Se terminó la cuenta regresiva

Terminó la cuenta regresiva de cara a las elecciones legislativas que tendrán lugar el próximo domingo. La habitual volatilidad electoral que transita el mercado local en cada una de las elecciones tuvo dos factores amplificadores por su excepcionalidad (para una Argentina ya de por si excepcional): un Gobierno en minoría y la intervención de Estados Unidos.

En una semana que se anticipaba exigente, las autoridades económicas buscaron tomar la iniciativa mediante el anuncio oficial del BCRA del swap con el Tesoro de USA y la operación de “Deuda por Educación”, que consiste en la recompra de bonos y nueva emisión con respaldo de organismos internacionales. De todas formas, persistió el apetito por cobertura cambiaria, con el BCRA vendiendo nuevamente divisas en el techo de la banda y el Tesoro de USA profundizando las ventas. El domingo se despejarán las dudas, y la lectura del resultado electoral será fundamental para las expectativas. Alejado de los escenarios binarios (victoria/derrota clara), bajo un resultado esperable quedará expuesto que tanto de las presiones cambiarias evidenciadas se explicaban por factores netamente políticos o si también existían dudas sobre el sendero económico. En ese aspecto, la dolarización precautoria en la previa electoral puede darle un poco más de tiempo al Gobierno frente a un eventual desarme de posiciones, aunque más pronto que tarde el mercado demandará señales claras del rumbo económico.

En este marco, con una elección que por su naturaleza no permite una imagen lineal entre ganadores y perdedores, la misma lectura del resultado será una disputa aparte, y el oficialismo tendrá que redoblar esfuerzos para torcer las expectativas del mercado post-octubre. Para esto, la tarea será la misma para cualquiera de los resultados: mayores señales de gobernabilidad y un esquema cambiario-monetario que trace un norte claro de acumulación de Reservas del BCRA y permita reducir el Riesgo País.

 

Terminó la cuenta regresiva de cara a las elecciones legislativas que tendrán lugar el próximo domingo. La habitual volatilidad electoral que transita el mercado local en cada una de las elecciones tuvo dos claros factores amplificadores por su excepcionalidad (para una Argentina ya de por si excepcional): un Gobierno en minoría y refractario a tender puentes con fuerzas potencialmente aliadas en la búsqueda por constituir músculo político propio; y la intervención de Estados Unidos en el sostenimiento del esquema económico a poco de unas elecciones sobredimensionadas por el propio Gobierno.

En una semana que se anticipaba exigente, las autoridades económicas buscaron tomar la iniciativa mediante una serie de anuncios. El lunes, el BCRA notificó oficialmente la constitución del swap con el Tesoro de USA por USD 20.000 M, aunque la falta de detalles (activación, plazo, costo, etc.) no hizo más que aportar la noticia de la noticia. De todas formas, tampoco debe soslayarse la importancia, más aún luego de que Trump condicione el apoyo financiero a una victoria electoral.

En la misma jornada, se anunció el inició de gestiones para una operación de “Deuda por Educación”, que resumidamente consiste en la recompra de bonos soberanos (a precios relativamente bajos, lo cual redundaría en un reducción del costo financiero futuro) y la emisión de nuevo financiamiento respaldado por organismos internacionales, como la Corporación Financiera de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (DFC, por sus siglas en inglés), la cual posteó en X que se encuentra trabajando con Argentina. Quedará por verse si este tipo de ayuda, que será intermediada por el JP Morgan, se encuentra bajo el paraguas de asistencia por otros USD 20.000 M mencionado por Bessent.

Así las cosas, los anuncios no alcanzaron para frenar el apetito por cobertura cambiaria. La cotización del dólar continuó al alza, lo que precipitó nuevas intervenciones del Tesoro de USA, y en menor medida del BCRA (el miércoles el dólar toco el techo de la banda) y el Tesoro nacional. De hecho, decíamos hace unas semanas que el poder de fuego del Tesoro lucía agotado tras rozar apenas los USD 300 M, cifra equivalente a los vencimientos con organismos internacionales. Justamente, el 14-oct el Tesoro compró USD 123 M al BCRA, un movimiento inédito bajó el actual esquema cambiario y para los estándares del equipo económico (aunque era una práctica habitual en los gobiernos previos). Si bien es pronto para extrapolar tendencias, de sostenerse este tipo de operaciones la cuenta de depósitos en USD del Tesoro irá perdiendo relevancia y el énfasis lo irán ganando tanto las reservas netas del BCRA como la cuenta en Pesos del Tesoro. 

Con todo, si contemplamos la venta neta directa de dólares en el MULC desde septiembre hasta acá, el Tesoro nacional vendió USD 870 M, el BCRA USD 1.156 M y el Tesoro norteamericano se habría desprendido de cerca de USD 2.300 M. Esto dispara la pregunta hacia dónde se estarían yendo los pesos que obtiene el Tesoro de USA. La respuesta corta es que no es fácil identificar un canal. En este sentido, las posibilidades son múltiples: podrían estar colocados en el BCRA (vía absorción en simultáneas) aunque también es probable (creemos lo más probables) que estén invertidos en bonos soberanos en el mercado local y/o que estén tomando cobertura.

Complementando a la venta de divisas, creció la oferta de cobertura cambiaria. En septiembre, el BCRA finalizó con una posición short de futuros de USD 6.800 M (la más elevada bajo esta gestión) y estimamos rondaría los USD 7.200 M – USD 7.500 M en lo que va de octubre, cercano a los USD 9.000 M que tiene como límite A3 Mercados. Si sumamos la oferta de cobertura mediante dollar linked en el mercado primario (Tesoro) y secundario (BCRA), la cifra rondaría los USD 20.000 M.

A este punto, el saldo preelectoral es claro: tipo de cambio al alza, mercado dolarizado y volatilidad de tasas de interés, pronosticando una actividad como mínimo estancada en la puerta electoral. Cabe destacar que la volatilidad de tasas se apaciguó tras la liquidación de la subasta del Tesoro el 17-oct, tal como ocurrió a mediados de agosto. En cualquier caso, algo que quedó claro por los eventos recientes es que siempre hay pesos para ir al dólar cuando se desanclan las expectativas. En este sentido, más allá de que la fuerte dolarización de carteras llevó al M3 privado (CC+CA+Plazos Fijos) medido en dólar CCL al orden de los USD 75.000 M (vs USD 90.000 M promedio en julio), esta medida no es suficiente para despejar una nueva ronda “dolarizadora” de los depósitos en pesos de los individuos.

Justamente, esto no es posible porque están sujetas a dos variables que interactúan entre sí: resultado electoral y la continuidad del esquema cambiario. Naturalmente, esto lleva a la pregunta recurrente acerca de qué pasará después de las elecciones.

La cuestión es clara ante escenarios binarios. Si el oficialismo obtiene una victoria contundente, podrá potencialmente disipar las dudas respecto al esquema cambiario (al menos en lo inmediato) en el marco de un respaldo con Estados Unidos ahora visto de forma más incondicional. Por el contrario, si el resultado es peor al esperado, las presiones cambiarias podrían seguir y profundizar las dudas respecto al sostenimiento de las bandas cambiarias. En este escenario, la incógnita será si el Gobierno priorizará las Reservas del BCRA por sobre el sostenimiento del TC, lo que podría derivar en un overshooting del dólar y un mayor costo financiero para el Tesoro (dada la cobertura cambiaria ofrecida, como vimos más arriba).

Por su parte, si el resultado se mantiene en línea a lo esperable (relativa paridad entre oficialismo y oposición), la pregunta es cómo reaccionará el mercado. En ese sentido, una vez despejada la incertidumbre electoral quedará expuesto que tanto de las presiones cambiarias evidenciadas se explicaban por factores netamente políticos o si también existían dudas sobre el sendero económico. En ese aspecto, la dolarización precautoria en la previa electoral puede darle un poco más de tiempo al Gobierno frente a un eventual desarme de posiciones, aunque más pronto que tarde el mercado demandará señales claras del rumbo económico.

En este marco, con una elección que por su naturaleza no permite una imagen lineal entre ganadores y perdedores, la misma lectura del resultado será una disputa aparte, y el oficialismo tendrá que redoblar esfuerzos para torcer las expectativas del mercado post-octubre. Para esto, la tarea será la misma para cualquiera de los resultados: mayores señales de gobernabilidad y un esquema cambiario-monetario que trace un norte claro de acumulación de Reservas del BCRA y permita reducir el Riesgo País.

Dólar oficial al alza

En la última semana previa a las elecciones, el dólar oficial continuó al alza y finalizó en $1.492 (+2,9%), apenas 50 centavos por debajo del techo de la banda. Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 41.211 M y las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.300 M (+USD 4.700 M si no se descuentan aquellos ítems).

Brecha cambiaria estable

Acompañando la cotización mayorista, los dólares alternativos finalizaron al alza: el dólar minorista subió 1,7% ($1.518) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 se deslizó 0,3% ($1.545), el dólar CCL operado con CEDEARs ascendió 1,5% ($1.567) y el blue aumentó 1,7% ($1.510). Frente a un tipo de cambio mayorista subiendo en menor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 4%.

Los futuros de dólar bajan

Los contratos a futuro del dólar finalizaron relativamente a la baja. En detalle, los contratos de octubre a diciembre subieron 0,2%, y aquellos con vencimiento desde enero 2026 bajaron 0,8%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación del -0,4%, 3,3% y 6,3% para octubre, noviembre y diciembre, respectivamente.

Welcome To The Jungle

Finaliza otra semana caracterizada por la volatilidad en los activos financieros locales y el plano cambiario-monetario. El dólar spot finalizó en $1.450, ubicándose 2,1% por encima del jueves de la semana pasada.

El efecto Bessent se esfumó tras la reunión de Javier Milei con Donald Trump el martes. El presidente de USA condicionó la ayuda externa a una victoria electoral por parte del oficialismo el próximo 26 de octubre. Con un resultado de PBA resonando y la baja del principal candidato a dicha provincia a dos semanas de las elecciones, el anuncio fue tomando con escepticismo por parte del mercado. A pesar de la profundización de la intervención del Tesoro de USA, persistió la volatilidad en los activos locales y el dólar oficial se deslizó al alza. En este sentido, las ventas no estarían siendo suficientes para contener las expectativas de devaluación, pero están permitiendo que el Gobierno gane tiempo, y ganar tiempo significa perder menos dólares.

Mirando más allá de octubre, el Gobierno deberá abordar tareas que exceden la ayuda de Estados Unidos. En el plano político, deberá construir una gobernabilidad que le permita fortalecer el sendero fiscal y despeje el camino hacia las reformas que demanda la consolidación del esquema económico. En el plano económico, la tarea será robustecer las Reservas del BCRA y dirigirse a un esquema cambiario-monetario compatible con la actividad económica. Si esto se logra, la ayuda externa dejará de ser vista como un rescate y pasará a ser una aliada estratégica del programa.

 

Finaliza otra semana caracterizada por la volatilidad en los activos financieros locales y el plano cambiario-monetario. El dólar spot finalizó en $1.450, ubicándose 2,1% por encima del jueves de la semana pasada y 2,7% por debajo del techo de la banda.

Detrás de esto, se encuentra la reunión que mantuvo Javier Milei y Donald Trump durante la jornada del martes. El meeting que tuvo lugar en Washington dejó una serie de indefiniciones que apaciguó el optimismo que venía generando el acuerdo entre ambos países. A grandes rasgos, las novedades fueron que el swap por USD 20.000 M no tendrá como condicionalidad la cancelación del swap con China, una noticia importante porque aumentaría notoriamente el poder de fuego del BCRA para intervenir en el MULC (hoy en el orden de los USD 15.000 M). Asimismo, se estaría negociado un préstamo mediado por fondos y bancos internacionales que podrían ampliar la ayuda a otros USD 20.000 M.

