En Colombia, la correlación entre el precio del petróleo y la tasa de cambio, en los últimos años, ha sido fuerte y negativa, como se ve en la gráfica 1, en donde la línea negra es el coeficiente de correlación entre estas dos variables, las líneas azules representan el intervalo de confianza al 95% y la roja es el R cuadrado. Como sucede en la mayoría de países en donde los hidrocarburos son una proporción importante de la canasta exportadora, cuando el precio del petróleo es alto se presenta un gran crecimiento de la oferta de divisas producto de las exportaciones, lo que se traduce en una revaluación significativa del peso. Esto sin duda ha generado crecimiento económico, dado que se obtienen mayores ingresos por el petróleo que exporta el país y por lo tanto se crea una sensación de bonanza. Entre 2008-2014, el precio promedio del petróleo fue de 89.11 dólares por barril, durante estos años la tasa de cambio se ajustó de acuerdo al precio de las exportaciones de hidrocarburos, lo que abarató las importaciones, y tuvo un efecto sobre el precio final de las exportaciones del resto de sectores, generando así síntomas de enfermedad holandesa.
Por otro lado, el comportamiento del petróleo ha afectado el déficit en cuenta corriente pues el valor de las exportaciones cayó. Por el lado del déficit del Gobierno Central (GNC), con la caída de los precios del petróleo se dejaron de percibir ingresos con los que se había hecho la planeación fiscal, por lo que el ajuste tuvo implicaciones que llevaron a la Reforma Tributaria de 2016 e incluso a flexibilizar la Regla Fiscal en mayo de 2018.
En este orden de ideas, el panorama para Colombia en términos de crecimiento, aunque mejora con los pronósticos actualizados del precio del petróleo, sigue generando escepticismo, pues el boom exportador de commodities de años anteriores no va a volver a suceder por cuestiones de demanda externa y restricciones en la productividad interna, y en cambio se van a empezar a materializar los efectos tanto en el sector real como en el externo y financiero de una economía que lleva varios años dependiendo de manera importante del petróleo.