La polarización centrifugó al centro y LLA se alzó con un triunfo al estilo JXC

La elección legislativa terminó ofreciendo un resultado fuera de lo esperado para la Libertad Avanza, que se alzó con un triunfo parecido a los de Juntos por el Cambio en 2017 y 2021. La polarización entre el Peronismo y LLA se apropió de la escena y centrifugó a la mayoría de votantes que parecían predispuestos a desviarse hacia 3ras, 4tas y 5tas fuerzas, logrando que desistan de ese voto y prefieran rescatar al Gobierno de una eventual derrota que hubiera generado consecuencias políticas y económicas no deseadas por ellos. 

Cuando decimos un triunfo al estilo Juntos por el Cambio, lo decimos porque cuando uno mira el mapa de triunfos por provincias o por secciones, las victorias de LLA se parecen mucho a las victorias de JXC en 2021: 7 de las 15 provincias que ganó LLA (Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Jujuy, PBA, CABA), son provincias que JXC había ganado en las últimas dos legislativas (2021 y 2017). Y otras 5 (Salta, Río Negro, Chubut, Misiones, Santa Cruz) son provincias que JXC había ganado en alguna de esas dos legislativas. En definitiva, las zonas pintadas de color amarillo en 2021 terminaron siendo zonas pintadas de color violeta en 2025. 

El camino para asumir esa representación, que parece natural para un espacio como LLA, estuvo intermediado por la estrategia electoral del propio oficialismo. Es decir, si LLA avanzaba en acuerdos con los representantes remanentes de lo que fue JxC, posiblemente iba a poder asumir esa representación de votantes mucho más rápido, pero si pretendía hacerlo solo sin acuerdo, le iba a costar más, ya que esos representantes remanentes de JxC iban a resistir ese avance y pretender seguir siendo la representación de esos votantes.
De hecho, si comparamos cómo creció LLA en relación a lo que sacó Milei en octubre de 2023, lo que vamos a ver es que donde más creció fue en las provincias donde acordó con gobernadores de lo que era JxC: CABA, Mendoza, Entre Ríos y Chaco. Y también creció mucho en PBA donde, acordó con el PRO para competir juntos.

El promedio de aumentos mensuales continúa sin poder romper el techo del 2%

Por cuarto mes consecutivo, el nivel de aumentos mensuales osciló en el rango 1,6%-1,9%, lo que refleja que las paritarias están estabilizadas luego de aquel salto inflacionario visto en marzo/abril. Como dato negativo para los salarios, este nivel de estabilización se dio por debajo de los niveles del IPC, por lo cual la gran mayoría de los gremios acumula pérdidas en 2025. Para octubre, los salarios promediaron aumentos en el orden del 1,9% mensual, contra una inflación proyectada por diversas fuentes privadas en el orden del 1,8%-2,2% mensual, lo cual haría que los salarios estén una luz por debajo del nivel de aumento de precios.

Con respecto a los gremios más grandes, SMATA, Camioneros y Comercio ya tienen su acuerdo cerrado y renegociarán nuevamente en 2026. El mejor ubicado de los tres es SMATA, con aumentos que rondan el 32,6% para el 2025, mientras que Comercio y Camioneros cerraron en torno al 22% ambos. El resto, que aún tiene uno o dos meses más por arreglar, irían en la línea de Comercio/Camioneros, y no en la línea de SMATA: todos terminarían el 2025 con aumentos en el orden del 24% anual.

En un mes con el dólar inquieto, se deterioraron las expectativas económicas

En el marco de semanas donde las tensiones financieras se vieron reflejadas en un dólar que estuvo inquieto, se registró en octubre un deterioro de las expectativas económicas, tanto las que analizan la situación actual del país y personal en relación a un año atrás, como las que se depositan sobre el futuro del país y personal.
En todas ellas se registró en octubre un incremento del pesimismo, llegando en algunos casos, sobre todo en los prospectivos, al nivel más alto de todo el ciclo Milei.

