Boom de ventas de electrodomésticos: ¿hasta cuándo puede sostenerse?

¿Cómo cerraron el 2020 las ventas de electrodomésticos?

En el cuarto trimestre de 2020, las ventas de electrodomésticos y artículos para el hogar en comercios especializados treparon 66,8% i.a. en términos nominales, según informó INDEC. Al mismo tiempo, los precios del rubro, relevados por el IPC GBA Ecolatina, subieron 55% i.a. en el mismo periodo. En consecuencia, la facturación en términos reales creció 8,3% i.a., cortando con una racha de tres trimestres en rojo. No obstante, el año concluyó con una caída acumulada del 8,1% frente a 2019, volviendo a niveles de 2011.

El último ciclo de crecimiento para el sector había sido 2017 (+7,5% i.a.), proceso que se interrumpió abruptamente a partir del segundo trimestre de 2018 producto de las sucesivas correcciones cambiarias y el posterior encarecimiento del crédito.

De esta manera, luego de acumular en los últimos tres años un retroceso cercano al 35%, el sector terminó el 2020 con mayores señales de recuperación a las esperadas en un entorno favorable a la demanda de bienes durables, alentando mejores perspectivas de cara a este año. Veamos.

¿Qué factores determinaron la dinámica durante 2020?

El desempeño del sector -así como los bienes durables en su conjunto- transitó dos etapas claramente disímiles durante la pandemia/cuarentena. Durante las primeras semanas, signadas por la fase más estricta de las restricciones sobre la actividad y la movilidad de las personas, el volumen de ventas retrocedió fuertemente (-20,5% i.a. en el segundo trimestre), aún frente a la exigua base de comparación que había dejado 2019.

En cambio, a partir del segundo semestre se observó una sensible recuperación, acompañada por una persistente mejora en la confianza de los consumidores: el rubro Electrodomésticos dentro del Índice de Confianza del Consumidor durante el último trimestre fue, en promedio, 53% mayor que un año atrás.

Distintos fueron los drivers que influyeron en la buena performance del sector. En primer lugar, la pandemia/cuarentena modificó la demanda hacia consumos dentro del hogar, favoreciendo mayormente, en términos de mayor facturación, a las ventas del rubro computación e informática, celulares, televisores y Línea Blanca (cocinas, hornos, microondas, calefactores), asociados al mayor tiempo destinado por las personas a desarrollar su trabajo y ocio puertas adentro.

En segundo lugar, el relajamiento de las restricciones vino con mejoras en los planes de financiamiento (herramienta clave en el sector), lideradas por Ahora 12, en un momento en que la brecha cambiaria trepó y crecieron los temores devaluatorios tras un nuevo endurecimiento del cepo hacia septiembre. Estos factores volcaron el esquema de incentivos al consumo de bienes durables con elevados componentes importados, contrastando con la evolución del consumo no durable en supermercados, shoppings y comercios minoristas. Por otra parte, los eventos de ventas online Hot Sale (julio) y Cyber Monday (noviembre) le dieron un empujón adicional a las compras.

Vale destacar que el boom en las ventas ocurre pese a una caída en el salario real tanto en pesos como en dólares en un contexto en que los productos del rubro incluso se encarecieron en términos relativos al resto de los bienes de la economía. En efecto, mientras que los salarios privados registrados crecieron al 34% i.a. en diciembre, el IPC avanzó 36% i.a. y los precios del rubro subieron 50%.

A la par, la reapertura de las actividades y la necesidad de recomponer stocks traccionaron los despachos de la industria: la producción de Equipos y aparatos de informática, televisión y comunicaciones y Aparatos de uso doméstico se expandieron 21% i.a. y 23% i.a. respectivamente en el segundo semestre, dejando atrás las caídas del 37% y 29% del primer tramo del año.

¿Cuáles son las perspectivas para 2021?

Si bien este “veranito” del consumo sería de corto aliento, de no mediar una corrección cambiaria abrupta -algo que no prevemos en el corto plazo- la reactivación se extendería durante los próximos meses, erigiendo al sector como uno de los motores del crecimiento en 2021. Asimismo, a la dinámica descripta se le suman las expectativas de una mayor demanda asociada a la recuperación en la construcción residencial.

