El promedio de aumentos salariales supera la línea del 90% en octubre

Los aumentos salariales se acercan a la inflación

Los gremios acomodaron sus paritarias con cierto desfasaje debido a la especulación y la fecha de las cláusulas de revisión: en septiembre y octubre acomodaron el salto inflacionario de julio y agosto. El mes pasado observamos un salto de más de 10p.p. en el promedio de los acuerdos salariales y, este mes, volvemos a observar un fenómeno casi idéntico. Esto nos deja aumentos salariales cerrando, en promedio, en torno al 90,7% anual, número que
se acerca mucho más a la inflación proyectada de lo que veníamos observando meses anteriores (en agosto, el promedio de aumentos paritarios rondaba el 71,1%). A falta de tres datos de inflación del INDEC para que finalice el año, es altamente probable que este promedio continúe su tendencia alcista y cierre el año por encima de la barrera de los tres dígitos.

Evolución del proceso paritario 2022

Este mes, transitando la época del año en donde se suele revisar el grueso de los acuerdos paritarios anuales, el promedio alcanzó el 90,7%, lo que lo ubica 10p.p. por debajo de la inflación proyectada por el REM, aproximadamente. Es muy probable que este número de otro salto similar el mes próximo y, en caso de que el ritmo inflacionario no desacelere, se continuarán retroalimentando en el corto plazo, lo que implica una espiralización aún mayor.

Este mes, los aumentos más destacados se dieron en los gremios del calzado y la industria del vidrio, paritarias que cerraron en 113% y 112% respectivamente. Por detrás se ubicaron los Aceiteros, cerrando su acuerdo en torno al 98% anual. Los gremios con acuerdos más bajos fueron SMATA y la federación de la carne, cerrando en 72,5% y 80% respectivamente

 

La expectativa sobre el futuro mejora ante un eventual cambio de gobierno

A lo largo de los últimos meses hemos venido resaltando la curiosa persistencia de los niveles de pesimismo extremadamente altos que venimos viendo respecto del futuro del país y del futuro personal. Y venimos destacando que buena parte de ese pesimismo proviene de votantes opositores. Ello nos llevó a evaluar la hipótesis de si el supuesto de un cambio de gobierno pudiera cambiar esa expectativa negativa, y efectivamente los resultados confirman esa hipótesis. Cuando un 65,2% es pesimista sobre el futuro del país de acá a un año, si se incorpora la hipótesis de un cambio de gobierno la expectativa se revierte y una mayoría de 45,3% considera que el país mejorará si ello ocurre.

Algo similar ocurre en materia de expectativas sobre el futuro personal. El pesimismo se ubica este mes en torno al 54,2%, mientras que quienes afirman que dicha situación mejorará en el lapso de los próximos 12 meses se ubican en torno al 15,9%. Pero, si incorporamos la hipótesis de un cambio de gobierno en el próximo año, el pesimismo cae hasta el 18,5%, mientras que el optimismo salta hasta el 39,5% y un 16,2% observa con incertidumbre el asunto.

Se recupera marginalmente la imagen positiva del presidente luego de 8 meses

En octubre registramos, luego de 8 meses de caída sostenida, una recuperación marginal de 1,3 p.p. en la imagen positiva del presidente Alberto Fernández, que es acompañada también de una recuperación por el lado de su imagen negativa, donde registramos una caída de 4,2 p.p. Se trata una mejora que no permite reducir significativamente el diferencial negativo de imagen, que muestra una imagen negativa todavía por encima del 70% y una positiva por debajo del 20%. En todo caso, su decisión de mostrarse activo y con capacidad aún de tomar decisiones (designó reemplazos en su gabinete sin consultar a sus socios) pudieran explicar la mejora. Habrá que ver si la recuperación es incidental o responde a un cambio de tendencia en esta variable.

 

El congreso se apresta a elegir los nuevos consejeros de la magistratura

Los mandatos de los actuales consejeros vencen el 20 de noviembre y deberán renovarse con la integración de los 20 miembros. Ya hay 4 miembros confirmados y restan confirmar los 16 restantes, los representantes de los Jueces, Abogados y lo Legisladores que representarán al Poder Legislativo.

