No solo precios: también está en riesgo la actividad

Algunas semanas atrás destacamos el dilema de la Reserva Federal (FED): responder a la mayor inflación de los últimos 40 años con políticas monetarias más restrictivas, pero sin poner en jaque la recuperación económica de dicho país (y la global). La disrupción en el mercado de commodities que se generó a partir de la escalada del conflicto ruso-ucraniano envalentó las presiones inflacionarias y exacerbó aún más este dilema.

No obstante, como anticipamos, las consecuencias del conflicto ya superan su impacto inmediato sobre los precios de los principales commodities que producen ambos países: las profundas recesiones que sufrirán Ucrania y Rusia sientan las bases para un efecto contagio no solo para la economía europea, sino también para la economía global. ¿Por qué el conflicto excede a la volatilidad vista en el mercado de commodities? ¿Qué riesgos presenta para la economía global? ¿Cómo alteró las expectativas del accionar de la FED y cuáles son los riesgos de las proyecciones que este organismo publicó esta semana? ¿Qué desafíos presenta para la economía argentina?

Guerra en Ucrania: 3 canales de contagio para la economía europea y global

Los primeros impactos globales del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania correspondieron al plano financiero: incluso antes de la invasión rusa, se verificó un alza de los precios de los commodities (I), fenómeno sobre el cual ya se ha puesto mucho el foco. Además, la fuerte volatilidad de los commodities vino aparejada de un fuerte empeoramiento de las condiciones financieras globales (II). Los principales índices globales muestran fuertes retrocesos[1] desde que comenzó el año (-15% el Nasdaq, -8% el S&P, -9% el DAX, -5% el Nikkei por nombrar algunos) y la volatilidad fue en aumento: no solo para las acciones (el VIX, conocido también como el “índice del miedo” alcanzó la semana pasada su mayor valor desde principios del 2021), sino también para los treasuries (instrumentos de “safe-heaven” para los inversores en contextos adversos) y las monedas internacionales, ambos medidos con indicadores similares al VIX. Incluso, la SEC (organismo estadounidense análogo a la CNV local) advirtió en un poco habitual comunicado a los operadores monitorear activamente el riesgo de contraparte y requerir del mayor collateral posible para las operaciones financieras. Algunos indicadores de estrés financiero (por ejemplo, el spread 3M FRA-OIS) alcanzaron su mayor nivel desde abril del 2020, en plena crisis del COVID-19.

Pero, con el transcurso de los días, ya comienza a vislumbrarse que los potenciales impactos sobre la actividad global para este año excederían los que provoquen las turbulencias financieras: el alza en la inflación -donde incide el alza de las commodities– y las disrupciones en el comercio global podrían resentir la dinámica del PIB global en 2022 (III).

Respecto de este último punto, cabe señalar que, aunque China es el principal socio comercial de Rusia a nivel país individual, la Unión Europea (UE) en su conjunto supera al país asiático: la UE representa casi dos quintas partes del comercio exterior ruso. Similarmente, Rusia es el cuarto proveedor externo de bienes a la UE, donde 22 de los 27 países tienen un déficit comercial con dicha Federación. Pero lo crucial es el tipo de importaciones que la UE satisface con Rusia: dos tercios de las compras de la UE a Rusia están relacionadas a la energía, donde un 40% de las necesidades de abastecimiento de gas que tiene la UE las provee Rusia. Un activo económico y geopolítico no menor.

Pero no solo es energía: Rusia y Ucrania son jugadores importantes del mercado global de cereales, metales y minerales. Previo a la crisis del COVID, más de 1 de cada 2 dólares que exportó Ucrania correspondían a productos agrícolas (casi en su totalidad cereales y oleaginosas), metales (principalmente hierro y acero) y minería. Con relación a los cereales, ambas naciones representaban (previo a la invasión) aproximadamente un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y un quinto de las de maíz respectivamente. Respecto del trigo, más allá de la explosiva evolución de su precio (+50% desde que comenzó el año, +25% solo desde la invasión), la guerra presenta una potencial crisis humanitaria y alimenticia en algunos países. Específicamente, previo a la crisis del COVID+19, Túnez, Israel, Egipto y Turquía dependían en por lo menos un 50% (hasta más de un 70%) del trigo ruso-ucraniano para satisfacer su demanda interna. Mayor aún es la relevancia de estos dos jugadores en el mercado de girasol: el grueso del comercio mundial de aceite de girasol se concentra en el Mar Negro, con Ucrania y Rusia representando casi un 80% de éste. El precio del aceite de girasol casi duplica su precio desde que comenzó el año y avanza un 48% solamente desde la invasión.

