El as del Club París

La segunda quincena de mayo presenta grandes vencimientos para el Estado Nacional. En primer lugar, en el segmento de deuda local, deberá abonar más de ARS 300.000 M (0,7% del Producto). Por este motivo, el Tesoro preparó una licitación muy cargada este miércoles, en la que ofrecerá diez instrumentos con diferentes ajustes, tasas y plazos. Pero, sin desmerecer la importancia de este hito (que incluye condimentos como una gran porción en manos de acreedores internacionales), la fecha más exigente del mes está vinculada con los pasivos en dólares.

El 30 de este mes, Argentina afrontará el mayor vencimiento del año, cuando deberá desembolsar en un único pago casi el 20% de sus obligaciones anuales en moneda extranjera. Ese día está programado el pago de capital e intereses al Club de París por el equivalente a casi USD 2.500 M. Este vencimiento sería el último de una serie de pagos acordados en el año 2014, cuando se renegoció una deuda que permanecía impaga desde el default del año 2001. El arreglo establecía que estas obligaciones terminarían de pagarse en 2019, pero ese año quedó un remanente a cancelar el año siguiente. Sin embargo, con motivo de la pandemia y las renegociaciones en marcha tanto con el FMI como con los acreedores privados, ese evento se postergó hasta ahora.

De este modo llegamos a la fecha final de mayo de 2021, en la que nuestro país debería saldar su deuda con un importante acreedor institucional, lo que le permitiría desligarse de eventuales imposiciones de este. A pesar de eso, el monto requerido equivale al 37% de las Reservas Internacionales Netas del Banco Central, por lo que representaría una gran pérdida de recursos.

En una situación financiera que dista de ser holgada, un golpe tan grande al poder de fuego de la autoridad monetaria podría tensar la calma cambiaria y hacer esfumar la compra de divisas que hace diariamente este organismo. Sin embargo, evadir el pago también generaría dificultades financieras: esto dispararía cláusulas que elevan los intereses y punitorios que se adeudan, encareciendo significativamente los pasivos. Adicionalmente, sería una mala señal para el resto de los instrumentos de deuda internacionales de Argentina, que ya se negocian a precios de default.

Con esta desagradable lista de opciones a mano, el Presidente realizó una gira por Europa con el Ministro de Economía entre otros para discutir las condiciones bajo las cuáles postergar el pago. El Club de París no es un organismo en sí mismo (como el FMI o el Banco Mundial), si no un consorcio de países para llegar a acuerdos sobre deudas bilaterales, creado en 1956, casualmente a pedido de Argentina. La particularidad de estas renegociaciones es que suelen hacerse para deudas de países con acuerdos vigentes con el Fondo, algo que nuestro país actualmente no tiene. En este sentido, aunque no son de aconsejar, las autoridades de los países acreedores habrían solicitado al Gobierno que acelere la firma de un pacto con el FMI para poder llegar a un acuerdo sobre el pago más inmediato.

Esta segunda negociación se encuentra en marcha, pero los acuerdos no se alcanzan de un día para el otro. A dos semanas de la fecha límite, el asunto todavía no está resuelto. Esperamos que las autoridades locales recurran a hacer uso de los 60 días de gracia antes de entrar oficialmente en default para poder seguir negociando. Así, nuestra economía seguirá en un estado de incertidumbre a contrarreloj, a la espera de que las conversaciones no se estiren más de la cuenta.

