Economía
El impacto de la crisis política, iniciada el 18 de octubre, está teniendo efectos dramáticos sobre la actividad económica. Aun cuando no se tiene aún información oficial, es evidente que el PIB se contrajo en octubre y noviembre, situación que se extendería al último trimestre completo. El grado de incertidumbre es tan alto que las proyecciones para 2020 son solo referenciales. El peso se ha devaluado fuertemente ubicándose en torno a $790 al momento de escribir este comentario. Se espera que la elevada volatilidad se mantenga. El impacto sobre la inversión y el consumo de durables se supone será muy severo el próximo año, lo mismo que sobre el empleo. Si bien la inflación fue alta en octubre (0,8%) ello no se explica por la actual coyuntura, sino que por algunas alzas puntuales que se revertirían en noviembre. La perspectiva de la inflación también es incierta, con presión al alza por la devaluación pero, al mismo tiempo, a la baja por la caída en la demanda.
Política
La crisis política no parece tener un final próximo. La debilidad del gobierno es creciente y se encuentra arrinconado por la violencia extrema que se ha producido en muchas de las manifestaciones y el escaso apoyo prestado por la oposición, que ha tenido una posición ambigua frente a la violencia, especialmente algunos sectores y que, aprovechando la debilidad del gobierno, exige cada vez más. Lo que ya es un hecho cierto es que se cambiará la Constitución, aunque el mecanismo no está claro. La posibilidad de una Asamblea Constituyente ha ido aumentando, aunque no se sabe nada más. Esto haría necesario un plebiscito en los próximos meses y el proceso de redacción de la nueva Constitución, y su posterior aprobación, debería quedar concluido antes de noviembre de 2021, fecha de las próximas elecciones presidenciales. Con todo, no se puede descartar una renuncia anticipada del presidente Piñera, que complicaría enormemente todo el proceso, que es lo que buscan los grupos violentistas y algunos partidos.