Las disrupciones en los suministros globales de los principales productos de exportación de estos dos países ya están generando un empeoramiento de las perspectivas económicas globales. Lógicamente, las economías más afectadas serán las de Ucrania y Rusia, que de un crecimiento proyectado por el FMI el pasado octubre del 2,9% y 3,6% respectivamente, pasarían a caer por lo menos un 7% y 50% según otras estimaciones. Pero esto no es todo: si bien Rusia y Ucrania de por sí representan poco más del 2% de la economía global (previo a la guerra eran las economías #11 y #56 del mundo), la clave está en los efectos contagio.

Además, tan solo 6 a 10 días luego de la invasión, Focus Economics recortó las proyecciones de crecimiento para la zona euro en 0,3 pp. respecto de las relevadas en enero del 2022. La OCDE, en línea con distintos bancos de inversión de referencia, recientemente estimó que, en ausencia de políticas fiscales que busquen apaliar los impactos de la crisis, el crecimiento de la eurozona podría reducirse en hasta 1.4 p.p. respecto del escenario base (+4,3% i.a. 2022) proyectado en dic-21. La economía global no estaría a salvo: la OCDE estima una merma de 1 p.p. respecto de las proyecciones previas de crecimiento mundial (4,5%). En abril el FMI publicará su informe insignia (el World Economic Outlook) donde posiblemente ya se internalice buena parte de los impactos sobre la actividad global.

Similarmente, se corrigieron fuertemente al alza las expectativas de inflación a nivel global (podría aumentar en hasta 2,5 p.p. por sobre el escenario base solo por el efecto Ucrania). El accionar de la FED, como director de la orquesta financiera internacional, será crucial. Y de hecho, el efecto Ucrania ya jugó un rol en la primera reunión de la FOMC en el 2022.

La (exacerbada) encrucijada de la FED

El miércoles de esta semana pudo haber comenzado el final de una era de ultraliquidez global. Pudo, porque aunque las cartas están barajadas, todavía no están jugadas. La FED, por primera vez desde mediados del 2019, elevó la tasa de referencia en 25 bps. La decisión quedó corta respecto de lo que el mercado esperaba previo a la invasión rusa (+50 bps), pero reflejó la mayor preocupación por la escalada inflacionaria (7,9% i.a., la mayor en 4 décadas), donde el conflicto bélico y geopolítico lógicamente tuvo significancia.

No obstante, sí dio señales de vital importancia en el plano anti-inflacionario: la FED espera por lo menos 6 subas de tasas más para el resto del año (mientras que a fines de diciembre proyectaba no más de 4 subas para 2022). Así, llevaría la fed fund rate a 1,9% a fin de año. Además, crucialmente, afirmó que comenzará a reducir la hoja de balance este año. Para poner en perspectiva: en la crisis anterior el tightening llegó recién hacia el 2013, aproximadamente 5 años después mientras que ahora llegaría tan solo un año y meses luego de la crisis del COVID-19.

Lógicamente, ante la disrupción observada en el mercado de commodities -impensado en la reunión de diciembre- la FED elevó las perspectivas de inflación (del 2,6% i.a. dic-22 que estimó en dic.-21 al 4,3% i.a. dic-22 que proyecta actualmente). Más importante aún es el recorte en la proyección de crecimiento (del 4% esperado para el 2022 al 2,8% actual). Y este es el punto clave: en el dilema[2] de la FED, el riesgo de una recesión parecería todavía estar siendo subestimado. La FED proyecta una suba de tasas tan rápida como la previa a la crisis sub-prime en un contexto inflacionario y de crisis energética no visto desde los 80s. Aunque la inflación puede morigerar el impacto de la suba de tasas sobre el crédito y la inversión, el menor crecimiento ya esperado puede verse aún más afectado. Algunos indicadores de recesión adelantados (como por ejemplo el spread entre el t-bill a 10 y 2 años que comentamos anteriormente) se acercan peligrosamente al terreno de alerta.