La ayuda del gobierno de EE.UU. no convence, y se percibe a Milei subordinado

En las últimas semanas ha ganado protagonismo en la escena la figura del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a propósito de la ayuda que su gobierno le está dispensando al gobierno de Javier Milei. Esto ocurre en un contexto en el que la figura de Donald Trump recoge entre los argentinos una imagen más vale negativa que positiva. Un 52,7% tiene una imagen negativa de él, mientras que sólo un 34,3% tiene una imagen positiva. Entre votantes de Javier Milei y de Patricia Bullrich, la imagen positiva oscila en torno al 60%.

Quizá esa imagen negativa de Donald Trump es la que proyecta sobre la misma población consultada la percepción que la ayuda brindada por el gobierno norteamericano es más negativa (56,7%) que positiva (39,9%). Más del 96% de los que dicen que votarán a LLA dicen que la ayuda es positiva, mientras más del 98% de los que votan a Fuerza Patria dicen que la ayuda es negativa. 

El otro aspecto interesante a evaluar es ver cuál es la percepción que hay sobre el rol de Javier Milei en la relación con Donald Trump y si se percibe una relación entre pares o una relación de subordinación de Javier Milei para con el mandatario norteamericano. El 60% de los consultados dice percibir más una relación de subordinación que de paridad en el vinculo, con el agravante que más de la mitad (51,9%) percibe que hay “mucha” subordinación de Javier Milei para con Trump. Sólo el 32,1% percibe una relación entre pares. 

Más del 90% de los votantes de Fuerza Patria, y más del 80% de los votantes de Prov. Unidas percibe que la relación entre Trump y Milei es de “mucha subordinación de Milei” hacia el mandatario de los EE.UU. De hecho, más del 85% de los que califican como negativa la ayuda de los EE.UU, considera que la relación entre Trump y Milei es de subordinación del mandatario argentino con el mandatario norteamericano.

Milei podría quedar a unos 30 diputados y 12 senadores de poder sacar leyes

Hay dos certezas de cara a la renovación legislativa de este año: 1) el oficialismo mejorará su posición en el Congreso, pero 2) al mismo tiempo no le alcanzará para lograr mayorías en alguna de las dos cámaras. También se ha remarcado que, con aliados (el PRO, por ejemplo), es muy probable que LLA logre juntar más de un tercio de las bancas para defender vetos y evitar el riesgo (en el peor de los casos) de un juicio político. Lo que resta conocer con precisión es a qué distancia quedará de la posibilidad de sacar leyes. 

En un ejercicio de simulación de renovación completo de las dos cámaras se puede tener una aproximación de cuánto le faltará para lograr las mayorías, y esa distancia merodea dos cifras: el oficialismo quedaría a una treintena de diputados de lograr la mayoría para sacar leyes en diputados, y a una docena de senadores para sacar leyes en la cámara alta. Obviamente, quedará más o menos lejos de esa cota según le vaya mejor o peor de lo esperado, allí está el rango de incertidumbre lógico que ofrece hoy el resultado del 26 de octubre. 

En diputados, la duda es si logrará llegar a las 100 bancas junto con las 20 bancas del PRO y las 4 de otros aliados. Para ello, debería ocurrir un muy buen resultado de LLA, sobre todo en PBA (un recorte de la distancia observada el 7 de septiembre significativo) que es donde se reparten muchas bancas.

En diputados, la clave para sacar leyes estará en las negociaciones que se puedan encarar con todo un conglomerado de unos 45/50 legisladores de diferentes extracciones, pero esencialmente de legisladores que responden a fuerzas provinciales, a gobernadores o a fuerzas dialoguistas (UCR y ex aliados de Coherencia). 

En el Senado, la duda será si logran el tercio de bancas junto con aliados. Aunque ya teniéndolo en Diputados no se vuelve tan necesario. Aquí los márgenes de negociación también son bien amplios. Habrá una veintena de Senadores de partidos aliados o de partidos que pueden tener una actitud negociadora con el oficialismo. 