Mientras la prudencia fiscal se mantiene, el Tesoro sigue obteniendo recursos

En el día de hoy, el Tesoro obtuvo más de ARS 50.000 M en el mercado de deuda local en pesos. Considerando que los vencimientos de la primera quincena del mes son muy menores (algo más de ARS 9.000 M en TB21, TB23 y BONCERs), más del 80% de este monto es financiamiento neto que se utilizará para realizar gastos primarios o aplicaciones bajo la línea. Los instrumentos licitados en la primera colocación del mes fueron reaperturas de cinco Letras: dos a descuento (tasa fija), con vencimientos en julio y octubre; dos a tasa variable con los mismos plazos de vencimiento; y una ajustable por inflación a un año. Así, la canasta ofrecida fue prácticamente igual que en la última licitación de abril. Sin embargo, esta vez, ningún instrumento indicaba un precio mínimo (tasa máxima) antes de la licitación. A pesar de eso, prácticamente no hubo aumento de tasas. En lo que va del año, el porcentaje de rollover asciende a 118%, lo que representa un financiamiento neto de más de ARS 190.000 M (0,5% del PBI).

Este monto equivale al financiamiento recibido por el Tesoro en concepto de Adelantos transitorios del Banco Central (emisión monetaria). Así, el mix de financiamiento entre emisión y deuda en pesos fue hasta el momento balanceado (mejorando la previsión del 60-40 postulada en el Presupuesto). La prudencia fiscal con respecto al gasto Covid y la mejora de la recaudación ayudan a las cuentas fiscales y permiten mostrar este resultado.

Respecto a la deuda en dólares, este lunes se realizó el pago de la segunda cuota anual de intereses al FMI por USD 300 M (5% de las Reservas Netas). Para fines de mayo, está programado el principal pago del año, por casi USD 2.500 M al Club de París (40% de las Reservas Netas). Sin embargo, el Tesoro aprovecharía los 60 días de gracia para seguir negociando su posposición y no insumir gran parte del poder de fuego del BCRA, al menos en el futuro inmediato.

Aún sin considerar el impuesto a las fortunas, la recaudación tributaria se duplicó en abril

En el cuarto mes del año, la recaudación tributaria superó los ARS 815.000 millones y más que se duplicó con respecto a abril del 2020 (105% i.a., +41% i.a. en términos reales). Este salto se debe a la baja base de comparación, ya que entonces estaba vigente la cuarentena estricta que impidió la circulación y la apertura de comercios y establecimientos productivos, erosionando así la capacidad de pago de impuestos de los distintos agentes económicos. A pesar de que durante la segunda quincena del mes pasado operaron algunas limitaciones, su impacto económico fue mucho menor, permitiendo que la actividad funcionara a un ritmo mayor y, en consecuencia, normalizando la recaudación.

Los tributos que más crecieron fueron bienes personales (+373% i.a.), internos, como al tabaco, bebidas alcohólicas y otros (+270% i.a.), derechos de exportación (+183% i.a.), combustibles (132% i.a.) y aranceles a la importación (+123% i.a.). Sin embargo, los impuestos de mayor monto también mostraron variaciones muy elevadas: ganancias e IVA treparon casi 100% i.a. Incluso los recursos del sistema de la seguridad social crecieron por encima de la inflación (68% i.a.), algo que había sucedido solo una vez en los últimos tres años.

Vale destacar que este aumento de la recaudación tributaria no considera a los recursos ingresados por el pago del Aporte Solidario de las grandes fortunas, ya que, según AFIP, los más de ARS 100.000 millones que se recibieron se corresponden a ingresos no tributarios, en tanto técnicamente es un “aporte extraordinario” y no un impuesto. Si incluyéramos este monto como parte de la recaudación del fisco, el salto habría sido del 131% i.a. (59% i.a. en términos reales). No obstante, considerando el carácter extraordinario del mismo, el análisis que lo excluye es más preciso.

La recaudación acumuló así su octavo mes al hilo de crecimiento en términos reales, mostrando un alza acumulada de 67% (17% deflactado) en el primer cuatrimestre del año. Sin embargo, para realizar una comparación más acorde, considerando que la base fue muy distorsionada en 2020, podemos contrastar los ingresos con el lapso enero-abril de 2019. Visto de esta forma, la recaudación tributaria también se ubica en terreno positivo, pero su avance acumulado en el año es de apenas 5% deflactado. Considerando que la actividad económica todavía se encuentra por debajo de los niveles de inicios de 2019 (hasta febrero, último dato, alrededor de -4%), esto se debe a una suba de la presión tributaria (principalmente en impuestos patrimoniales) y al aumento de los precios de exportación, que elevan las retenciones pagadas por los productos agropecuarios.

