Colombia | Empeoran los pronósticos

Economía

En la versión del World Economic Outlook de abril de 2019, el FMI
disminuyó los pronósticos de crecimiento para Colombia, para el año 2019 de 3,6% a 3,5%, aumentó el pronóstico de la tasa de desempleo de 9,1% a 9,7% y aumentó el pronóstico del déficit en cuenta corriente de 2,4% a 3,9%. Lo anterior muestra que los pronósticos de la economía colombiana para este año se han venido reduciendo y van en la línea con los pronósticos realizados por Econometría Consultores. Pronosticamos que, para el 2019, el crecimiento económico será de 3,2%, la tasa de desempleo tendrá un valor promedio alrededor del 10,7%, y el déficit en cuenta corriente será de -3,5%. Este mes se actualizó el pronóstico de inflación 3,6% a 3,4% debido a la revaluación de la moneda colombiana en lo corrido del año, jalonada por el aumento del precio del petróleo durante lo corrido del año, dificultando la dinámica exportadora.

Política

En el marco monetario, el Banco de la República ha mantenido constante la tasa de intervención puesto que la inflación está cerca del rango meta y los últimos indicadores de crecimiento económico y de tasa de desempleo no muestran señales de sobrecalentamiento de la economía. Por otra parte, se aprobó el Plan de Desarrollo Nacional, el cual tiene una apuesta importante por aumentar el emprendimiento, la formalización de la economía y la productividad. En dicho plan se supone un precio del precio del petróleo alrededor de los 70 dólares por barril para el periodo de 2020-2022 y de 65 dólares por barril para el presente año, valor que al día de hoy ya es una realidad. Sin embargo, teniendo en cuenta la dependencia del gasto público de los ingresos petroleros, no se encuentra en este Plan de Desarrollo una acción decidida para diversificar el riesgo y reducir los efectos de dicha dependencia, que se derivan de la volatilidad de los precios del crudo

Costa Rica | La economía costarricense respira estabilidad

Economía

La economía costarricense respira un nuevo aire de estabilidad. La inflación está controlada. En marzo, la variación interanual del IPC fue de 1,42%, ubicándose por tercer mes consecutivo por debajo del rango meta. La expansión del crédito y el gasto público es moderada; y por tanto, la demanda agregada no presiona los precios y no habrá malas noticias en los próximos 12 meses. Sin embargo, según el último informe del Banco Central, “la brecha del producto tendió a ubicarse en torno a cero en el último trimestre del 2018”, lo cual significa que no habrá mucho espacio para una política monetaria expansiva. El tipo de cambio entró en una nueva fase de estabilidad. Tras alcanzar un máximo de ¢628 por $1, provocado por la incertidumbre fiscal del último trimestre del año pasado, actualmente se ubica alrededor de ¢600 y las reservas netas prácticamente se recuperaron. Sin embargo, la economía se ha desacelerado, el desempleo se ubica en 12% y el FMI, estima un crecimiento de 2,9% para el 2019, contradiciendo el 3,2% proyectado por el Banco Central.

Política

El 2018 tuvo dos episodios de tensión política que polarizaron a la población. Las elecciones presidenciales, que tuvieron en segunda ronda al oficialismo impopular frente un pastor evangélico, ocasionaron incertidumbre para la economía. Posteriormente, entre septiembre y diciembre se vivió una huelga de 90 días en el sector público como manifestación contra la Reforma Fiscal impulsada por el Gobierno. En mayo, Carlos Alvarado, que cuenta con una marcada minoría en el Congreso, concluye su primer año de gobierno; caracterizado por la aprobación de la reforma fiscal, que afecta tanto ingresos como gastos. Dicha reforma le ha costado una permanente impopularidad, superior al 50%, en este primer año. Adicionalmente, en mayo, también cambiará el directorio del Congreso y no se espera que el oficialismo obtenga participación en dicho directorio. Por lo que la aprobación de más reformas estructurales necesarias (como empleo público y sistema de educación dual), resulta particularmente complicado debido a la fatiga electoral.

