En mayo se destruyeron casi 17.000 empleos formales

¿Qué pasó?

Si bien en el primer cuatrimestre del año el mercado laboral registrado ya había frenado su expansión mensual, el mismo registró un crecimiento interanual de casi 1,9% por el arrastre positivo de 2017. Ya en mayo el mercado de trabajo comenzó a sentir los efectos del cambio macroeconómico: cayo 0,1% en términos desestacionalizados. Esto implica una destrucción de casi 17 mil empleos formales en el mes, la mayor cantidad observada desde enero de 2016.

Asimismo, la variación interanual creció pero a un menor ritmo (+1,2% i.a., apenas por encima del crecimiento poblacional), sumando alrededor de 150 mil trabajadores formales en relación a mayo del año pasado
Vale destacar que solamente un tercio de dichos empleos corresponde a un puesto asalariado en el sector privado, la categoría más asociada a un empleo de calidad.

¿Qué significa?

Este dato muestra que se destruyeron casi 31 mil puestos de trabajo formal en los primeros cinco meses del 2018. Más aún, a excepción de los 3 mil asalariados de casas particulares que se sumaron en los primeros cinco meses del año a la formalidad, la contracción fue generalizada ya que se perdieron: 23 mil empleos cuentapropistas, más de 6 mil asalariados privados y más de 4 mil asalariados públicos.

Como se mencionó, la dinámica del empleo ya se había frenado durante el primer cuatrimestre y junto con el salto cambiario se observó el primer dato generalizado de destrucción de puestros de trabajo registrados. La elevada incertidumbre de los últimos meses, sumado al acuerdo con el FMI, dificulta la creación de empleo de calidad en la economía. En este sentido, cabe destacar lo que sucedió con la construcción, que afectada por el freno en la obra pública y tras casi dos años de crecimiento continuo, mostró una importante caída en mayo (-0,4% en términos desestacionalizado). Ante la necesidad de cumplir las metas fiscales reduciendo el gasto en obra pública y el freno del mercado inmobiliario tras la devaluación, difícilmente el sector vuelva a crear empleo en el corto plazo.

¿Qué esperamos para los próximos meses?

A pesar de la contracción el nivel de empleo formal, no estimamos que el efecto de la depreciación del Peso en el mercado de trabajo registrado sea tan abrupto como en el nivel de actividad. En este sentido, la Encuesta de Indicadores Laborales (elaborada por el Ministerio de Trabajo a empresas de más de 10 trabajadores y de 12 aglomerados urbanos) muestra que en junio de 2018 la tasa de salida (despidos de trabajadores) fue la menor desde 2003, lo que implica que la cantidad de despidos es baja y/o que nadie logra cambiar de trabajo. Asimismo, la tasa de entrada (contrataciones) también se ubica en mínimos históricos, lo que refleja que las firmas no están activamente incorporando trabajadores. En definitiva, la tasa de entrada y de salida en niveles mínimos indica cautela o incertidumbre por parte de las empresas a la hora de tomar decisiones sobre la planta personal.

Con la inflación arriba de 29% el FMI podría discutir la política monetaria

Según el INDEC, el IPC Nacional trepó 3,7% en junio de 2018 y marcó una importante aceleración respecto del dato de mayo de 2018(+2,1%). Con estos números, acumula un alza de 16,0% en lo que va del año (muy por encima del 11,8% registrado en igual período de 2017). Además, la suba de precios de los últimos doce meses escaló a 29,5% en junio, lo que implica el mayor registro desde marzo 2017 (32%, según la metodología utilizada por el Banco Central ya que no hay datos interanuales del INDEC para entonces).

Con este acumulado interanual, el staff del FMI ya está habilitado a discutir la respuesta de política con el Banco Central: la suba de precios no debía superar 29% en el acumulado de los últimos doce meses para evitar esta situación. Si bien todavía no hay precisiones al respecto, esta dinámica podría endurecer aún más a la política monetaria (alza de la tasa de interés), lo que golpearía adicionalmente a la actividad y estiraría los problemas ya vigentes en el normal cumplimiento de la cadena de pagos.