Elección de los 4 representantes de los jueces

Los jueces deberán elegir los 4 representantes para la renovación de sus posiciones en el Consejo. que deberán ser 2 hombres y 2 mujeres para cumplir con los compromisos en materia de igualdad de género. Competirán 3 listas: 1) la lista Celeste que agrupa a los magistrados cercanos al gobierno liderada por el camarista penal Alberto Lugones; 2) la Lista Bordó del sector más crítico con el oficialismo, liderada por el juez de la poderosa Cámara Federal de Casación Penal, Diego Barroetaveña; y 3) la Lista “Compromiso Judicial” liderad por el camarista Comercial Eduardo Machín. La elección está judicializada, ya que se impugnó la posibilidad de que Lugones continue como consejero, ya que está prohibida la reelección. El tema llegó a la Corte Suprema que deberá resolver, vía Per Saltum, si le otorga o no la posibilidad de crecer.

Elección de los 4 representantes de los abogados

Los abogados también deberán elegir los 4 representantes para la renovación de sus posiciones en el Consejo, que también deberán ser dos hombres y dos mujeres. También acá habrá 3 listas en competencia: 1) entre los abogados más afines al oficialismo, se presentará la lista liderada por el exdiputado nacional y abogado laboralista Héctor Recalde, y el Presidente del Colegio de Abogados Avellaneda-Lanús, Adriana Coliqueo; 2) una de las listas de sectores opositores al gobierno estará liderada por los abogados Miguel Piedecasas y la actual consejera, Jimena de la Torre; 3) la tercera será la lista “Nueva Abogacía Federal”, liderada por María Fernanda Vázquez, Decana de la Facultad de Derecho de Lomas de Zamora, e Ignacio Segura, Presidente del Colegio de Abogados de Córdoba.

Elección de los 4 representantes de los senadores de la nación

En el caso de los legisladores que representarán a los Senadores, deberán ser elegidos 2 representantes por la mayoría, 1 por la primera minoría y otro por la segunda minoría. La elección del 4 representante para completar la composición de 20 miembros no estuvo exenta de polémica, por la jugada del oficialismo de dividir los bloques en el Senado y llevarse una banca por la segunda minoría. El tema está judicializado. Lo cierto es que reuniendo el FDT y JXC más del 90% de las bancas, será difícil que la distribución no termine con la elección de 2 Senadores del oficialismo y 2 representantes de Juntos por el Cambio.

Elección de los 4 representantes de los diputados de la nación

En el caso de los legisladores que representarán a los Diputados, también deberán ser elegidos 2 representantes por la mayoría, 1 por la primera minoría y otro por la segunda minoría. Aquí también probablemente puede ocurrir que, reuniendo el FDT y JXC más del 90% de las bancas, sea difícil que la distribución no termine con la elección de 2 Diputados del oficialismo y 2 representantes de Juntos por el Cambio, siendo estos dos últimos representantes de la primera y segunda minoría.

Esta nueva composición durará 4 años, hasta el 2026, pero estará sujeta a que se pueda lograr consenso en el Congreso para la sanción de alguna reforma que modifique la actual composición. Parte de esa dinámica estará definida por el resultado electoral, que determinará qué mayorías serán posibles reunir para alter esta composición que quedará establecida a partir de noviembre de 2022.

El proceso paritario perdió pauta de referencia y se dispersan los acuerdos

La incertidumbre respecto de cuál va a ser la inflación a fin de año se ha apoderado del proceso paritario. Esa incertidumbre, que siempre genera un acortamiento de los contratos, afectó la dinámica paritaria generando que proliferen acuerdo de aumentos por períodos más cortos de tiempo, para dejar una instancia de revisión que permita complementar el período que falta.