La inflación se desaceleró a 3,7% en abril

En abril la inflación fue de 3,7%, según el IPC GBA Ecolatina. De esta forma, el ritmo de aumentos se desaceleró medio punto porcentual respecto al mes previo (había sido de 4,2% en marzo). Así, los precios acumularon un 14,9% de aumento en los primeros 4 meses del año y crecieron 55,2% respecto a abril de 2018.

Los capítulos del índice que más crecieron en el mes fueron Indumentaria (+8,9%), por la suba estacional de la ropa en el cambio de temporada, Transporte y comunicaciones (+5,7%), por el aumento en el servicio telefónico, el transporte público y las naftas, y Esparcimiento (+4,2%), por el alza en el precio de diarios, libros, cines y transporte por turismo. Por su parte, los Alimentos y bebidas moderaron sus aumentos y crecieron 3,3%. Por último, Vivienda y servicios básicos (1,4%) fue el rubro que menos subió, gracias al retroceso de los alquileres.

Mayo será el último mes con fuertes subas de Regulados, por lo que la inflación podría descender en los siguientes meses. De cualquier forma, este proceso dependerá de la efectividad del nuevo régimen cambiario para mantener la calma del dólar, ya que saltos cambiarios podrían generar nuevos brotes inflacionarios y es muy probable que pequeñas subas de la divisa sean rápidamente trasladadas a los precios minoristas en un contexto de volatilidad creciente. Considerando que los aumentos de Regulados acumularán menos de 10% en los últimos 7 meses de 2019 y suponiendo que el dólar permanecerá relativamente estable, dos grandes motores de la inflación estarían contenidos. En este marco optimista, en el cual el plan del Gobierno es exitoso, la suba de precios podría descender en la segunda parte de 2019.

Chile | Por presiones externas, empeoran las proyecciones

Economía

El escenario externo registra un deterioro, lo que en parte se transmite negativamente hacia la economía chilena, pequeña y muy abierta al comercio internacional. Las expectativas de crecimiento para el presente año y el próximo han sido revisadas a la baja, tanto por parte de las autoridades económicas como por el mercado. Ligado a ello, la economía mantiene brechas de capacidad ociosa, lo que contribuye a contener las presiones inflacionarias. Esto se da con particular intensidad en el mercado laboral, donde la fuerte corriente migratoria de los últimos años, ha provocado un importante crecimiento en la fuerza de trabajo, generando holguras que contienen las presiones salariales. El Banco Central adelantó recientemente que pondrá una pausa de al menos 6 meses en su proceso de normalización de la Tasa de Política Monetaria, la que se mantiene en niveles expansivos. El tipo de cambio ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos días, en parte siguiendo la tendencia global de depreciación del dólar, y en parte por la favorable evolución que registra el precio del cobre.

Política

El Gobierno de Sebastián Piñera ha bajado sus niveles de apoyo, en un escenario de deterioro en las expectativas económicas de los hogares y de cierto estancamiento en el avance de las propuestas legislativas. Esto ultimo se explica a partir de un manejo político algo deficitario por parte del Gobierno, y de una actitud bastante obstruccionista de la oposición. El proyecto de reforma tributaria superó con muchas dificultades un primer tramite legislativo, quedando la impresión que, de aprobarse, será a costa de importantes concesiones que le restarán consistencia y profundidad a los objetivos perseguidos por el proyecto original. Con todo, se comienzan a estrechar los márgenes de tiempo para avanzar en varios proyectos de ley que, de no aprobarse en el transcurso del presente año, verán complicada su probabilidad de aprobación a partir del próximo, período que estará marcado por la campaña electoral asociada a las elecciones municipales.