Para los próximos meses, esperamos que los tributos sigan creciendo a un ritmo acelerado -aunque decreciente-, muy ayudados por la baja base de comparación, la suba de los commodities y las modificaciones al impuesto a las ganancias (la suba de alícuota a empresas más que compensaría la baja de recaudación de personas físicas). A pesar de que las restricciones derivadas de la pandemia podrían endurecerse en los próximos meses, estimamos que estas serán de una magnitud menor a las medidas tomadas en 2020, y que los establecimientos económicos podrán operar con protocolos sanitarios sin cerrar nuevamente sus puertas.

De esta forma, proyectamos que la recaudación se recupere como porcentaje del PBI en 2021 (alrededor de 0,5 p.p.) quitando presión a la necesidad de emisión monetaria. Siempre y cuando los gastos por COVID se moderen, tal como venimos viendo hasta el momento, esto permitiría reducir la asistencia del BCRA al Tesoro.

Con resultado negativo, el flujo comercial con Brasil sigue creciendo

Luego de más de dos años en franco deterioro, el flujo del comercio de bienes con Brasil volvió a ubicarse en terreno positivo desde comienzos de este año. La pandemia afectó gravemente al comercio global y, a medida que se vislumbra su salida, las ventas internacionales van recuperando el terreno perdido. A lo largo abril, pese a que se mantuvo en el pico de contagios (en ningún momento del mes bajo del millón de casos activos), nuestro principal socio registró un alza del 41% i.a. de sus compras del exterior, señal de que su economía goza de una buena salud y, no menor, una baja base de comparación (la caída en abril de 2020 había sido de 16% i.a.).

En particular, las compras a nuestro país que la primera economía del Mercosur realizó treparon 52% i.a. en abril, alcanzando USD 825 millones. Sin embargo, a pesar de este rebote, todavía se encuentran 10% por debajo del nivel de abril de 2019 (USD 920 millones). En tanto, las importaciones argentinas provenientes desde Brasil saltaron un 88% i.a., rozando los USD 900 millones, y se ubican levemente por debajo a las del 2019 (USD 930 millones). De esta manera, el flujo bilateral de bienes se incrementó 69% i.a. en el cuarto mes del año, mostrando un resultado negativo de USD 70 millones (abril del año pasado había exhibido un monto similar, pero con el signo inverso).

Con este dato, la demanda brasileña por productos argentinos acumula un alza de 23% i.a. en el primer cuatrimestre del año. Por su parte, las compras de nuestro país que provienen del gigante sudamericano avanzaron 33% i.a. en el mismo lapso. La variación de las importaciones mayor a la de las exportaciones explica que el resultado se haya vuelto deficitario en algo más de USD 50 millones, a diferencia del primer cuatrimestre del 2020, cuando había mostrado un superávit de USD 170 millones.

La recuperación de las exportaciones e importaciones sigue mostrando la mejora de ambas economías, algo esperable y lógico, luego del cierre total que se observaba a esta altura del año pasado. Además, a pesar de estar en mínimos históricos, la participación de los productos argentinos en el mercado brasileño está recuperando terreno: tras promediar el 5,0% de los ingresos al país en el primer cuatrimestre del año pasado, se ubicaron en 5,4% en el mismo período de 2021. Esto indica que la demanda por productos argentinos está traccionando las compras, ubicándose por encima de otros proveedores. Si bien estamos lejos de la media de los últimos diez años (6,5%) el rebote es un buen síntoma.