Esta particularidad trae pros y contras. Por un lado, genera que los números que se comuniquen no sean tan altos, afectando las expectativas de inflación. Al fijarse aumentos por períodos de tiempo más cortos, se comunican acuerdos más bajos de los que se comunicasen si se proyectara un aumento para los próximos 12 meses. Pero también se pierde referencia en el proceso y se produce una dispersión peligrosa, que además puede terminar impulsando el promedio de aumento que finalmente se alcance para todo el año. De hecho, si se hace un ejercicio de anualizar los acuerdos firmados por períodos más cortos de tiempo, se llega a un promedio de aumentos alcanzados en abril del 76,5%. Bien por encima de las proyecciones de inflación.

Evolución del proceso paritario 2021-2022

Habiendo quedado en el pasado la pauta del 40% insinuada por el Gobierno a comienzos de año, el proceso paritario ha perdido toda ancla de referencia. Se suceden acuerdos cortos, para períodos inferiores al año, y se deja el resto para acordar más adelante. El tema es que si uno hace el ejercicio de anualizar esos acuerdos, la velocidad de aumentos de salarios para los periodos acordados llega al 78,2% anual, si se replicara la misma velocidad para el período que resta acordar. Esto provoca además una dispersión muy marcada de la velocidad de los acuerdos firmados. El ejercicio de anualizarlos nos permite compararlos, y se llega a registrar diferencias de hasta 40 p.p. de aumento entre uno y otros. Al margen que tenemos acuerdos que incluyen recomposiciones de paritaria 2021 lo que dificulta más el ejercicio de comparación.

El acuerdo con el FMI alumbra el primer gesto de liderazgo del presidente, pero la crisis en el Frente de Todos deteriora la gobernabilidad

El acuerdo con el FMI expuso una fisura profunda dentro del oficialismo  

Desde el comienzo de este ciclo se sabía que el principal escollo que enfrentaba la coalición gobernante era renegociar la deuda con el FMI para reprogramar los vencimientos imposibles de afrontar por la Argentina. La pandemia y las elecciones funcionaron como excusas para postergar el acuerdo. Pero con la pandemia en retiro y con las elecciones atrás, el Gobierno se zambulló en la negociación y la tensión político-interna dentro del oficialismo afloró de la mano de las dificultades que fue encontrando el Gobierno para lograr los objetivos que se había planteado para la discusión: más plazos, menos intereses, un esfuerzo fiscal menos exigente, etc.  

Con reservas escasas y negociando en condiciones de extrema debilidad, el principio de acuerdo que finalmente se alcanzó estuvo lejos del que se buscaba, y eso detonó las diferencias internas dentro del oficialismo por la estrategia y los resultados de la negociación. De hecho, así lo planteó Máximo Kirchner en su renuncia a la presidencia del bloque días después de que se anunciara el acuerdo, marcando un nivel de fisura dentro del oficialismo hasta aquí nunca visto, ya que no se acompaña la principal decisión que ha tomado Alberto Fernández en su ciclo. 

Para analizar la reacción de Máximo Kirchner, se podría apelar a la distinción que Max Webber hacía de las éticas que guían la conducta de los políticos, y entender que Máximo está actuando bajo la ética de la convicción y el presidente bajo la ética de la responsabilidad. Pero ese análisis no sería justo con la dimensión política del asunto que muestra que entre Alberto Fernández y el kirchnerismo se ha venido cavando una zanja profunda de diferencias que pudieran haber llegado a un nivel irreversible. Se vuelve difícil pensar que esta alianza pueda continuar, en los mismos términos que la conocimos.  

En realidad, la decisión de Alberto Fernández (acordar con el FMI) y la decisión de Máximo Kirchner (renunciar a la presidencia del bloque) conviene analizarlas bajo la ética de la conveniencia. Los dos parecieran responder a su propio sistema de incentivo, y lógicamente a su percepción relativa de los hechos y sus condicionantes. Bajo esa perspectiva, lo sucedido tiene lógica. 