Comentarios finales

El impacto global del conflicto Rusia-Ucrania claramente excede al proveniente de la suba en los commodities y las turbulencias financieras: no solo es precios, las disrupciones financieras-comerciales ya tienen consecuencias sobre las perspectivas de actividad. De hecho, las órdenes de compra y proyectos de inversión, sumados a la confianza de los consumidores (tres motores de la economía moderna) se verán afectados en los próximos meses.

Paralelamente, la FED se encuentra en la mayor encrucijada reciente: enfrenta la mayor inflación de los últimos 40 años y proyecta la suba de tasas más veloz desde la previa a la crisis sub-prime, sin simultáneamente estimar una merma considerable en el nivel de actividad producto de las políticas monetarias y crediticias más restrictivas. La inflación, antes un fantasma a nivel global dejó de serlo. Similarmente, la recesión bien podría estar a la vuelta de la esquina si el conflicto no cede, si sus consecuencias no son compensadas y/o si la lucha de la FED contra la inflación termina poniendo en jaque a la actividad.

En el plano local, los análisis se han principalmente limitado a la balanza de divisas (agro vs energía) que implica el conflicto. No obstante, la trascendencia de un crecimiento económico global más lento de lo esperado es elevada, y podría tener impactos sobre la economía argentina. En este sentido, el mejor escenario a esperar hacia adelante es una rápida solución al conflicto bélico seguido de una rápida reacción coordinada para paliar estos impactos.

[1] Datos al 17/3

[2] Mantener la inflación estable en torno al 2% e intentar, simultáneamente, llevar a la economía al pleno empleo. Dos objetivos a priori difíciles de conciliar en el corto plazo.

El comienzo del fin a la era de ultra liquidez global

Desde mediados desde el 2019, la FED llevó la tasa de referencia (Fed Fund Rate – FFR) del orden del 2 y medio al 0%-0,25% que regía hasta el día de ayer. Hoy, en la reunión del FOMC, elevó la tasa en 25 bps, dejando un rango de 0,25% al 0,5% para la misma. Esta es la primera señal (en materia de tasas) que da la FED en un contexto donde la inflación internacional se ubica en su mayor nivel de los últimos 40 años (7,9% i.a. el IPC general en febrero, USA).

Si bien poco menos de un mes atrás el mercado llegó a descontar una suba de casi 50 bps para esta reunión, en medio de la turbulencia financiera y geopolítica global, la FED se inclinó por la medida más esperada (suba de 25bps). No obstante, en el summary de sus proyecciones a corto y largo plazo, se destacan algunas cuestiones de igual importancia.

En primer lugar, la FED espera por lo menos 6 subas más (siempre de una magnitud de 25 bps al hablar de subas) para el resto del año (mientras que a fines de diciembre proyectaba no más de 4 subas para 2022), por lo que la FFR finalizaría el año en torno al 1,9%. Aunque corre por detrás de varios países emergentes, es una mala señal para la Argentina si ésta quisiera volver a los mercados internacionales: al ya elevadísimo costo de financiamiento actual se añade la mayor tasa libre de riesgo (los distintos t-bills ya reaccionaron al alza).

Paralelamente, revisó al alza las proyecciones de inflación (del 2,6% i.a. dic-22 que estimaba en dic.-21 al 4,3% i.a. dic-22 que proyecta actualmente) y a la baja las de crecimiento (del 4% esperado para el 2022 al 2,8% actual) por las implicancias del conflicto Rusia-Ucrania. Por último, y crucial: afirmó que comenzará a reducir la hoja de balance este año. Para poner en perspectiva: en la crisis anterior el tightening llegó recién hacia el 2013, aproximadamente 5 años después mientras que ahora llegaría tan solo un año y meses luego de la crisis del COVID-19.