Bolivia | Las reservas internacionales netas cayeron 11% en el primer trimestre

Economía. Como una señal más del enfriamiento del consumo, el IPC no experimentó variación en marzo, de tal forma que la inflación acumulada también fue nula y la punta a punta con una variación de 1,1%. A este guarismo también contribuyó la inamovilidad del tipo de cambio como también la depreciación de las monedas de los vecinos comerciales. Pese a la baja inflación, la moneda boliviana se apreció 7% en los últimos doce meses, reduciendo aún más la competitividad cambiaria. Este escenario es consistente con la caída del valor de las exportaciones de 5% en el primer bimestre que, junto al continuo aumento de las importaciones de 10%, implicaron un déficit comercial de 0,8% del PIB en los dos primeros meses del año. Coherente con el anterior escenario, las reservas internacionales netas cayeron 11% en el primer tercio del año, quedando en un nivel de 18% del PIB, muy por debajo del 50% alcanzado en 2014 al final del auge. Finalmente, el FMI ratificó su visión de desaceleración gradual en los cinco años siguientes, modificando levemente a la baja la perspectiva para 2019 desde 4,2% a 4%.

Política. El ambiente electoral con miras a las elecciones presidenciales de octubre sigue marcando la agenda. En el caso del gobierno, el empeño por llegar a acuerdos con socios internacionales para proyectos estatales se tradujo en la visita a Bolivia del presidente de la India, como de la visita del presidente de Bolivia a Dubái y Turquía. En su empeño por promover más actividad estatal, también se generó polémica por el inicio de exploración petrolera en la reserva protegida de Tariquía en Tarija. En cuanto a la oposición, la contienda electoral se ha centrado entre los dos aspirantes con mayores chances (Carlos Mesa y Óscar Ortiz). En un ámbito más general, destacaron el inicio de operaciones de comercio exterior con contenedores por la hidrovía Paraná Paraguay como estrategia de salida al Atlántico y el inicio de la discusión sobre el aumento salarial entre el gobierno y la principal agrupación sindical boliviana, que apunta a un incremento salarial de 12%.

Brasil | Os agentes econômicos seguem pessimistas com a recuperação da economia brasileira

Economia: A atividade econômica segue bastante moderada, reforçando os resultados pouco expressivos do ano até aqui. A aceleração da atividade é limitada, sobretudo, pela indústria, mas ganha contornos mais claros ao se observar o ritmo suave de reação do setor de serviços e do mercado de trabalho. Há um viés de baixa para a taxa de crescimento de 2% desenhada pela Tendências.

A taxa de inflação mais pressionada em março pode ser explicada, em grande medida, pela dinâmica de curto prazo dos preços de alimentos e dos preços de combustíveis. A expectativa é de que tais pressões de curto prazo se dissipem ao longo do ano. Os dados de inflação, na verdade, sugerem um possível afrouxamento da política monetária. Esse viés, contudo, é limitado pelo cenário político. O problema política afetou a taxa de câmbio dificultando a apreciação da moeda brasileira.

Os agentes econômicos seguem mais pessimistas com a recuperação da economia brasileira. Os índices de confiança registram quedas consecutivas e as projeções para o crescimento econômico continuamente são reduzidas.

Política: A avaliação dos primeiros cem dias da administração Bolsonaro confirma um quadro marcado por fragilidade da base política para implementar a agenda econômica desenhada pelo governo. Assim, a viabilização do cenário básico para a economia brasileira deve depender de choques na “política tradicional” e dos mercados, evitando que a ausência de coalizão partidária resulte na falta de governabilidade. A opção por um governo de minoria resulta na ausência de compromisso de longo prazo dos partidos com o governo. Assim, independentemente do discurso público, não há compromisso dos partidos em votarem o conteúdo do projeto desejado pelo governo.

O presidente não deseja emprestar seu capital político para aprovar a reforma da Previdência. Não por um acaso, as pesquisas apontam para redução da popularidade presidencial. A instabilidade política deve persistir nos próximos meses.

Las canastas básicas treparon más de 60% en los últimos doce meses

¿Qué pasó con el precio de las canastas básicas en marzo?

