Sectorial

Consumo de Servicios Públicos: lo peor está por venir

¿Qué pasó?

En julio, el Indicador Sintético de Servicios Públicos elaborado por el INDEC no mostró avances (-0,1% i.a.) y se encuentra bajo terreno negativo desde octubre de 2017 (con excepción de abril que marcó un leve crecimiento del 0,4% i.a.). En los primeros siete meses de 2018, acumula una caída del 0,8% i.a. liderada por los sectores vinculados a la comunicación: telefonía fija, telefonía móvil y correo postal.

¿Qué explica la caída?

Por un lado, el encarecimiento relativo de los servicios públicos y, por el otro, el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y el menor ingreso disponible de las familias. Bajo este contexto, se ven obligadas a cambiar hábitos de consumo y reordenar prioridades en el gasto.

En este sentido, dentro de los servicios públicos que acumulan contracciones a julio se encuentran los sectores que podrían considerarse menos esenciales respecto al resto, como es el caso de los servicios de comunicaciones. En los primeros siete meses del año se dieron de baja 500 mil líneas de teléfono fijo y 1,4 millones de líneas de celulares. Por su parte, el correo postal se redujo 2,4%, lo que se traduce en 2,2 millones de envíos menos que en diciembre de 2017.

Por su parte, el marcado aumento del precio de los servicios públicos por encima de la inflación genera sobre las familias un mayor control sobre el consumo de estos, congelando la demanda o retrayéndola levemente. En esta línea, el transporte de pasajeros exhibe un brusco freno en los dos últimos meses (+0,5% i.a. en junio y +0,7% i.a. en julio). Particularmente, el precio del servicio de transporte público de pasajeros acumuló una suba del 35% a julio, liderada por los ómnibus (+56%), frente a una inflación del 19% a dicho momento. Como consecuencia, el transporte urbano terrestre retrocedió 3,5% i.a. en julio. A ello se suma que la caída del salario real y la devaluación del Peso desincentivaron el turismo de los argentinos, tanto en el interior como en el exterior del país, afectando la demanda de servicios de transporte y peajes. Por caso, la cantidad de pasajeros transportados en vuelos internacionales marcó dos meses de caída consecutiva (-3% i.a. en junio y -2,5% i.a. en julio), luego de crecer ininterrumpidamente desde julio de 2015. Por su parte, los servicios por peajes en rutas nacionales se desplomaron 14% i.a. en el séptimo mes del año, en línea con la menor actividad turística en las vacaciones de invierno (los viajeros residentes cayeron 6% i.a. en julio).

En el caso del consumo de electricidad y gas, este no muestra un deterioro en los primeros siete meses de 2018 debido a que se combinaron las bajas temperaturas registradas en el invierno y los aumentos escalonados de las tarifas por lo que, al mes de julio, el consumidor aún no había percibido plenamente el incremento en el precio de la energía.

¿Cuáles son las perspectivas?

La contracción del consumo de servicios públicos se profundizará en lo que resta del año. Por un lado, la aceleración de la inflación y el fuerte retroceso del poder adquisitivo de los salarios devenido con el último salto cambiario auguran un retroceso de la demanda. Particularmente, transporte de pasajeros y peajes marcarán contracciones profundas frente a la menor actividad turística de los argentinos y al incremento del precio de los combustibles. A ello se suma que se prevén nuevos aumentos para el transporte público de pasajeros y peajes en octubre, lo que terminará por desincentivar aún más la demanda de estos servicios. De igual manera, la recesión de la economía tendrá su correlato en una caída de la demanda por servicios de transporte de carga y de correo postal, como así también en un menor consumo de energía desde la industria y el comercio.

Finalmente, en la última parte del año las familias comenzarán a sentir el efecto pleno del aumento de tarifas de energía, por lo que el consumo de electricidad y gas mostrarán variaciones negativas. Para el último mes del año, el precio del gas se habrá incrementado 75% i.a. y el de la electricidad 54% i.a., frente a una inflación rondará que el 45% i.a.



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