Si bien las proyecciones fueron revisadas con un sesgo más pesimista (inflación al alza, crecimiento a la baja) y de mayor “dureza” monetaria (mayor suba de tasas y confirmación del comienzo del tightening), los riesgos de aún mayor empeoramiento de las perspectivas económicas están vigentes, exacerbados por el conflicto en Ucrania. Este Domingo ampliaremos sobre estas cuestiones en nuestro Informe Semanal.

IPC EEUU: alcanzó el 7,5% la inflación interanual, la más alta en 40 años

La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos dio a conocer el dato del IPC de enero: alcanzó 7,5% interanual, registrando el máximo valor en 40 años. En enero, los precios aumentaron un 0,6%, suba similar a diciembre, y 0.4 p.p por debajo de la de octubre.

Por su parte, el IPC Core (que excluye energía y alimentos, las categorías más volátiles) aumentó 0,6% en enero, lo que arroja un incremento de 6% interanual. Se trata del séptimo mes consecutivo que el mismo aumenta por encima del 0,5%. Esta es la suba interanual más elevada desde 1982.

Uno de los grandes motores de la inflación es el mercado de autos usados, que exhibió en enero una suba mensual del 1,5% y un 40,5% i.a. Esto va en línea con los problemas de producción que está sufriendo la industria automotriz, principalmente por alteraciones en las cadenas de suministro. Por su parte, entre enero de 2021 y enero 2022, los alimentos subieron 7% y la energía 27%, impulsada por la disparada en los precios del diesel y la gasolina.

El índice de energía aumentó un 0,9 p.p. durante el mes, con un gran aumento en el índice de electricidad (4,2%), parcialmente compensado por caídas en el índice de gasolina y el índice de gas natural, que venían encadenando aumentos desde hace varios meses. Por su parte, en el primer mes del año el índice de vivienda aumentó 4,4%. Esto se debe, al menos en parte, al aumento en los precios de las propiedades y al cese de los congelamientos de precios y moratorias que se habían dado en el marco de la pandemia.

Por otro lado, los salarios reales aumentaron 0,1% en enero, apenas recuperando las caídas de los últimos meses y exhibiendo un detrimento del 1,7% interanual. Los salarios promedio por hora aumentaron un 4,7% en diciembre respecto al año anterior, y se situaron 3% por encima de los niveles pre-pandemia.

La inflación es actualmente la mayor preocupación de la Reserva Federal, teniendo en cuenta que el país se encuentra en niveles de desempleo en mínimos históricos. El 15 de marzo está pactada la reunión de la FED y probablemente estos datos en conjunto con los de febrero y los del mercado laboral (sólido y presionando sobre los salarios) terminen de determinar la casi segura suba en las tasas de interés.

Chile | La inflación del 2021 fue la más alta en 14 años

Economía:

La actividad económica ha continuado creciendo a tasas de dos dígitos con información a noviembre, lo que lleva a elevar nuevamente la estimación de cierre de 2021 a 12%. Si bien esto deja un crecimiento de arrastre importante para 2022, la fuerte reducción en los estímulos fiscales a partir de enero, la política monetaria contractiva y el gradual agotamiento de los retiros de las AFP, sumados a la fuerte incertidumbre política e institucional, llevarán a una desaceleración significativa en el crecimiento, especialmente a partir del segundo o tercer trimestre, que puede llegar a transformarse en una recesión. Por otro lado, la inflación sigue acelerándose, y cerró 2021 en un 7,2%, la más alta en 14 años, lo que obligará al Banco Central a seguir subiendo la TPM de forma acelerada en el corto plazo, actualmente en 4% y que podría superar el 6% a fines del primer semestre. El tipo de cambio ha tendido a estabilizarse en las últimas semanas luego del alza experimentada tras la segunda vuelta electoral, pero estimamos que este puede ser un fenómeno más bien transitorio.