La diferencia sobre la cuestión de fondo (el acuerdo alcanzado con el FMI), no solo expone una fisura profunda dentro del oficialismo, sino que marca un antes y un después para la dinámica interna dentro del Frente de Todos. El presidente ha decidido avanzar por fuera del tutelaje kirchnerista sobre su gestión, y ello le planteará desafíos enfornes a la hora de implementar el programa que finalmente se acuerde, porque un sector interno del oficialismo estará presto a cuestionar o criticar las consecuencias negativas del programa y ello agiganta el riesgo político.  

Por otro lado, la novedad de tener un presidente que decide tomar con más determinación el volante del automóvil (el que decido soy yo, dijo sobre el acuerdo), algo que pudiera ser positivo frente a las dificultades que esta coalición ha mostrado a la hora de tomar decisiones; se produce en el mismo momento en que, por la fisura oficialista, se debilitan las condiciones de gobernabilidad. El liderazgo presidencial emerge cuando la coalición se debilita por sus diferencias internas. 

El 2022 comienza con caídas en los niveles de optimismo sobre el futuro

Como habitualmente sucede, las expectativas de la opinión pública sobre el futuro económico del país y el futuro económico personal suelen sufrir caídas en los comienzos de año. El 2022 no fue la excepción, ya que comenzó con caídas en los niveles de optimismo, con el pesimismo aún elevado. 

Las expectativas sobre el futuro económico del país registran este mes un nivel de pesimismo del 61,2%, mientras que solo un 20,5% cree que la situación del país mejorará. 

En cuanto a las expectativas por el futuro económico personal, un 47,8% cree que su situación empeorará en ese mismo lapso, contra apenas un 20,1% que se muestra optimista y cree que la misma mejorará. 

El pesimismo pudiera estar siendo impulsado por la ola de COVID que azota al país este mes.

A su vez, las preocupaciones ciudadanas reflejan de manera clara la actual situación del Gobierno: la preocupación por la inflación, se ubicó este mes en 45,6%. La aceleración inflacionaria impactó profundamente en la ciudadanía y prácticamente uno de cada dos encuestados por Synopsis afirma que es su principal preocupación.

En cuanto al resto de las preocupaciones, la preocupación por la corrupción este mes se ubicó nuevamente por encima del 30%. La variable desempleo queda tercera, en torno al 6%. De este modo, las preocupaciones económicas siguen estando por encima del 50%. 

En cuanto a la preocupación por la salud, se refleja un aumento considerable en la misma, teniendo en cuenta que, en noviembre, la preocupación por esta variable tendía a 0. Este mes se ubicó cuarta, con aproximadamente 5% de las menciones. 

Vuelve a resaltar este mes que, dentro de los votantes que acompañaron al Frente de Todos en las últimas elecciones legislativas, la preocupación es mucho mayor que en el total de la muestra: este mes, entre quienes votaron al FdT en las últimas elecciones, un 59% afirma que su principal preocupación es la inflación, 13,4p.p. por encima del total. 

Casi todos los principales acuerdos vienen corriendo arriba de la inflación

Los acuerdos salariales del 2021 cierran el año en buena forma, a pesar de la aceleración inflacionaria que se evidenció a lo largo de todo el año. La idea de todos los acuerdos era llegar en buena forma para el mes de noviembre, la fecha electoral, pero aún así están cerrando diciembre con sus acuerdos corriendo por encima de la inflación.

Claro está que cada acuerdo tiene su timming y su situación particular. Un caso interesante es el de Comercio que ha venido corriendo en desventaja contra la inflación y que espera su revisión en enero. El 9% recibido en noviembre les permitió reponerse, pero en enero estarán nuevamente corriendo por debajo de la inflación.

Bancarios, que inicia su paritaria el primer mes del año, está cerrando el 2021 casi en línea con la inflación. Si el aumento de precios de diciembre se acerca al 4%, posiblemente termine ligeramente por debajo de la inflación acumulada, pero contabilizando el bono por el día del bancario la cuenta le dará positiva.

Gastronómicos es el gremio más golpeado precisamente porque la actividad fue de las más golpeada por la pandemia. Todavía vienen corriendo por debajo de la inflación, ya que hubo una recomposición salarial del 2020, pero todavía poco para la paritaria de este año. Tendrán varias cuotas de aumento en el primer semestre del 2022.

