¿Cuál fue el desempeño de la actividad automotriz en agosto?
En agosto la producción fue de 30.815 unidades, la cual representa una caída interanual del 37,5%. En el acumulado de los primeros ocho meses del año, el sector mostró una producción de 213.643 unidades (-35,9% i.a.), siendo el nivel más bajo de unidades producidas desde el año 2005.
La caída corresponde tanto a una menor demanda interna como externa. En el plano interno, las ventas mayoristas (ventas a concesionarias) sufrieron una caída del 27,2% i.a y las ventas minoristas (patentamientos) retrocedieron 32,8 i.a. En éste último caso, la venta de 0km acumuló a agosto sólo 343.076 unidades, el nivel más bajo desde el 2006.
En el frente externo, las exportaciones sufrieron una caída del 32,8% i.a en el octavo mes del año: los envíos a Brasil (destino del 68% de los vehículos exportados) se desplomaron 41% i.a. y las ventas al resto de los destinos se contrajeron 9,2% i.a. Entre enero y agosto de 2019 se exportaron 146.455 unidades, representando una caída del 16% i.a. y ubicándose 57% por debajo del máximo alcanzado en 2011.
¿Qué explica esta dinámica?
El contexto de incertidumbre actual desincentiva fuertemente la producción local. La acumulación de stocks durante 2018 y la continua depreciación del peso generaron que las automotrices produzcan muy por debajo de su capacidad instalada: en junio se trabajó con un 66% de capacidad ociosa.
Desde el lado de la demanda interna, al tratarse de bienes durables, la caída de los salarios en dólares y el encarecimiento de las líneas de créditos son dos factores determinantes para explicar el declive del sector. En este sentido, incluso con la vigencia del plan junio, julio y agosto de 0km – que consistió en bonificaciones subsidiadas por el Estado Nacional a la compra de autos 0km al contado- los patentamientos continuaron decreciendo, aunque a un ritmo menor. Al mismo tiempo, a diferencia de otros años, la cosecha agrícola récord no se materializó en una mayor demanda por pick-ups. Los patentamientos del segmento comercial liviano caen ininterrumpidamente desde abril del año pasado.
Por otra parte, particularmente en agosto se sumó la parálisis de las ventas en los días posteriores a las PASO, cuando las concesionarias frenaron las transacciones producto de la volatilidad cambiaria.
En cuanto a la demanda externa, la desaceleración de la economía brasileña es uno de los factores que explica el magro desempeño de los envíos a dicho destino. Por caso, en el primer trimestre de 2019 la actividad del país carioca cayó -0,13% desestacionalizado y en el segundo tuvo un magro crecimiento del 0,4%. No obstante, los patentamientos de 0km del país crecieron 12% i.a. en el acumulado a julio, con pérdida de participación de los importados, los cuales acumularon una caída del 1,2% i.a. Dichas magnitudes dan cuenta del retroceso de los vehículos argentinos en el mercado brasilero, dado que las exportaciones locales a Brasil acumularon a julio un retroceso del 19% i.a.
¿Qué se espera para lo que resta del año?
Es evidente que el sector se encuentra atravesando una situación compleja. Las plantas automotrices se encuentran prácticamente paralizadas y en los próximos meses se esperan recortes de días laborables en algunas de las principales terminales del país.
En el plano local, aún no hay certidumbre respecto a la continuidad del plan 0km en septiembre, lo que ayudaría a atenuar la caída de los patentamientos. Al mismo tiempo, el deterioro de los salarios en dólares y la continuidad de elevadas tasas de interés auguran la continuidad de una demanda exigua.
No obstante, el reciente control de cambios implementado podría transformarse en una buena noticia para el sector. Frente a la restricción de compra de dólares (hasta USD10.000 al mes para personas humanas) y frente a la falta de opciones de inversión que resguarden el valor real de los ahorros, los individuos que poseen montos considerables en pesos, podrían volcarse a la compra de bienes durables. Entre ellos, los vehículos.
Por otra parte, si la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se acrecienta, los individuos que poseen ahorros en dólares tienen un mayor incentivo a vender sus divisas en el mercado paralelo a una cotización superior y luego adquirir bienes durables en pesos valuados al dólar oficial, impulsando la demanda del sector automotriz.
De todas formas, estos efectos positivos serían marginales en el corto plazo. La producción local continuará en terreno negativo hasta tanto los salarios en dólares comiencen a mostrar signos de recuperación, la incertidumbre política y económica se reduzca y la economía brasilera logre un crecimiento sostenido.