Es interesante observar que el escenario atípico antes descripto seguiría permitiendo un crecimiento en las ventas aún cuando el salario real (y en dólares) no experimente mejoras en términos reales sino hasta la segunda parte del año y que ese crecimiento no alcanzaría para compensar el terreno cedido durante 2020.

Ahora bien, puesto que una parte de este crecimiento respondió al adelanto de compras en vistas de una devaluación, es probable que hacia adelante la demanda modere su vigor. En el mismo sentido, las restricciones de oferta registradas en algunas cadenas de comercialización, además de la incertidumbre cambiaria -no sólo sobre el precio del dólar oficial, sino también sobre el acceso al mercado de cambios-, presionaron a la inflación en los últimos meses. En este marco, el endurecimiento de los controles a las importaciones y a la compra de dólares para la producción podrían frenar la dinámica que venimos observando.

La construcción pone el pie en el acelerador

¿Cómo le fue a la construcción en 2020?

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró un significativo crecimiento en diciembre (27,4% i.a.), registrando el segundo avance interanual consecutivo luego de arrastrar más de dos años en rojo. Por su parte, en términos desestacionalizados el sector creció 4,3% frente a noviembre, superando ampliamente los niveles pre-pandemia (23% por encima de febrero). De esta forma, luego de experimentar un fuerte retroceso producto de la parálisis que impuso la pandemia sobre la economía en general y sobre el sector en particular en la primera parte del año, el sector ha comenzado a reactivarse. Pese a esta mejora reciente, la actividad sectorial acumuló una caída del 19,5% en 2020, volviendo a niveles de 2006.

¿Qué explica la recuperación?

El hecho de haber superado con creces los niveles previos a febrero se da por distintos factores.

En primer lugar, la persistencia de una brecha cambiaria en niveles altos (promedió cerca del 80% en diciembre), siguió incentivando a las familias a realizar refacciones o ampliaciones en el hogar como opción de ahorro, en un contexto donde el precio de los materiales subió casi 8 p.p. por encima del aumento en los salarios en el año. En este sentido, los despachos de cemento en bolsa crecieron 42,8% i.a. en diciembre, sumando siete meses en terreno positivo.

En esta línea, cabe destacar que el costo de construcción en dólares se mantiene en mínimos históricos (-55% respecto a los máximos de 2017, medido al dólar paralelo). No obstante, en los últimos se registró un importante aumento en el costo de los materiales, tras el “cuello de botella” que junta la mencionada demanda de los hogares, el regreso a la actividad de obras que habían estado frenadas durante varios meses y el temor a una devaluación, que alentó el acopio de materiales por parte de desarrolladores. Aquí sobresalen las alzas en diciembre registradas por ladrillos huecos (+54,2% i.a.), pinturas para la construcción (+25,1% i.a.), placas de yeso (+51,3% i.a.) y artículos sanitarios de cerámica (+15,1% i.a.).

Adicionalmente, el relajamiento de las restricciones sanitarias habilita una paulatina mejora en el desarrollo de obras privadas y en el número de empresas en actividad. Distintos indicadores dan cuenta del mayor dinamismo reciente: según CAMARCO, en diciembre el 67% de las obras en AMBA se encontraban con desarrollo normal, mejorando respecto al 50% y 63% reportados en octubre y noviembre, respectivamente. Asimismo, la cantidad de empresas constructoras en actividad creció 9% trimestralmente en el último cuarto de 2020, aunque se mantuvo 16% por debajo de un año atrás. En este sentido, los despachos de cemento a granel exhibieron en diciembre su segundo incremento interanual consecutivo (+19%) luego de atravesar 15 meses en baja, a la vez que los despachos de hormigón elaborado y los envíos de hierro y aceros para la construcción se expandieron ambos en torno al 22% i.a.

Esta tendencia también permite apuntalar el empleo en el sector: según el ISAC, hacia noviembre los puestos de trabajo registrados completaron una secuencia de cuatro meses consecutivos de recuperación, aunque aún seguían por debajo de los niveles de marzo.

Finalmente, la obra pública ha comenzado a retomar dinamismo tras varios meses de virtual inactividad. Según el relevamiento de Construar, en el último trimestre de 2020 fueron licitadas obras por ARS 152.000 millones, valor que supera en un 43% al monto total acumulado entre enero y septiembre. Además, frente a reducidas bases de comparación, los despachos de asfalto saltaron 46% i.a. en diciembre (tercer mes en crecimiento), mientras que los gastos de capital del Gobierno Nacional se expandieron con fuerza en el último mes del año (+89,5% i.a. en términos reales), marcando el mejor registro mensual en dos años.

