El gasto primario en su nivel más bajo desde la incorporación de la AUH

Se sobreestimaron los ingresos reales en el Presupuesto 2019

El acuerdo stand by firmado con el FMI postula que este año el sector público Nacional deberá llegar al equilibrio primario, anulando el déficit de 2,7% del PBI registrando en 2018. Dado que este objetivo es central para acceder a los desembolsos, el esfuerzo fiscal será muy significativo. Para cumplir con la ambiciosa meta, el Ministerio de Hacienda presentó en el Presupuesto 2019 (oficializado en septiembre pasado) una estimación de sus recursos y, en base a eso, calculó cuánto debería recortar el gasto primario.

Con los datos de 2018 cerrados, se observa que las proyecciones oficiales no se cumplieron. Una vez más, las estimaciones del Sector Público “pecaron” de optimistas: mientras que según el informe del Poder Ejecutivo los ingresos del Sector Público Nacional no Financiero alcanzarían 19% del PBI en el acumulado anual, terminaron en 18% del PBI. En consecuencia, mostró una baja de casi 1 p.p. frente a 2017, en lugar del alza proyectada por el Poder Ejecutivo.

El panorama no cambia para 2019: conforme a nuestras estimaciones, los ingresos del Palacio de Hacienda estipulados en el Presupuesto están sobreestimados. Suponiendo que no se incorporan nuevos impuestos, este año los recursos del Sector Público Nacional oscilarían 18,5% del PBI, lejos del 20% del PBI proyectado por el Poder Ejecutivo. En consecuencia, el recorte necesario del gasto primario real deberá ser mayor al postulado. Veamos entonces qué partidas podrían sufrir nuevos recortes, y si es factible alcanzar el equilibrio primario.

Poco margen para recortar gastos primarios, mucho ajuste automático por inflación pasada

El gasto primario pasó de 24% del PBI en 2016 a 20,5% del PBI en 2018 y para este año se estipuló que alcance 20% del PBI. Si la performance de los ingresos será peor a la prevista, ¿dónde se hará el recorte adicional necesario para alcanzar el equilibrio primario?

En primer lugar, vale remarcar que seis de cada diez pesos que salen del Estado Nacional se ajustan de manera automática por la inflación pasada: la Ley de Movilidad fijó la actualización de las jubilaciones y pensiones a la suba de precios y salarios registrados dos trimestres atrás. Con una lenta desaceleración de la inflación, el peso de las erogaciones de seguridad social en el PBI será mayor o igual al de 2018. Por ende, el recorte adicional caerá sobre el 40% restante.

Analizando las demás partidas, poco menos del 15% del gasto primario responde a salarios de trabajadores públicos. Resultado de paritarias que cerraron muy por debajo de la inflación y un plan reducido de contrataciones –donde no se reemplazan las bajas- esta línea del gasto primario se contrajo 10% en términos reales durante 2018. Dado el esfuerzo ya realizado y el hecho de que este es un año electoral, no estimamos un recorte adicional significativo sobre esta partida.

Por su parte, los subsidios económicos representan algo menos del 10% del gasto primario. Esta partida atravesó dos momentos opuestos en 2018: mientras que en el primer semestre, con un dólar mayormente calmo, retrocedió 15% i.a. en términos reales, en la segunda mitad redujo su caída a un tercio producto de la escalada de la divisa. Como resultado, esta partida acumuló una contracción de 9% i.a. en términos reales el año pasado, quedando lejos del objetivo inicial y obligando a ajustar en otras líneas.

En 2019, el escenario será intermedio entre ambos extremos. Durante la primera mitad, las tarifas sufrirían ciertos ajustes para ayudar a la meta fiscal. Sin embargo, a medida se aproximen las elecciones, las mismas se atrasarían en la búsqueda por afectar el humor social lo menos posible (y las chances de reelección del oficialismo). Por último, vale recordar el traspaso de los subsidios al transporte a la Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma, que también permitirán relajar este gasto. Como resultado, los subsidios económicos pasarían de representar 2% del PBI en 2018 a 1,5% este año.

