Hay dos certezas de cara a la renovación legislativa de este año: 1) el oficialismo mejorará su posición en el Congreso, pero 2) al mismo tiempo no le alcanzará para lograr mayorías en alguna de las dos cámaras. También se ha remarcado que, con aliados (el PRO, por ejemplo), es muy probable que LLA logre juntar más de un tercio de las bancas para defender vetos y evitar el riesgo (en el peor de los casos) de un juicio político. Lo que resta conocer con precisión es a qué distancia quedará de la posibilidad de sacar leyes.

En un ejercicio de simulación de renovación completo de las dos cámaras se puede tener una aproximación de cuánto le faltará para lograr las mayorías, y esa distancia merodea dos cifras: el oficialismo quedaría a una treintena de diputados de lograr la mayoría para sacar leyes en diputados, y a una docena de senadores para sacar leyes en la cámara alta. Obviamente, quedará más o menos lejos de esa cota según le vaya mejor o peor de lo esperado, allí está el rango de incertidumbre lógico que ofrece hoy el resultado del 26 de octubre.
En diputados, la duda es si logrará llegar a las 100 bancas junto con las 20 bancas del PRO y las 4 de otros aliados. Para ello, debería ocurrir un muy buen resultado de LLA, sobre todo en PBA (un recorte de la distancia observada el 7 de septiembre significativo) que es donde se reparten muchas bancas.
En diputados, la clave para sacar leyes estará en las negociaciones que se puedan encarar con todo un conglomerado de unos 45/50 legisladores de diferentes extracciones, pero esencialmente de legisladores que responden a fuerzas provinciales, a gobernadores o a fuerzas dialoguistas (UCR y ex aliados de Coherencia).
En el Senado, la duda será si logran el tercio de bancas junto con aliados. Aunque ya teniéndolo en Diputados no se vuelve tan necesario. Aquí los márgenes de negociación también son bien amplios. Habrá una veintena de Senadores de partidos aliados o de partidos que pueden tener una actitud negociadora con el oficialismo.
La novedad es la probable caída de la representación del peronismo por debajo de las 30 bancas en el Senado, algo que no ocurrió desde 1983. Ya había perdido la mayoría por primera vez desde entonces en 2021, en este caso estaría cayendo por debajo de 30 senadores. Igualmente no deja de ser un número considerable que lo deja a 7 de bloquear intentos del oficialismo de sacar leyes.

La forma final de la composición del Congreso se definirá post-elecciones.
Independientemente de las proyecciones de asignación de bancas en escaño, hay que comprender que más allá de que los dos grandes bloques de legisladores (oficialismo y peronismo) puedan sufrir incorporaciones ajenas a su recolección de bancas post elecciones, el resto de las bancas de las otras fuerzas estarán sometidas a un proceso de realineamiento que estará guiado por el incentivo de mejorar la posición negociadora con el oficialismo. Esas bancas se agruparán del modo más conveniente para negociar.
Esos realineamientos dependen de muchos factores, pero resaltamos los dos principales: 1) qué tan fortalecido o debilitado sale el gobierno de la elección; 2) cuál es el número final que necesitará el gobierno para lograr la mayoría para sacar leyes. Lo primero guiará la vocación de diálogo y la voluntad de integrar un bloque negociador, lo segundo los realineamientos para maximizar las posibilidades de negociación.
Habitualmente los legisladores dispersos se suelen agrupar en bloques mayores que puedan resultar bloques atractivos para la negociación. Para conocer qué significa ser atractivos para la negociación, es necesario saber cuál es el estado del oficialismo, y ello sólo se sabrá cuando la elección haya ocurrido y la distribución de bancas se haya hecho efectiva.
Los reagrupamientos probablemente sigan la lógica de los vínculos entre los gobernadores, y que estos sean la clave para la construcción de gobernabilidad legislativa en la segunda mitad de mandato. Habrá que ver en cuántos bloques se agrupan esos legisladores, pero es de suponer que haya dos grandes agrupamientos: 1) Provincias Unidas, donde confluirán los legisladores de los gobernadores que integran ese espacio y 2) Gobernadores de fuerzas provinciales, que son de diferente extracción pero que se han venido agrupando para maximizar su poder de negociación como es el caso del actual bloque de Innovación Federal.