Y entonces, ¿qué pasó? En palabras de Trump durante la reunión (reiterado en más de una oportunidad, ante las repreguntas), el paquete de asistencia financiera fue condicionado de forma exclusiva a una victoria del oficialismo en las elecciones (sin dejar del todo claro si las elecciones que definirán el apoyo son las legislativas próximas o las presidenciales del 2027). La sujeción fue tomada con pesimismo por parte del mercado por varias razones. En primer lugar, por una elección próxima que no permite por su naturaleza identificar fácilmente una “victoria“ para un oficialismo que no verá otra cosa que crecer su representación en el Congreso. En este sentido, la cuestión no pasará sólo por un resultado que muestre a LLA por encima a nivel nacional, sino por las señales de gobernabilidad luego de octubre. En segundo lugar, la condicionalidad surge en un contexto donde el resultado de PBA todavía resuena y se produjo la renuncia del principal candidato oficialista en dicha provincia a sólo dos semanas de las elecciones nacionales.

Tras las declaraciones, el pesimismo se sobrepuso a la intervención del Tesoro de USA. Desde el anuncio de Bessent de intervención directa en el MULC el jueves 9-oct hasta la reunión, el riesgo país se redujo 100 puntos básicos, los bonos subieron 8%, el Merval medido en dólares subió 16% y el tipo de cambio spot retrocedió $80 hasta los $1.350. No obstante, en la jornada de la reunión el riesgo país volvió a la zona de los 1.000 p.b., los bonos retrocedieron 5%, el Merval cayó 6% y el dólar spot se deslizó a los $1.400 a pesar de la venta de divisas del Tesoro de USA.

Incluso, el dólar profundizó la tendencia al alza a pesar de la creciente intervención del Tesoro norteamericano. En la previa de la apertura de los mercados de hoy, Scott Bessent publicó en X que el Tesoro no sólo vendió divisas en el MULC durante el pasado jueves 16-oct, sino que también lo hizo en los mercados financieros. Lejos de aflojar, la divisa norteamericana subió $50 en la jornada de hoy y quedó a tan sólo 2,7% del techo de la banda. Welcome to the jungle.

Con todo, las ventas del Tesoro norteamericano no parecen ser suficientes para contener la típica dolarización de carteras en la previa electoral, y esto se da a pesar de un movimiento inédito incluso para los estándares de ayuda norteamericana. Lo positivo, es que el movimiento no implica un aumento de endeudamiento externo y que las horas hasta el 27 de octubre son cada vez menos. Ya la semana pasada el Tesoro (argentino) se quedó sin poder de fuego para intervenir en el mercado, por lo que era cuestión de tiempo para que el BCRA intervenga nuevamente de forma directa en el techo de la banda. En este sentido, el puente de corto plazo del Tesoro norteamericano está permitiendo ganar tiempo al Gobierno, y ganar tiempo significa perder menos dólares.

Producto de la contención del dólar y el mayor apetito cambiario, las tasas de interés en pesos se dispararon. Decíamos la semana pasada que la absorción de pesos por parte del BCRA (dólar futuro+dólar linked en el mercado secundario) y el Tesoro (venta de divisas+dólar linked mercado primario) estaban tensando la liquidez del sistema. Con una liquidez en pesos cada vez menor, los bancos comenzaron a volcarse al mercado para cumplimentar el requisito de encajes diarios, lo que generó que la tasa de préstamos interbancarias superé el 150% TNA PP en la semana.

La ventana de liquidez llegó con la licitación de Finanzas. En un contexto de vencimientos reducidos ($3,9 bn), el rollover se ubicó apenas en el 45% y lo adjudicado ($1,7 bn) se concentró en instrumentos atados al dólar con un corte de TEA de 3% y 10%. Por su parte, los instrumentos de renta fija quedaron desiertos, con un Tesoro que prefirió no convalidar una tasa que se encontraba en línea con un mercado secundario rindiendo 8% TEM y se inclinó por oxigenar a los bancos (principales demandantes). Por ende, la licitación reflejó las condiciones de un mercado que demanda mayor cobertura cambiaria y un menor apetito por instrumentos denominados en pesos. Luego de la liquidación de hoy, las tasas de interés se comprimieron (similar a lo ocurrido a mediados de agosto): la tasa de REPOs pasó de un pico de 157% TNA PP al orden del 50% TNA hoy, y la caución de 100% TNA a 35% TNA.

En suma, a pesar de la ayuda externa persisten las expectativas de devaluación. La incógnita sobre lo que puede ocurrir con el esquema cambiario luego del 26 de octubre siguen vigentes más allá de las aclaraciones de los funcionarios sobre la sostenibilidad del esquema de bandas (en ningún caso podrían anticipar una eventual modificación, dado que desanclaría aún más las expectativas). En este contexto, la tasa en pesos que equilibra esta expectativa es irresoluble y se ve potenciada por los costos que acarrean los cambios en las políticas de encajes para mantener a raya los pesos de la economía.

Mirando más allá de octubre, el Gobierno deberá abordar tareas que exceden la ayuda de Estados Unidos. En el plano político, deberá construir una gobernabilidad que le permita fortalecer el sendero fiscal y despeje el camino hacia las reformas que demanda la consolidación del esquema económico. En el plano económico, la tarea será robustecer las Reservas del BCRA y dirigirse a un esquema cambiario-monetario compatible con la actividad económica. Si esto se logra, la ayuda externa dejará de ser vista como un rescate y pasará a ser una aliada estratégica del programa.

Dólar oficial al alza

A pesar de las señales de apoyo y las intervenciones directas del Tesoro de USA, el dólar spot finalizó al alza ($1.450; +2,1% respecto al jueves de la semana pasada). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 41.168M y las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.200 M (+USD 4.700 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria sube

Los dólares alternativos finalizaron al alza: el dólar minorista subió 2,2% ($1.492) respecto al jueves de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 escaló 8,7% ($1.540), el dólar CCL operado con CEDEARs ascendió 6,2% ($1.544) y el blue se deslizó 0,7% ($1.485). Frente a un tipo de cambio mayorista subiendo en menor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 5%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar finalizaron al alza. En detalle, los contratos de octubre a diciembre subieron 1,3%, y aquellos con vencimiento desde enero 2026 aumentaron 0,6%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación del 2,1%, 6,2% y 9,4% para octubre, noviembre y diciembre, respectivamente.

 

In Bessent We Trust

Queda atrás una agitada semana corta en el plano cambiario-monetario. El dólar oficial se deslizó $5 por encima del cierre de la semana anterior, operando en el orden de los $1.430 durante los primeros tres días de la semana hasta la jornada de hoy, cuando la cotización se movió a la baja y cerró en $1.420 (-0,3% semanal).

El Tesoro profundizó las ventas en la semana para contener la cotización del dólar, acumulando ventas por USD 2.100 M (equivalente a las compras realizadas al sector agropecuario). La contrapartida de menores pesos circulando, impulsó las tasas de interés en pesos del sistema al alza en un contexto de escasez. Volviendo a los depósitos, los mismos lucen agotados y quedarían apenas los necesarios para afrontar vencimientos con Organismos Internacionales, sin contemplar ingresos extras. Justamente, al cierre de los mercados de hoy Scott Bessent, Secretario del Tesoro norteamericano, confirmó que el Tesoro de USA vendió divisas en la rueda (impulsando a la baja el dólar) y que finalizó un acuerdo de swap con el BCRA por USD 20.000 M. Asimismo, respaldó el programa del FMI (quien lo seguirá monitoreando) y el esquema de bandas cambiaria trazado con el organismo.

Las primeras reflexiones que emergen del anuncio son dos. En primer lugar, será importante ver la reacción del mercado la próxima semana, en lo que es sin dudas un game changer para los fundamentos del esquema económico actual y para el país, siendo difícil descartar incluso una eventual profundización del respaldo financiero. En segundo lugar, habrá que esperar para tener mayores definiciones respecto a los potenciales condicionantes de la ayuda, algo para nada trivial teniendo en cuenta la abierta disputa norteamericana con China y la relevancia de la economía asiática para la economía local.

 

Queda atrás una agitada semana corta en el plano cambiario-monetario. El dólar oficial se deslizó $5 por encima del cierre de la semana anterior, operando en el orden de los $1.430 durante los primeros tres días de la semana hasta la jornada de hoy, cuando la cotización se movió a la baja y cerró en $1.420 (-0,3% semanal).

Detrás de este comportamiento, se encontró el Tesoro profundizando las ventas en el mercado. Recordemos que a partir del martes 30 de septiembre el Tesoro revirtió la racha de compras y comenzó a vender divisas en el mercado oficial para sostener la cotización del dólar. La postura fue in crescendo, con ofertas que comenzaron en los $1.380 hasta los $1.470 de la jornada de hoy. Como contrapartida, el sostenimiento de la cotización implicó que el Tesoro se desprenda aproximadamente de USD 2.100 M desde el 30 de septiembre a hoy (USD 1.100 M esta semana), equivalente a las compras realizadas durante la ventana de liquidación extraordinaria del sector agropecuario.

Como era de esperar, tras la liquidación bajo el régimen de retenciones cero, el sector agropecuario redujo de forma abrupta el ingreso de divisas. Entre el 2-oct y el 8-oct, la liquidación promedio diaria fue de tan sólo USD 25 M, contrastando fuertemente con los más de USD 1.000 M que se registraron en la ventana de retenciones nulas. Para dimensionar, hay que irse hasta el 7 de diciembre del 2023 (en medio del cambio de gestión) para encontrar una media móvil de cinco días más baja que los ingresos recientes (a precios corrientes). 

Finalizada la oferta extraordinaria, la demanda privada se mantuvo firme. El volumen operado en el mercado de cambios se sostuvo elevado a pesar del retiro del agro, siendo indicativo de una demanda de divisas sostenida en un contexto de menor oferta. El apetito dolarizador debido a mayores expectativas de devaluación y las dudas del esquema cambiario, en especial luego de octubre, implicó que el Tesoro se desprenda rápidamente de divisas para abastecer al mercado.

Como resultado, los depósitos del Tesoro lucen agotados. Con los datos monetarios (6/10 último dato disponible) y los trascendidos de ventas, los depósitos del Tesoro habrían llegado a un mínimo de USD 350 M el miércoles. El stock luce en mínimos, teniendo en cuenta que hasta finales de octubre el país debe afrontar vencimientos de deuda por USD 300 M sólo con Organismos Internacionales, por lo que de persistir la presión dolarizadora el Tesoro más pronto que tarde deberá elegir entre comprarle divisas al Central para intervenir directamente, o bien correrse y dejar que actúe la autoridad monetaria en el techo de la banda (cuenta con unos USD 15.000 M). De todas formas, debe tenerse en cuenta potenciales ingresos de los mismos OOII, teniendo en cuenta el adelantamiento de financiamiento anunciado a finales de septiembre (por el momento, habrían ingresado sólo USD 100 M) o la inédita intervención directa del Tesoro norteamericano en el mercado oficial (como veremos más adelante).

Más allá del Tesoro, el BCRA hizo lo propio para contener la presión dolarizadora ofreciendo cobertura cambiaria. A una creciente intervención en el mercado de futuros (estimamos una posición de USD 6.300 M), se le sumó una continua oferta de instrumentos dollar linked en el mercado secundario. Recordemos que, la semana pasada, el BCRA sumó un poder de fuego por USD 7.500 M tras canjear con el Tesoro LECAPs por instrumentos atados al dólar.

En este marco, las tasas de interés en pesos respondieron al alza. Contracara de una demanda de divisas creciente, la absorción de pesos por parte del BCRA+Tesoro comenzó a tensar la liquidez del sistema y las tasas comenzaron a despertarse. El Tesoro absorbió $1,7 bn tras la liquidación de la última licitación (rollover por encima del 100%) y otros $0,4 bn por las ventas netas realizadas en el MULC desde el 23-sept, a lo que se suma la absorción de pesos del Central en el mercado secundario vía instrumentos atados al dólar oficial. Está falta de liquidez en pesos se tradujo en un Central con menor presencia en el mercado ofreciendo Pases pasivos (vía simultaneas) y una drástica reducción del stock por dichas posiciones, que pasó de un pico de $5,7 bn el 29-sept a sólo $0,7 bn el 7-oct.

Así las cosas, la tasa de cauciones a 1 día pasaron de un mínimo de 22,7% TNA PP a finales de septiembre a 46% TNA PP hoy, y la tasa de REPO de 26% TNA PP a 70% TNA PP. Por su parte, los instrumentos de renta fija con vencimiento hasta diciembre se contrajeron hasta el 3% respecto al viernes anterior, y los rendimientos se elevaron por encima del 7% TEM (vs 5% TEM). En este marco, las tasas activas respondieron al alza, con los Adelantos volviendo a ubicarse por encima del 50% TNA.