Por último, resta analizar el curso que seguirán los gastos de capital; casualmente, la partida sobre la que pesa el mayor margen de maniobra. En este sentido, la inversión en obra pública persiste en rojo desde 2015 y en 2019 acentuaría su baja. Por caso, pasó de ARS 208.000 millones en 2017 a ARS 210.000 millones el año pasado, registrando una mínima suba nominal en un contexto de elevada inflación. Esta línea del gasto sería la que realizará el mayor ajuste, no solo por la discrecionalidad de sus erogaciones, sino también por la velocidad con que pueden recortarse.

Teniendo en cuenta los esfuerzos necesarios, proyectamos que este año los gastos de capital retrocederían nominalmente 12% i.a. y casi 40% i.a. en términos reales. De este modo, implicarían poco más de 1% del PBI, marcando una baja de 0,6 p.p. frente a 2018.

En base a este análisis, proyectamos que el gasto primario rondaría 19% del PBI este año, marcando un retroceso de 1,5 p.p. frente a 2018 y marcando un mínimo desde la incorporación de la Asignación Universal por Hijo hace ya diez años. Sin embargo, no bastaría para alcanzar el equilibrio primario: el rojo antes del pago de intereses rondaría 0,5% del PBI. No obstante, dado que este resultado estará contemplado dentro de los ajustadores pautados con el FMI (por un máximo de ARS 71.600 millones) permitirá destrabar los desembolsos.

Chile | Mejor de lo esperado

El dato conocido para la actividad interna del mes de diciembre (IMACEC), con una variación en doce meses de 2,6% permite cerrar el 2018 con un crecimiento de 4,0%, cifra consistente con la última proyección que había realizado el Banco Central en su informe de política monetaria de diciembre. Es interesante destacar que se observa una cierta recuperación en la producción no minera, lo que estaría reflejando un relativo mejor desempeño de la demanda interna en el último cuarto del año. Parte de la explicación vendría de la recuperación observada en el gasto del sector público, el que luego de anotar una caída de 3,7% real en el tercer trimestre (en relación a igual lapso de 2017), en el cuarto trimestre anotó un crecimiento real de 5,1% respecto de igual período de 2017.

La fortaleza que muestra la inversión, que habría crecido 6,5% el año pasado, y que proyectamos podría crecer hasta 7,0% el presente, es central para ser relativamente optimistas en relación al crecimiento económico del año en curso. No sólo importa el alto dinamismo esperado para la inversión total sino también su composición. Efectivamente, las primeras señales de recuperación en la inversión provinieron del fuerte crecimiento en las importaciones de bienes de capital, lo que refleja un repunte importante en el componente Maquinaria y Equipo, sin embargo, diversos indicadores permiten proyectar que el presente año se observará un importante crecimiento en el componente Construcción. El efecto multiplicador de la construcción sobre otros sectores, como el transporte, comercio e industria, además del aporte al empleo, será relevante el presente año, y debería ser creciente a lo largo del período en la medida que los proyectos avanzan a etapas más avanzadas.

Por el lado del consumo, es relevante que se observe una mejoría en el mercado laboral y en las expectativas de los hogares. Las condiciones financieras seguirán siendo atractivas, el tipo de cambio podría ajustarse algo más a la baja, y el acceso al crédito será relativamente menos restrictivo. Con ello, mantener un crecimiento del consumo privado algo por sobre el 3,0% parece factible. Por su parte el gasto de gobierno crecería por debajo del PIB, por lo que no sería un elemento dinamizador de la actividad, mientras el sector externo neto tendría un impacto marginal.

Dado lo anterior, el crecimiento para el año debería situarse en un rango de entre 3,5% y 4,0%. Una mejoría en el escenario externo, particularmente si es gatillada por el término de la incipiente guerra comercial entre China y Estados Unidos, nos llevaría a un crecimiento en el tope de dicho rango, mientras la mantención de la situación actual, nos acercaría más al piso. El canal conductor positivo del término de la amenaza de guerra comercial sería a través de un alza en el precio del cobre, una mejoría en el ingreso para la economía, impacto positivo sobre las expectativas, y mayor crecimiento de la inversión. A su vez, dicho escenario favorece una apreciación del peso, lo que a su vez impulsa al sector no transable, particularmente contribuyendo a más consumo de los hogares y mayor crecimiento del comercio.