La novedad es la probable caída de la representación del peronismo por debajo de las 30 bancas en el Senado, algo que no ocurrió desde 1983. Ya había perdido la mayoría por primera vez desde entonces en 2021, en este caso estaría cayendo por debajo de 30 senadores. Igualmente no deja de ser un número considerable que lo deja a 7 de bloquear intentos del oficialismo de sacar leyes. 

La forma final de la composición del Congreso se definirá post-elecciones.

Independientemente de las proyecciones de asignación de bancas en escaño, hay que comprender que más allá de que los dos grandes bloques de legisladores (oficialismo y peronismo) puedan sufrir incorporaciones ajenas a su recolección de bancas post elecciones, el resto de las bancas de las otras fuerzas estarán sometidas a un proceso de realineamiento que estará guiado por el incentivo de mejorar la posición negociadora con el oficialismo. Esas bancas se agruparán del modo más conveniente para negociar.

Esos realineamientos dependen de muchos factores, pero resaltamos los dos principales: 1) qué tan fortalecido o debilitado sale el gobierno de la elección; 2) cuál es el número final que necesitará el gobierno para lograr la mayoría para sacar leyes. Lo primero guiará la vocación de diálogo y la voluntad de integrar un bloque negociador, lo segundo los realineamientos para maximizar las posibilidades de negociación. 

Habitualmente los legisladores dispersos se suelen agrupar en bloques mayores que puedan resultar bloques atractivos para la negociación. Para conocer qué significa ser atractivos para la negociación, es necesario saber cuál es el estado del oficialismo, y ello sólo se sabrá cuando la elección haya ocurrido y la distribución de bancas se haya hecho efectiva.

Los reagrupamientos probablemente sigan la lógica de los vínculos entre los gobernadores, y que estos sean la clave para la construcción de gobernabilidad legislativa en la segunda mitad de mandato. Habrá que ver en cuántos bloques se agrupan esos legisladores, pero es de suponer que haya dos grandes agrupamientos: 1) Provincias Unidas, donde confluirán los legisladores de los gobernadores que integran ese espacio y 2) Gobernadores de fuerzas provinciales, que son de diferente extracción pero que se han venido agrupando para maximizar su poder de negociación como es el caso del actual bloque de Innovación Federal. 

 

LLA debería superar el 35% para lograr una buena renovación legislativa

Suponer la asignación de bancas probables para el oficialismo, dependiendo de su porcentaje de votos a nivel nacional, es una tarea compleja. El sistema D´Hont de asignación de votos en escaños que utiliza nuestro sistema electoral requiere supuestos múltiples para proyectar esa distribución. Una forma interesante es ver los antecedentes y observar cuántas bancas se obtuvieron en elecciones anteriores con qué porcentaje de votos. Ello nos indica que para poder sacar de 50 bancas, hay que pensar en sacar más del 35% de los votos. 

Es cierto que está el antecedente del PJ en 2001 que con 36,5% de los votos se llevó 66 bancas en 2001. Pero se trató de una elección muy particular, con un partido fuerte y el resto de la oferta hiperfragmentada en múltiples partidos, lo que permitió que el sesgo mayoritario que tiene el sistema D´Hont le permita al peronismo llevarse todas esas bancas. La cosa será difícil para LLA esta vez, porque tiene un competidor en igualdad de condiciones.

Guiados por los antecedentes, realizamos una estimación muy pesimista y una muy optimista para tratar de tener los extremos sobre los cuales es posible pensar el escenario de renovación legislativo. Sobre todo para las dos principales fuerzas, que seguramente se llevarán más del 70% de las bancas a repartir. 

El oficialismo parece estar oscilando en un rango de variabilidad más amplio, producto de que muestra un rango de probabilidad amplio en distritos donde se reparten muchas bancas. Pero además, tiene la dificultad de que hay distritos inexpugnables para el no peronismo donde no podrá recolectar bancas, como Santiago del Estero.