La inflación de junio estuvo dinamizada por el IPC Núcleo que creció 4,1% en el mes. De este modo, también acumula un avance de 16,0% en lo que va del año y de 26,9% en los últimos doce meses. Por su parte, los precios Estacionales crecieron 3,4% (+18,8% acumulado) en el mes y los Regulados hicieron lo propio en 2,9% (+10,8% acumulado). Dado que el salto del dólar de mayo y junio fue el principal motor inflacionario del mes pasado, esta dinámica era previsible.

La depreciación del peso también se sintió a nivel rubros. Por caso, el alza de los bienes (+4,3%) superó ampliamente a la de servicios (+2,3%), algo que no se corresponde con la suba acumulada en el primer semestre del 2018 (15,7% vs. 16,8%, respectivamente, ya que aquí el atraso cambiario continúa pesando). Por lo tanto, sería esperable que en los próximos meses los bienes continuasen descontándole terreno a los servicios.

Por otro lado, uno de los capítulos que dinamizó al Nivel General fue Alimentos y Bebidas no Alcohólicas. Su avance de 5,2% en el mes estuvo impulsado por harinas, pan, aceites e infusiones. Dado el efecto directo de este tipo de productos sobre los sectores más vulnerables, su comportamiento señala que la reducción de la pobreza registrada en la segunda parte de 2017 no se repetirá en la primera parte de 2018.

Si bien julio viene siendo más calmo en materia cambiaria, estimamos que el traslado a precios de la devaluación continuará sintiéndose durante este mes, máxime considerando los ajustes ya realizados en combustibles. Además, la inflación también estará motorizada por factores estacionales (vacaciones de invierno en julio). Por ende, según nuestras proyecciones, la suba de precios rondaría el 2,5-3% en el séptimo mes del año (si no se registran nuevos saltos cambiarios). De este modo, alcanzaremos seis meses consecutivos (febrero-julio) con una inflación mensual superior al 2%, algo que no sucedía desde la primera mitad del 2018.

Si la inflación cerrase julio en 2,5% mensual (un panorama optimista), la suba de precios debería promediar 2,1% mensual en lo que resta de 2018 para no tener que acudir a la Junta Ejecutiva del FMI (lo que pasaría en caso de que el acumulado anual superase el 32%). Esta dinámica implicaría una desaceleración de 0,4 p.p. respecto a la media del primer semestre. Si bien este objetivo no es imposible de alcanzar, cualquier nuevo movimiento abrupto del tipo de cambio o un alza pronunciada en las tarifas de Servicios Públicos, pondría en jaque al Acuerdo.

Con todo este panorama, estimamos que la inflación interanual cerrará 2018 en torno del 31,5%. Por lo tanto, si bien se superará el objetivo intermedio pautado en el préstamo stand by con el FMI (27%), su cota máxima no se alcanzaría –aunque por pocas décimas- (32%). Más allá de este fin de año “auspicioso” en materia inflacionaria, proyectamos que en 2019 efectivamente el Gobierno deberá acudir a la Junta Ejecutiva del organismo multilateral, ya que la inflación de ese año probablemente exceda al límite del 21%.

Leve desaceleración del IPC GBA Ecolatina en la primera quincena de julio

El IPC Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 2,9%, entre la primera quincena de julio y el mismo período de junio.

Esta dinámica continúa reflejando el efecto de la devaluación en los precios. Tras el salto de junio (+3,5% mensual), el crecimiento del nivel de precios muestra una desaceleración en julio, pero cerrará el mes con una inflación aún elevada. Adicionalmente, el aumento en combustibles que tuvo lugar en los primeros días del mes no aporta calma al proceso inflacionario.

En este sentido, vale decir que el deteriorado contexto del consumo masivo, y de la demanda en general, reduce los incentivos a trasladar a precios los mayores costos producto de la depreciación evitando que el traslado a precios sea mayor.