La inflación se mantendrá contenida a lo largo del año, con la ayuda de un tipo de cambio con sesgo a la baja y brechas de capacidad interna que se mantendrán abiertas hasta el fin del período. En este escenario el Banco Central mantendría su proceso de normalización en la Tasa de Política Monetaria, contemplándose al menos 3 alzas en el presente año en el escenario base. Evidentemente un deterioro externo, que entre otros impactos, lleve a frenar nuevas alzas en la tasa de interés en Estados Unidos, podría retrasar dicho timing de alzas por parte de nuestra autoridad monetaria. Con todo, la inflación total medida en doce meses se mantendrá por debajo del 3,0%, centro del rango meta de la autoridad, en el transcurso del año, para cerrar el período en un rango entre 2,5% y 3,0%.

Un superávit que no se sostendrá a lo largo del año

¿Cuál fue el resultado fiscal en enero?

En el primer mes del año, el resultado primario alcanzó un superávit de ARS 16.600 millones. De este modo, mejoró de manera notable el magro saldo positivo de enero 2018 (ARS 4.000 millones). Más aún, si aislamos el cambio metodológico del Programa de Inversiones Prioritarias (ahora se incluyen en el gasto primario, mientras que el año pasado no lo hacían) el superávit del año pasado se multiplicó por ocho, ya que en ese entonces había rondado ARS 2.000 millones.

Al igual que en los meses anteriores, la recuperación obedeció a que los ingresos aumentaron por encima de los gastos primarios (+39% i.a. y +33% i.a. -y 31,7% sin PIP-, respectivamente). Como desenlace, el resultado del Sector Público Nacional no Financiero mejoró por décimo segundo mes consecutivo.
Por su parte, el pago de intereses netos alcanzó los ARS 76.700 millones, más que duplicándose respecto a igual mes del año pasado. Como resultado, el rojo financiero aumentó 132% en su comparación interanual, pasando de menos de ARS 26.000 millones en 2018 a poco más de ARS 60.000 millones en 2019. Deflactando por la inflación acumulada, la profundización del déficit total alcanzó 55% i.a.

¿Se podrá sostener el superávit primario a lo largo de 2019?

Debido al fuerte componente estacional de algunas partidas del gasto, para alcanzar el equilibrio primario es necesario que el resultado sea positivo en muchos meses. En este sentido, enero suele ser un mes superavitario para las cuentas públicas. Por el contrario, en junio y diciembre las prestaciones sociales y el pago de salarios son particularmente altos por el pago de aguinaldos y bonos extraordinarios que suelen pagarse en esos meses.

En consecuencia, el buen resultado de enero no implica que el resultado primario será positivo a lo largo del año. En contraposición, a medida que vayan pasando los meses y la actividad permanezca deprimida, deteriorando los ingresos fiscales, las arcas públicas sentirán el impacto de la recesión. Incluso, para fin de año proyectamos que el resultado fiscal primario será levemente negativo. En este sentido, la meta de equilibrio pautada con el FMI no se alcanzará. No obstante, este desenlace no impedirá acceder a los desembolsos pautados en el acuerdo stand-by: contemplando los ajustadores, el rojo primario podría alcanzar hasta ARS 71.600 millones o -0,4% del PBI, sin demandar una revisión del acuerdo.

¿Cómo afectará la decisión de la Corte respecto a San Luis?

Conforme a la decisión de la Corte Suprema de Justicia, el Gobierno Nacional deberá devolver a la Provincia de San Luis ARS 15.000 millones, en concepto de retenciones de la coparticipación acumuladas desde 2006 y la actualización de este capital. Esta resolución induce a pensar en una salida similar para el conflicto con la provincia de Santa Fe, que se encuentra en la misma posición.

Si los montos se actualizaran de la misma forma, el costo fiscal para el Estado Nacional ascendería a ARS 75.000 millones, lo que representaría alrededor de 0,4% del PBI según nuestras proyecciones de crecimiento e inflación. Esta cifra es similar al total de las transferencias corrientes a todas las provincias estimadas para este año, a la par que es levemente superior al tope de los ajustadores pautados en el acuerdo con el FMI.

En consecuencia, la medida de la Justicia no es despreciable en el ejercicio fiscal. No obstante, en la misma sentencia se permite que las partes acuerden los plazos y las formas en que se cancelará la deuda. Si bien los gobiernos de ambas provincias son opositores, lo que podría dificultar la negociación, luce muy poco probable que todos los pagos se materialicen este año.