Decíamos la semana pasada que la estrategia cambiaria-monetaria del Gobierno hasta octubre venía pivotando entre una defensa a ultranza del esquema actual (venta de divisas) y mayores restricciones para contener la demanda de dólares (reimposición de restricción cruzada a personas humanas).

Asimismo, señalábamos que el equipo económico buscaba salir por encima del laberinto mediante la llegada de fondos frescos desde Washignton. Justamente, las definiciones llegaron sobre el cierre de los mercados. Mediante una publicación en X, Scott Bessent, Secretario del Tesoro norteamericano, anunció que el Tesoro de USA compró pesos en la rueda de hoy (es decir, vendió divisas), explicando por qué el dólar frenó la tendencia alcista y dando un respiro al Tesoro argentino tras siete ruedas ininterrumpidas de ventas. Asimismo, se acordó un swap con el BCRA por USD 20.000 M y, añadió, que está preparado para tomar las medidas excepcionales que sean necesarias para garantizar la estabilidad del mercado. Por último, respaldó el programa del FMI (quien lo seguirá monitoreando) y el esquema de bandas cambiaria trazado con el organismo.

Dos reflexiones iniciales respecto al acuerdo. En primer lugar, será importante ver la reacción del mercado la próxima semana, en lo que es sin dudas un game changer para los fundamentos del esquema económico actual y para el país, siendo difícil descartar incluso una eventual profundización del respaldo financiero. En segundo lugar, habrá que esperar para tener mayores definiciones respecto a los potenciales condicionantes de la ayuda, algo para nada trivial teniendo en cuenta la abierta disputa norteamericana con China y la relevancia de la economía asiática para la economía local.

Estabilidad del dólar oficial

En una semana corta atípica, el dólar spot pasó de cotizar $1.430 debido a las ventas del Tesoro a cerrar en $1.420 (-0,3% semanal) en la jornada de hoy producto de la intervención del Tesoro norteamericano. Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 42.056 M y las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.600 M (+USD 5.200 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se reduce

Los dólares alternativos respondieron al respaldo financiero del Tesoro norteamericano: el dólar minorista subió 0,3% ($1.459) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 descendió 5% ($1.416), el dólar CCL operado con CEDEARs bajó 4,8% ($1.453) y, por el contrario, el blue subió 2,4% ($1.475). Frente a un tipo de cambio mayorista bajando en menor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 0%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar finalizaron al alza. En detalle, los contratos de octubre a diciembre subieron 0,4%, y aquellos con vencimiento desde enero 2026 aumentaron 1,3%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 6,8% para el trimestre octubre-diciembre, y promedia un 16,6% para el trimestre siguiente.

Una mezcla de cobertura, ventas y anuncios para ganar tiempo

La pax cambiara de la eliminación temporal de retenciones llegó a su fin. La última semana estuvo marcada por la incertidumbre en el mercado de cambios, lo cual impulsó el dólar en una tendencia alcista. El dólar spot ascendió a $1.424,5 al cierre de hoy (+4,7% respecto al viernes de la semana pasada).

En el marco de la eliminación transitoria de las retenciones, el sector agropecuario liquidó USD 6.100 M y el Tesoro habría comprado cerca de USD 2.200 M. No obstante, ni bien pasada la liquidación extraordinaria el Tesoro habría vendido cerca de USD 700 M en el mercado oficial, indicativo de que las compras realizadas al sector agropecuario se vieron afectadas por una demanda privada sostenida. En este marco, el BCRA salió a ofrecer cobertura cambiaria en el mercado secundario vendiendo dollar linked, lo que llevó a canjear LECAPs por un menú de letras atadas al dólar con el Tesoro equivalentes a USD 7.500 M. Con una corrección del esquema cambiario que luce improbable, las autoridades se encuentran pivotando entre el sostenimiento del esquema vía ventas y mayores restricciones, y buscan saltar por arriba del laberinto mediante un apoyo financiero del Tesoro de USA. Esto se traduciría en menores expectativas de devaluación y un BCRA dotado de mayor poder de fuego.

No obstante, cada vez más importante que llegar a octubre es el cómo. Si bien el equipo económico puede sacar un as bajo la manga con un potencial acuerdo con el Tesoro norteamericano, los desequilibrios se acumulan y la postergación de las correcciones podría hacer más costoso el “día después” de las elecciones si los resultados no acompañan. En este sentido, el esquema cambiario-monetario deberá aportar lo suyo para reducir el riesgo país y lograr la necesaria reincorporación a los mercados internacionales de deuda.

 

La última semana estuvo marcada por la incertidumbre en el mercado de cambios, lo cual impulsó el dólar en una tendencia alcista. El dólar spot ascendió a $1.424,5 al cierre de hoy (+4,7% respecto al viernes de la semana pasada). Por su parte, el dólar informado por el BCRA (promedio de la jornada) finalizó en $1.425 (+6,2%).

La pax cambiara de la eliminación temporal de retenciones llegó a su fin. Desde el martes 23/09 hasta el miércoles 1/10, el sector agropecuario acumuló una liquidación por USD 6.103 M, casi el 90% de los USD 7.000 M que debía liquidar dentro de los tres días hábiles para gozar del beneficio de derechos de exportación 0%. Para dimensionar esta suma, en seis ruedas el sector superó lo ingresado en julio (USD 4.100 M), mes de mayor liquidación del 2025 e incluso un récord para el séptimo mes del año en la serie iniciada en 2003 (a precios actuales).

En este marco, el Tesoro recompuso divisas. Durante la ventana de liquidación extraordinaria, los depósitos en dólares del Tesoro sumaron un ingreso cercano a los USD 2.200 M, más que recuperando las ventas incurridas entre agosto y septiembre, y situando el stock en el orden de los USD 2.300 M (en medio, se pagaron compromisos con organismos internacionales). No obstante, el resultado de la medida deja con sabor a poco: el Tesoro habría adquirido poco más de 3 de cada 10 dólares de las divisas del sector agropecuario. El beneficio luce acotado si se tiene en cuenta el costo fiscal (0,2% PIB) y el adelantamiento de exportaciones que aseguran una menor liquidación a futuro, entre otras razones.

Justamente, el Tesoro debió vender divisas en el mercado. En la primera rueda sin la liquidación extraordinaria, el Tesoro habría vendido poco más de USD 500 M en el mercado. La racha negativa se habría extendido hasta el jueves, donde se desprendió de otros USD 200 M según fuentes periodísticas (apenas USD 18 M liquidó el agro ese día). De esta forma, en tan sólo dos ruedas las autoridades se habrían desprendido del 30% de las compras realizadas, dando la pauta de una demanda privada sostenida que limitó al Tesoro a realizar compras más abultadas durante la liquidación extraordinaria. En este escenario, no descartamos que durante la rueda de hoy se hayan producido nuevas ventas, dado que se reiteró el comportamiento en el mercado de una posición de oferta sostenida en la zona de los $1.430. De hecho, el dólar spot finalizó por segunda jornada consecutiva en $1424,5 en el marco de un volumen operado mayor.

Relacionado a la liquidación extraordinaria y las mayores expectativas de devaluación, el apetito por cobertura cambiaria se mantuvo firme. El interés abierto negociado en el mercado de futuros siguió marcando récords y el BCRA profundizó su postura vendedora. Estimamos que el Central llegó a finales de septiembre con una tenencia de USD 7.500 M, muy cerca del límite de los USD 9.000 M que reglamentó A3 Mercados, y que habría finalizado septiembre en el orden de los USD 6.500 M al no rollear la totalidad de las tenencias como es habitual.

Debido a una posición de futuros recalentada, el BCRA ofreció cobertura cambiaria en los mercados secundarios. Recordemos que, en la licitación de Finanzas de la semana pasada, más del 50% de lo adjudicado correspondió a instrumentos dollar linked (venían quedando desiertos en las últimas licitaciones). En este sentido, el mercado buscó cobertura especialmente en la letra más corta (D31O5, vencimiento 31/10), con la autoridad monetaria abasteciendo esta demanda. Como resultado de esta oferta creciente, el BCRA reforzó el poder de fuego realizando un canje con el Tesoro entregando títulos a tasa fija capitalizables a cambio de un menú de letras atadas al dólar equivalente a USD 7.500 M (monto similar a la posición vendida en futuros), con la particularidad de que no se incorporó la letra D31O5.

De esta forma, las autoridades buscan dar cobertura en ambos mercados. Con la reintroducción de la restricción cruzada por 90 días para personas humanas (nunca se quitó para personas jurídicas), el dólar CCL y el mayorista quedaron desarbitrados, ampliando la brecha a más del 10% entre ambas cotizaciones. Aquellos agentes (por caso, los importadores) que se encontraban operando en los mercados financieros en un contexto de brecha casi nula, tiene la oportunidad de demandar instrumentos dollar linked en el mercado a un precio “menor” (dada la oferta del BCRA) y cubrirse a futuro ante eventuales saltos del dólar oficial. A su vez, la maniobra descomprime la demanda por dólar CCL, lo que derivó en una brecha comprimiendo por debajo del 10% al cierre de hoy.

Ahora bien, la decisión no está exenta de costos y riesgos, especialmente para el programa financiero del Tesoro. Visto en números, previo a la licitación del viernes pasado los vencimientos DLK representaban apenas el 2,4% del total de la deuda en pesos a vencer en lo que resta de 2025, mientras que luego del canje asciende a 15%. Por ende, si eventualmente el dólar sube por encima del techo de la banda luego de las elecciones, el costo fiscal que deberá afrontar el Tesoro será significativo.

Si bien creemos que el Gobierno aún tiene herramientas para atravesar el camino hasta las elecciones, de no mediar ningún nuevo “conejo sacado de la galera”, las autoridades deberán elegir entre 3 alternativas si las presiones persisten o se intensifican:

1) Liberar el tipo de cambio y abandonar el esquema de bandas, despejando las presiones sobre los depósitos del Tesoro y las Reservas, y tornando más creíble la solvencia de cara a los vencimientos de enero de 2026. Sin embargo, vemos improbable este camino debido al costo político de un eventual dólar más elevado, mayor nominalidad y la falta de previsibilidad, todo en las puertas de unas elecciones de medio término;

2) Defender el sistema actual, vendiendo divisas del Tesoro y potencialmente nuevas ventas del BCRA en el techo de la banda, con los riesgos de ingresar a un círculo vicioso de ventas, mayores expectativas de devaluación por falta de credibilidad en el esquema, mayor demanda, y nuevas ventas, todo lo que derivaría en un riesgo país cada vez más elevado;

3) Endurecer las restricciones en el MULC, como la mencionada restricción cruzada y la reciente prohibición a que las Fintech vendan dólar oficial minorista, con el costo distorsivo de una brecha mayor y un MULC más estrecho.

Así las cosas, el equipo económico busca salir por arriba del laberinto con la llegada de fondos frescos desde Washignton. En un esquema pivotando entre la segunda y tercera opción, el respaldo del Tesoro de Estados Unidos permitía contener las expectativas de devaluación y más importante dotar de poder de fuego al Central. Precisamente, las nuevas señales de apoyo de esta semana (publicación en X de Scott Bessent, Secretario del Tesoro norteamericano) no tuvieron el impacto esperado, en un mercado que espera ver la envergadura de dicho respaldo.

Asimismo, durante la jornada de hoy Kristalina Georgieva, directora del FMI, publicó en X que mantuvo una conversación con Bessent para coordinar la ayuda al país, la cual incluiría la utilización de DEGs (moneda del organismo) en poder del Tesoro norteamericano.

Como reflexión final, cada vez más importante que llegar a octubre es el cómo. Si bien el equipo económico puede sacar un as bajo la manga con un potencial acuerdo con el Tesoro norteamericano, los desequilibrios se acumulan y la postergación de las correcciones podría hacer más costoso el “día después” de las elecciones si los resultados no acompañan. En este sentido, el esquema cambiario-monetario deberá aportar lo suyo para reducir el riesgo país y lograr la necesaria reincorporación a los mercados internacionales de deuda.

