Política

El timing de la recuperación: ¿recalculando el escenario electoral?

La ratificación en febrero de que la crisis económica sigue siendo corrosiva para el Gobierno en cuanto a indicadores de opinión pública, pese a la ventana de recuperación que se había abierto en noviembre-diciembre producto de la estabilidad financiera y el éxito del G-20, empieza a poner al límite de sus posibilidades a la competitividad del oficialismo. El daño se verifica en la mayoría de los indicadores más relevantes:

  • Imagen de Gobierno: la valoración del desempeño del Gobierno cae en febrero al nivel más bajo de todo el ciclo (25% de imagen positiva y 58% de imagen negativa)
  • Preocupaciones: en febrero se recalienta la preocupación por la inflación, que vuelve a superar el tercio de menciones. De esta forma, crecen las preocupaciones económicas.
  • Expectativas: siguen hundidas en el pesimismo y solo 1 de cada 4 encuestados cree que el país mejorará en un año, y solo 1 de cada 5 que su situación personal mejorará.
  • Imagen de Dirigentes: la imagen de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió, está en los niveles más bajos del ciclo. La imagen negativa de Macri superó por 1ra. vez el 50%.

Y si bien los niveles de apoyo electoral aún resisten por encima del 30% (30,8% en febrero), la prolongación de un escenario recesivo en materia económica podría poner bajo amenaza la voluntad de ese electorado, que podría terminar migrando a una opción alternativa.

¿Cómo podría reconfigurar el escenario electoral una prolongación de la crisis económica?

Si bien el escenario electoral se ha venido mostrando bastante estable (hace 7 meses que el oficialismo y el kirchnerismo sostienen niveles de apoyo electoral cercanos al tercio de los votos), la situación económica le está poniendo presión a las tendencias electorales.

La persistencia de una situación económica recesiva podría producir dos efectos inversos sobre el escenario: 1) debilitar los niveles de apoyo al oficialismo y 2) fortalecer los niveles de apoyo de Cristina Fernández de Kirchner, la principal rival opositora al Gobierno. Sin embargo, lo primero aún no se evidencia y lo segundo tampoco pareciera poder producirse, siendo que permanecen elevados los niveles de rechazo de a la figura de CFK (53% de imagen negativa).

Lo que sí es seguro es que los niveles de apoyo de CFK no parecieran estar siendo amenazados por ningún factor, y sí lo están siendo los apoyos del oficialismo por una persistente crisis económica que no muestra señales de recuperación. Y ello es importante para pensar escenarios alternativos.

Siendo que el escenario hoy más probable para la definición de la elección presidencial es una segunda vuelta entre Macri y Cristina. No obstante, su reconfiguración más probable, si la crisis económica persistiera, no sería mudarnos a un enfrentamiento entre Macri y un candidato moderado, sino a la confrontación en una segunda vuelta de dos dirigentes opositores. En este sentido, la evolución de la economía se transformará en una variable clave para la definición de la tendencia electoral:

  1. Si la recuperación llegara a tiempo, ello consolidaría un escenario de confrontación entre Macri y CFK, que podría ser más favorable para el Gobierno que para la ex Presidente;
  2. Si la recesión se prolonga, los apoyos al oficialismo podrían resentirse e ir a fortalecer otra alternativa que le permita a ese electorado defenderse de un eventual regreso de CFK al poder.


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