 

La inflación alcanzará al menos 30% en 2018

  • El IPC GBA Ecolatina acumuló un alza de 16% en la primera mitad de 2018. La suba de precios regulados explicó la aceleración de la inflación en el primer trimestre (+6,9%), y el salto cambiario la fuerte suba del segundo trimestre (+8,5%).
  • Las presiones inflacionarias seguirá latentes en la segunda mitad del año: todavía no se registró todo el traslado a precios de la reciente depreciación cambiaria.
  • Asimismo, más temprano que tarde, tendrá lugar un reacomodamiento de precios relativos: la reapertura de paritarias y los reclamos de las empresas del sector energético por recomponer la suba de costos producidas por el salto del dólar, dan cuenta de que las tensiones inflacionarias persistirán incluso si perdura la tregua cambiaria.
  • Si no se materializan nuevos saltos del dólar en lo que resta del año, la inflación rondaría 13% en el segundo semestre. Como resultado, acumularía 30% a diciembre de 2018, por encima del centro de la meta (27%) acordada con el FMI y apenas por debajo de la cota máxima (32%).
  • De esta forma, la inflación promediará 32% anual en los primeros tres años de Cambiemos, superando en más de 5 p.p. la media anual del período 2008-2015. Cabe destacar que la administración Macri ha corregido buena parte del atraso cambiario y tarifario acumulado durante esos ocho años.
  • La meta de inflación acordada con el FMI para 2019 es 17%. Asimismo, para no tener que enfrentar a la Junta Ejecutiva del Fondo la suba de precios debería ser inferior a la cota máxima (21%).
  • La ambiciosa meta de reducción del déficit primario Nacional en 2019 impulsará nuevos ajustes tarifarios. Asimismo, la necesidad electoral de recomponer la caída del salario real sufrida este año, impulsará al alza el costo laboral. Por ende, es probable que el año que viene la inflación supere la cota máxima acordado con el FMI (21%).

El IPC GBA Ecolatina creció 3,5% en junio

El Índice de Precios al Consumidor Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires creció 3,5% en el mes de junio. De esta manera, acumuló una suba de 16% en el primer semestre del año y de 29,9% respecto a igual periodo del año anterior.

El principal factor que explica la aceleración es el salto del dólar, el cual impactó en mayor medida en el IPC Núcleo, que trepó 4,5% en junio. Esto se sumó a la tercera etapa de los aumentos en el boleto de colectivo y tren y a la nueva suba de las prepagas.

El elevado registro del IPC Núcleo pone de manifiesto la existencia de una importante inercia inflacionaria que generará nuevos aumentos en el segundo semestre del 2018.

 

La creación de empleo formal ya se había frenado antes de la corrida cambiaria

¿Qué pasó?

En abril la cantidad de trabajadores registrados creció 1,7% i.a., por lo que se incorporaron 207 mil trabajadores al mercado laboral formal en los últimos doce meses. Hay que destacar que 7 de cada 10 trabajadores que se incorporaron al empleo formal lo hicieron en el sector privado, lo que fue dinamizado por el incremento de los Asalariados Privados y de los Monotributistas.

Sin embargo, en términos desestacionalizados el empleo formal mostró un estancamiento en lo que va del año (-0,03%), de lo que se desprende que no hubo creación neta de trabajo registrado en el primer cuatrimestre del 2018. Vale destacar que esto no sucedía desde los primeros cuatro meses del 2016. Además, la generación de trabajo formal es marginal en el caso de los Asalariados Privados (+0,1%), categoría vinculada al empleo de mayor calidad

¿Qué significa?

Esto demuestra que antes de la escalada del dólar, la creación de empleo formal ya se había frenado. Dentro de los Asalariados Privados, a pesar de que el sector industrial expulsó más de 10.000 empleados formales en los primeros cuatro meses del año, se observa una creación neta de 7.400 puestos de trabajo registrados, gracias a la expansión del personal en la Construcción, el Comercio y los Servicios Educativos y de Salud.

Cabe mencionar que en mayo el Comercio habría desplazado a la Industria (lo sabremos el próximo mes) como el principal empleador formal del país, cerrando una brecha que comenzó a reducirse por mediados de 2013 pero se aceleró bajo el mandato de Cambiemos.

¿Cómo impacta en nuestras proyecciones?