¿Qué esperamos para este año?

Los primeros indicadores del año dan cuenta de la auspiciosa dinámica que mantiene la actividad. El Índice Construya expuso un alza del 24% i.a. en enero, subiendo por octavo mes al hilo, mientras que los despachos de cemento crecieron 20,1% i.a.. Sumado a esto, el sesgo positivo de la confianza de los actores del sector tiende a fortalecerse: el 83% de las empresas del sector privado espera que la actividad se mantenga o aumente en los próximos tres meses (dicha cifra fue del 81% en noviembre y 77% en octubre). En el mismo sentido, la superficie involucrada en los permisos para obras privadas viene recuperándose.

La construcción seguirá arrojando señales positivas en los próximos meses. Por un lado, una brecha cambiaria aún en niveles altos mantendrá el incentivo a determinados sectores a volcar sus ahorros al “ladrillo”, a la vez que menores restricciones a la actividad permitirán que una mayor cantidad de compañías reanuden paulatinamente sus obras. Además, los pronósticos de lluvias por debajo de lo normal en gran parte de Buenos Aires permitirían avanzar más rápidamente con las obras. A su vez, se sumará el impulso de políticas públicas como el Pro.Cre.Ar., mientras que la obra pública será uno de los motores de la recuperación: esperamos que los gastos en capital crezcan en torno al 50% i.a. en términos reales este año.

En sentido contrario, la demora en las aprobaciones de proyectos de obra producto de las limitaciones que impone la pandemia/cuarentena, sumado a problemas de abastecimiento de insumos jugarían en contra de un mayor despegue de la actividad. Por otra parte, esperamos que el deteriorado poder adquisitivo del salario y el complicado acceso al crédito hipotecario continúen operando como obstáculos para que la demanda repunte considerablemente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Construcción: señales de mejora en la obra pública y la obra privada de mayor tamaño

¿Cómo le fue a la construcción en noviembre?

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró un crecimiento del 6,2% i.a. en noviembre, registrando el primer avance interanual tras más de dos años de sucesivas contracciones. A pesar de esta mejora, acumuló una caída del 22,8% i.a. entre enero y noviembre del año pasado, producto esencialmente de la pandemia y la parálisis que impuso sobre la economía como un todo y sobre el sector en particular. Por su parte, en términos desestacionalizados la actividad creció 7,2% frente a octubre, superando con creces los niveles pre-pandemia (17% por encima de febrero).

¿Qué explicó esta dinámica?

El hecho de haber sobrepasado los niveles previos a marzo responde esencialmente a tres factores. Por un lado, el regreso a la actividad de obras que habían estado paralizadas durante varios meses concentra la demanda de insumos en una menor cantidad de meses. En segundo lugar, la demanda sigue alentada por las distorsiones que induce una elevada brecha cambiaria. Finalmente, la obra pública ha comenzado a retomar cierto dinamismo.

En efecto, si bien la recuperación continúo siendo liderada por la demanda de insumos asociada a obras de menor magnitud, de a poco comienzan a observarse una mejora en despachos de materiales dirigidos a obras de mayor envergadura y a la obra pública. Veamos.

En primer lugar, la persistencia de una elevada brecha cambiaria (promedió cerca del 100% en noviembre), siguió incentivando a las familias a realizar refacciones o ampliaciones en el hogar como opción de ahorro, en un contexto donde el poder de compra del salario en términos de materiales tendió a deteriorarse. En este sentido, los despachos de cemento en bolsa crecieron 42,6% i.a. en noviembre, manteniéndose en máximos históricos.

Por otro lado, el temor a una devaluación alentó el acopio de materiales por parte de desarrolladores, que en algunos casos se encontraron con faltantes de stock ante la sólida demanda del mercado. Aquí sobresalen la evolución de los artículos sanitarios de cerámica (+10,5% i.a.), cemento portland (+25,1% i.a.), pinturas para la construcción (+15,1% i.a.) y placas de yeso (+31,1% i.a.).