 

El dólar oficial vuelve a subir

Pasada la liquidación extraordinaria y con un Tesoro vendiendo en el mercado financiero para sostener la cotización, el dólar spot finalizó la semana en $1.424,5 (+4,7% respecto al viernes anterior). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 42.698 M, creciendo cerca de USD 1.500 M en la semana en lo que creemos corresponde a las compras netas del Tesoro y a ingresos de organismos internacionales. Respecto a las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 3.500 M (+USD 8.300 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se reduce

Los dólares alternativos siguieron la tendencia alcista del dólar mayorista: el dólar minorista subió 7% ($1.455) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 aumentó 3% ($1.490), el dólar CCL operado con CEDEARs ascendió 4% ($1.526) y, por el contrario, el blue se mantuvo sin variaciones ($1.440). Frente a un tipo de cambio mayorista subiendo en mayor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 4%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de octubre a diciembre subieron 3,2%, y aquellos con vencimiento desde enero 2026 aumentaron 2,3%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 6,0% para el trimestre octubre-diciembre, y promedia un 14,9% para el trimestre siguiente.

El as bajo la manga del programa económico

Luego de la derrota electoral en PBA y las ventas por más de USD 1.100 M del BCRA para defender el techo de la banda, el Gobierno realizó una serie de esfuerzos para contener una dinámica que se tornaba insostenible en el corto plazo.

En este sentido, la reacción buscó incentivar la oferta de USD y contener la demanda de divisas. Desde el lado de la oferta, la eliminación temporal de las retenciones impulsó a una fuerte liquidación de divisas por parte del sector agropecuario, que en tan sólo tres ruedas alcanzó el techo pautado de USD 7.000 M. Desde el lado de la demanda, el apoyo financiero (y político) de Washington introdujo un game changer para la dinámica del programa económico. La eventual llegada de financiamiento del Tesoro de USA implicaría despejar los vencimientos en USD en 2026, impactando positivamente en el Riesgo País. Asimismo, el BCRA reforzó el cepo a reinstaurar la restricción cruzada por 90 días para las personas físicas. Más allá de ello, no descartamos que se precipiten nuevas tensiones de cara a los comicios del 26 de octubre, en lo que el BCRA o el Tesoro (con las recientes compras) podrían volver a vender USD si lo consideran necesario.

Luego de los comicios, no descartamos una revisión del esquema cambiario de cara a la segunda mitad del mandato hacia un régimen de flotación sucia, donde el nivel del tipo de cambio dependería más de la intensidad de los flujos de divisas (tanto comerciales como financieras) y no sólo de las intervenciones oficiales (sea del BCRA o del Tesoro).

 

Luego de la derrota electoral en PBA, el BCRA inició un proceso de normalización de las tasas de interés (para reducir el costo financiero y reactivar la economía en la previa electoral), el Tesoro se corrió del mercado y la principal herramienta para contener el dólar pasó a ser la amenaza de venta del BCRA en el techo de la banda en caso de que sea necesario (con un poder de fuego superior a los USD 15.000 M). No obstante, en su momento destacamos que, si el BCRA vende Reservas o no, cuándo comienza a hacerlo y a qué ritmo no eran factores inocuos para la sostenibilidad del esquema.

La presión cambiaria apareció antes de lo esperado y a un ritmo elevado. El miércoles 17/9 el tipo de cambio mayorista tocó el techo de la banda ($1.474) y obligó al BCRA a desprenderse de USD 42 M. Lejos de calmarse, la situación siguió escalando de manera exponencial: la autoridad monetaria vendió USD 390 M el jueves y USD 678 M el viernes (la mayor venta diaria desde octubre del 2019, metiéndose en el top 10 de ventas desde 2003 hasta la fecha). Con ventas por más de USD 1.100 M en sólo 3 ruedas, la dinámica se tornaba insostenible y las elecciones de octubre parecían quedar muy lejos en el tiempo. Como consecuencia, el Riesgo País se disparó por encima de los 1.400 puntos básicos (dada la percepción de que Argentina no utilizaría los USD disponibles para cancelar vencimientos, sino para contener el dólar), iniciando lo que podría haber sido un proceso de retroalimentación negativa entre el Riesgo País y las presiones cambiarias.

Frente a este panorama, el Gobierno reaccionó tratando de incentivar la oferta de USD y acotar la demanda en simultáneo. En cuanto a la oferta, el Gobierno anunció retenciones 0% para el sector agropecuario (principales granos y sus derivados) hasta el 31 de octubre o hasta que se declaren exportaciones por USD 7.000 M, con la obligación de liquidar el 90% en los 3 días hábiles posteriores de la declaración jurada (descartando así la posibilidad de postergar en el tiempo la liquidación). Con un costo fiscal aproximado de 0,2% del PIB, la medida surgió efecto rápidamente y en los primeros 3 días se alcanzó el cupo establecido (reestableciéndose así los niveles de retenciones previos), llevando así la liquidación del agro a niveles récord.

Esto permitió que el Tesoro retomé las compras en el MULC y le ponga un piso al dólar. El martes, los depósitos en USD del Tesoro crecieron USD 85 M, con un movimiento de los depósitos en pesos (expresados en dólares) de -USD 85 M, lo que reflejaría la compra de divisas y el desprendimiento de pesos como contrapartida. El miércoles las compras se habrían interrumpido (los depósitos cayeron USD 19 M y subieron USD 19 M en pesos), pero el jueves (el agro liquidó USD 1.050 M) y el viernes las Reservas subieron USD 317 M y USD 1.889 M, respectivamente. En este sentido, entendemos que parte de dicha variación positiva correspondería a un aumento de los depósitos del Tesoro en dólares (que se computan en las Reservas Brutas). De hecho, según trascendidos, durante hoy el Tesoro habría adquirido USD 1.350 M.

Con respecto a la demanda, las autoridades buscaron impulsar un cambio de expectativas gracias al anuncio de un contundente apoyo financiero (y político) del Gobierno de EEUU (junto con una aceleración en los desembolsos proyectados del Banco Mundial y el BID). En concreto, no sólo Trump demostró públicamente su apoyo al Presidente Milei en una reunión bilateral, sino que Scott Bessent (el Secretario del Tesoro estadounidense) mencionó que el Tesoro está listo para comprar bonos argentinos (en colocaciones primarias o el mercado secundario), otorgar un crédito stand-by a través del Exchange Stabilization Fund y negociar una línea SWAP de USD 20.000 M con el Banco Central. Un apoyo inédito e inesperado, dado que tendríamos que remontarnos a 1995 para evidenciar una situación similar, cuando el Gobierno de EEUU le otorgó un préstamo de USD 20.000 M a México para superar la crisis del tequila.

Si bien no se dieron precisiones sobre el momento en el cual se concretarían dichas operaciones (aunque se mencionaron las elecciones como un evento a monitorear) ni sus condicionalidades (según diferentes medios de comunicación una de las condicionalidades sería finalizar el swap vigente con China), semejante muestra de apoyo del principal jugador en el mercado financiero internacional sin dudas es un game changer” para la dinámica del programa económico. Si se concreta la llegada de USD del Tesoro, Argentina podría postergar su vuelta a los mercados financieros internacionales sin tensionar el mercado cambiario, dado que contaría con los USD necesarios para cancelar sus compromisos en 2026. Consecuentemente, no sólo las acciones se dispararon y el Riesgo País volvió a los niveles previos a las elecciones de PBA (por debajo de los 1.100 puntos básicos), sino que el dólar se desplomó (cayó 10% en la semana).

Más allá de ello, en la jornada de hoy el BCRA reforzó el cepo. La brecha cambiaria entre el dólar CCL y el mayorista se extendió hasta el 5% en las primeras ruedas de la semana, insinuando una presión dolarizadora por parte de las empresas exportadoras de cereales (recordar que no pueden acceder al oficial). Así las cosas, el gap debería cerrarse mediante el arbitraje de las personas físicas (sin cepo) abasteciendo de dólares a la demanda excedente en el mercado financiero. No obstante, el Central reinstauró la restricción cruzada por 90 días para las personas físicas, profundizando las señales de mayor restricción que venía dando el organismo (prohibición de compra para altos rangos jerárquicos).

De esta forma, las autoridades buscan reducir la creciente formación de activos externos (FAE) y limitar la potencial pérdida de Reservas de cara a octubre. El costo de todo esto será un esquema cambiario con una brecha mayor y las consecuentes distorsiones macroeconómicos de las mismas, contrastando fuertemente con el cambio introducido en abril a instancias de las flamantes bandas cambiarias.

En este marco, el apetito por cobertura cambiaria y las mayores restricciones impulsaron la licitación de Finanzas. En la subasta de hoy, Finanzas adjudicó cerca de $7,4 bn (rollover mayor al 100%), siendo especialmente relevantes los instrumentos dollar linked que capturaron más del 50% de lo adjudicado (el instrumento venía quedando desierto en las últimas licitaciones). El mercado de dólar futuro venía reflejando dicho apetito, con un interés abierto creciente y una mayor presencia del BCRA en la plaza. En este sentido, el Central finalizó agosto con una tenencia de futuros por USD 5.088 M (la mayor de la gestión), y la tendencia (en particular post-resultados PBA) siguió creciendo en septiembre, en lo que estimamos rondaría los USD 6.600 M.

Volviendo, el camino hacia el 26 de octubre aún es un largo trayecto por delante y en Argentina es usual que la volatilidad se haga más presente en la cercanía a los comicios. En tal sentido, no descartamos que en las semanas previas a las elecciones volvamos a experimentar algunas ruedas con turbulencia cambiario y/o financiera. De hecho, el propio adelantamiento de las liquidaciones del agro les pone un techo más bajo a las liquidaciones futuras del sector, acotando así la eventual oferta cambiaria. Por caso, estimábamos que el sector tenía por liquidar entre USD 10.000 M – USD 11.000 M hasta diciembre, liquidándose más de la mitad en las primeras tres ruedas sin retenciones.

Sin embargo, creemos que el Gobierno tiene las herramientas suficientes como para afrontar eventuales tensiones y postergar definiciones para después de las elecciones. Eventualmente, incluso el BCRA o el Tesoro podrían volver a vender USD en caso de que lo consideren necesario. Si bien no dejaría de ser una mala señal para el mercado (por eso es importante que aprovechen las elevadas liquidaciones para hacerse de un “colchón”), no es lo mismo vender USD a unas pocas ruedas de las elecciones que hacerlo con casi un mes de anticipación.

Luego de los comicios, no descartamos una revisión del esquema cambiario de cara a la segunda mitad del mandato hacia un régimen de flotación sucia, donde el nivel del tipo de cambio dependería más de la intensidad de los flujos de divisas (tanto comerciales como financieras) y no sólo de las intervenciones oficiales (sea del BCRA o del Tesoro).

Claramente, el tipo de cambio resultante del cambio de régimen dependerá no sólo del resultado electoral, sino también de las señales de gobernabilidad que brinde el Gobierno (diálogo con el Congreso y Gobernadores para aprobar leyes) y de la percepción de sostenibilidad del esquema económico y el programa financiero (reforzados recientemente por el respaldo de EEUU).

 

Fuerte baja del dólar oficial

Con el acuerdo con USA y la histórica liquidación del sector agropecuario como trasfondo, el dólar spot se desplomó a los $1.326 (-10% respecto al viernes previo). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 41.238 M, creciendo cerca de USD 1.900 M en la semana en lo que creemos corresponde a compras del Tesoro en el marco de la liquidación del sector agropecuario. Respecto a las Reservas Netas, descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.100 M (+USD 7.300 M si no se descuentan aquellos ítems).

Se despierta la brecha cambiaria

La brecha cambiaria, que venía al alza, profundizó la tendencia en la jornada de hoy a partir de los cambios introducidos por el BCRA. En números, el dólar minorista se desplomó 10% ($1.365) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 cayó 8% ($1.443), el dólar CCL operado con CEDEARs bajó 6% ($1.470) y el blue se redujo 5% ($1.440). Frente a un tipo de cambio mayorista bajando en mayor medida, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 10%, el registro más elevado bajo el esquema cambiario de bandas introducido el 14 de abril.

Los futuros de dólar ceden

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre bajaron 8,9%, y aquellos con vencimiento desde diciembre recortaron 5,9%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 5,7% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 17,5% para el trimestre siguiente.

Reservas bajo presión en el techo de la banda

Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda hasta finalizar en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada).