Bolivia | Un retorno clave al gabinete económico

Una de las peculiaridades de la administración económica boliviana ha sido que, a pesar de su orientación política, ha mantenido durante varios años la estabilidad macroeconómica recuperada después de la hiperinflación observada entre 1982 y 1985. En efecto, Bolivia fue el primer país en el mundo que tuvo un fenómeno inflacionario agudo sin que exista conflicto bélico
interno o externo.

En el país, la secuela de la hiperinflación derivó en un consenso general sobre la importancia de la estabilidad económica. En ese sentido, uno de los desafíos de la actual administración gubernamental cuando asumió en 2006 fue cómo combinar la estabilidad con la redistribución, dado que la hiperinflación de los ochenta se produjo en un gobierno con similar orientación.

El mantenimiento de la salud macroeconómica se produjo tanto por la determinación política de que ésta era un factor crucial para un entorno de estabilidad social como por el creciente liderazgo del ministro de hacienda, Luis Arce, un economista con experiencia previa en el banco central con sólidos conocimientos de administración fiscal.

De hecho, el ministro Arce delineó las principales líneas de la dirección económica nacional, plasmándolas en una narrativa particular. La forma de administración fue denominada “Modelo Económico Social Comunitario Productivo”, que en esencia tiene una orientación fuertemente
estatal para la producción y énfasis en la redistribución del ingreso.

Sus resultados en términos de crecimiento económico han sido buenos en comparativa sudamericana, aunque no se pudo articular con el aparato productivo para generar mayor dinamismo, debido a las diversas distorsiones microeconómicas y regulatorias introducidas, que impidieron tasas más altas y fomento a la diversificación productiva.

El gobierno tuvo un contratiempo cuando Arce dejó el ministerio por motivos de salud en junio de 2017, quedando sus responsabilidades a cargo del equipo de apoyo, a la cabeza del viceministro de pensiones y servicios financieros, Mario Guillén. Durante el año y medio de ausencia, el manejo de la economía se mantuvo en general en estatus quo.

En enero del presente año, Arce retornó al ministerio. Su regreso era esperado en el gobierno puesto que la situación económica del país se ha deteriorado gradualmente frente a un nuevo entorno de menor dinamismo de la economía mundial y términos de intercambio desfavorables.

De hecho, el déficit fiscal ha estado en torno a 8% del PIB durante los últimos cuatro años, lo cual ha generado un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos promedio de 6%. Dicho déficit se financió con endeudamiento externo y la caída de los activos externos.

El desafío de Arce en este año marcado por las elecciones presidenciales será en lo inmediato restaurar el equilibrio macroeconómico fiscal y externo, mientras que el de mediano plazo es enfocarse en mejorar la productividad y el crecimiento económico en un contexto desfavorable a nivel regional.

La inflación se aceleraría a 3,3% en febrero

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 3,4% en la primera quincena de febrero respecto a las dos primeras semanas de enero.

El capítulo que mostró el mayor avance fue Vivienda y servicios básicos, por la suba de la tarifa eléctrica. A este le siguieron Atención médica y gastos para la salud (por el aumento de prepagas y productos medicinales) Alimentos y bebidas (por un salto en el precio de la carne) y Otros.

La inflación se aceleraría durante febrero respecto a enero y estimamos que podría alcanzar 3,3%.

La dinámica observada en los últimos meses impone un piso inercial alto al avance de los precios en el comienzo de 2019. Por sobre esta base, este mes el aumento de precios Regulados elevó el Nivel General. Dado que en marzo se atenuarán los ajustes de tarifas, la inflación descendería levemente. Ya pasado el primer trimestre, con las actualizaciones de paritarias y un dólar que podría despertarse, la suba de precios pronunciaría su marcha.

Brasil | Avaliando o Novo Governo

A economia não foi o principal motor da vitória eleitoral do presidente Bolsonaro. Em boa medida, a candidatura não construiu um programa econômico minimamente detalhado para acelerar a apresentação da agenda para o novo mandato.

Em diversos sentidos, o bolsonarismo não está preparado para a votação da reforma da Previdência. O novo mandato não foi construído com base no histórico do presidente e do núcleo político em torno da discussão econômica. Em boa medida, o cenário político precisa ser analisado à luz da preparação para a Previdência, tarefa composta basicamente de três momentos: 1) comunicação com o mercado, 2) coordenação no poder Executivo e 3)
relacionamento com o Congresso.

