Actividad

Caída generalizada en la actividad

¿Qué pasó con la economía en el tercer trimestre?

Según las estimaciones del INDEC, en el tercer trimestre de 2018 el PBI cayó 3,5% en la comparación interanual y se redujo 0,7% respecto al trimestre anterior. A diferencia de lo que ocurrió en el segundo trimestre, cuando el desplome de la actividad se debió principalmente al efecto negativo de la sequía sobre el sector agropecuario, la contracción fue prácticamente generalizada entre los sectores.

En este sentido, el tercer trimestre estuvo caracterizado por una alta incertidumbre que paralizó la actividad: la corrida cambiaria iniciada en agosto y un segundo acuerdo con el FMI que tardó en llegar, afectaron las decisiones de los agentes económicos. A ello se sumó, el desplome del poder adquisitivo de los salarios -tanto en pesos como en dólares- la abrupta suba de la tasa de interés -con la consecuente desaparición del crédito- y la caída del gasto público.

En este contexto, tanto la demanda interna (consumo + inversión) como las exportaciones sufrieron una retracción del 5,9% i.a. en el trimestre. Por su parte, las cantidades importadas se derrumbaron más de 10% i.a., como consecuencia de una devaluación del Peso mayor al 40% entre los meses de julio-septiembre. En esta línea, la producción de bienes cayó 4,5% i.a. y la de servicios se se contrajo 2,4% i.a., rompiendo esta última una racha de siete trimestres consecutivos sin caer.

¿Qué esperamos para el último trimestre del año?

En el último tramo de 2018 la recesión se profundizará. La aceleración de la inflación devenida por el salto en el tipo de cambio dejará a los salarios reales en su peor momento durante el año (-13% i.a. promedio en el cuarto trimestre), deprimiendo aún más el consumo interno. Asimismo, el elevado costo de financiamiento y la menor inversión en infraestructura por parte del Estado, contribuirán a que la inversión experimente una profunda caída . Un aliciente vendrá por el mercado externo, dado que las cantidades exportadas de bienes y servicios comenzarán a reactivarse frente a la mejora cambiaria y a la materialización de la cosecha fina. No obstante, esto no será suficiente y el PBI caerá 4,8% i.a. en el último trimestre, lo que se traduce en una leve caída en términos desestacionalizados respecto al tercer trimestre y una contracción  del 2,2% i.a. en el promedio de 2018.

¿Cuándo se reactiva la economía?

Si persiste la calma cambiaria, la actividad encontrará su piso en el último tramo de 2018 y en el primer trimestre de 2019 comenzará a mostrar una leve mejora. Dicha reactivación vendrá de la mano de una buena cosecha agrícola, la cual experimentará su mayor aporte a la producción en el trimestre abril-junio de 2019. En el segundo semestre, la economía entrará en una zona de turbulencias generada por la incertidumbre del proceso electoral, que detendrá la reactivación de la economía y que sólo permitirá transitar la segunda parte del año bajo estancamiento (en términos desestacionalizados). De esta forma, en la comparación desestacionalizada, la economía logrará en 2019 recuperar parcialmente el terreno cedido durante el 2018 , pero en el promedio del año se volverá a ubicar en terreno negativo (-1,4% i.a.)



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