Las ventas a Brasil, además, están muy vinculada con la exportación de manufacturas de origen industrial, producto del cual es nuestro principal demandante, y que alienta la demanda de empleo formal en nuestro país. Sin embargo, preocupa que, a pesar del buen ritmo de nuestras ventas, nuestras compras se ubiquen en un nivel superior, provocando un déficit neto de divisas. Si esta dinámica se agravara, podría limitar el crecimiento de la actividad económica local (tanto si se corrigiera el desbalance por precios -devaluando-, como si se lo encarara por cantidades -endureciendo el cepo a las importaciones-).

Esperamos que en 2021 nuestras exportaciones a Brasil se incrementen alrededor de 15%, debido a que la industria liderará la recuperación de la economía brasileña (de acuerdo con el consenso de mercado, crecería 5% este año, por encima del 3% al que crecería el promedio de la economía). El impulso de Brasil, más la suba de los precios de los commodities, aportarían reservas fundamentales para surfear tensiones cambiarias en el período pre-electoral. Aprovechar esta ‘benevolencia externa’ al máximo dependerá de que no se atrase en demasía el tipo de cambio, desincentivando las ventas, y de que las restricciones a las compras externas no se profundicen, limitando las mejoras de productividad.

Con aumento de tasas, el Tesoro continúa con niveles de rollover en torno al 115%

Hacienda colocó ayer más de ARS 107.000 M en Bonos y Letras. La última licitación del mes consistió en la reapertura de cinco instrumentos: dos Letras a descuento (tasa fija), con vencimientos en junio y octubre; dos Letras a tasa variable con los mismos plazos de vencimiento; y una Letra ajustable por inflación a un año. El llamado se realizó esta vez sin precio mínimo (o sea, sin tasa máxima) para las Letras a dos meses y la vinculada al CER, lo que redundó en un aumento del rendimiento de los instrumentos colocados. Así, el mes finalizó con emisiones 28% superiores a los vencimientos. Sin embargo, si tenemos en cuenta también el canje del T2X1 (que venció en abril) realizado en marzo, este porcentaje se reduce a 16%, en línea con los meses previos. El rollover por encima del 100% implicó la obtención de financiamiento neto positivo por casi ARS 60.000 M en el mes. En lo que va del año, el porcentaje de rollover asciende a 115% y el financiamiento neto por deuda de mercado en pesos acumula casi ARS 150.000 M (0,4% del PBI).

En la última semana, el Tesoro recibió una nueva transferencia del Banco Central por ARS 55.000 M, en concepto de Adelantos Transitorios (ATs, emisión monetaria). De esta manera, esta cuenta acumula un monto total de ARS 190.000 M en lo que va del año. Sumando este monto y los más de ARS 220.000 M de este mismo instrumento cuyos vencimientos estaban programados en el primer cuatrimestre, pero no se pagaron, el total de asistencia monetaria fue de ARS 414.000 M (1,0% del PBI). Así, la emisión monetaria fue, hasta el momento, levemente superior al endeudamiento de mercado, guardando una proporción similar al financiamiento 60% con emisión y 40% con deuda postulado en el Presupuesto. Sin embargo, si consideramos la asistencia monetaria total (incluyendo el no pago de ATs del año pasado), esta supera con creces a la deuda neta en Letras y Bonos, y la proporción se asemeja más a 75% y 25%. Al momento, esto no está generando ruidos importantes en el mercado cambiario -reflejo de la calma tendencial de los mercados paralelos-, pero podría hacerlo si se profundizan las restricciones sanitarias y con ellas la asistencia del Estado.

El próximo lunes, Hacienda deberá pagar la segunda cuota anual de intereses al FMI por USD 300 M (5% de las Reservas Netas). Además, a fin de mayo vence el pago por casi USD 2.500 M al Club de París (43% de las Reservas Netas). Ante la falta de novedades sobre un acuerdo con este organismo, esperamos que se utilicen para seguir negociando los 60 días de gracia que permite el préstamo. Este monto representa el 43% de las reservas netas, por lo que poder postergarlo sería clave para no estresar al mercado cambiario.