Dos rubros que tuvieron continuidad en sus actividades durante la pandemia (Sanidad y Alimentación), y que están conducidos por los hermanos Daer, vienen mostrando una recuperación muy profunda del poder adquisitivo. Habrá que ver cómo terminan hacia el final del acuerdo, pero van camino a estar por encima de la inflación.

Por su parte, Camioneros, que tiene su acuerdo paritario a mitad de año, tuvo la oportunidad de iniciar negociaciones con la pauta oficial del 30% ya superada. Eso permitió negociar un acuerdo más acorde a la inflación prevista para el año. Igualmente, tendrá su revisión en febrero por si la inflación de diciembre-enero está por encima de lo previsto.

El reforzado bicoalicionismo obliga a todos a convivir con las diferencias

El escrutinio definitivo de las elecciones generales del 14 de noviembre le puso forma final a un resultado electoral adverso para el oficialismo, una cosecha que si la comparamos con los votos que convirtieron a Fernández en presidente en octubre del 2019, representa casi un 40% menos (casi 5.000.000 millones de votos menos). Es cierto que en una elección legislativa, partidos aliados como el Frente Renovador de Misiones (Oscar Ahuad) o Chubut Somos Todos (Mariano Arcioni), fueron por su cuenta, pero aún con ellos, el oficialismo no hubiese llegado a juntar el 35%.

Pero más allá de las implicancias para el oficialismo o para la oposición, el resultado confirma el formato bicoalicional en el que está organizada la escena política, ya que las dos principales coaliciones reunieron más del 75% de los votos. Ello define las competitividades de cara a 2023, pero también le pone marcos a la dinámica política hacia la elección presidencial, ya que al consolidarse el formato bimodal, se vuelve complejo que se genere un tercer modo. Como si la inercia bipartidista operara con fuerza para impedir una mayor fragmentación de la oferta electoral.

Ello sucede porque las dos principales coaliciones están ancladas en una base de apoyos muy sólida y refractarias entre sí, que les imprime mucha estabilidad. Esos dos núcleos duros de apoyos (el kirchnerismo y el antikirchnerismo), que reúnen entre un 25%-30% de los apoyos, resultan ser mayoritarios en cada una de la coalición, lo que impide que ambos espacios, que se repelen, modifiquen su naturaleza. Es decir, ejercen una especie de fuerza gravitacional que impide que pequeñas escisiones se alejen de la coalición y le da estabilidad a la competencia.

La estabilidad del formato la dan dos factores: 1) la autodefensa de los núcleos duros, es decir, como lo primero que buscan es imponerse al otro, los núcleos duros tienen la flexibilidad para regular su intransigencia (Cristina cediendo el primer lugar a Alberto Fernández o Macri acomodándose a un liderazgo colectivo luego de su derrota en 2019); 2) la imposibilidad de conformar un tercer modo competitivo, es decir, fuera de los núcleos duros hay electorado para conformar terceras alternativas, pero ese electorado es heterogéneo y no es un electorado políticamente activado (militante) lo que lo hace susceptible de ser centrifugado por la polarización entre los dos núcleos duros. Ambos factores operan para hacer de la grieta (la polarización entre los dos núcleos duros de votantes antagónicos), un mecanismo estabilizador del formato de competencia y organizacional de la dinámica política.

No hay nada fuera de la grieta, no hay a donde ir mientras los dos núcleos duros sigan coexistiendo. Ello favorece la conformación de coaliciones heterogéneas que muestran disiden cias internas pero que se muestran relativamente estables en su dinámica. Por ello, afirmamos que a pesar de que es motivo de discusión, por su rol en la imposibilidad de alcanzar acuerdos y políticas de estado que estabilicen el rumbo, la grieta cumple un rol estabilizador de la competencia política y de la organización del debate público. Quizá por ello el sistema político toleró mejor la crisis de lo que toleró la crisis de 2001 el sistema bipartidista de entonces.