Política:

El categórico triunfo de Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial del 19 de diciembre pasado, llevará a una coalición del Partido Comunista y el Frente Amplio, ambos de izquierda, al gobierno por primera vez desde la vuelta a la democracia en 1990. Esta coalición ha mostrado fuertes divergencias internas que se han evidenciado con claridad en el funcionamiento de la Convención Constituyente (CC), donde han estado generalmente enfrentados. Además, poseen una representación parlamentaria muy pequeña lo que hará necesario formar alianzas con fuerzas de centro izquierda, dificultando aún más su capacidad de gestión, al tiempo que enfrentan, desde ya, ataques persistentes desde la extrema izquierda, claramente revolucionaria. Si se agrega a esto que la CC debe entregar su proyecto de nueva constitución en julio, es probable que el desgaste que sufra el nuevo gobierno en su primer año de gestión sea muy grande y sus resultados mediocres en el mejor de los casos.

México | La inflación del 2021 fue de 7,36%

Económico:

El año 2021 cerró con la generación de 781.9 mil nuevos empleos formales con prestaciones de seguridad social, cifra superior a los 647.7 mil empleos  perdidos en el año 2020. Durante el mes de diciembre se registró una caída estacional de 312.9 mil empleos, comportamiento típico de cierre de año. Con lo anterior, en México existen más de 20.6 millones de personas con empleos formales, superior a los 19.7 millones registrados en 2020. Si bien se recuperaron los empleos perdidos, los salarios medios de la industria, el comercio y los servicios siguen por debajo de niveles pre pandemia.

La inflación anual registró en diciembre un nivel de 7.36% respecto del año pasado, esto significa un decremento de 10 puntos base respecto del 7.37% del mes de noviembre, pero manteniéndose por encima del objetivo del 3% anual (con margen de un punto porcentual) fijado por el Banco de México. Se espera que la inflación persista a lo largo del 2022 y que no sea en este año, sino hasta el 2023, en que las expectativas inflacionarias converjan al objetivo del Banxico.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que se pagó el refinanciamiento de la deuda de corto plazo de Petróleos Mexicanos (PEMEX), lo que generó una reducción de 3.2 mil millones de dólares de su deuda y también se disminuyó en 10.5 mil millones de dólares su presión financiera. A pesar de ello, se prevé que PEMEX (la paraestatal más importante en México y la más endeudada a nivel mundial), continúe siendo un factor de riesgo que motive la revisión a la baja de la calificación crediticia de la misma organización y de México como país.

Política:

El arranque del año se caracterizó por la continuidad de los ataques del Gobierno Federal hacia el Instituto Nacional Electoral (INE), por un lado al asignar un presupuesto menor para el 2022 siendo año de elecciones en 6 de los 32 estados; y por el otro, por la presión para realizar la consulta ciudadana sobre la revocación de mandato, proceso en el que ciudadanos ejercen su derecho para decidir si aprueban el revocar o retirar a un funcionario de su cargo en el gobierno. Ante la falta de argumentos legales para que el INE incumpla con la implementación de la consulta ciudadana y que a su vez el Gobierno solvente sus necesidades presupuestales, la recolección de firmas para la aprobación del proceso llegó a 11.1 millones, superior a los 2.8 millones necesarias para llevar a cabo el ejercicio electoral.

Durante enero se registró un nuevo máximo de contagios de COVID-19 llegando a un histórico de 30.6 mil casos positivos al día; no obstante, la Secretaría de Salud y el Gobierno Federal informaron que no modificarán el semáforo verde de las actividades económicas, por lo que se continuará sin cambios la movilidad de todos los sectores productivos. Es de destacar que el presidente López Obrador dio positivo a Covid-19 por segunda ocasión.

