Actividad

Gracias al campo, que me ha dado tanto

¿Qué pasó con la actividad en abril?

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) cedió 1,3% i.a. abril y en promedio acumula una contracción de 4,6% i.a. en 2019. No obstante, la economía mostró un avance de 0,8% la medición desestacionalizada, magnitud que es insuficiente para compensar totalmente el deterioro sufrido en marzo (-1,4%). De esta forma, la actividad todavía se encuentra por debajo del nivel que alcanzó durante el primer bimestre del año.
En lo que respecta a los sectores, el retroceso fue liderado por Intermediación Financiera (-13,0% i.a.) y Comercio (-11,6% i.a.), los cuales explican gran parte de la contracción de la provisión de Servicios (-4,7% i.a.). Por su parte, si bien la Industria (-8,5% i.a.) y la Construcción (-4,5% i.a.) también estuvieron en rojo, la producción de Bienes trepó 6,0% i.a. como consecuencia de la expansión superior al 40% i.a. del sector agropecuario. Más allá de ello, como se observa en el siguiente gráfico, dos tercios de los grandes sectores continúa en terreno negativo en la comparación interanual.

¿A qué se debió el repunte de abril?

Por un lado, la mejora exhibida en abril tuvo como principal determinante la performance del sector agropecuario como consecuencia de una cosecha agrícola récord, la cual resultaría en un crecimiento cercano al 30% anual de la producción de los principales cuatro cultivos del país (maíz, soja, trigo y girasol). De todos modos, como a inicios de abril del año pasado la sequía había comenzado a hacerse sentir, la baja base de comparación también colaboró para que la actividad refleje un recorte significativo de la caída. En este sentido, sin contemplar al sector agropecuario, la actividad muestra un retroceso de 5,2% i.a. en abril.
Por otro lado, tras la inestabilidad y la reaparición de los temores cambiarios durante marzo, una menor incertidumbre en el cuarto mes del año desde el frente externo también ayudó. En este sentido, la desacaleración de la inflación (pasó de 4,7% en marzo a 3,4% en abril) en conjunto con el inicio de la temporada alta de paritarias, permitió en el margen una mejora de los ingresos reales. Se debe mencionar que, las expectativas de que la calma cambiaria sea más duradera que en otros momentos del gobierno de Cambiemos se reforzó a fines de abril, luego del anuncio del BCRA de que podría intervenir en la Zona de No Intervención –por lo que practicamente no habría impactado durante este mes-.
Adicionalmente, durante abril comenzaron a tener vigencia algunas de las medidas pro-consumo que el gobierno lanzó con el objetivo de reactivar la economía. En primer lugar, se efectivizó el adelanto de todos los aumentos del año de la AUH a marzo, un incremento de 46% en un sector con una elevada propensión al consumo. En segundo lugar, la ANSES abrió la posibilidad de otorgar créditos a jubilados y perceptores de la mencionada asignación, con tasas que van desde el 40 y al 50% (aproximadamente la mitad de la que se ofrece en bancos). Estas medidas, especialmente debido a su impacto en el consumo masivo, podrían haber empezado a actuar durante el cuarto mes del año.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

Durante lo que resta del segundo trimestre, las expectativas sobre la cosecha agrícola auguran un significativo repunte del sector. Sin embargo, por el momento no es claro que esta dinámica se traduzca en un incremento de la actividad en la comparación interanual, ya que pese a que el cambio en el esquema de intervención en el mercado cambiario redujo las expectativas de devaluación y con ello, la de inflación para los próximos meses, la lenta recuperación del salario real no permitirá que un mayor consumo de bienes y servicios traccione lo suficiente para contribuir a un despegue sostenido de la economía de cara al resto del año.
En este punto, juega un rol central el paquete de medidas en favor del consumo. Si la recuperación del poder adquisitivo es paulatina, las políticas mencionadas –así como la mejora en las condiciones de Ahora 12, relanzamiento de los créditos Procrear- en conjunto con el pago del medio aguinaldo en junio y los ajustes por movilidad para los jubilados, serán un buen puntapié para dinamizar algunos sectores en un contexto de un significativo consumo reprimido.
De todos modos, tal como advertimos el mes pasado, persisten dos factores negativos. La política de tasas altas e incertidumbre política que afectan las decisiones de inversión y de gasto de los agentes. Por lo tanto, el shock positivo del campo se diluirá y la actividad tendrá dificultades para continuar la eventual recuperación en la segunda mitad del año.

 

 



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