Pero es posible afinar algo más los parámetros y observar que el oficialismo podría estar proyectando obtener entre unas 41 bancas (escenario pesimista) y unas 51 bancas (escenario optimista), si nos concentramos en términos realistas sobre las posibilidades de la Libertad Avanza. Por su parte, el peronismo podría obtener un rango de probabilidad de bancas algo mayor, sobre todo producto de la buena recolección de bancas de PBA (ver más adelante), que la pone en una franja de 43 y 53 bancas probables para el 26 de octubre. 

Lógicamente, todo dependerá del resultado final de la elección. Es necesario tener definidos todos los % de las fuerzas en competencia para tener la traducción final de votos en escaños que permitan proyectar el Congreso. Pero además, la misma traducción de votos en escaños disparará otra etapa de realineamientos, ya que todos los diputados que no forman parte de los bloques principales empiezan a agruparse en función de su sistema de incentivos, por eso será posible ver conformación de bloques post electorales en virtud del resultado electoral. 

Lo que sí parece claro es que el Congreso se polarizará más de lo que hoy está, entre las dos principales fuerzas. Con la diferencia, entre ambos polos, que el peronismo pareciera tener incentivos para permanecer unidos, mientras que el oficialismo contará con el apoyo de los aliados más fieles que ha tenido (los diputados del PRO), pero esos alineamientos se mantendrán a salvo si el oficialismo los administra bien y si le va bien. 

 

El ritmo de acuerdos paritarios cae al nivel más bajo de todo el ciclo: 21,1%

El ritmo de acuerdos paritarios anuales o anualizados, que había registrado un rebote en abril, observa una caída constante en todos los meses subsiguientes y se ubica en torno al 21,1% en septiembre. Este ritmo de desaceleración de la velocidad de aumentos paritarios llegó antes que la desaceleración inflacionaria, que podría romper el piso del 30% de inflación acumulada en los últimos 12 meses, pero que quedaría por encima de ese ritmo de acuerdos paritarios. De esta forma, en lo que va 2025, la velocidad de aumentos paritarios anuales o anualizados se ubica en un promedio de 28,8%. 

Agosto: Sólo dos de los grandes gremios tuvieron aumentos superiores al IPC

En agosto sólo dos de los grandes gremios percibieron aumentos paritarios superiores al 1,9% de inflación oficial que comunicó el INDEC para el octavo mes del año: 1) Estacioneros (que absorbió una serie de sumas fijas a su básico) y 2) Alimentación, que tuvo un aumento mensual en el orden del 2,3%. Sanidad y Bancarios lograron aumentos del 1,9%, logrando así acompañar en aumento del nivel de precios, pero todo el resto percibió aumentos considerablemente inferiores, con la mayoría en el orden del 1% mensual. Sólo SMATA y los estacioneros logran ganarle al IPC acumulado en los primeros ocho meses del año. 

El gobierno envió el Presupuesto 2026 y la oposición cuestiona sus supuestos

El presidente Javier Milei presentó el proyecto de presupuesto nacional para 2026 en cadena nacional, consolidando su primer gran planteo económico tras asumir la presidencia. La iniciativa no sólo define prioridades fiscales y sociales, sino que también refleja la estrategia política del Gobierno: equilibrar la consolidación fiscal con la necesidad de contener tensiones sociales y mostrar capacidad de gestión frente a un Congreso donde la oposición mantiene peso relevante. 

LLA no logra detener la hemorragia de votaciones en contra en el Congreso

El oficialismo ha visto deteriorarse su capacidad de controlar el proceso legislativo desde inicios del año. El 2025 ha sido un año en donde lo único que el Gobierno pudo sacar del Congreso fue la media aprobación del DNU del acuerdo con el FMI. Pero lo que ha ocurrido en los últimos 4 meses ha sido una verdadera hemorragia de votaciones en contra. No sólo de leyes no deseadas sancionadas, sino también de insistencias legislativas y de emplazamientos de comisiones para poder avanzar con el tratamiento en comisión de leyes. Todas esas votaciones, sean que se requieren mayorías simples, absolutas o 2/3, han sido abrumadoramente en contra del oficialismo. Al punto que si uno junta todas ellas, en ambas cámaras, desde el 4 de junio para acá, ha habido 82 votaciones y 73 de ellas fueron triunfos opositores en los recintos. 