En segundo término, el relajamiento de las restricciones sanitarias venía permitiendo una progresiva mejora en el número de obras privadas con desarrollo normal, hecho que permitió avanzar en las obras de mayor tamaño y comenzar a apuntalar los niveles de empleo. En este sentido, los despachos de cemento a granel exhibieron en noviembre su primer incremento interanual en 15 meses (+6,1%). Además, los despachos de hormigón elaborado superaron los niveles pre-pandemia, al tiempo que los envíos de hierro y aceros para la construcción se expandieron por primera vez en 25 meses (+2,7% i.a.).

En esta línea, vale señalar que el costo de construcción en dólares se mantiene en mínimos históricos (-60% respecto a 2017, medido al dólar blue), aunque en los meses recientes comenzó a observarse una importante aceleración en el incremento de los costos de los materiales, vinculados al desajuste entre la oferta y la demanda, por un lado, y a cierta incertidumbre sobre el costo de reposición de los insumos ante la expectativas de devaluación imperantes, por el otro.

Por su parte, comienzan a detectarse señales de un repunte en la obra pública, la cual venía enseñando un mayor rezago. En primer lugar, frente a una reducida base de comparación que habían dejado los últimos meses de 2019, los despachos de asfalto saltaron 48% i.a. en noviembre, hilvanando su segundo mes en crecimiento interanual. Asimismo, el gasto de capital del Gobierno Nacional se expandió 4,5% i.a. en términos reales, marcando el primer mes en terreno positivo desde mediados de 2019. No obstante, acumuló a noviembre un retroceso del 25% i.a., en un contexto en el que se priorizaron medidas de asistencia a las empresas y familias por sobre una construcción limitada por razones sanitarias.

¿Qué esperamos?

La construcción seguiría mostrando señales de mejora en los próximos meses. En primer lugar, cabe señalar que parte de la dinámica recesiva del sector en 2020 fue inducida por las restricciones sanitarias impuestas, aunque no por esto sus efectos dejaron de ser menos reales. Por esta razón, en los meses que siguen se observarán variaciones anuales significativas que se verán influenciadas por un componente de “rebote estadístico” dado el ínfimo nivel registrado en los primeros meses del año pasado.

Por otra parte, la confianza de los actores del sector mejora. Según los datos de INDEC, el 39,6% de las empresas del sector privado sostuvo la expectativa de que la producción aumentaría los próximos tres meses (en octubre dicha cifra fue del 35,9%), mientras que los despachos de cemento aceleraron su crecimiento al 33,3% i.a. en diciembre. De todas maneras, esto no alcanzará para que la construcción haya cerrado su tercer año consecutivo en rojo, con una caída en la zona del 20% i.a. (-25% respecto a 2017).

Consideramos que los drivers que vienen apuntalando la actividad se mantendrán vigentes en 2021. Por un lado, una brecha cambiaria aún en niveles altos mantendrá el incentivo a determinados sectores a volcar sus ahorros al “ladrillo”, a la vez que menores restricciones a la actividad permitirán que una mayor proporción de empresas retomen paulatinamente sus obras. A su vez, se sumará el impulso de políticas públicas como el Pro.Cre.Ar., mientras que la obra pública será uno de los motores de la recuperación: esperamos que los gastos en capital crezcan en torno al 50% i.a. en términos reales en el año entrante.

En este sentido, una mayor inversión pública en el sector cumple con el objetivo de consumir pocas divisas e impulsar la generación de empleo en sectores de bajos recursos. Por esta razón, esperamos que sea una de las líneas del gasto que crezca en términos reales este año, siempre que la magnitud de una segunda ola de COVID-19 en el país no conduzca a priorizar la asignación de recursos a suavizar los efectos de esta sobre hogares y empresas.

En sentido contrario, esperamos que el poder adquisitivo del salario y el acceso al crédito hipotecario continúen operando como obstáculos para que la demanda repunte considerablemente: la disparidad entre la evolución del salario y el precio del metro cuadrado seguirá exigiendo una baja adicional en el precio de las propiedades a fines de destrabar las operaciones inmobiliarias.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2021, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.

Monitor de Crisis

Acceda a nuestro Monitor Quincenal de Crisis para conocer las proyecciones por escenarios para 2020, de las siguientes variables:

–  Tipo de cambio

–  Inflación

–  Producto Bruto Interno

–  Consumo Privado

Haga clic en “VER INFORME” para acceder al reporte que publicamos quincenalmente.