Por el salto importador, el superávit comercial se achicó en marzo

En marzo, la balanza comercial de bienes volvió a mostrar un resultado superavitario. Sin embargo, este saldo se contrajo significativamente respecto a los meses previos: mientras que en enero y febrero se ubicó por encima de los USD 1.000 M, en el tercer mes del año fue de USD 400 M. Así, el resultado comercial fue 67% menor al observado en el mismo mes del año pasado, debido a un aumento de las importaciones (+69% i.a.) mucho mayor al de las exportaciones (+31% i.a.). De esta forma, el saldo acumulado en el primer trimestre llegó a los USD 2.500 M, un 27% inferior al superávit acumulado en igual período del año pasado (casi USD 3.500 M).

En el tercer mes del año, las ventas al exterior alcanzaron los USD 5.700 millones, debido en partes iguales al efecto de los precios (que treparon 13,9% i.a.) y las cantidades (que mostraron una suba de 14,6% i.a.). Esto marca un quiebre respecto a los meses previos, en donde la mejoría estaba vinculada únicamente a la suba de los commodities, y no respondía a una suba genuina de los volúmenes vendidos. Al interior del total de ventas, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) explicaron el 43% de los envíos del mes, siendo el agregado de mayor relevancia. Estas mostraron un alza de 64% i.a., traccionadas por una suba de 25% i.a. en sus precios y un aumento de 31% i.a. en sus cantidades. En segundo lugar, los productos primarios fueron el 27% de nuestra canasta exportadora y exhibieron un alza del 15% i.a., que respondió más al encarecimiento de las commodities (+11% i.a.) que a un aumento de las cantidades vendidas (+3% i.a.). Por último, las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) fueron el 26% de nuestras ventas al exterior y crecieron 15% i.a., en este caso debido a mayores volúmenes (+16% i.a.) y no a una suba del precio unitario (-1% i.a.).

Respecto a las importaciones, estas mostraron su mayor salto interanual en más de 10 años (la última vez que su variación se ubicó por encima del 70% i.a. fue en mayo del 2010, a la salida de la crisis internacional). Esta evolución se correspondió con la mejoría de la actividad económica, luego de tres años consecutivos de recesión. Analizando el alza sectorialmente, las categorías que más crecieron fueron los bienes intermedios (+81% i.a., traccionados por la compra de porotos de soja para procesar y revender), los bienes de capital (+81% i.a.) y sus partes y piezas (+82% i.a.). Por su parte, los bienes de consumo (+40% i.a.) y los combustibles y lubricantes (+28% i.a.) también mostraron un avance significativo respecto a marzo de 2020. Por último, la importación de vehículos automotores livianos creció 15% i.a. en el mes. Estas últimas dos categorías son las más afectadas por los controles a la importación, y muestran evoluciones por debajo de la media desde comienzos de año.

Para 2021, proyectamos que el superávit comercial se ubicará en torno a los USD 12.000 millones, levemente por debajo del saldo positivo obtenido en 2020 (USD 12.500 M). Teniendo en cuenta los pagos de deuda en moneda dura del Tesoro nacional programados para este año (más de USD 10.000 millones) y la venta de dólares a ahorristas minoristas que seguramente ocurra en un año electoral, mantener este nivel de compras del exterior requerirá un aumento sostenido de las exportaciones.

Después de dos licitaciones fallidas, el Tesoro obtuvo más de ARS 70.000 M de financiamiento neto

Ayer, el Tesoro colocó Letras y Bonos por más de ARS 120.000 M. Los instrumentos emitidos fueron: dos Letras a tasa fija, con vencimientos en julio y septiembre; dos Letras a tasa variable con los mismos plazos de vencimiento; una Letra ajustable por inflación a un año; y un Bono al 22% anual, con vencimiento en mayo de 2022. Casi el 70% del total de la emisión fue colocado en estos últimos dos instrumentos, atractivo el primero porque garantiza un rendimiento de 1,9% por encima de la inflación (coeficiente CER) y el segundo porque, a pesar de pagar significativamente por debajo de otras inversiones y de la inflación esperada, puede ser utilizado por bancos para reemplazar encajes no remunerados, que no tienen rendimiento alguno.