A inexperiência no trato governamental do ministro da Economia é mais um fator que dificulta a construção de uma estratégia clara aos olhos do mercado. Tomemos a discussão da possível reforma trabalhista atrelada ao projeto da Previdência. Naturalmente, a medida vai na direção de reforçar a capacidade de adaptação da economia brasileiras aos ciclos naturais, reduzindo seu
enrijecimento. Reforçar os instrumentos de mercado contribui para  produtividade. A eventual introdução da medida no projeto da Previdência certamente atrapalharia a tramitação da matéria, gerando stress no mercado.

A liderança presidencial é outro fator que justifica a falta de preparo dos governistas para aprovar as reformas econômicas. Antes da realização da cirurgia os sinais de ausência de arbitragem de conflito já estavam presentes. Em boa medida, a tarefa do presidente era mais manter seu eleitorado mobilizado e menos definir as prioridades de governo.

Naturalmente, sob circunstâncias excepcionais (resultado do processo cirúrgico) a falta de coordenação presidencial não é um traço definitivo do atual governo. Assim, nossa avaliação é de que a normalidade do cenário deve trazer notícias positivas para a aprovação das reformas.

A ideia de que a vitória do presidente Bolsonaro expressou o triunfo do liberalismo econômico é equivocada. A ascensão do presidente foi resultado de um processo político combinado com crise de legitimidade dos partidos políticos. A composição do Congresso tampouco sugere bases para um “ultraliberalismo”. Nos últimos dias, o ministro tem sido bastante ativo na comunicação em torno da Previdência. Há que se evitar o risco de excesso de exposição do chefe da pasta econômica aos dilemas da política.

La inercia interrumpió la desaceleración de la inflación

¿Cuál fue la inflación del primer mes del año?

Según el INDEC la inflación nacional alcanzó 2,9% en enero de 2019. Los rubros que mostraron las mayores subas durante el mes fueron Comunicación (+7,4%, por la suba del servicio telefónico), Restaurantes y hoteles (+3,7%, debido al comportamiento estacional por las vacaciones), y Otros bienes y servicios (+3,6%, como resultado del aumento en cigarrillos).

De esta forma, la variación interanual del Nivel General alcanzó 49,3%. Esta elevada cifra responde a los saltos disruptivos del tipo de cambio observados entre abril y septiembre del año pasado. La depreciación del peso impulsó los precios de los transables que, sumados a los aumentos de precios regulados, causaron que la inflación fuera la más elevada desde 1991.

¿Por qué se interrumpió la desaceleración de la inflación?

Luego de la implementación del control de agregados monetarios y la estabilización del dólar, la inflación mensual descendió en el último trimestre de 2018 desde un pico máximo de 6,5% en septiembre hasta 2,6% en diciembre. Sin embargo, la tendencia se revirtió a comienzos de 2019.

Este comportamiento fue resultado de los aumentos de Regulados (+3,4% mensual) -servicio telefónico, agua, transporte público y cigarrillos-, pero también por una nueva aceleración en el IPC Núcleo en enero (+3,0%, +0,3 p.p. respecto al mes previo) pese a que el tipo de cambio se mantuvo estable durante el mes pasado y ante la ausencia de aumentos en electricidad y gas (que tienen un impacto de segunda ronda en esta categoría). Esto refleja la inercia del actual proceso inflacionario en el cual una vez desaparecido el shock inicial -salto cambiario, aumentos tarifarios-, los precios continúan ajustando.

¿Qué pasará en los próximos meses?

Para los próximos tres meses de 2019 están pautadas las mayores subas de precios regulados del año: ajustes en las tarifas de gas y electricidad, en el boleto de transporte público y en el precio de las prepagas, la educación y los combustibles.

Adicionalmente, hacia abril comenzará la temporada alta de las negociaciones paritarias, en las cuales los trabajadores intentarán recomponer el poder adquisitivo perdido el año pasado. Los aumentos salariales que surjan de las mismas también impondrán presiones sobre los costos de las empresas impulsando, en particular, los precios de los servicios privados.