Chile | El Banco Central volvió a subir la tasa de política monetaria

Economía:

En el margen se ha realizado una ligera corrección al alza tanto en el crecimiento como en la inflación para el presente año. El rápido incremento en los precios ha llevado al alza la inflación esperada en una perspectiva de mediano plazo. La inflación externa sigue fuerte, lo que se amplifica por la depreciación del peso y los abultados márgenes de comercialización. Lo anterior se entiende en un contexto de niveles inusualmente altos de liquidez en los hogares, como efecto de sendas transferencias por parte del Estado a las familias, a lo que se agrega el importante retiro de fondos previsionales desde mediados del año pasado. En este contexto el Banco Central ha repetido una importante alza en la tasa de política monetaria, la que se ubica ahora en 4,0 por ciento, nivel considerado contractivo. El tipo de cambio podría ajustar algo a la baja una vez despejada la incertidumbre respecto a la segunda vuelta presidencial, pero mantendrá un alto nivel, en una perspectiva histórica más larga, recogiendo el mayor riesgo político institucional. Para el próximo año seguimos proyectando una brusca desaceleración en la actividad, la que podría derivar en una recesión hacia el segundo semestre

Política

Este fin de semana se realizará la segunda vuelta electoral, entre dos  candidatos que representan a la extrema izquierda y derecha,  respectivamente. El resultado debería ser muy estrecho, y puede favorecer a cualquiera. Los respectivos programas de gobierno se han moderado en sus propuestas, como una estrategia para sumar al votante de centro. El empate en la elección del senado entre la centro-derecha y la centro-izquierda acota en alguna medida la vorágine de cambios que han debilitado severamente nuestra institucionalidad los últimos 2 años. Sigue abierta mucha incertidumbre respecto al tenor del proyecto constitucional en curso

Paraguay | El gobierno de Mario Abdo anunció medidas con el objetivo de desacelerar la inflación

Economía:

El 22 de noviembre de 2021, el Comité de Política Monetaria del Banco Central del Paraguay decidió, por unanimidad, incrementar la tasa de política en 125 puntos básicos, para ubicarla en 4,0%, con lo cual, señala el comunicado, reafirma su compromiso con la estabilidad de precios. Además, menciona que se mantendrá monitoreando las variables internas para determinar futuros ajustes. En materia de inflación, durante noviembre de 2021, la variación intermensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se desaceleró, para cerrar en 0,5%. Con ese resultado el acumulado ascendió a 6,8%. Por su parte, al mes de noviembre de 2021, el déficit de la Administración Central se ubicó en Gs. 5.623 mil millones (USD 820 millones), que equivale al -2,1% del Producto Interno Bruto (PIB) estimado para el año. No obstante, Hacienda considera que cerrará con un resultado fiscal por debajo del proyectado inicialmente (-4,0% del PIB). Aunque, nuevamente, superaría lo establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal (-1,5%), dada la suspensión aprobada al tope fiscal, para atender la crisis sanitaria generada tras la irrupción de la COVID-19.

Política:

Tras los importantes repuntes de la inflación entre los meses de julio y octubre de 2021, el 23 de noviembre, el presidente de la República anunció las medidas solidarias Añua, las cuales fueron el resultado del trabajo conjunto con el sector privado. El plan abarca tres áreas, a saber:

i) disminución del costo de la canasta familiar, por lo que resta del año se realizarán descuentos  que van del 20% al 30% en 270 productos, que estarán disponibles en más de 300 locales de la Cámara de Supermercados;

ii) fortalecimiento del apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, a través de créditos garantizados; préstamos estatales con plazos a 10 años; y exoneración de hasta el 50% de las facturas por los servicios de agua y electricidad durante 6 meses; e

iii) incorporación de nuevos beneficiarios a los principales programas sociales, así como la construcción de 10.000 viviendas populares.

Adicionalmente, dentro del marco de las mencionadas medidas, el presidente también informó que la empresa estatal Petróleos Paraguayos (Petropar) bajaría el precio de los combustibles del 10 al 31 de diciembre.

El índice de desempleo disminuyó en diciembre al 3,9% en Estados Unidos

Esta semana se publicaron los datos de noviembre y diciembre sobre la situación del empleo en Estados Unidos.

El informe sobre la situación del empleo informa la tasa de desempleo, la cantidad de puestos de trabajo y el promedio de horas trabajadas por semana. A este reporte lo complementa el Job Opening and Labor Turnover (JOLTS), que realiza un seguimiento de la evolución de las contrataciones, despidos y nuevos trabajos. Ambos indicadores son fundamentales para entender la situación del empleo en el país y la evolución del mercado laboral, por su impacto en las decisiones de la FED y sus implicancias sobre mercados emergentes.