Esta semana fue la aprobación en la Cámara de Diputados de las insistencias sobre dos vetos presidenciales: Ley de Emergencia Pediátrica (Hospital Garrahan) y Ley de Financiamiento Universitario. Ambas insistencias fueron aprobadas con más de 2/3 de los votos, por lo que pasaron a su ratificación final en el Senado. 

Lo interesante y remarcable es que si uno mira las votaciones originales de las leyes y las votaciones durante la insistencia, hubo un aumento del apoyo legislativo a las iniciativas. La explicación tiene que ver con las razones del surgimiento de este Congreso tan adverso para el oficialismo: las definiciones del contexto electoral. El Gobierno empujó a la gran mayoría de sus aliados al campo opositor, y ello produjo este realineamiento opositor en el Congreso. Milei decidió competir contra sus aliados, y sus aliados decidieron confrontar contra él en el Congreso. 

Fuerte caída en la aprobación del gobierno que llega al nivel más bajo del ciclo

Escándalo de Spagnuolo (sospecha de coimas en la compra de medicamentos) y derrota en la Provincia de Buenos Aires de por medio, en septiembre los niveles de aprobación de desempeño del gobierno caen al nivel más bajo de todo el ciclo. Se trata de la tercera caída consecutiva desde junio en la evaluación de desempeño del Gobierno, que deposita la desaprobación en el nivel más alto de toda la serie (58%) y la aprobación en el nivel más bajo de todo el ciclo (36,3%). De este modo, el diferencial de la evaluación de desempeño muestra el mayor déficit de toda la serie, llegando a ser de -21,7 p.p.

La de septiembre se trata de la mayor caída mensual en los niveles de aprobación del gobierno de todo el ciclo, con el nivel de aprobación del gobierno cayendo más de 5 p.p. y la desaprobación subiendo casi 4 p.p. el dato de septiembre encadena también una caída de más de 10 p.p. en los últimos 3 meses.

Con la mencionada caída en la imagen positiva del desempeño de su Gobierno, Javier Milei queda ahora en niveles de aprobación inferiores a los que tenía Mauricio Macri a la misma altura de su mandato: en septiembre de 2017 Macri ostentaba una imagen positiva del desempeño de su gobierno del 47%, mientras que Milei registra un 36,3% de aprobación, más de 10 p.p. menos que el mandatario del PRO. Pero el nivel de aprobación de la gestión de Milei aún sigue siendo mejor que el que registraba la gestión de Alberto Fernández a esta altura del partido, ya que esta se ubicaba apenas en el 24,3%.

En materia de desaprobación, también Milei quedó bastante lejos del que ostentaba Macri en septiembre de 2017. La imagen negativa del desempeño del gobierno de Javier Milei reúne un 58% contra un 36,3% que reunía la imagen negativa del desempeño del gobierno de Mauricio Macri. 

Con quien sí performa mejor en materia de desaprobación es contra Alberto Fernández, que a esta altura de su mandato recogía un 67,6% de desaprobación. Niveles de imagen negativa que nunca pudieron bajar el 60% de desaprobación en lo que le quedó de mandato al ex presidente. Veremos si estos niveles de desaprobación de la gestión Milei se estabilizan o si se profundizan de aquí a la elección. 

LLA no logró seducir a todo el voto no peronista y pierde por 13 puntos en PBA

El primer gran objetivo que se persigue en una campaña electoral es el de acomodar la oferta electoral del modo más conveniente: si yo pretendo que me elijan a mí, necesito que haya la menor cantidad de competidores que me disputen el voto disponible, es decir, el voto que yo pudiera captura de no estar esa otra oferta. Aquí empezó a radicar el principal error estratégico que cometió el oficialismo de cara a la crítica elección legislativa en la Provincia de Buenos Aires. Y eso se puede ver en el resultado final: la multiplicidad de opciones no peronistas que hubo en el cuarto oscuro obtuvieron de manera combinada 13,5 p.p. agregado, la diferencia exacta que el peronismo le sacó a LLA en el conteo final. Es cierto que no se puede acordar con todos, pero la estrategia de alianzas que desplegó el oficialismo fue muy restrictiva, y produjo que se filtraran votos disponibles en otras opciones alternativas. 