Pese a que en términos interanuales la creación de empleo formal mostró una expansión en los primeros meses del año, esta se estancó en términos desestacionalizados. Es probable que en lo que queda del año haya destrucción de puestos de trabajo formales por del impacto negativo de la corrida cambiaria sobre la economía (incertidumbre, aceleración de la inflación, recesión, tasas de interés récord, etc.), por lo que esperamos que el empleo registrado crezca sólo 0,5% en promedio durante el año ( y gracias al arrastre positivo de fines 2017). Por ende, salvo que el empleo informal aumente singificativamente, el desempleo tendería a crecer este año.

Pese a la caída en la Tasa de Desempleo, hay más desocupados

¿Qué pasó?

El INDEC publicó la información referida al Mercado de Trabajo del 1° Trimestre de 2018. A modo de resumen, en el siguiente cuadro se reúnen los principales indicadores sobre la población de referencia (31 aglomerados urbanos).

 

 

 

 

Se debe destacar que a pesar de la caída de 0,1 p.p. en la tasa de desempleo en relación al 1° Trimestre de 2017, hay 34.000 (+3% i.a.) personas desempleadas más respecto de los primeros tres meses del año pasado. Esto se debe a que la tasa de actividad (+1,2 p.p. respecto al 1° Trimestre de 2017) creció por encima de la tasa de empleo (+1,1 p.p.  respecto al  1° Trimestre de 2017). En otras palabras, la masa de desocupados se incrementó porque no todas las personas que se incorporaron al mercado laboral consiguieron un empleo.

Adicionalmente, el informe arroja que en la población de referencia, el crecimiento de los asalariados en blanco fue marginal (+89.000 trabajadores, lo que representa una suba de 0,4% i.a.), a la vez que hay 195.000 nuevos empleados en negro (+7% i.a.)

¿Qué significa?

Al traducir la información en cantidad de personas, se observa un crecimiento de la Población Económicamente Activa (PEA) de 3,6%, más que triplicando el aumento de la población de referencia (+1,05%). La inclusión de esta gran cantidad de personas al mercado laboral puede explicarse por el deterioro de los ingresos reales de las familias que tuvo lugar a lo largo del primer trimestre del año, que motivó a que nuevos miembros de los hogares afectados salgan en búsqueda de un nuevo empleo para apuntalar los ingresos familiares. Como también se observa un importante crecimiento en la cantidad de personas ocupadas (+3,7 i.a.), se puede decir que los “recién llegados” al mercado laboral no tuvieron mayores dificultades para conseguir un empleo, aunque en este punto la clave está en observar el abrupto salto del empleo en negro (+7% i.a.), por lo que gran parte de los nuevos ocupados se han insertado en empleos de baja calidad.

¿Cómo afecta nuevas proyecciones?

Con este dato, nuestra proyección de la Tasa de Desempleo promedio para el año se ratifica (8,8% de la PEA) ya que estimamos una profundización del deterioro del salario real para lo que queda del año, y en consecuencia, una dinámica similar (crecimiento de la Población Económicamente Activa por encima de la población de referencia) para lo que queda del año. Por su parte, el crecimiento del PBI de 0,8% proyectado no dará margen para la creación de empleos registrados, por lo que la probabilidad de que un nuevo demandante de empleo caiga en un trabajo en negro es elevada.

 

La Canasta Básica Alimentaria creció casi 5% en mayo

¿Qué pasó?

La variación mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Canasta Básica Total (CBT) respecto al mes de abril fue de 4,8% (24,9% i.a.) y 3,2% (28,4% i.a.), respectivamente. Esto significa que a nivel individual, un argentino precisó durante el quinto mes del año $2419 para no ser indigente y $6095 para no ser pobre.

De esta manera, la CBA acumula una suba de 12,5% en lo que va del año, mientras que la CBT acumula un alza de 12,9%. En línea con la aceleración de la inflación en este año, en ambos casos se observa que el aumento al mes de mayo a lo largo de este año es superior al incremento acumulado a mayo de 2017.

¿Qué significa?