Durante el tercer mes del año, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que define la línea de indigencia, aumentó 4,7%. Mientras tanto, la Canasta Básica Total (CBT), que marca el umbral de la pobreza, subió 4,3%. De esta forma, acumulan un crecimiento de 64,2% i.a. y 60,9% i.a. en los últimos doce meses, sensiblemente por encima de la inflación general (54,7% i.a.).

El crecimiento de ambas canastas está muy vinculado a la variación de precios de los Alimentos y bebidas. Este rubro es un componente fundamental en el consumo de los sectores de menores recursos y su precio viene creciendo sistemáticamente por encima del Nivel General de precios. Como los bienes alimenticios son, en buena medida, transables (se comercian internacionalmente con frecuencia), los saltos cambiarios los afectan más que a otros productos. Así, treparon 64,0% i.a. desde marzo de 2018, casi 10 p.p. por encima del Nivel General de precios. De esta forma, el proceso inflacionario actual perjudica en mayor medida a las familias más vulnerables.

¿Aliviarán la situación social las recientes medidas económicas?

En la última semana se anunciaron una serie de medidas que pretenden aliviar la situación económica crítica. Entre ellas, se destaca el abaratamiento de algunos precios de productos denominados esenciales, que comprenden mayoritariamente alimentos básicos. Sin embargo, por lo acotado de la política (abarca sólo 64 productos y no está garantizada su disponibilidad en todos los puntos de venta), no estimamos que pueda tener un impacto significativo sobre el consumo de estos sectores. En simultáneo, se anunció un congelamiento de tarifas. No obstante, este no incluye los aumentos pautados previamente de agua y gas, ni tampoco el transporte de jurisdicción provincial y municipal. Por lo tanto, en la práctica sólo se eliminarán dos aumentos de la tarifa eléctrica, que ya aumentó fuertemente en los primeros meses del año. En este sentido, tampoco habrá un alivio por el lado de los precios regulados.

Donde sí podría darse una mejoría es por el lado de las prestaciones sociales: el anuncio de adelantar todos los aumentos anuales a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y otros planes (trepando 46% en marzo), daría mayor disponibilidad de recursos a las familias en condición de pobreza. De esta forma, el aumento del gasto social sería un paliativo mucho más efectivo que los controles de precios para el desplome del ‘humor social’.

¿Cómo evolucionarán los indicadores de pobreza e indigencia en el futuro?

En el 2018 se observó un fuerte salto de la pobreza y la indigencia a nivel nacional. El primero de estos indicadores pasó de 27,2% a 29,7% y el segundo de 5,5% a 5,8%. En la medida en que el mercado laboral no se recupere (todavía no hay datos que indiquen que los salarios reales y el empleo hayan dejado de caer), este deterioro social no se revertirá en este año. De esta forma, el descenso de la pobreza muy probablemente quede postergado para el próximo mandato presidencial.

En el primer trimestre, se sobrecumplió la meta de resultado primario

¿Cómo fueron los números fiscales hasta marzo?

En el tercer mes del año, los gastos primarios superaron a los ingresos fiscales en ARS 13.000 millones. De esta manera, el balance primario acumuló un superávit de ARS 10.300 millones en los primeros tres meses de 2019. Así, se cumplió con creces el objetivo fijado en el acuerdo con el FMI para este período (ARS -2.300 millones, luego de aplicar los ajustadores ejecutados). Este saldo positivo representa apenas 0,1% del PBI, pero significa un avance respecto al -0,3% que exhibía el año pasado (incluyendo los Programas de Inversión Prioritaria).