Pero también es cierto que puesta la oferta, el oficialismo podría haber seducido igualmente a todos esos votantes que se le filtraron a otras opciones. Bueno, aquí puede haber fallado la narrativa electoral. Evidentemente a muchos votantes la consigna “Kirchnerismo Nunca Más” les resultó insuficiente. La apelación al espanto para aspirar todo el voto disponible no fue efectiva. Quizá porque hay reclamos insatisfechos que no tuvieron eco en la narrativa oficialista. 

La dispersión del voto no peronista en otras opciones fue crítica para que el oficialismo sólo se pudiera imponer en 2 de las 8 secciones electorales. De hecho, si se hace el ejercicio de sumar los votos de LLA y de las dos principales fuerzas no peronistas (Somos Buenos Aires y Hechos), la contabilidad hubiera sido distinta, con el peronismo ganando las secciones del Gran Buenos Aires (1ra y 3ra) y La Plata, pero perdiendo todas las del interior, dándose vuelta el resultado en las secciones segunda, cuarta y séptima, todas del interior de la provincia. Es decir, nuevamente aparece la estrategia de alianzas como un factor decisivo para el mal resultado de LLA. 

La Libertad Avanza, sin resultados consistentes en elecciones provinciales

Los resultados en las elecciones legislativas o ejecutivas en las provincias no vienen siendo buenos para el oficialismo. De hecho, de las 10 elecciones provinciales que se han disputado, la Libertad Avanza sólo puedo ganar en soledad en la Ciudad de Buenos Aires, y en alianza con el oficialismo local en Chaco. Aunque este último resultado hay que relativizarlo ya que gran parte del triunfo es del radicalismo gobernante, y el aporte de LLA fue muy módico, tal es así que ese fue el motivo por el cual decidieron no competir solos. 

En la provincia de Buenos Aires no hubo mucha pintura en el techo para pintarla de violeta. A nivel de legisladores provinciales, el oficialismo nacional solo ganó en 2 secciones electorales (5ta. y 6ta.) y solo se impuso en 24 de los 135 municipios. Por su parte, a nivel local la cosecha fue aún más módica, ya que solo se impuso en 12 de los 135 municipios. Todos síntomas de que se estuvo lejos de “arrasar” como quería Milei. 

Si lo miramos a la luz de los resultados que el propio Milei registró en 2023, tampoco lucen bien los resultados que la Libertad Avanza viene sacando en las elecciones provinciales este año. Sólo superó el nivel de Milei 2023 el resultado en CABA y PBA. Curiosamente en dos distritos donde el oficialismo acordó con el PRO. En el resto, el desempeño del oficialismo siempre estuvo por debajo de lo que Milei obtuvo en octubre de 2023. 

Es cierto, que una cosa es que Milei sea candidato y otra cosa es que sean otros candidatos, pero el número no deja de ser un número que sintomatiza lo lejos que está el oficialismo de convertirse en una fuerza nacional con anclaje territorial que pueda prescindir de aliados que le den robustez política.

El oficialismo con desventaja en PBA y con una tendencia declinante en el final

La compleja coyuntura que viene atravesando el oficialismo en la previa de la elección en Provincia de Buenos Aires pareciera ir permeando en las tendencias que se observan en materia de intención de voto. En una elección que se venía viendo pareja en los últimos meses, se ha venido advirtiendo en estas últimas semanas una tendencia favorable al oficialismo provincial que empieza a registrar una luz de ventaja que trasciende la situación de empate técnico de la que habló el Presidente en el cierre de campaña.
Es cierto que se trata de una elección muy particular, por estar cruzada por el interrogante de la participación. No solo será la primer elección legislativa separada de una elección nacional que se celebre en la provincia en los últimos 42 años de democracia. Sino que tampoco ha sido una elección que ha estado muy presente en los medios, con lo que podríamos ver una caída significativa en los niveles de participación, que supere las
marcas históricas que se registran en los comicios legislativos. Podríamos estar por primera vez con una elección legislativa general (NO PASO) con menos de 70% de participación.

