos de cemento crecieron 20,1% i.a.. Sumado a esto, el sesgo positivo de la confianza de los actores del sector tiende a fortalecerse: el 83% de las empresas del sector privado espera que la actividad se mantenga o aumente en los próximos tres meses (dicha cifra fue del 81% en noviembre y 77% en octubre). En el mismo sentido, la superficie involucrada en los permisos para obras privadas viene recuperándose.

La construcción seguirá arrojando señales positivas en los próximos meses. Por un lado, una brecha cambiaria aún en niveles altos mantendrá el incentivo a determinados sectores a volcar sus ahorros al “ladrillo”, a la vez que menores restricciones a la actividad permitirán que una mayor cantidad de compañías reanuden paulatinamente sus obras. Además, los pronósticos de lluvias por debajo de lo normal en gran parte de Buenos Aires permitirían avanzar más rápidamente con las obras. A su vez, se sumará el impulso de políticas públicas como el Pro.Cre.Ar., mientras que la obra pública será uno de los motores de la recuperación: esperamos que los gastos en capital crezcan en torno al 50% i.a. en términos reales este año.

En sentido contrario, la demora en las aprobaciones de proyectos de obra producto de las limitaciones que impone la pandemia/cuarentena, sumado a problemas de abastecimiento de insumos jugarían en contra de un mayor despegue de la actividad. Por otra parte, esperamos que el deteriorado poder adquisitivo del salario y el complicado acceso al crédito hipotecario continúen operando como obstáculos para que la demanda repunte considerablemente.



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