La CGT decidida a apuntalar el liderazgo de Alberto Fernández en defensa propia

Finalmente, el Congreso de la CGT eligió nuevamente un triunvirato para integrar la Secretaría General de la entidad, que estará conformado por: el Secretario General del gremio de la Sanidad, Héctor Daer, el Secretario General Adjunto del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, y el Secretario General de Estacioneros, Carlos Acuña. Este último logró revalidar su lugar en la conducción cegetista por encima del titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, quien aspiraba a meterse en el triunvirato en representación de la industria, pero que fuera relegado por el resto de los dirigentes gremiales.

Pero más allá de la renovación de autoridades, que ratificó la reunificación de vertientes antes disgregadas del movimiento obrero en una sola unidad, el dato político de las últimas semanas es el fuerte alineamiento que ha venido mostrando la central sindical detrás del liderazgo de Alberto Fernández. Una definición que debe entenderse en el marco de las tensiones que atraviesan la Coalición oficialista entre los sectores leales a Cristina Kirchner y el resto del peronismo. La CGT parece estar dejando en claro, cada vez más y en cada paso que da, que en esa disputa se alinea decididamente detrás de la figura del Presidente.

Ese alineamiento tiene como contraprestación, obviamente efectividades conducentes por parte del Presidente. Las señales de trato preferencial que les ha dispensado Alberto Fernández vienen en consecuencia al apoyo recibido, sobre todo en el acto de “festejo” del “triunfo electoral” del miércoles 17 de noviembre: obra social, paritarias y mayor protagonismo político.

Más allá de las efectividades conducentes (gestos, apoyos y recursos), al apuntalamiento del liderazgo presidencial por parte de la CGT suena también a un gesto en defensa propia en dos sentidos: 1) para evitar que el Frente de Todos naufrague, facilite el regreso de la oposición al poder, perjudicando a todos los que lo vinieron apoyando; 2) para evitar un mayor protagonismo de Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y La Cámpora, quienes no han ahorrado críticas públicas a los principales dirigentes sindicales, marcando una distancia que no ha podio recomponerse.

Cae la imagen negativa de Alberto Fernandez, pero no logra recuperar la positiva

La imagen del presidente viene mostrando una dinámica particular desde el pico de deterioro que se registró en agosto, con 70,7% de imagen negativa, como consecuencia del “Olivosgate”. En noviembre la imagen negativa muestra una caída de más de 6 p.p. respecto de aquel 70%. Sin embargo, esa mejora no se verifica también en el otro plano de la composición de imagen, ya que la imagen positiva se sigue manteniendo en torno al 25% sin mostrar señales de recuperación.

En cuanto a la imagen de Cristina Fernández de Kirchner, se observan tendencias similares. La vicepresidenta presenta un diferencial de imagen más favorable que el presidente, ya que tiene 3 p.p. más de imagen positiva y a su vez 3 p.p. menos de imagen negativa. Actualmente, la imagen positiva de la vicepresidenta se ubica en torno al 27% y la negativa en torno al 61%. La novedad registrada en noviembre es una caída de 8 p.p. en los últimos 2 meses, desde el valor de septiembre. Una caída que se da en un contexto en donde también cayó la imagen negativa del Gobierno y la del propio presidente, ya que las variables se encuentran volviendo a la media luego de la disparada al alza en agosto, momento en que se conoció el escándalo de la foto de Olivos y el resultado de las PASO.

En síntesis, al analizar cuántos simpatizantes comparten Alberto Fernández y Cristina Kirchner y cuantos son propios, llegamos al mismo diagnóstico de septiembre: el presidente ya no tiene simpatizantes propios (apenas un 1,6%), mientras que la vicepresidenta tiene un 4,4% de simpatizantes propios. El resto de los simpatizantes de ambos son comunes, los históricos simpatizantes de Cristina Kirchner, una clara señal del poco margen que ostenta la legitimidad presidencial.

 

*El presente artículo es un extracto del “Panorama Político” que elabora mensualmente Synopsis Consultores para clientes de Ecolatina suscriptos al Módulo Político.