Como consecuencia, el BCRA vendió divisas por primera vez en el techo de la banda. Desde el miércoles, la autoridad monetaria vendió de forma creciente divisas en el mercado para defender la banda superior. Con depósitos del Tesoro en USD que lucen agotados, la principal herramienta para contener el techo la posee la autoridad monetaria con unas Reservas Líquidas robustecidas tras el acuerdo con el FMI. El riesgo que emerge de dicha estrategia es una circulo vicioso, donde a más ventas, más dudas del mercado sobre su sostenibilidad, retroalimentando y produciendo mayores ventas. En este marco, el riesgo país escaló hasta romper la barrera de los 1.500 puntos, reduciendo la probabilidad de un ingreso rápido a los mercados internacionales en 2026.

Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.

 

Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda y finalizó en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada). Por su parte, el dólar informado por el BCRA (promedio de la jornada) finalizó casi en línea ($1.474,8; +1,9%).

Como consecuencia, el dólar spot tocó por primera vez el techo de la banda en la rueda del miércoles, hecho inédito desde el cambio en el régimen cambiario vigente desde abril. Particularmente, desde el viernes 12/9 la evolución intradiaria comenzó a insinuar que alcanzaría el techo de la banda, lo que impulsó a que el BCRA coloqué por primera vez una opción de oferta en el mercado en la banda superior.

La dinámica se extendió a lo largo de la semana, generando que el miércoles el BCRA venda divisas por primera vez tras 103 ruedas. Desde entonces, el Central fue profundizando la postura vendedora: el miércoles se desprendió de USD 53 M, el jueves USD 378 M y hoy viernes de USD 678 M (la venta diaria más elevada desde oct-19). De esta forma, la venta acumulada para sostener el techo de la banda alcanza los USD 1.110 M en sólo 3 ruedas (sin contemplar los USD 500 M vendidos por el Tesoro en la previa a las elecciones de PBA).  

Luego de las elecciones de PBA, marcamos que el inicio de la intervención del BCRA y el ritmo de ventas eran factores relevantes para monitorear. La respuesta llegó antes de lo esperado: las ventas arrancaron a falta de más de un mes de la elección de octubre y a un ritmo elevado. En principio, si bien no negamos la señal negativa, es pronto para sacar conclusiones que podrían lucir precipitadas, pero el 26 de octubre queda lejos en el tiempo.

Para dimensionar la magnitud de estas ventas, realizamos un ejercicio que repasa la dinámica de las corridas cambiarias de los últimos años. Para ello, tomamos las elecciones primarias y generales desde 2017 en adelante y calculamos las ventas promedio diarias del BCRA en el MULC, así como la cantidad de ruedas con saldo negativo desde el inicio de las tensiones.

El caso más extremo que aparece es la víspera a las elecciones Generales de octubre 2019, cuando el Central debió desprenderse de USD 144 M diarios durante 53 ruedas, dejando un saldo negativo de USD 7.663 M. Sin embargo, es necesario mencionar que para septiembre de 2019 se había restituido un cepo a las personas con un límite de compra mensual 10.000 USD, una restricción que no se encuentra vigente hoy en día.

Más cerca en el tiempo, si bien no se trata de un caso de previa electoral, este año convivimos con una etapa de continúas ventas en la previa a la flexibilización del cepo en abril, mediada por la incertidumbre cambiaria que traía las negociaciones con el FMI. En este contexto, la autoridad monetaria debió desprenderse en promedio de USD 131 M por día durante 19 ruedas.

Volviendo a la actualidad, el martes 2/9 las autoridades declararon que empezarían a “proveer de liquidez al mercado de cambios”, leído como un acto de sinceramiento a lo que venía ocurriendo desde agosto. Sumando entonces dichas ventas, transcurrieron 14 ruedas y se vendieron USD 122 M en promedio por día, implicando un rojo acumulado de USD 1.708 M. Por lo pronto, tanto el timing como el volumen operado hasta ahora son malas noticias para el gobierno: de mantenerse esta tendencia durante las 24 ruedas restantes hasta las elecciones generales, las ventas totales del BCRA llegarían a USD 4.600 M (casi en línea a lo ocurrido entre agosto y septiembre del 2018). Llegado a este punto, una aclaración importante es que el ejercicio es sumamente ilustrativo, ya que es un supuesto fuerte pensar que las ventas seguirán a este rimo. Y esto vale tanto por la positiva (puede bajar o pausarse), como por la negativa (viene subiendo).

Naturalmente, se desprende la pregunta respecto al poder de fuego que tienen las autoridades para defender el techo de la banda. Los depósitos del Tesoro en USD lucen agotados. Desde 13 de agosto, los depósitos pasaron de USD 2.000 M a los USD 640 M producto de las mencionadas ventas en el mercado y en menor medida pagos netos a organismos internacionales (-USD 475 M). No obstante, tras el acuerdo con el FMI el BCRA robusteció significativamente las Reservas Líquidas (Reservas – Swap con China – Oro; métrica del dinero líquido para abastecer al mercado) que hoy se aproximan a los USD 13.700 M.

Como ya anticipamos unas líneas más arriba, la venta de dólares por parte del BCRA está lejos de ser una buena señal. Con varios compromisos en moneda internacional en el corto y mediano plazo, el mercado tiene un ojo puesto en las posiciones que adopten el Tesoro o el Central en el mercado de cambios. Mientras que la demanda es que se acumulen reservas, por el contrario, la autoridad monetaria se desprende de ellas y compromete su capacidad de repago.

Producto de ello, el riesgo país, que venía oscilando los 1.100 puntos tras los resultados de PBA, saltó durante la jornada del miércoles a los 1.400 p.b. y quebró hoy viernes la barrera de los 1.500 p.b. (el valor más alto desde agosto del año anterior). En paralelo, los bonos soberanos han profundizado el rally bajista: los Bonares contrajeron 14,3% y los Globales 12,6%.

En este escenario, la probabilidad de un acceso rápido a los mercados internacionales a principios de 2026 luce compleja. La prima de riesgo no refleja únicamente la incertidumbre política, sino también un mayor pesimismo en torno al esquema económico trazado y la obvia interacción entre ambas variables, algo no fácilmente discernible.

En el marco de un esquema cambiario con dudas respecto a su sostenibilidad luego de octubre, emerge el riesgo concreto de corto plazo de ingresar a un círculo vicioso. Esto es, mientras más se vea forzado el BCRA a desprenderse de divisas para sostener el techo de la banda, más dudas tendrá el mercado respecto a su sostenibilidad, dinámica que se retroalimenta llevando a nuevas ventas del Central. En el mediano plazo, el saldo será una necesidad mayor de acumulación de divisas para recomponer las reservas internacionales.

Si bien cada venta de divisas implica una absorción de pesos del Central, las experiencias locales dejan en claro que siempre “hay pesos”. Sin embargo, hagamos el ejercicio: si sumamos los pesos circulantes, los depósitos en los bancos privados (CA + CC) y los depósitos a plazo (plazos fijos) y los expresamos en dólares (CCL), la cifra arroja unos USD 80.000 M a comienzo de mes. Obviamente, esto no quiere decir que todos los pesos se irán al dólar. Para poner en perspectiva, en ago-19 la cifra rondaba los USD 54.000 M (a precios corrientes) y a finales de oct-19 finalizó en USD 41.000 M, una reducción de USD 13.000 M.

Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.

 

Dólar oficial al alza

Con las ventas del BCRA como trasfondo, el dólar oficial spot finalizó la semana en $1.475 (+1,5% respecto al viernes previo). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 39.259 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.100 M (+USD 5.100 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria sube

Con un dólar spot cotizando en el techo de la banda y nuevas regulaciones para la compra de dólares alternativos (prohibición a altos cargos de comprar dólar MEP/CCL), los dólares paralelos se despegaron de la cotización mayorista. En números, el dólar minorista subió 3,8% ($1.524) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 ascendió 6,4% ($1.567), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 5,8% ($1.567) y el blue aumentó 6,7% ($1.520). De esta forma, la brecha cambiaria cerró en 5%, el valor más elevado desde finales de abril (cuando el mercado se acoplaba al nuevo esquema cambiario).

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre subieron 1,4%, y aquellos con vencimiento desde diciembre +1,5%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 4% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 13% para el trimestre siguiente.

Ajustando expectativas

Una economía en modo electoral no alcanzó para obtener lo que era un objetivo claro del Gobierno: tener un desempeño aceptable en las elecciones provinciales de septiembre (una derrota de 5 puntos como mucho) y luego alcanzar un buen resultado en las elecciones nacionales de octubre, mostrando así un apoyo contundente de la sociedad al programa económico.

La contundente derrota electoral (más de 13 puntos) tuvo un impacto negativo en el mercado. A pesar de la confirmación del rumbo económico del Gobierno, los hechos trajeron modificaciones con un esquema virando a menores tasas y dólar más elevado. El Central absorbió peso en el mercado a una tasa decreciente, impulsando la tasa de interés del sistema a la baja y facilitando un costo de endeudamiento menor para la licitación de la semana de Finanzas. Desde el lado de los dólares, el Tesoro parece haberse corrido del mercado y el nuevo equilibrio se ubicó por encima de los $1.400, incluso rozando el techo de la banda. En este sentido, la principal herramienta para contener el dólar está siendo la amenaza de ventas del BCRA en el techo de la banda. El desempeño electoral trajo a escena un Riesgo País al alza, importante para afrontar los próximos vencimientos de deuda en dólares.

Lo evidente: el resultado electoral no será el único factor que defina la dinámica del Riesgo País, también entran en juego las señales de gobernabilidad y la recomposición de Reservas. Incluso suponiendo que se retoma el acceso a los mercados, la actual política cambiaria posiblemente sea revisada de cara a la segunda mitad del mandato ¿Iremos a un régimen de flotación sucia? En tal caso, el nivel del tipo de cambio dependería más de la intensidad de los flujos de divisas (reales y financieras) y no sólo de las intervenciones oficiales. En tal sentido, si el BCRA define una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, seguramente ayude a descomprimir el Riesgo País.

 

Hace algunas semanas veníamos marcando que la economía ya había entrado en modo electoral: el Gobierno buscaba contener el dólar para concentrarse en la desinflación como principal activo de campaña, relativizando los costos en materia de actividad. El objetivo era claro, tener un desempeño aceptable en las elecciones provinciales de septiembre (una derrota de 5 puntos como mucho) y luego alcanzar un buen resultado en las elecciones nacionales de octubre, mostrando así un apoyo contundente de la sociedad al programa económico.

En cuanto a la caja de herramientas utilizada, las autoridades evitaron comprar USD en el MULC (luego de adquirir USD 1.229 en julio) para no incrementar la demanda, e incluso realizaron ventas (unos USD 600 M en julio) de forma indirecta vía organismos públicos (es decir, ni el BCRA ni el Tesoro). Además, se impulsó un alza en las tasas de interés (endógenas a la dinámica del tipo de cambio) y una marcada intervención en los futuros del dólar para fomentar el carry trade con cobertura cambiaria (estimamos cerca de USD 4.500 M a finales agosto).

Como contrapartida, la inflación se mantuvo por debajo del 2% mensual en agosto por cuarto mes consecutivo, persistiendo la señal positiva de un pass-through acotado (el dólar subió 4,6% promedio). No obstante, el costo en materia de actividad es cada vez más palpable: en julio la industria cayó 2,3% mensual por segundo mes consecutivo, y borró casi toda la recuperación que había registrado desde el año pasado. Asimismo, en un escenario de mayor incertidumbre electoral y elevadas tasas de interés, las previsiones para agosto no son alentadoras. Por caso, los préstamos por Adelantos se desplomaron casi 11% en agosto e interrumpieron una racha nueve meses consecutivos al alza.

Como era esperable en las puertas de la contienda el electoral el escenario político-económico se fue tensando. Con un poder de fuego diezmado de los organismos públicos, el Gobierno se decidió a intervenir directamente en el mercado con los depósitos del Tesoro para contener el tipo de cambio. Los depósitos en dólares venían sufriendo un constante goteo desde el comienzo de agosto, y el martes 4/9 anunció oficialmente que intervendría el mercado de cambios. Tan sólo ese mismo día, Hacienda se desprendió de USD 200 M, acumulando una venta superior a los USD 500 M en las cuatro ruedas contenidas durante la semana (implicando 4 de cada 10 dólares comprados en julio).