Esta apatía y desafección de buena parte del electorado que se ha visto en las últimas elecciones provinciales, hace que sea crítica la mejor capacidad de seducir y movilizar al electorado a las urnas. Quién logre mejores resultados en esa materia, podría llevarse el triunfo. Por ese motivo las campañas se volvieron poco propositivas y muy negativas: hay que terminar con el kirchnerismo dicen de un lado, hay que frenar a Milei dicen del otro. El resultado dirá quién lo hizo mejor o quién tenía mejor coyuntura para movilizar al votante a
manifestar su rechazo a lo que está viendo o viviendo. Y aquí es donde podría haber una ventaja para el peronismo, ya que la coyuntura adversa del oficialismo podría funcionar mejor para ese objetivo. De hecho es lo que nos muestran los estudios de aproximación a la escena electoral. Venimos viendo en las últimas dos investigaciones una tendencia declinante del oficialismo y una tendencia creciente del peronismo, que lo ubica con una ventaja ya fuera de la situación de empate técnico.

ESCENARIOS DISRUPTIVOS: UN TRIUNFO DE LLA O UNA DERROTA DE LLA POR MÁS DE 5 PUNTOS

¿PUEDE HABER SORPRESA Y QUE LA DERROTA DE LA LIBERTAD AVANZA SE POR UNA DIFERENCIA MAYOR?

Sí, podría ser mayor la diferencia y esa posibilidad está solventada en dos datos. El primero de ellos es que, entre los que tienen poco o nada definido el voto, aparece una tendencia muy clara a favor de votar por Fuerza Patria. Puede que finalmente no vayan a votar o no se definan por esa opción, pero el riesgo de que los últimos que se definan lo hagan por el peronismo, podría apuntalar la hipótesis de que la diferencia pueda ser mayor. Aquí radica el asunto de la participación como un elemento clave. Los sectores más indefinidos pueden ser los verdaderos protagonistas del resultado electoral. Si una mayor afluencia de ese público beneficia indefinido se produce, pudiera esto beneficiar al peronismo. El segundo
dato que solventa la hipótesis de un triunfo más amplio de Fuerza Patria es que entre los indecisos, cuando se les ofrece una alternativa de balotaje (es decir tener que votar entre Fuerza Patria y La Libertad Avanza) el 70% de ellos, se inclina por apoyar la opción peronista.

¿PUEDE HABER SORPRESA Y, EN VEZ DE PERDER, QUE LA LIBERTAD AVANZA GANE LA ELECCIÓN?

Sí, puede ocurrir un triunfo de LLA. Pero esta hipótesis parece más difícil de solventar. El argumento del cuál agarrarse es que cuando uno pregunta por la negativa, es decir quién no quiere Ud. que gane la elección, un 50% dice Fuerza Patria. Es decir, hay una gran cantidad de votantes que no desean el triunfo de Fuerza Patria, sin embargo, La Libertad Avanza, el espacio que está en mejores condiciones de ganarle al peronismo no parece estar capitalizando todos esos apoyos. Esos apoyos se distribuyen entre las otras opciones no peronistas alternativas: Somos Buenos Aires, Potencia (María Eugenia Talerico),
Hechos (los Pasagglia). Podría el oficialismo aspirar esos votos si en las horas previas al comicio, muchos de esos votantes deciden resignar su primer preferencia e ir a votar a LLA para que no gane el peronismo. Pero la difícil coyuntura que atraviesa el oficialismo parece ser refractaria a que ello ocurra. Como si LLA hubiera estado trabajando estos días para ahuyentar votantes.