Con este endeudamiento, Hacienda obtuvo un 25% más de financiamiento que los pagos que debió realizar hasta este momento del mes (incluyendo el canje realizado en marzo).  En lo que va del año, el porcentaje de rollover fue de 117%, permitiéndole acumular un financiamiento neto de más de ARS 160.000 M (más del doble del déficit primario del primer trimestre). A pesar de esto, todavía quedan vencimientos de interés (TC25P y TV22) y capital (S30A1 y SA301) pendientes para los últimos días de abril, por lo que hay programada una tercera licitación para el próximo miércoles.

Por fuera del financiamiento de mercado, el Tesoro recibió otros ARS 135.000 M en concepto de Adelantos Transitorios del Banco Central (emisión monetaria) que utilizó para realizar otros pagos bajo la línea. Además, no canceló los más de ARS 220.000 M de este mismo instrumento que debía pagar en el primer cuatrimestre, por lo que el total de asistencia monetaria fue, hasta ahora, de casi ARS 360.000 M (0,9% del PBI).

Por último, a pesar de los viajes oficiales de Guzmán en pos de renegociar la deuda con el FMI y el Club de París, sigue sin haber certezas en este frente. Por lo pronto, el pago en dólares más importante y próximo es el vencimiento con el último de estos acreedores, que debe pagarse por casi USD 2.500 M a fines de mayo. Este monto representa el 43% de las reservas netas, por lo que poder postergarlo sería clave para no estresar al mercado cambiario.

Por la prudencia en los gastos por covid y el aumento de la recaudación, el déficit de marzo fue menor al de 2020

Tras el saldo positivo obtenido en enero y el resultado equilibrado acumulado en el primer bimestre, el superávit fiscal primario quedó definitivamente atrás con los datos de marzo. El rojo primario del Sector Público no Financiero (SPNF) en mes superó ARS 74.000 millones, haciendo que el saldo negativo acumulado en el primer trimestre alcance los ARS 69.000 millones (-0,2% del PBI). Esto muestra una mejoría al comparar con el mismo lapso del 2020, cuando el rojo primario había totalizado 0,6% del PBI. Aún con estos números, dado que el Tesoro obtuvo financiamiento neto en el mercado por más de ARS 90.000 millones entre enero y marzo, no necesitó recurrir a la emisión para solventar estos gastos corrientes.

Sin embargo, requirió asistencia monetaria por ARS 135.000 millones para efectuar otros pagos “bajo la línea”, o sea, sumando los intereses. En el tercer mes del año, el déficit fiscal financiero de ARS 117.000 millones, superando los ARS 184.000 millones (-0,4% del Producto) en lo que va del año. Considerando que a la misma altura del 2020 -con “solo” diez días de pandemia- el desbalance financiero acumulado alcanzaba el 1,2% del Producto, el resultado es favorable.

Por tercer mes consecutivo, los ingresos del Estado Nacional crecieron a un ritmo muy superior al de los gastos. Mientras que los primeros treparon un 64% i.a., las erogaciones primarias subieron un 36% con respecto al mismo mes del 2020. El avance de los recursos estuvo vinculado con la mejora de la recaudación (los ingresos tributarios nacionales saltaron un 72% i.a. en marzo). Esta dinámica fue causada por la baja base de comparación, ya que en marzo del año pasado la cuarentena afectó la actividad en los últimos 10 días del mes, desplomando la actividad y los ingresos públicos. En particular, los tributos que más crecieron fueron Bienes Personales (+341% i.a.), Retenciones (+155% i.a., traccionadas por la suba del tipo de cambio y los precios internacionales) y Créditos y Débitos (+137% i.a.). Por el contrario, a pesar de recortar su baja en términos reales, los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (+34% i.a.) todavía permanecen por debajo de la inflación, marcando que la masa salarial formal sigue en retroceso. En el acumulado anual, la suba de los recursos acumula un 55% i.a., 11% en términos reales.