Lo peor llegó el fin de semana, cuando el oficialismo obtuvo derrota contundente (por más de 13 puntos) a manos de Fuerza Patria en la Provincia de Buenos Aires. Claramente, la sorpresa electoral tuvo un impacto negativo no sólo para el Gobierno, sino también para los mercados: 1) El Merval cayó un 16% en dólares, la mayor caída diaria desde las PASO de agosto del 2019; 2) Los bonos soberanos en USD cayeron en promedio un 9% y llevaron al Riesgo País por encima de los 1.100 puntos básicos (el nivel más alto desde octubre del 2024); y 3) El tipo de cambio oficial abrió a $1.450 (más de un 6% arriba del cierre del viernes previo y apenas un 1,2% por debajo del techo de la banda), aunque luego se estabilizó en la zona de $1.420.

En este marco, el Gobierno comunicó que no cambiaría el rumbo económico, reafirmando el esquema cambiario-monetario trazado en un contexto de mayores expectativas de devaluación. No obstante, los movimientos en el mercado del Central en la semana señalaron un nuevo cambio pragmático en la estrategia del Gobierno. Concretamente, durante las primeras ruedas el Central tomó mayor protagonismo absorbiendo pesos en el mercado a una tasa decreciente, que pasó del orden del 45% TNA a los 35% TNA en la previa de la licitación de Finanzas el miércoles 10 (habría absorbido cerca de $1,1 bn entre el martes y miércoles). Así, la tasa de caución a 1 día que abrió la semana en 45% TNA PP en MAE, llegó el miércoles a la zona del 33% TNA PP; y el precio de los instrumentos a tasa fija subió en promedio 1,3%, comprimiendo los rendimientos desde una zona del 5% TEM a los 4% TEM.  

Este marco permitió que Finanzas obtenga una buena licitación, donde adjudicó $6,6 bn sobre ofertas de $7,4 bn, lo que significó un rollover de 91,4%. En una semana compleja, el Tesoro logró renovar gran parte de los vencimientos sin la asistencia de una suba de encajes del BCRA a los bancos en la previa (algo que se había hecho habitual), y logró renovar a una tasa casi en línea a la del mercado en un contexto de menores rendimientos.

Por el lado de los dólares, el Tesoro se habría corrido del mercado. En palabras del ministro de Economía, Luis Caputo, el Tesoro se habría retirado del mercado durante la semana, aunque los depósitos sufrieron una nueva baja de cerca de USD 65 M entre el lunes y el martes, con una suba de los depósitos en pesos (expresados en dólares) de casi la misma magnitud (+USD 56 M). Más allá de lo indicativo de los números, lo cierto es que, de existir tales ventas, se encuentran muy por debajo de los registros de la previa electoral (USD 120 M diarios).

De todas formas, la principal herramienta para contener el dólar está siendo la amenaza de ventas del BCRA en el techo de la banda. Si bien el Tesoro cuenta con cerca de USD 1.100 M en sus depósitos y tiene que afrontar vencimientos en USD por la misma magnitud hasta las elecciones de octubre (razón por las cual habrían dejado correr inicialmente el dólar en lugar de frenarlo), el BCRA dispone de más de USD 15.000 M en Reservas Internacionales Líquidas (Reservas Brutas – SWAP – oro) para intervenir en caso de que sea necesario.

Consecuentemente, el mercado parece creer en el techo de la banda cambiaria (al menos hasta las elecciones), y no descartamos que intente en algún momento hasta octubre testear el comportamiento de las autoridades. De hecho, en la jornada de hoy, justo cuando apareció un offer en el mercado en el techo de la banda por USD 100 M (levantando sospechas de que el BCRA estaría detrás), Federico Furiase, integrante del equipo económico, posteó en X respecto al poder de fuego del Central que la creencia o no de la misma no depende de ellos y que “sólo lo comprobarán si lo testean”, aludiendo a que actuarán si la divisa llegara a cotizar $1.471 (techo la de banda).

En suma, las cosas sí cambiaron. El esquema cambiario-monetario acusó recibo y se reconfiguró en un equilibrio de tasas reales elevadas para contener el dólar a uno de menores tasas de interés y dólar más elevado.

Más allá del cambio de estrategia, si el BCRA vende reservas o no, cuándo comienza a hacerlo y a qué ritmo son factores que no son inocuos para la sostenibilidad del esquema una vez superadas las elecciones. Pongámoslo en números: si suponemos que el BCRA arranca a intervenir a fines de septiembre (justo un mes antes de las elecciones) y que su intervención diaria es en promedio USD 120 M (en línea con las ventas del Tesoro en las ruedas previas a la elección de PBA), la autoridad monetaria se estaría desprendiendo de USD 2.400 M. Si bien luce un número no tan grande en comparación con el poder de fuego del BCRA, no creemos que sea una señal positiva para el mercado financiero, dado que explicaría más de la mitad de los vencimientos en USD de bonos soberanos que tiene que afrontar el Tesoro en enero.

En materia electoral, si bien la primera impresión del resultado en PBA es que hoy un triunfo categórico de La Libertad Avanza a nivel nacional luce más improbable que antes, lo cierto es que el tránsito hasta octubre es largo y el gobierno aún tiene chances de “recrear” la sensación de “triunfo”. En este marco, frente a vencimientos en dólares por cerca de USD 20.000 M en 2026, el principal interrogante de cara a los próximos meses es si un buen (o aceptable) resultado electoral es suficiente para bajar el riesgo país y volver a los mercados internacionales de deuda, clave para la sostenibilidad del esquema económico.

Lo evidente, la expectativa electoral sufrió un shock. La crispación del clima político se materializó en una batería de leyes (hasta el día de hoy en discusión) que pusieron en jaque el equilibrio fiscal, principal ancla del programa económico. Los virtuales costos políticos de los vetos y una política monetaria-cambiaria con claro impacto negativo en la actividad suscitó dudas lógicas de si la performance del Gobierno sería la esperada. Desde la baja registrada en el Índice de Confianza del Gobierno de Di Tella en agosto (algo que toma el mercado como predictor electoral), el riesgo país saltó del orden de los 700-750 a los 850-900 puntos básicos, para pasar a los actuales 1.000 p.b. tras la derrota de PBA. Local o no, la nacionalización de la elección ocurrió y dejó en el centro de la escena el virtual apoyo popular al programa económico.

Otra cuestión, ahora más evidente: el resultado electoral no será el único factor que defina la dinámica del riesgo país, también entran en juego las señales de gobernabilidad (diálogo con gobernadores) y la recomposición de reservas. Incluso suponiendo que se retoma el acceso a los mercados, la actual política cambiaria posiblemente sea revisada de cara a la segunda mitad del mandato ¿Iremos a un régimen de flotación sucia? En tal caso, el nivel del tipo de cambio dependería más de la intensidad de los flujos de divisas (reales y financieras) y no sólo de las intervenciones oficiales. En tal sentido, si el BCRA define una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, seguramente ayude a descomprimir el riesgo país.

 

Dólar oficial al alza

Con el resultado electoral como trasfondo, el dólar oficial spot finalizó la semana en $1.453 (+7,2% respecto al viernes previo), saltando 4% al cierre del lunes y otro 1,5% en la jornada de hoy. Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 40.309 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.300 M (+USD 6.600 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se mantiene estable

En la semana, los dólares alternativos finalizaron con subas. En números, el dólar minorista subió 5,8% ($1.468) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 ascendió 6,3% ($1.473), el dólar CCL operado con GD30 se deslizó 5,2% ($1.449) y el blue aumentó 4,0% ($1.425). Frente a un deslizamiento mayor del tipo de cambio mayorista, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 1%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre subieron 4,7%, y aquellos con vencimiento desde diciembre +4,4%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 4,5% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 12,8% para el trimestre siguiente.

La caja de herramientas para contener al dólar

Arrancó un septiembre caliente en el plano cambiario. En el marco de una tasa de interés dejando lentamente atrás el comportamiento volátil que exhibió desde el fin de las LEFIs, la cotización del dólar volvió con fuerza al centro del debate público.

A pesar del fuerte aumento de la tasa de interés, que comenzó a dar señales más concretas al daño en la actividad (los préstamos de Adelantos cayeron casi 11% mensual en agosto), el dólar continúa con la tendencia alcista. En este marco, el Tesoro, en una especie de confirmación de lo que venía sospechando el mercado, anunció el martes que venderá divisas en el MULC. Algo que, según se desliza del último dato de MULC por julio, vino haciendo mediante otros organismos públicos en dicho mes.

Si bien una buena performance en el plano político descomprimiría la incertidumbre y daría mayores señales de sustentabilidad estructural al esquema macroeconómico, por sí sólo no será suficiente para volver a reencauzar el aspecto cambiario-monetario. A la larga, se deberá llegar a un equilibrio de tasas compatible con un nivel de actividad normal y un tipo de cambio que refleje la acuciante necesidad de acumulación de divisas que tiene el BCRA, aspecto que sigue siendo fundamental para reducir el riesgo país.

 

Arrancó un septiembre caliente en el plano cambiario. En el marco de una tasa de interés dejando lentamente atrás el comportamiento volátil que exhibió desde el fin de las LEFIs, la cotización del dólar volvió con fuerza al centro del debate público.

Ligados entre sí, una cosa quedó clara en el trade-off tasa-dólar: en un contexto incertidumbre, la tasa que equilibra la demanda entre pesos y dólares resulta sumamente incómoda (por no decir infinita). En concreto, a pesar del apretón monetario del Tesoro-BCRA (encajes en máximos desde la década del 90’, licitaciones ad hoc para bancos) y una incipiente señal de tasas del Central a través de la participación en el mercado de Pases (con una otrora tasa Pasiva y Activa estableciéndose en el orden del 40%-50% TNA vs 29%-33% cuando era fijada por el BCRA), el dólar siguió al alza y la actividad sufrió las consecuencias. En agosto, los préstamos al sector privado apenas crecieron (+0,4% mensual) y los Adelantos, con tasas que tocaron hasta 90% TNA, se derrumbaron 10,8% mensual por primera vez en nueve meses.

En el marco de unas elecciones en puerta, se entiende el constante redoble de esfuerzos de las autoridades por mantener el dólar a raya. El descenso de la inflación y la estabilidad cambiaria de cara a octubre es la carta ganadora que interpreta el Gobierno tendrá para un buen desempeño electoral. La apuesta luce cada vez más audaz, tanto por los costos en materia de actividad (y la eventual ponderación que haga el electorado de ello) y por los desequilibrios acumulados de cara al “día después de octubre”.

Venimos destacando el menú de herramientas desplegado para contener el dólar oficial: un peso caro (mayores tasas) y escaso (encajes, licitaciones, intervenciones de mercado), posiciones en dólar futuro y, desde agosto, la venta directa del Tesoro de divisas en el MULC.

Arrancando por la venta de futuros, el BCRA alcanzó en agosto un récord bajo la actual gestión. La futuros en cartera del organismo se habrían ubicado en cerca de USD 6.500 M a lo largo del mes (USD 5.000 M alcanzó en julio según FMI) y estimamos que habría finalizado agosto con una posición cercana a los USD 4.500 M. Esto se debe a que a finales de mes el Central, como en julio, decidió no rollear los contratos que vencían por agosto, reduciendo de esta forma las tenencias. Para evitar sobresaltos en la divisa, prohibió vía normativas a los bancos aumentar su tenencia de divisas a finales de mes, algo que comentamos en el último informe.

Respecto a las recientes ventas del Tesoro, el MULC por julio publicado el viernes pasado por el BCRA dejó entrever una venta a través de otros organismos. Julio fue un mes enredado para el mercado de cambios: desde el lado de la oferta, el agro aceleró la liquidación hasta el 22/7 para aprovechar la baja temporaria (ahora permanente) de retenciones; y, desde el lado de la demanda, el Tesoro añadió una presión extra al comprar divisas (USD 1.229 M) en medio del acuerdo con el FMI.

Asimismo, la compra de divisas de las personas aumentó (aguinaldo mediante), con 1,3 millones de individuos demandando billetes (vs 1 millón desde la salida del cepo). Traducido a números, la Formación Neta de Activos Externos (FAE, nombre técnico a las mencionadas compras/ventas) marcó una salida de USD 5.432 M, la más alta desde abril, y acumula un egreso neto de USD 12.700 M en el último trimestre.

