¿Cómo cerraron el año los salarios de la economía?
El INDEC informó que los salarios de la economía crecieron 5,3% mensual en diciembre. Este número fue traccionado por una suba de 9,2% de los salarios públicos (cerrando el año con un crecimiento de casi 100%). Por su parte, los salarios del sector privado registrado avanzaron 4,5% en el último mes del año (casi 94% “punta a punta”), mientras que los de los asalariados informales subieron apenas 0,5%. Como consecuencia, sólo crecieron 65% a lo largo del 2022, 30 p.p. por debajo de la inflación del período (94,8%).
De este modo, los salarios registrados reales crecieron 0,7% durante 2022, cortando una racha de cuatro años consecutivos de caídas iniciada en 2018. La mejora fue impulsada por el avance de 2,1% de los trabajadores públicos, ya que los asalariados privados lograron apenas evitar la pérdida del poder adquisitivo (0%).
El principal factor que dio lugar a este fenómeno fue el acortamiento de las negociaciones paritarias, que permitió que los acuerdos sean menos permeables a la erosión ocasionada por las “sorpresas” inflacionarias (shock de precios internacionales y post renuncia del exministro Martín Guzmán). Todo esto tuvo lugar sobre un piso alto, dado por las renegociaciones paritarias correspondientes a 2021, que a comienzos de año imprimieron subas significativas en el primer trimestre (5% mensual promedio).
Sin embargo, la performance es más preocupante si incluimos a los trabajadores informales. Al no estar alcanzados por las paritarias, las recomposiciones no fueron ni tan grandes ni tan frecuentes, condenando a este grupo a ser la variable de “ajuste” del mercado laboral ante la aceleración de la inflación, sufriendo una pérdida promedio de 7,6% del poder adquisitivo a lo largo del año pasado. En este sentido, considerando que estos trabajadores se concentran en los deciles de ingresos más bajos, no es casualidad que, junto a esta dinámica, el año pasado se haya dado también una fuerte expansión de los ingresos familiares per cápita de esta parte de la población, evidenciando el ingreso al mercado laboral de nuevos miembros para apuntalar los ingresos familiares.
Conjuntamente, los salarios reales de la economía cedieron 0,8% en promedio el año pasado, continuando el deterioro acumulado desde 2018, que ya roza el 22%.
¿Qué esperamos para 2023?
La naturaleza del plan económico del Gobierno para el último tramo de su mandato no permite pensar en que la dinámica sea muy diferente en los próximos meses.
Por un lado, pese a la intención oficial de ordenar las paritarias en torno al objetivo de 60% anual, la inflación que tendrá lugar en los primeros meses del año (más cerca del 5-6% que del 3-4% mensual) complicará esta estrategia tras la premisa de evitar, en lo posible, la continuidad del deterioro del salario real.
El principal vehículo para ello será validar paritarias que, independientemente de la magnitud de los aumentos, se caractericen por ser de corta vigencia, permitiendo cierta adaptabilidad a la nominalidad a lo largo del año. De este modo, prevemos que, en general, los trabajadores formales continuarán siguiendo de cerca la inflación nacional. Particularmente, esperamos que el salario real registrado vuelva a exhibir un crecimiento levemente por debajo del 1% en el promedio anual, arrojando como resultado una caída del orden de 4,5% a lo largo de los cuatro años del Frente de Todos.
En cambio, la dinámica de los ingresos de los trabajadores informales continuará rezagada. No lograrán recomponer lo cedido este año y tampoco esperamos que estén cerca del avance de los precios en el corriente, totalizando una merma cercana a 20% de su poder adquisitivo en comparación a 2019 . En un escenario en el que no hay espacio fiscal para una generosa política social, las perspectivas para los ingresos reales de los sectores más vulnerables no resultan muy auspiciosas tampoco durante 2023.