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Chile | Un año difícil

El Presidente Sebastián Piñera completó el primer año de su segundo período el 11 de marzo pasado. La evaluación es, en general, positiva, por los resultados económicos logrados, pero más bien negativa en cuanto a la implementación de su programa de gobierno y a la generación de condiciones que permitan acelerar el crecimiento de la economía, reducir la desigualdad y cerrar la brecha con el mundo desarrollado.

El crecimiento habría llegado a 4%, lo que se compara muy favorablemente con el 1,7% de promedio del gobierno anterior. El déficit fiscal efectivo se redujo a 1,7% del PIB, lográndose un avance también en el déficit cíclicamente ajustado. Por primera vez desde 2013, además, el gasto público creció menos que el PIB y la deuda pública creció sólo marginalmente. Todo esto gracias a un severo ajuste implementado por el Ministro de Hacienda en el tercer trimestre del año. Las otras variables macroeconómicas también mantuvieron una evolución favorable: la inflación cerró el año bajo la meta de 3% (2,6%); el desempleo, si bien subió marginalmente a 7%, se mantiene dentro de rangos razonables y similares a los de años recientes; las condiciones financieras se mantienen positivas, con acceso amplio y razonablemente barato al crédito; el tipo de cambio estable en promedio y con un proceso de normalización de la Tasa de Política Monetaria (TPM) gradual.

Que el gobierno esté en minoría en ambas cámaras del Congreso dificulta la aprobación de los proyectos asociados al programa del Presidente. Sin embargo, también hubo lentitud en la presentación de los proyectos, especialmente el de reforma tributaria que, finalmente, ha resultado bastante parcial y tímido.

No obstante lo anterior, las perspectivas legislativas son relativamente favorables para este año, estimándose que la reforma tributaria finalmente se aprobará, aunque en términos que, seguramente, diferirán significativamente del planteamiento oficial inicial. En la misma línea, se espera que haya avances importantes en los ajustes al sistema de pensiones y a la legislación laboral, quedando un poco más rezagada la reforma de salud.

En lo económico, el panorama externo no ayuda mucho y la desaceleración abrupta del crecimiento en el tercer trimestre del año pasado, ha generado una baja inercia al comienzo del presente año. Desde esta perspectiva, llegar a un 3,5% de crecimiento será difícil, si es que se logra pero, en cualquier caso, el primer semestre será especialmente débil por factores estadísticos, aunque la velocidad del crecimiento en el margen se ha acelerado claramente.

Se espera que la inversión continúe siendo el motor del crecimiento, pero con un aumento mayor que el año pasado, lo que debería reflejarse, tal vez durante el segundo semestre, en una aceleración importante del crecimiento del empleo y las remuneraciones, que se notaría en el consumo.

En el caso de las demás variables macroeconómicas no se esperan mayores novedades. La inflación se ubicaría en torno al piso del rango de tolerancia de la meta de inflación (2%); el tipo de cambio mantendría una leve tendencia a la baja si el precio del cobre ratifica su recuperación de la primera parte del año; el déficit fiscal experimentaría una nueva reducción, pero no muy grande, tanto en términos efectivos como cíclicamente ajustados; la TPM se mantendría estable, tal vez, todo el año, o subiría solo una vez y el desempleo mostraría alguna reducción.

El escenario externo es potencialmente muy decisivo en explicar los resultados de la economía chilena y la incertidumbre existente es muy alta. Sin embargo, si las condiciones externas no empeoran claramente respecto de las actuales, el año sería más bien favorable y con perspectivas mejores para 2020, aun cuando el crecimiento global se mantenga más bien deprimido. En 2020, por otro lado, también se inicial el ciclo electoral, en el ámbito municipal y, por primera vez, en el de los gobernadores que dirigirán las regiones del país con algo de autonomía para administrar parte del presupuesto. En 2021, por último, corresponde realizar las elecciones presidenciales y parlamentarias, que llevarán a un nuevo cambio de gobierno en marzo de 2022.



Gemines (Alianza LAECO)

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