Ahora bien, hablemos un poco más de esta compra de divisas de las personas. No toda la FAE es destinada al atesoramiento y equivalente a salida de divisas del sistema. Tomando sólo el último trimestre, parte de esta demanda neta es destinada por los individuos para gastos de turismo (USD 2.400 M), son demandados por las empresas para cancelar deuda por importaciones de bienes (USD 3.300 M según estimaciones BCRA) y girar utilidades y dividendos. Es decir, el aspecto es contable: la FAE está reflejando que los individuos compran divisas para cancelar turismo (y evitar el recargo del 30%) y, más importante aún, la demanda de las empresas que por regulación no pueden acceder al MULC, pero se aprovechan del “rulo” (cruce de compra/venta entre MULC y mercados financieros) de las personas humanas para cancelar obligaciones. Por último, no toda la demanda termina “abajo del colchón”, sino que circula dentro del sistema vía mayores depósitos en USD en los bancos e inversiones en dólares en los mercados financieros (FCI, compra de ONs, etc.).

Volviendo, esta demanda extra fue abastecida en parte por organismos públicos en el MULC. Siendo toda una señal para la actual intervención directa del Tesoro, en julio los organismos públicos registraron una venta neta de divisas por más de USD 600 M, un máximo bajo la administración actual. Lo curioso, ¿cuál había sido el máximo previo? Durante las PASO de Agosto de 2023, cuando alcanzó unos USD 510 M en medio de la incertidumbre electoral, el aumento de la brecha y la devaluación discreta y posterior fijación de la divisa del entonces ministro de economía Massa. Con estos movimientos, habrá que ver como impactará en los depósitos en USD de los organismos nacionales, que a finales de junio (último dato disponible) era de alrededor de USD 1.100 M.

Con todo, el Tesoro aceleró las ventas en el MULC. Señalamos la semana pasada que los depósitos del Tesoro en USD en el BCRA venían sufriendo un constante goteo que hacían pensar que las autoridades estaban vendiendo divisas directamente en el MULC. En medio de las especulaciones del mercado, el martes las autoridades declararon que empezarán a “proveer de liquidez al mercado de cambios”, en lo que en nuestra lectura obedece a un acto de transparentar lo que venía sucediendo, y anticipándose a lo que venía a ser una semana más tensa con las elecciones de PBA de trasfondo.

Incluso, en un ejercicio de optimismo un tanto naíf se podía pensar que el simple anuncio sería suficiente para calmar las expectativas devaluatorias. Lejos de eso, en la primera rueda del martes el Tesoro se desprendió de USD 200 M (los depósitos cayeron USD 240 M debido a un pago a organismos internacionales), que habría recuperado en parte en la jornada siguiente con compras por USD 34 M. No obstante, las compras se dieron en medio de un volumen en el spot cayendo (USD 181 M el 3/9 vs USD 397 M el 2/9).

En este sentido, tomando sólo como guía el volumen operado, no descartamos nuevas ventas del Tesoro durante el jueves y viernes cuando el volumen promedió los USD 352 M, incluso por arriba de los primeros 22 días de julio cuando el agro se encontraba liquidando (USD 315 M). Más aún cuando se veía en las operaciones en tiempo real un techo en el en la cotización, con un dólar spot que no subía más allá de $1.360 por tres jornadas consecutivas hasta cerrar el viernes en $1.355 (+1,0% respecto al viernes pasado).

En suma, desde agosto el Tesoro alcanzaría ventas netas entre USD 240 M y USD 440 M. Llegamos a este número tomando de forma conservadora aquellos movimientos que tienen una correspondencia exacta entre bajas y subas de depósitos en USD y depósitos en pesos (expresados en dólares), y por otro lado descontando a los movimientos de la cuenta del Tesoro los pagos correspondientes a organismos internacionales.

Como reflexión final, el resultado electoral no será suficiente para corregir el rumbo. Si bien una buena performance en el plano político descomprimiría la incertidumbre y daría mayores señales de sustentabilidad estructural al esquema macroeconómico (músculo político para encarar reformas), por si sólo no será suficiente para volver a reencauzar el aspecto cambiario-monetario. A la larga, se deberá llegar a un equilibrio de tasas compatible con un nivel de actividad normal y un tipo de cambio que refleje la acuciante necesidad de acumulación de divisas que tiene el BCRA, aspecto que sigue siendo fundamental para reducir el riesgo país.

 

El dólar oficial sigue al alza

A pesar de las ventas del Tesoro, el dólar spot finalizó 1,0% por encima del viernes pasado ($1.355) e hilvanó tres semanas consecutivas al alza. El dólar spot finalizó en $1.342 (+1,6% respecto al viernes anterior) e hilvanó dos semanas consecutivas al alza. Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 40.520 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.200 M (+USD 6.800 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se mantiene estable

En la semana, los dólares alternativos finalizaron con subas. En números, el dólar minorista subió 1,9% ($1.387) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP ascendió 2,7% ($1.387), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 2,6% ($1.391) y el blue aumentó 1,5% ($1.370). Como resultado, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 2%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre bajaron 0,6%, y aquellos con vencimiento desde diciembre subieron 0,8 %. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 7,0% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 16,1% para el trimestre siguiente.

El BCRA muestra sus cartas

La semana siguió atravesada por el compromiso explícito del Gobierno de contener al dólar oficial, a través de una fuerte intervención en los mercados y la coordinación del Tesoro y el BCRA para dirigir los pesos a la licitación de Finanzas.

En este sentido, el BCRA intervino en el mercado para reducir el costo de endeudamiento de Finanzas y aumentó nuevamente los encajes para que los bancos dirijan su liquidez a una licitación que resultó con un rollover mayor al 100%. Asimismo, la autoridad monetaria habría aumentado sus tenencias de contratos de dólar futuro y, comunicación mediante, limitó a los bancos a aumentar su posición de divisas a finales de mes. Esto busca evitar que los pesos del vencimiento del contrato de dólar futuro de agosto obtenido por las entidades financieras se dirijan al dólar spot, algo que estuvo detrás en el salto del 4,5% diario de la divisa el 31 de julio. En otro orden, los depósitos del Tesoro netos de movimientos con organismos internacionales acumulan una caída de USD 250 M al 26/08, lo que podría indicar cierta presencia del Tesoro vendiendo divisas dentro de la banda para contener al dólar.

En suma, la cuestión es la misma: desinflar, aunque duela. Los incentivos políticos y el esquema se alinearán para contener el dólar oficial de cara a las elecciones, con el foco puesto en mantener la nominalidad a raya lo que aseguraría un buen desempeño electoral. Lamentablemente, para el “día después” de las elecciones las autoridades económicas deberán recoger los dividendos de una estrategia que luce poco sostenible y aumenta la incertidumbre respecto al esquema cambiario-monetario que viene.

 

La semana siguió atravesada por el compromiso explícito del Gobierno de contener el dólar oficial, a través de una fuerte intervención en los mercados y la coordinación entre el BCRA y el Tesoro para dirigir los pesos a la licitación de Finanzas de la semana, todo mediado por una batería de normativas ad hoc del Central en lo que el cambio de reglas pasó a ser lo habitual.

En este sentido, la flamante “Fase 3” nacida al calor del acuerdo con el FMI se fue replegando hacia una posición de contención y mutando en una nueva fase que podemos redenominar “Llegar a octubre”. Venimos subrayando en las últimas entregas que el objetivo del Gobierno consiste en “desinflar, aunque duela”, haciendo referencia a la lectura de las autoridades de que una inflación baja permitiría un buen desempeño electoral. Esta postura se refuerza debido a los costos que acarrea en materia de política económica y en la medida en que nos acercamos a las elecciones, asociado típicamente con una mayor incertidumbre.

Justamente, el plano político se crispó tras conocerse el dato del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella. En agosto, el índice registró una pronunciada baja del 13,6% (-16,5% i.a.) a nivel nacional (-23,3% en GBA) y alcanzó el nivel más bajo durante la actual gestión. Para peor, el relevamiento de opinión se hizo entre el 1 y el 14 de agosto, previo a los presuntos desmanejos en el área de discapacidad. En las puertas de las elecciones de PBA en una semana y a un mes de las nacionales, el dato fue tomado con sumo pesimismo por parte del mercado y disparó la incertidumbre respecto al resultado electoral, traduciéndose en extendidas pérdidas en la renta variable y los bonos soberanos, y un repunte del dólar oficial durante el lunes. Comparando con agosto del 2017 y 2021, momentos donde también se celebraron elecciones legislativas (aunque con PASO en ago-17 y sept-21), el índice se encuentra un 16% por debajo de la gestión de Mauricio Macri y un 15% por encima de Alberto Fernández.

Las razones detrás del voto de las personas son una alquimia difícil de revelar y exceden el espíritu de este informe, pero las últimas encuestas deslizarían que el Gobierno tendría una elección más reñida de lo que se presumía hace unos meses atrás. En el plano económico, se verá en las urnas el resultado de la apuesta del Gobierno por sostener un proceso de desinflación a costa de una recuperación salarial estancada y de tasas reales elevadas con claros indicios de estancamiento en la actividad.

En este sentido, ¿cuáles fueron las novedades en materia económica? 1) Nuevas normativas del BCRA destinadas a aumentar encajes (+3,5 p.p.) y la proporción de estos que se pueden integrar con títulos públicos (+5,5 p.p.) con vencimientos mayor a 60 días adquiridos en las licitaciones primarias; 2) Sumado a esto, intervenciones en el mercado secundario hacia títulos con vencimiento a 2026 para reducir el costo de endeudamiento del Tesoro; y 3) Todo lo que configura una demanda cautiva de los bancos y menor costo para que Finanzas logre un rollover mayor al 100% en la última licitación de agosto.

Además de esto, dos factores resaltaron. Por un lado, al sostenimiento de la cotización con el objetivo puntual de la licitación, se insinúa un Central más activo en el mercado para señalar un corredor de tasas. En concreto, durante la semana la entidad volvió a absorber pesos vía Pases pasivos, con una tasa en torno al 45%-50% TNA y ofreciendo tasas activas descendiendo con el correr de las jornadas a la zona del 60% TNA. Recordemos que, desde el 13 de agosto, el BCRA ofrece REPO a los bancos al cierre de mercado, con una tasa igual a la tasa PP del día + 2% bajo garantía de títulos públicos con vencimiento mayor a 60 días adquiridos en licitaciones primarias.

Por otro lado, el Central profundizó la posición de futuros. El interés abierto negociado en la plaza de futuros tocó un máximo de casi USD 8.000 M durante el jueves, un récord histórico, con las posiciones de septiembre creciendo producto del rolleo de los vencimientos de agosto, y destacando el crecimiento de noviembre (post elecciones) y los contratos de cara a 2026. Precisamente, estas posiciones dejarían entrever una mayor postura del Central, que viene sosteniendo la cotización de plazos más largos en el marco de una mayor incertidumbre sobre el esquema cambiario luego de octubre.

A finales de julio, la posición short del Central marcó un pico bajo la actual administración de USD 3.811 M. Tomando el fuerte supuesto de que gran parte del aumento del interés abierto corresponde a mayores tenencias del BCRA, la posición habría marcado un pico cercano a los USD 6.200 M (al 28/08). La cifra se ubicaría incluso por encima de los USD 5.000 M de finales de julio que señaló el FMI en la reciente revisión.

En este marco, el BCRA limitó las operaciones de los bancos en la jornada de hoy. El nuevo comunicado apunta a que los bancos no puedan aumentar la posición de moneda extranjera el último día hábil del mes, en la búsqueda por evitar lo ocurrido en julio. Esto es, la autoridad monetaria va aumentando sus tenencias del dólar futuro más corto y, a finales de mes, no rollea la totalidad de los vencimientos (último día hábil), reduciendo el volumen de la plaza e “inyectando pesos” que son tomados por los bancos para comprar dólar spot ante la falta de cobertura. Algo de esto estuvo detrás del salto del 4,5% diario del dólar oficial el 31 de julio. Cabe destacar que el BCRA está limitado por A3 a una posición de hasta USD 9.000 M, por lo que mientras más aumente su posición, más obligado se vería a finales de mes a no rollear y oxigenar las tenencias para retomar la postura.