La evolución de las canastas muestra que su crecimiento es mayor al de la Asignación Universal por Hijo (AUH), Salario Mínimo y Haber Mínimo, tanto en términos interanuales como en acumulados para 2018. Estos ingresos están más vinculados a los sectores más vulnerables y por lo tanto, se pone de manifiesto que el encarecimiento de las canastas tiene consecuencias especialmente negativas en este sector: sus ingresos no son suficientes para comprar lo mismo que antes.

Por otro lado, el mayor incremento de la CBA en relación a la CBT durante mayo refleja que el salto del dólar tiene un impacto más fuerte en los alimentos y bebidas, lo que guarda relación con la aceleración del capítulo de Alimentos y Bebidas del IPC en mayo.

¿Cómo afecta nuestras proyecciones?

Encontramos que la dinámica observada tiene implicancias en tres variables. En primer lugar, es claro que el aumento de las canastas no contribuye a una reducción de la pobreza/indigencia. Estimamos que la caída de la pobreza observada en el segundo semestre de 2017 se vea interrumpida, o al menos muy atenuada, ya que la aceleración inflacionaria se viene desarrollando desde el comienzo del año. En este sentido, las variables como AUH o Haber Mínimo están atadas a una inflación pasada menor, por lo que no logran recomponer el ingreso perdido y pueden exacerbar el deterioro de las condiciones de vida de familias que dependen de estos ingresos.

Por otro lado, si en una familia (especialmente de bajos recursos) el costo de adquirir su canasta de consumo se eleva, otorga incentivos a que algún otro miembro del hogar salga a buscar empleo. En caso de no conseguir trabajo, la incorporación de este individuo al mercado de trabajo aumentará la cantidad de desocupados.

El IPC Quincenal Ecolatina creció 3,6%

El IPC Ecolatina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires mostró un crecimiento de 3,6%, entre la primera quincena de junio y el mismo periodo de mayo.

Al estar influenciada por un importante movimiento del IPC Core, la aceleración de la inflación muestra el impacto de la suba del dólar entre el cierre de abril y la primera quincena de mayo en el nivel de precios. En esta línea, se destaca el aumento generalizado de los alimentos y bebidas. La incidencia directa de estos bienes en la canasta de consumo de la población no sólo incrementa la percepción de los agentes sobre la inflación sino que tiene efectos directos en los sectores más vulnerables.

 

El salario real registrado caerá en promedio casi 3% en 2018 

  • Producto de un año agitado (avance de precios Regulados y brusca depreciación cambiaria), la inflación de 2018 será mayor a la del año pasado. En cambio, los salarios crecerán nominalmente menos que en 2017.
  • Con el objetivo de aliviar el evidente deterioro del salario real, el Gobierno propuso un incremento adicional de 5% para los sindicatos del sector privado que hayan cerrado paritarias en base a la pauta oficial del 15%.
  • No obstante, dado que el acuerdo con el FMI elimina la meta de inflación para este año y endurece el objetivo fiscal del 2019, el oficialismo adelantaría correcciones tarifarias para el último trimestre del 2018, en pos de reducir el rojo de las arcas públicas. En consecuencia, la inflación dificilmente perfore el 2% mensual en los últimos meses del año, cerrando 2018 incluso por encima de las últimas proyecciones del REM (27%).
  • Si la inflación roza el 30% previsto por Ecolatina, la propuesta oficial sólo atenuaría la caída del salario real y quedaría lejos de revertirla.
  • Por lo tanto, conforme a nuestro escenario más probable, el salario real del universo de trabajadores registrados caería en promedio casi 3% i.a. en 2018. El retroceso estará liderado por los empleados públicos registrados (-4,5% i.a.), mientras que las remuneraciones reales del privado formal cederán 1,5% este año.
  • Por su parte, si bien no hay datos actualizados de los trabajadores no registrados, su merma (en la zona de 5%)sería incluso mayor por el acotado poder de negociación en contextos recesivos.
  • De este modo, habría que esperar –como mínimo- a 2019 para recuperar el nivel de salario real promedio de 2015.
  • La contracción de los ingresos laborales golpeará a la demanda interna. En consecuencia, el consumo masivo acumularía su tercer año consecutivo de caída, mientras que el turismo en el exterior y la compra de bienes durables se frenarán por la caída del ingreso familiar y brusca suba del dólar.