Por último, la estabilidad del dólar será clave para que no haya otra disparada en los precios. La elevada tasa de interés de las LELIQs ancló las expectativas de devaluación, convirtiendo a la estabilidad cambiaria en la herramienta de política monetaria más efectiva. Al calmar el precio de la divisa (tanto su cotización spot como futura), la desaceleración de los precios se dio de forma simultánea al recorte de tasas de interés nominales y reales.

Sin embargo, el calendario electoral podría ejercer nuevas presiones cambiarias producto de una mayor dolarización de carteras a medida que se acerquen las elecciones. En un escenario de mayor volatilidad en el frente externo, el tipo de cambio podría volverse poco sensible a aumentos de la tasa de interés, por lo que la inflación dependerá más de las novedades electorales que de la política monetaria, aunque la venta de dólares (por parte del Tesoro y el BCRA) podría ponerle un techo a la cotización de la divisa.

Perú | 2019, un año decisivo para el presidente Vizcarra

El presidente Martín Vizcarra está próximo a completar su primer año de gobierno. Su situación ha cambiado mucho durante este periodo, pues, cuando juró como presidente de la República, sufría de una absoluta debilidad política: no tenía partido, no tenía bancada en el Congreso (donde la oposición dominaba) y el apoyo popular se evaporaba rápidamente. Al encabezar la lucha contra la corrupción, luego de la puesta en evidencia de una gran red de corrupción en el Sistema de Justicia, le ha valido el apoyo popular.

Así, debido al capital político que ha acumulado al presidente en este primer año de gobierno se le exige la puesta en marcha de importantes reformas que el país necesita: la reforma de justicia, la reforma política y la reforma laboral. Además necesita mejorar la oferta de servicios públicos que hoy es deficiente.

Sin embargo, una evaluación de la situación parece indicar que el espacio para ejecutar estas acciones es relativamente corto.

Las razones principales son, primero, el inicio de la campaña electoral con miras a las Elecciones Generales programadas para abril de 2021, segundo, la impaciencia de la población si no se perciben avances concretos y, por último, el accionar cada vez más osado de aquellos amenazados por las investigaciones anticorrupción, que van a ser muy creativos para generar trabas al accionar del gobierno, buscando desprestigiarlo como medio para detener el avance de la justicia.

Cierre de 2018 y perspectivas para el verano

Los últimos resultados de actividad económica muestran que el PBI de 2018 cerraría alrededor de 3.9%. Esto gracias al fuerte aumento de la inversión pública (16% en el año) y el impulso de la segunda temporada de pesca de anchoveta que dinamizo al sector manufacturero primario.

Para el primer trimestre de 2019 se proyecta un crecimiento alrededor del 3.8% justificado por el buen desempeño de la actividad no primaria (construcción y servicios, fundamentalmente).

Sin embargo, se espera que la inversión pública caiga 12% debido al ingreso de nuevas autoridades en los gobiernos subnacionales. Por el contrario, la inversión privada crecería 6.5% debido a la construcción de grandes proyectos, como Quellaveco en Moquegua.

Los principales riesgos internacionales para la economía peruana este año son la caída del precio del cobre y la desaceleración de China, Estados Unidos y la Unión Europea. En el ámbito nacional tenemos la escalada del Fenómeno de El Niño (por ahora solo se prevé uno de magnitud débil), una fuerte desaceleración de la inversión pública y el aumento del ruido político.

Uruguay | Leve aumento de las exportaciones en 2018

Las exportaciones uruguayas de bienes, incluyendo las realizadas desde zonas francas, totalizaron US$ 9.0881 millones en 2018, lo que implicó un leve aumento de 0,4 % respecto a 2017.

El desempeño del sector exportador se produce en un contexto internacional y regional complejo. Según estimaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el intercambio internacional de mercaderías habría crecido en volúmenes 3,9% en 2018, por debajo del 4,6% del 2017 y menos de lo previsto a comienzos del año. La principal causa de este deterioro son las tensiones comerciales existentes entre Estados Unidos y China. La falta de dinamismo se explica fundamentalmente por el descenso de los volúmenes exportados.

De los principales rubros de exportación la soja y el arroz registraron caídas en sus volúmenes de exportación. En la mayoría de los productos el precio aumentó moderadamente a excepción de la celulosa que presentó un importante incremento y los lácteos y madera que disminuyeron levemente.