Al comparar este inicio de año con el mismo período del año pasado, se advierte que los recursos tributarios y los ingresos totales cayeron 9% y 8% i.a. en términos reales, respectivamente. Así, la reversión del déficit fue posible por un ajuste del 13% i.a. en las erogaciones primarias. El rubro en el que se dio el mayor recorte fue en gastos de funcionamiento –principalmente salarios-, que cayó 17% i.a. Las prestaciones sociales también se redujeron (15% i.a. deflactadas) por el rezago en su actualización y la aceleración inflacionaria. Mientras tanto, los subsidios económicos crecieron 23% i.a. y las transferencias a provincias 10% i.a., ambas en términos reales.
En cuanto al pago de intereses, estos siguen trepando y ganando peso en el presupuesto público. En el primer trimestre, acumularon más de ARS 125.000 millones, haciendo que el resultado financiero continúe en rojo. De esta forma, el déficit total del Estado Nacional alcanzó 0,6% del PBI en lo que va del 2019, habiéndose reducido apenas 0,1 p.p. con respecto al año pasado.

¿Cómo afectan a las cuentas públicas las medidas anunciadas la semana pasada?

El pasado miércoles 17 de abril, Mauricio Macri presentó una serie de medidas económicas para mejorar la actividad y disminuir la inflación. El anuncio no implicó un cambio de régimen macroeconómico, sino una serie de paliativos a los aumentos en el precio de los alimentos y servicios públicos y en el costo del financiamiento. Cabe preguntarse, en este sentido, cuál será el impacto fiscal de esta expansión, considerando la centralidad de las metas sobre el resultado primario.

En primer lugar, el congelamiento de precios ‘esenciales’ se alcanzó mediante un acuerdo con empresas líderes de cada sector. Por esto, a priori, no implicará un costo para el Gobierno. En el mismo sentido, la fijación de tarifas no incluirá los dos aumentos pautados para el gas ni el previsto para el agua. Tampoco alcanza al transporte público de la órbita provincial o municipal. Por lo tanto, sólo se anulan los dos aumentos restantes para la tarifa de la electricidad residencial (luego de un salto de 44% en los primeros meses del año), de forma que el costo fiscal será acotado en este sentido. Respecto a los créditos a tasa subsidiada, los mismos involucrarán dinero de ANSES, pero no se computarán como gasto primario, por lo que no se observará su incidencia en las cuentas públicas que monitorea el Fondo. Por último, se anunciaron facilidades para PyMEs con deudas tributarias, eliminación de derechos de exportación para aquellas que incrementen sus ventas al exterior y reducción del plazo en que los comercios reciben dinero de los pagos por tarjeta. Con estas resoluciones se busca poder mejorar los problemas en la cadena de pagos y recaudar de empresas en mora, por lo que su resultado sobre los ingresos de AFIP no será necesariamente negativo, al ampliar las actividades gravadas.

En definitiva, el Gobierno pareciera estar buscando políticas expansivas sin costo fiscal (aquellas que le permiten las ambiciosas metas sobre el resultado primario). Esto podría incluso mejorar la recaudación si dinamizara la actividad económica. De cualquier forma, por lo limitado de los anuncios, esperamos que el impulso a la economía sea muy moderado. Por esto, las medidas no agrandarán el déficit, pero tampoco traccionarán la recaudación impositiva.

¿Significa esto que se alcanzará la meta de equilibrio primario?

A pesar de los buenos resultados fiscales, que incluso superaron las expectativas, la actividad económica y el mercado laboral siguen sin reaccionar de la forma en que el Gobierno esperaba. En lo que hace a los números del presupuesto público, esto significa que la recaudación todavía no se alineó con lo esperado, dificultando el cumplimiento de las metas sobre el resultado primario. De esta forma, esperamos que el equilibrio pautado no se alcance. Sin embargo, proyectamos que el déficit quedará contenido en los ajustadores previstos en el stand by (que fueron ampliados recientemente a ARS 99.000 millones, o 0,5% del PBI). De esta forma, se obtendrán los desembolsos del préstamo según lo acordado.

La inflación se aceleró a 4,7% en marzo

¿Cuál fue la inflación en marzo?