En relación con los gastos, la principal suba fue la de las inversiones de capital (+142% i.a.), en donde se encuentran las construcciones que realiza la Nación y las transferencias que efectúa a las Provincias para ejecutar obras públicas. Aquellos proyectos vinculados a la educación (+430% i.a.) y la vivienda (+419% i.a.) fueron los que mostraron un avance más saliente. En segunda instancia, los gastos en bienes y servicios se incrementaron en 130% i.a., debido a la compra de vacunas. En siguiente lugar, se destacó la suba de los subsidios económicos, que mostraron un alza de 64% i.a., por el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y transporte que ya lleva prácticamente dos años. Mientras tanto, las transferencias corrientes (neteando subsidios económicos) subieron apenas 20% i.a., por el efecto que tuvo en marzo de 2020 el inicio de los programas de ayuda por Covid. Además, las transferencias a Provincias y Universidades también se redujeron en términos reales. Con estas variaciones, el gasto primario acumula un alza del 41% i.a. en el primer trimestre del año. Neteando los gastos por Covid efectuados el año pasado, esta suba ascendería a alrededor de 47%. Por último, el pago de intereses subió sólo 2% i.a. en marzo y se redujo 32% i.a. en el primer trimestre, por efecto de la reestructuración de la deuda pública concretada en septiembre del año pasado.

De cara a los próximos meses, esperamos que los ingresos continúen creciendo en términos reales, en tanto las restricciones a la circulación y la producción serán menores que el año pasado, de modo que la actividad se mantendrá por encima de los niveles de 2020. Sin embargo, la segunda ola en un contexto de año electoral gatillará gastos adicionales a lo largo del año, por lo que la contracción de las erogaciones no será duradera. Por este motivo, proyectamos que el déficit primario anual se ubicará en 2021 por encima del 4% del PBI.

Las restricciones se incrementan al ritmo de los casos

La segunda ola de contagios no encuentra aún su techo, y las terapias intensivas empiezan a llegar a su límite de capacidad. Por este motivo, el Gobierno nacional y sus pares subnacionales ajustaron las medidas sanitarias que habían tomado en los días previos. En el área metropolitana de Buenos Aires, foco central del Covid, se impuso un toque de queda de 20 a 6 horas, se limitó el acceso al transporte público y se suspendieron las clases presenciales (aunque, en la CABA, un fallo judicial habilitó a que las escuelas permanezcan abiertas). El conflicto entre niveles de gobierno por la modalidad de cursada escaló hasta la Corte Suprema y tensa los consensos acerca de cómo actuar frente a la enfermedad que nos rodea hace algo más de un año. Del mismo modo que sucedió con la discusión sobre los runners en 2020, la estacionalidad del virus pareciera coincidir con la del conflicto político, que se enmarcará esta vez en la campaña legislativa de medio término.

En paralelo, en la última semana se redujo el ritmo de vacunación, ya que escasearon las dosis disponibles. Sin embargo, entre el fin de semana y el lunes arribaron al país nuevas dosis con las cuales se podría reactivar el ritmo de aplicaciones. A la fecha, se recibieron casi 9 millones de vacunas (incluyendo Sputnik V, Covishield, Sinopharm y las recibidas por el mecanismo COVAX), de las cuales 8 millones fueron distribuidas a las Provincias. De estas, se aplicaron 6,4 millones a 5,6 millones de personas, de quienes el 87% recibió una única dosis y el 13% restante ambas aplicaciones. Además, se espera que llegue un millón de inyecciones de Sinopharm este fin de semana y otro más el próximo. Como si esto fuera poco, un laboratorio local anunció recientemente que ya está produciendo dosis de Sputnik V en Argentina.