Las exportaciones de celulosa, madera, vehículos, productos lácteos, carne bovina y plásticos fueron las de mayor incidencia positiva en el crecimiento de 2018, mientras que las ventas de soja y arroz registraron reducciones que tuvieron las mayores incidencias negativas en el año.

En 2018 por primera vez la celulosa se posiciona como el principal producto exportado del país, superando a la carne y la soja, con ventas que alcanzaron los US$ 1.660 millones, lo que implicó un incremento de 25% respecto a 2017. Este incremento se explicó por un aumento en el precio promedio de exportación de 30%, ya que el volumen exportado disminuyó 5%. Dentro de los principales destinos, se destaca el conjunto de los países de la Unión Europea con una participación de casi 50% sobre el monto exportado, seguido por China y Estados Unidos con 35% y 9% respectivamente.

Las exportaciones de carne bovina alcanzaron US$ 1.629 millones en 2018, registrando un crecimiento de 8% respecto al año anterior. Esto se explicó por un incremento en los volúmenes exportados (7%) y por un leve aumento en el precio (1%). China sigue siendo el principal destino del producto (45%), seguido por la Unión Europa (22%).

Las ventas de productos lácteos alcanzaron US$ 682 millones en 2018, creciendo 16% respecto a 2017. Dentro de este sector, la leche en polvo es ampliamente el producto más exportado con un total de 68% sobre el total de ventas del sector. Por su parte, el mayor crecimiento en el sector lo experimentó la manteca (36%), seguido por la leche 23%.

Las exportaciones de soja totalizaron US$ 526 millones, disminuyendo 56% respecto a 2017 producto de las sequias que implicaron las peores cosecha desde que existen registros.

Las exportaciones de arroz totalizaron US$ 398 millones, lo que implica una reducción 11% respecto a 2017 explicado principalmente, por una disminución de 14% de los volúmenes exportados.

Según destino de las exportaciones China es el principal destino de exportación desde hace seis años y lo fue también en 2018, representando el 26% del total exportado (US$ 2.328 millones), aunque el nivel cayó un 8% respecto del año anterior, asociado a la caída en las exportaciones de soja.

Unión Europea fue el segundo destino de exportación en 2018, con una participación de 18%. El total exportado fue de US$ 1.676 millones, cifra 16% superior a la de 2017, las ventas a este bloque fueron de celulosa, madera y lana.

En tercer lugar Los montos exportados hacia Brasil disminuyeron 6% respecto a 2017 con ventas por US$ 1.132 millones. Entre los productos más vendidos se encuentran los plásticos (15% del total), la malta (13%) y los lácteos (12%). Los productos vendidos fueron plásticos, malta, lácteos y vehículos.

Estados Unidos ocupó el cuarto lugar como destino de las exportaciones uruguayas en 2018. El monto total se ubicó en US$ 609 millones, cifra que representa un incremento de 14% con respecto a 2017.

El quinto lugar lo ocupó Argentina, con ventas de US$ 476 millones en 2018, determinando una caída del 7%.Las autopartes fueron el principal rubro de exportación seguido de productos de plásticos, productos farmacéuticos y vehículos.

La inflación fue de 2,6% en enero

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires varió 2,6% en el primer mes del año. Así, mostró un alza de 49,2% respecto al mismo período de 2018.

Durante enero, la inflación de los precios minoristas volvió a desacelerarse (en diciembre había exhibido una suba de 2,9%). De esta manera, acumula cuatro meses seguidos descendiendo, luego del salto producto de la dinámica cambiaria.

El comportamiento de los precios no fue el mismo para los distintos capítulos que componen el índice. Los rubros que exhibieron mayor incremento en el mes fueron Otros bienes y servicios producto del alza de los artículos de tocador y cuidado personal y cigarrillos, Esparcimiento debido a un comportamiento estacional por el turismo y subas en diarios y entretenimiento, Transporte y comunicaciones como consecuencia del aumento en los boletos del subte, tren y colectivo, y Alimentos y bebidas que se aceleró en la segunda quincena del mes, debido a incrementos en frutas, lácteos y panificados.

Pese a la estabilidad del tipo de cambio, la tendencia desinflacionaria se revertirá el próximo mes, cuando tenga lugar la suba de la tarifa de la electricidad (que impacta en el costo de otros bienes y servicios). Además, los nuevos ajustes en el boleto del Transporte Público y las prepagas sumarán presiones a los precios.