En el tercer mes del año, la variación de precios alcanzó 4,7%, de acuerdo al IPC Nacional relevado por el INDEC. Este avance fue impulsado principalmente por la suba de dos rubros estacionales: la educación –que trepó 17,9%, debido al inicio del ciclo lectivo anual- y la indumentaria –que subió 6,6% producto del cambio de temporada-. Además, los alimentos y bebidas (+6,0%) volvieron a crecer por encima del Nivel General de precios, impulsados por una suba del pollo, los lácteos y el pan.

De esta forma, la inflación acumuló 11,8% en el primer trimestre del año y 54,7% en los últimos 12 meses. En particular, Transporte y Alimentos y bebidas no alcohólicas (67,5% i.a. y 64,0% i.a.) son los rubros que más subieron, mientras que Bebidas alcohólicas y tabaco y Educación (34,9% i.a. y 36,5% i.a.) permanecieron rezagados.

¿Qué pasó con los precios relativos en el último año?

En 2018, el principal motor inflacionario fue el dólar. Esta dinámica provoca que los precios de los productos transables, es decir, de aquellos que se pueden exportar e importar, suban más que lo de los no transables. En este sentido, los bienes treparon casi 60% en los últimos doce meses a la par que los servicios privados escalaron poco menos de 45% i.a. Por su parte, los Servicios Públicos tuvieron un comportamiento diferente: al tener una estructura de costos dolarizada, más la ambiciosa meta pautada con el FMI de equilibrio primario para este año (que implica un mayor recorte de subsidios), su avance fue similar al de los bienes (58% i.a.).

Teniendo en cuenta que los sectores de menores ingresos destinan una mayor proporción de sus recursos a consumir bienes (alimenticios, entre otros) y a pagar las tarifas de Servicios Públicos, este cambio de precios relativos los afecta en una mayor medida que a los sectores medios y altos, quienes destinan una mayor proporción de sus ingresos a servicios privados. En consecuencia, durante 2018 y el comienzo de 2019 se acentuó el componente regresivo del proceso inflacionario.

¿Cómo evolucionará la inflación en los próximos meses?

La suba de tarifas (de transporte y electricidad) puso presión sobre los precios entre enero y marzo. Adicionalmente, saltos en el precio de algunos alimentos por problemas de oferta (carnes y lácteos) se sumaron a la inercia y la corrección tarifaria para configurar un primer el primer trimestre con elevados aumentos. Sin embargo, en abril y mayo los ajustes en los precios Regulados serán menores. Más aun, desde junio en adelante los precios entrarán en modo electoral: no habrá nuevas subas de tarifas, pero podría haber dinámicas cambiarias disruptivas que generen nuevos impulsos inflacionarios. Esto podría darse en caso de que la incertidumbre política lleve a una dolarización de activos y ahorros, a la vez que se retraiga la oferta de divisas. Así, el aumento de precios en el segundo semestre quedará determinado por la evolución del tipo de cambio. En este contexto, esperamos que la inflación anual termine 2019 alrededor de 39%.

La inflación sería de 3,7% en abril

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un aumento de 3,7% entre la primera mitad de marzo y las dos primeras semanas de abril.

El capítulo que mostró el mayor avance fue Indumentaria, debido al comportamiento estacional que motiva el cambio de temporada. A este le siguieron Transporte y comunicaciones (por el aumento del transporte público, la nafta y el servicio telefónico) y Esparcimiento.

Esperamos que la inflación permanezca estable en la segunda mitad del mes y se ubique en 3,7% para abril. Dado que los alimentos (en particular la carne) volvieron a crecer al ritmo del Nivel General, en lugar de liderar los incrementos, se observará una desaceleración en la inflación núcleo. Más allá de esta dinámica positiva, aumentos estacionales y la suba pautada para la tarifa del gas y el transporte público impedirán que la desaceleración sea mayor. Teniendo en cuenta que el cronograma de aumentos de Regulados no posee grandes subas luego de mayo, la calma o inestabilidad cambiaria será lo que determine el ritmo de los precios en los próximos meses.