El nivel de conflictividad política de las últimas medidas tomadas limita la capacidad de restringir más actividades, máxime en la previa de las elecciones. A la vez, incentiva a acompañar estas acciones con transferencias a las personas y empresas afectadas. Las primeras de estas -ya fueron anunciadas, pero todavía no implementadas- serían un bono de $15.000 a titulares de asignaciones y monotributistas de las categorías más bajas y otro de $6.500 al personal de la salud. Por ahora, el costo fiscal de estas medidas no es relevante macroeconómicamente (0,13% del PBI o 0,6% del gasto primario total), pero si la situación sanitaria o política llevara a aumentar estos programas a la magnitud que mostraron el año pasado, podrían generar problemas de financiamiento del fisco.

En definitiva, esperamos que las restricciones impacten principalmente a determinadas ramas de servicios, pero no golpeen a la industria y la construcción, que tendrán un 2021 más favorable. En este marco, mantenemos nuestra proyección de que el PBI crecerá 6%, mayormente debido al arrastre estadístico positivo que dejó el 2020 (+5%). De todas formas, teniendo en cuenta que la situación epidemiológica podría seguir empeorando, la magnitud y alcance de las restricciones continúa siendo una incógnita. No descartamos que terminen comprometiendo a una mayor proporción de sectores y regiones, infringiéndole un golpe a la economía mayor al esperado. Tampoco, que el incremento del gasto y su financiamiento gatillen aumentos de los precios, la brecha cambiaria y, finalmente, el dólar oficial, que también impacten en la actividad económica. No obstante, todavía falta para eso: esperemos que los contagios bajen entonces, evitando una profundización de la crisis.

Por primera vez en el año, el Tesoro obtuvo menos financiamiento del que necesitaba

En el día de ayer, el Tesoro colocó Letras a tasa fija y variable (a 5 meses) y ajustables por inflación (a un año) por más de ARS 37.000 M. Este monto es alrededor de la mitad de lo que pretendía conseguir, y es insuficiente para saldar el monto residual del T2X1 (se realizó un canje a fines de marzo) y los vencimientos de capital e interés de otros instrumentos que se pagaron a lo largo de la primera mitad de abril (AA22, TO21, TO23 y TO26, entre otros). Peor aún, no permitió obtener un sobrante para financiar el déficit primario del mes. Para concluir el financiamiento del gasto y cancelar los instrumentos que vencen el día 30, están programadas dos licitaciones más en lo que resta de abril, los días 21 y 28.

Hasta ahora, considerando los vencimientos hasta el 17 del mes corriente e incluyendo el mencionado canje del T2X1, Hacienda obtuvo un 85% de rollover, quedándose por primera vez en el año por debajo del 100%. Aunque el ratio promedio anual todavía se ubica en 105% (el financiamiento neto acumulado es de más de ARS 46.000 M a la fecha), obtener dinero en el mercado de deuda local está tornándose más difícil para el Tesoro. En la licitación de hoy, incluso se ofreció una tasa levemente mayor a la de las últimas colocaciones, pero no fue suficiente para atraer a los inversores. La evolución reciente de la inflación, completamente desanclada de las previsiones del gobierno, hace que la tasa fija (e incluso la variable) pierda atractivo frente a los instrumentos indexados a los precios o al dólar. De esta manera, más de la mitad de los pesos obtenidos ayer fueron inversiones en estos instrumentos, aunque tienen una duración muy superior a las otras Letras licitadas.

Adicionalmente al financiamiento de mercado, el Tesoro requirió en el año ARS 135.000 M del Banco Central en concepto de Adelantos Transitorios. Además, no canceló los más de ARS 220.000 M de este mismo instrumento que debía pagar en los primeros 4 meses del año, por lo que se puede decir que la asistencia monetaria fue, hasta ahora, de casi ARS 360.000 M (0,9% del PBI).

Por último, en lo que hace a los pagos en dólares, el Ministro de Economía se encuentra en Europa negociando con los países miembro del Club de París y el FMI para poder postergar los pagos a ambos organismos. El más acuciante de estos es el vencimiento con el Club de París, que debería pagarse en mayo por casi USD 2.500 M.