El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una caída desestacionalizada del 1,2% en junio (+9,3% i.a.), cortando una racha de dos subas al hilo. De este modo, el indicador se posiciona un 3,5% por encima del promedio del 2024, pero sigue ubicándose como los valores más bajos desde el 2019 (excluyendo la pandemia).
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió en junio un 0,9% (+13,9% i.a.), tras haber caído 1,8% en mayo, reflejando los vaivenes del sector y la lenta recuperación. De este modo, la construcción acumula en lo que va del año un crecimiento del 10,8% interanual.
En términos generales, no se anticipa un repunte significativo de la actividad económica en los próximos meses, en vísperas de las elecciones y tras un julio no solo por la volatilidad del dólar sino también por la de las tasas de interés. Estas se mantendrán elevadas como instrumento para fomentar la demanda de pesos, resultando en un mayor costo de financiamiento, que pueda postergar decisiones de inversión y consumo.
La industria no sostiene la mejora
El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró una caída desestacionalizada del 1,2% en junio (+9,3% i.a.), cortando una racha de dos subas al hilo. De este modo, el indicador se posiciona un 3,5% por encima del promedio del 2024, pero sigue ubicándose como los valores más bajos desde el 2019 (excluyendo la pandemia).
Al interior, diez de los dieciséis sectores cayeron contra el mes previo. La caída mensual más pronunciada se observó en Industria metálicas básicas (-11,1%), seguido por Industria textil (-6,6%). Por el lado de las mejoras, se destacaron la categoría de Otros equipos e instrumentos (+14,5%) y Refinación del petróleo (+14,3%).
La mayoría de los sectores aún se ubica por debajo del promedio de 2023. Entre los que más cayeron se encuentran Productos de metal (-22%) seguido de la industria textil, que presenta una merma de casi 21%, y la producción de productos minerales no metálicos, asociada a insumos para la construcción, con una caída cercana al 20%. Por último, Maquinaría y equipo presentó una caída del -15%. En contraste, la refinación de petróleo continúa creciendo y se ubica un 7,3% por encima del promedio de 2023, debido al crecimiento vigoroso de Vaca muerta.
La construcción (esta vez) avanza
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió en junio un 0,9% (+13,9% i.a.), tras haber caído 1,8% en mayo, reflejando los vaivenes del sector y la lenta recuperación. De este modo, la construcción acumula en lo que va del año un crecimiento del 10,8% interanual.
A pesar de haber salido del piso del 2024, la construcción se encuentra alrededor de un 23% por debajo de 2023. Esto deja en evidencia que, en ausencia de la obra pública, el impulsor de la lenta recuperación de la construcción viene siendo el crédito y la obra privada. De todos modos, el sector privado siempre ha concentrado una mayor participación en la construcción a nivel nacional que el sector público.
En cuanto a los insumos para la construcción, cinco de los doce insumos presentaron caídas mensuales en la serie desestacionalizada. La principal incidencia negativa vino dada por Ladrillos (-5,1%), seguido por Artículos de cerámica (-7,7%). En contraste, Mosaicos tuvo una importante suba (+28,6%), a la vez que Asfalto (+8,8%), Cemento (+4,4%) y Hierro (+3,7%) también crecieron en junio.
Entre los principales motivos de obstaculización de la actividad se encuentran la caída de la actividad económica y por los altos costos en dólares. En ese sentido, entre las empresas privadas relevadas por el INDEC que esperan una caída en la actividad del sector en los próximos meses, el 38% atribuye esta perspectiva a una menor actividad económica, mientras que el 20,6% señala como principal causa el elevado costo de la construcción. De todos modos, habrá que ver si la suba del 13% del dólar en julio contribuye a bajar los costos medidos en moneda dura.
En cuanto al empleo, el 75,3% de las empresas dedicadas a la obra privada estima que no habrá cambios en la dotación de personal, mientras que el 16,8% prevé una disminución. No obstante, gran parte del ajuste ya se produjo: desde el cambio de Gobierno, el empleo formal en la construcción cayó más de un 10% y actualmente se ubica un 18% por debajo del promedio de 2023. Este número es incluso mayor si consideramos el empleo informal.
¿Qué esperamos hacia adelante?
La actividad económica inició el año en niveles máximos y, tras la fuerte caída de marzo por el cambio de esquema cambiario, logró recuperarse. Sin embargo, desde abril hasta acá no logra sostener un sendero de crecimiento mostrando ambivalencias mes a mes. En este contexto, los indicadores adelantados de actividad para julio tampoco presentan señales de mejora.
Respecto a la industria, la producción de automóviles suma dos meses consecutivas de bajas al caer 9,5% s.e. en julio, posicionándose 16,5% por debajo del mismo mes del 2024. En la misma línea, el patentamiento de autos cayó 2,6% respecto a junio en la serie desestacionalizada (+21,5% i.a.). En este contexto, el crédito al consumo desacelera su crecimiento mes a mes, al cerrar julio con una suba del 2,3% s.e., y se posiciona 114% por encima de julio del 2024.
La construcción tiene mucho más para recuperar que la industria producto de la profunda caída inicial dado su componente procíclico con la actividad económica. En julio, el Índice Construya registró una caída desestacionalizada del 0,4% (+0,1% i.a.), tras haber subido 15,5% en junio. Los despachos de cemento cayeron en julio (-3,2%), y se posicionaron -2,8% por debajo de julio del 2024. En línea con las caídas de julio en el sector, las encuestas cualitativas realizadas por el INDEC reflejan la percepción de una continuidad en el estancamiento del sector para los próximos meses. En números, el 69,3% de las empresas de obras privadas encuestadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará en los próximos tres meses, mientras que el 20,8% estima que disminuirá.
En términos generales, no se anticipa un repunte significativo de la actividad económica en los próximos meses, en vísperas de las elecciones y tras un julio marcado no solo por la volatilidad del dólar sino también por la de las tasas de interés. Estas se mantendrán elevadas como instrumento para fomentar la demanda de pesos, resultando en un mayor costo de financiamiento, que pueda postergar decisiones de inversión y consumo. Además, la recuperación del poder adquisitivo carece de fuerza por lo que tampoco será un factor determinante para sostener el crecimiento de la actividad en la previa electoral.