En el JOLTS, la Oficina de Estadísticas dio a conocer que la creación bruta de puestos de trabajo se redujo a 10,6 millones en Noviembre, lo cual muestra una reducción neta de 529.000 nuevos puestos de trabajo en comparación a octubre del mismo año (-6,6% i.a.). La creación de nuevos puestos de trabajo tuvo su mayor reducción en el sector de alojamientos y servicios alimentarios, en construcción y producción de bienes no durables. Por otro lado, la creación de nuevos puestos de trabajo se incrementó en el sector finanzas y seguros y en el gobierno federal.

Ampliando el lapso temporal para ver la evolución del mercado de trabajo, se observa que la variación interanual de la apertura de nuevos puestos de trabajo fue del 56,10%. Esta fuerte variación se debe, al menos en parte, a la recuperación de la economía estadounidense luego del impacto de la pandemia y de las restricciones sanitarias.

Hasta noviembre de 2021, las contrataciones totalizaron 74,5 millones y las separaciones (que incluyen despidos, jubilaciones, renuncias y suspensiones) totalizaron 68,7 millones, lo que arroja una ganancia neta de empleo para el 2021 de 5,9 millones. Por su parte, la tasa de despidos se mantuvo sin cambios para noviembre, en 0.9%.

La tasa de desempleo cayó de 4,2% en noviembre a 3,9% en diciembre lo que marca un nuevo mínimo desde que comenzó la pandemia. De todos modos, el país sumó 199.000 empleos en diciembre. Se trata de la menor cantidad de puestos de trabajo agregados en cualquier mes del 2021.

Por su parte, el informe destaca que los salarios aumentaron 0,6% en diciembre y acumularon un crecimiento del 4,7% en relación a un año atrás. Al mismo tiempo, la tasa de participación en la fuerza laboral se mantuvo sin cambios en 61,9%. Esto representa 1,5 puntos porcentuales por debajo de febrero de 2020 (antes de la pandemia).

El informe destaca la tendencia ascendente en cuanto a empleo de los sectores del ocio y la hostelería, los servicios de negocios, la manufactura, la construcción, el transporte y los almacenes al por mayor.

Para fines de 2021, el país tenía todavía 3,6 millones de puestos de trabajo menos en comparación a febrero de 2020, previo a la pandemia. Además, algunos analistas ven con alerta el alza de casos de la variante Omicron del COVID-19, altamente contagiosa, y temen que la economía pueda perder empleos durante los próximos meses debido a sus repercusiones en las empresas. Dado este panorama es innegable que aún falta mucho camino por recorrer en materia de empleo para retornar a los niveles prepandemia.

Será entonces necesario que el actual gobierno, en conjunto con el sector privado, coordine incentivos y destine esfuerzos para volver a aquellas cifras.

Bolivia | Hacia una industrialización por sustitución de importaciones

Economía:

El gobierno divulgó en semanas previas el plan de desarrollo para el  quinquenio 2021-25 así como el presupuesto 2022. Estas leyes apuntan a un fuerte énfasis en retomar la industrialización con sustitución de importaciones, una política popular pero infructuosa en Latinoamérica a mediados del siglo pasado, con la construcción de fábricas de medicamentos y productos industriales básicos el siguiente año. Pese al fuerte énfasis en el fortalecimiento estatal, no se visualizan políticas para revertir la declinación del sector hidrocarburos y minería. En lo público, ensalza el rol de la demanda interna promovida por la inversión pública, mientras que, en lo privado, ambos documentos oficiales señalizan que aumentará la fiscalización a las empresas en los ámbitos laboral y ambiental, deteriorando aún más el clima de negocios en el país. En este entorno, la evolución reciente de la actividad apunta a que el crecimiento este año estará en torno a 6%, con una fuerte desaceleración a 3% en 2022.