En otras novedades, venimos destacando el menú de herramientas desplegado para contener el dólar oficial: un peso caro (mayores tasas) y escaso (encajes, licitaciones, intervenciones de mercado), posiciones en dólar futuro y, desde la aprobación del FMI, el retiro del Tesoro en el mercado oficial demandando divisas. 

Justamente, los depósitos en dólares del Tesoro se vienen reduciendo. Desde la transferencia del desembolso del FMI, los depósitos en USD del Tesoro en el BCRA pasaron de USD 2.025 M a USD 1.671 M. Tomando datos hasta el 26/08, la caída de los depósitos asciende a -USD 327 M. Cuando se cruza con la información correspondiente a las Reservas, dentro de esas fechas se produjeron movimientos netos con OOII por -USD 45 M (pueden existir movimientos solapados en otras líneas, que también fueron negativos) y “otras operaciones” por cerca de -USD 280 M.

De este modo, cuando se netea a los movimientos de depósitos lo correspondiente a OOII, el Tesoro acumula una baja de USD 250 M de los depósitos (al 26/08) que podría corresponderse a ventas en el mercado oficial para contener al dólar. Incluso, en determinadas fechas los depósitos en Pesos valuados en USD crecen casi en la misma magnitud que caen los depósitos en moneda dura (venta de dólares contra pesos), como lo fue en los casos cercanos del 20/08 (+-USD 24 M) y 26/08 (+- USD 50 M).

De ser así, la posición compradora de julio se habría revertido. Según el informe del MULC del BCRA por julio, el Tesoro compró USD 1.229 M en medio de la primera revisión con el FMI. Si bien el esquema implica la intervención del BCRA en el techo de la banda, el acuerdo abre las puertas a que la autoridad monetaria intervenga dentro de las bandas ante shocks exógenos y elevada incertidumbre. Siempre asumiendo que el Tesoro efectivamente vendió divisas, habrá que ver si las razones esgrimidas por el Gobierno son suficientes para el organismo. De todas formas, la revisión tendrá lugar recién a inicios de 2026, aunque siempre pueden existir llamados y reuniones donde eventualmente el tema pueda ponerse sobre la mesa.

En suma, la cuestión es la misma: desinflar, aunque duela. Los incentivos políticos y el esquema se alinearán para contener el dólar oficial de cara a las elecciones, con el foco puesto en mantener la nominalidad a raya lo que aseguraría un buen desempeño electoral. Lamentablemente, para el “día después” de las elecciones las autoridades económicas deberán recoger los dividendos de una estrategia que luce poco sostenible y aumenta la incertidumbre respecto al esquema cambiario-monetario que viene.

El dólar oficial sigue al alza

El dólar spot finalizó en $1.342 (+1,6% respecto al viernes anterior) e hilvanó dos semanas consecutivas al alza. En el marco de un volumen operado estable y una mayor liquidación del agro, el dólar oficial ascendió en medio de un clima político encrispado. Por otro lado, las Reservas Brutas con la caída de depósitos del Tesoro como trasfondo y el movimiento habitual de encajes de finales de mes finalizaron en USD 39.966 M. De esta forma, las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.400 M (+USD 6.500 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se mantiene estable

En la semana, los dólares alternativos finalizaron con subas. En números, el dólar minorista subió 1,8% ($1.361) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP ascendió 1,7% ($1.350), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 1,6% ($1.355) y el blue aumentó 0,4% ($1.350). Como resultado, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 2%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre subieron 1,0%, y aquellos con vencimiento desde diciembre lo hicieron en 0,1%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 8,8% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 16,2% para el trimestre siguiente.

Los costos del nuevo esquema

Queda atrás una semana sin grandes cambios, con la persistencia de la volatilidad de las tasas de interés. El dólar spot finalizó al alza (+1,6%; $1.321) luego de dos semanas retrocediendo. Desde el miércoles, la divisa revirtió la tendencia a la baja que venía presentando desde el 1 de agosto y acumuló en las últimas tres jornadas una suba del 2,2%.

La volatilidad y las mayores tasas reales comenzaron a dar señales negativas desde el lado de la actividad. La escalada de las tasas de Adelantos, con TNA superando el 90% en algunas jornadas, impulso a la baja el stock de préstamos. Con un crédito que viene desacelerando desde el cambio de esquema cambiario-monetario, las señales de julio-agosto no son positivas para una actividad prácticamente estancada en el segundo trimestre. En otro orden, el BCRA habría intervenido para sostener la cotización de títulos con vencimiento a comienzos de 2026 y absorbió pesos en el mercado a 40% TNA, lo que se suma al ofrecimiento de REPOs a bancos y desliza un “corredor” de tasas. Mientras tanto, el cambio de la política de encajes siguió afectando la dinámica de mercado, con tasas de caución a 1 día tocando mínimos y máximos de 5% TNA y más de 100% TNA, respectivamente, a lo largo de la semana.

De esta forma, la estrategia tiene una certeza y una incógnita. Las tasas se mantendrán elevadas con el objetivo de contener el dólar oficial, pero estará por verse si irá de la mano de una especie de “corredor” mediante intervenciones más sistemáticas en el mercado, lo que permitiría acotar los márgenes de volatilidad. Lamentablemente, para el “día después” de las elecciones las autoridades económicas deberán recoger los dividendos de una estrategia que luce poco sostenible y aumenta la incertidumbre respecto al esquema cambiario-monetario que viene.

 

Queda atrás una semana sin grandes cambios. La volatilidad de las tasas de interés es la melodía que suena desde que el equipo económico decidió poner fin a las LEFIs a comienzos de julio. La cuestión ya dejó de pasar por un reacomodo y acostumbramiento del mercado a la nueva configuración de política monetaria con tasa endógena, y empieza a ser cada vez más un aspecto de pericia de política económica. Las marchas y contramarchas normativas, intervenciones erráticas y esporádicas, y licitaciones ad hoc son algunas de las tantas medidas que delinean el panorama de las últimas semanas.

En este enredo, lo evidente es el objetivo: contener al dólar oficial. Para tal fin, la contención se viene produciendo vía un peso caro (tasas) y escaso (encajes, licitaciones), intervención en dólar futuro y, desde la aprobación del FMI, el retiro del Tesoro en el mercado oficial demandando divisas. La razón es clara, a poco más de dos semanas para las elecciones bonaerenses y un mes para las nacionales de octubre, el alineamiento del Gobierno consiste en mantener el dólar relativamente estable, y con ello la nominalidad y el proceso desinflacionario, bajo la premisa razonable de que aseguraría un buen desempeño electoral.

Sin embargo, el dólar spot finalizó al alza (+1,6%; $1.321) luego de dos semanas retrocediendo. Desde el miércoles, la divisa revirtió la tendencia a la baja que venía presentando desde el 1 de agosto y acumuló en las últimas tres jornadas una suba del 2,2%. El alza se dio en medio de un volumen operado por debajo de la semana previa (-16% en promedio), al compás de una liquidación del sector agropecuario promediando una liquidación de USD 54 M diarios hasta el miércoles (vs USD 88 M la semana pasada), deslizando una demanda sostenida en un contexto de menor oferta. Asimismo, un escenario político más álgido para el oficialismo, materializado con las discusiones en el Congreso y el rechazo del veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad en la Cámara de Diputados (el costo fiscal se estima entre 0,3%-0,5% del PIB) podría haber aminorado las posturas de carry-trade.  

Y entre la tasa y el dólar, está el freno en la actividad. En la convalidación de tasas reales volátiles y al alza para contener el dólar comenzó a emerger con más fuerza el trade-off con la actividad económica. El aumento reciente de las tasas aumentó fuertemente el spread bancario, con tasas de Adelantos superando algunas jornadas el 90% TNA y la TAMAR oscilando apenas en el 50% TNA. Naturalmente, el stock de préstamos comenzó a reducirse, pasando a precios de hoy de la zona de los $9 bn en julio a los $8,3 bn en lo que va de agosto.

Estos resultados se montan sobre un crédito al sector privado desacelerando desde el cambio de régimen monetario-cambiario en abril, pasando de un ritmo de crecimiento del 5% al 3% mensual y acentuando el freno desde junio. Asimismo, vienen creciendo los diversos inconvenientes con los cheques (lejos igual del período 2017-19). Por caso, en abril los cheques no pagados saltaron a los 90.000 desde el orden de los 70.000 entre ene-mar. En cualquier caso, con estos datos luce poco probable que los resultados de julio-agosto logren compensar el estancamiento que exhibió la actividad durante el segundo trimestre (apenas +0,1% por encima del primer trimestre).

En este marco, en la semana apareció el BCRA en el mercado. La autoridad monetaria habría estado presente en el mercado secundario sosteniendo la cotización de títulos con vencimiento a inicios del 2026, posición de la curva similar a lo que viene ocurriendo con los contratos de dólar futuro. Asimismo, durante la jornada del miércoles le puso un piso a la tasa al tomar pesos cerca del 40% TNA, lo que, sumado al ofrecimiento de REPO a los bancos a cierre de mercado (con una TNA rondando el 60%), en la práctica implicó una señal de corredor de tasas.

Como trasfondo, las consecuencias de la nueva política de encajes. En la semana Finanzas absorbió $3,8 bn de los $5,8 bn (por rollover debajo del 100% en la última licitación) en la subasta ad hoc para bancos, con títulos atados a tasa TAMAR que podrán integrarse ante el aumento temporal de encajes hasta noviembre (+5p.p.). La diferencia por $2 bn fue encajada por parte de los bancos, situando el stock de depósitos en el BCRA por esta naturaleza en $20,7 bn. Es esperable que, producto de los cambios recientes, la integración de encajes vía títulos públicos se torne creciente y revierta la dinámica que venía presentando desde marzo del año pasado.

Por otro lado, el cambio de regulación de encajes de saldos promedios a diarios afectó fuertemente las tasas. Dado que el requerimiento se tiene que cumplir diariamente, los bancos comenzaron a cerrar posiciones antes del cierre de mercado, lo que desplomó el volumen operado y afectó a las tasas. En concreto, la tasa de caución a 1 día en MAE cerró el lunes en 5% TNA, mientras que la tasa promedio ponderada de la rueda se ubicó en 47% TNA; y, en contraste, el miércoles tocó un máximo de más de 100% TNA vs un promedio ponderado de 35% TNA.

Así las cosas, el mensaje hasta octubre está claro: desinflar, aunque duela. El Gobierno se jugará un pleno de cara a las elecciones de octubre, con el foco puesto en mantener la nominalidad a raya lo que aseguraría un buen desempeño electoral. De esta forma, la impronta en lo que sigue estará determinada por evitar que la tasa de interés se reduzca de tal forma que incentive una suba del dólar oficial y, con ello, los precios.

La incógnita de corto plazo será si, para lograrlo, irá de la mano de una especie de “corredor” mediante intervenciones más sistemáticas en el mercado, lo que permitiría acotar los márgenes de volatilidad, pero no así el nivel que estará atado a lo que ocurra con el dólar. Lamentablemente, para el “día después” de las elecciones las autoridades económicas deberán recoger los dividendos de una estrategia que luce poco sostenible y aumenta la incertidumbre respecto al esquema cambiario-monetario que viene.

El dólar oficial repunta

El dólar spot finalizó en $1.321 (+1,6% semanal) cortando una racha de dos semanas a la baja. El volumen operado descendió, a la par de una menor liquidación del agro y un mayor ruido político que podría haber afectado posiciones de carry. Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en la zona de los USD 42.000 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.500 M (+USD 6.700 M si no se descuentan aquellos ítems).

La brecha cambiaria se mantiene estable

En la semana, los dólares alternativos finalizaron con subas. En números, el dólar minorista subió 2,0% ($1.337) respecto al jueves de la semana anterior, el dólar MEP escaló 2,5% ($1.327), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 0,6% ($1.333) y el blue aumentó 1,9% ($1.345). Como resultado, la brecha cambiaria promedio finalizó en la zona del 1%.

Los futuros de dólar suben

Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de agosto a octubre subieron 0,3%, y aquellos con vencimiento desde noviembre lo hicieron en 2,5%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 5,4% para el trimestre agosto-octubre, y promedia un 15,9% para el trimestre siguiente.