Luego de experimentar un abrupto incremento positivo como consecuencia de la respuesta que dio ante la crisis sanitaria que disparó el coronavirus, la valoración del desempeño del Gobierno finalmente vuelve a acomodarse en los valores vistos a principio de año, ratificándose la tendencia observada en los estudios anteriores. La imagen positiva se ubica en julio en 42,3% mientras que la imagen negativa hace lo propio en 41,3%. La imagen positiva cayó 22 p.p. en los últimos 3 meses, luego del pico de abril de 64,3%.
Esta volatilidad tuvo su correlato en las preocupaciones en los últimos cuatro meses debido a la incertidumbre que generó el efecto de la pandemia y la cuarentena. El registro de este mes marca a la preocupación por el desempleo como la máxima intranquilidad de la sociedad, ubicándose en 27,8%. La última vez que esta preocupación lideró el ranking fue en octubre de 2017. La preocupación por la corrupción, que yace en la porción de la sociedad que es opositora al Gobierno, se ubica segunda con un 24,6%. Más abajo se encuentra la salud, que descendió casi un 50% desde el overshooting visto en abril, quedando cuarto lugar la preocupación por la inflación.
Por lo tanto, en el momento sanitario más crítico, la preocupación ciudadana por la pandemia frente a la preocupación por la economía arroja uno de los diferenciales más altos del registro: un 52,9% afirma estar más preocupado por la situación económica que por el COVID, mientras que a la inversa encontramos un 44,6%. Si bien habría más motivos para estar preocupados por el coronavirus hoy que a fines de marzo, la situación económica entró en una dinámica de deterioro que termina preocupando más a la gente de lo que preocupa el virus en su peor momento de la pandemia en Argentina.
En este sentido, en un contexto donde aumenta la cantidad de casos que se registran diariamente de coronavirus, se mantiene la tendencia mayoritaria de flexibilizar la cuarentena. Un 53,9% afirma que la flexibilizaría, un 23,6% afirma que la endurecería, y un 17,1% que la sostendría como está. La tendencia ratifica que la cuarentena pudo ser efectiva para contener la situación sanitaria, pero que no es una opción viable mantenerla en el tiempo de manera “indefinida”.
En síntesis, en el peor momento de la pandemia, se observa más preocupación por la economía, menos predisposición a la cuarentena y menor evaluación de lo hecho por el Gobierno.