Política:

El líder cívico potosino y excandidato a la vicepresidencia Marco Pumari fue detenido preventivamente por la fiscalía boliviana, acusado de ser responsable de la quema del tribunal electoral de su departamento durante los conflictos políticos de 2019 que derivaron en la renuncia de Evo Morales. La oposición ve esta detención como una señal de persecución a los líderes cívicos y políticos que estuvieron contra la reelección de Morales por los indicios de fraude electoral encontrados por la Organización de Estados Americanos en 2019. Sin embargo, el partido de Morales retornó al poder a través de Luis Arce en noviembre del año pasado y éste último ha mostrado una posición contraria al rol de la oposición en 2019 apelando a que la justicia procese a los líderes de esos eventos. Además, ha mostrado su peso político en las calles mediante una marcha masiva hacia la sede de gobierno (La Paz) a la cabeza de Morales y Arce a fines de noviembre, pero con acusaciones de alta participación de funcionarios públicos.

¿No solo tapering?

Ayer se conoció la minuta de la reunión del Federal Open Market Committee (FOMC) de la Reserva Federal llevada a cabo el 14 y 15 de diciembre del 2021, donde se mantuvo un tono más hawkish respecto a la política monetaria de la FED. Los miembros del comité consideran con mayor énfasis la necesidad de aumentar las tasas de interés más tempranamente y a un ritmo más rápido del que se esperaba en las reuniones anteriores.

Ante la inminencia del alza en los tipos de interés, los Treasuries respondieron a la suba (+4,7% desde el martes, llevando la tasa de 1,65% al 1,73% actual). En consecuencia, los mercados se vieron perjudicados, siendo las acciones tecnológicas (cuyo valor presente neto más se vería afectado por una suba de tasas) las más afectadas: el Nasdaq retrocede un -3,12% en el día de hoy y el Dow Jones en un -1,07%.

¿QT en el 2022?

Esta decisión iría acompañada con una más veloz reducción de la hoja de balance de la FED, con la mediana de los participantes indicando que la compra de activos debería finalizar en marzo. Incluso, algunos de los participantes ya sugieren que debería interrumpirse el roll-over de vencimientos y comenzar a reducir gradualmente la hoja de balance, proceso conocido como Quantitative Tightening (por oposición al QE). De suceder, esto marcaría una diferencia sustancial con lo ocurrido a la salida de la crisis del 2008, donde el QT recién tuvo lugar entre 2017 y 2019, una década después.

La necesidad de la FED de acelerar el ritmo del tapering y adelantar la suba de tasas responde a la aceleración inflacionaria que desafió la postura del organismo (argumentaba que la misma respondía a fenómenos transitorios). Pero, la misma mes a mes sorprendió al alza las proyecciones del Banco Central norteamericano y la inflación acumulada a noviembre es la más alta desde 1981 y la octava más alta de la historia moderna.

¿Una nueva oportunidad perdida y riesgos a la baja en los precios de los commodities?

En las últimas reuniones, una visión más pesimista de la misma acepta su carácter no tan transitorio, aunque continúan argumentando que la aceleración inflacionaria responde a desajustes entre la oferta y la demanda debidos a la pandemia. Considerando la fuerte divergencia respecto del objetivo de inflación de largo plazo del 2% que tiene la FED, el ciclo de políticas monetarias ultraexpansivas e hiperliquidez global lenta y gradualmente se irá desvaneciendo. ¿Una nueva oportunidad perdida para la Argentina?

¿Qué consecuencias traerían estas dinámicas monetarias internacionales a la Argentina? Generalmente, una suba de tasas fortalece a la divisa norteamericana frente al resto de las monedas del mundo y suele afectar negativamente al precio de los commodities. En este sentido, el carácter más hawkish que (gradualmente) está tomando la FED presenta un riesgo a la baja para los precios de nuestros principales productos de exportación y, con ello, el ingreso de agrodólares de cara a la campaña 2021-22, a los cuales se suman los riesgos climáticos actuales. Monitorear ambos fenómenos será crucial para pensar qué tan limitado será el margen de maniobra del Banco Central en el mercado cambiario los próximos meses considerando que comienza el año con reservas netas menores a los USD 4 MM y con reservas netas líquidas (sin DEGs ni oro) en terreno negativo.