Ecolatina premiada por la precisión de sus proyecciones

Consensus Economics, una de las principales organizaciones de encuestas económicas del mundo, anunció en Londres que Ecolatina es la consultora ganadora en Argentina del Forecast Accuracy Award (FAA) para 2018, premio que reconoce a quienes predijeron con mayor precisión los resultados de PBI e inflación.

Para esto Consensus Economics recopila cada mes los pronósticos de más de mil economistas de todo el mundo, y en el caso de Argentina, la encuesta de variables económicas cuenta con 26 participantes, entre consultoras y bancos, tanto locales como del exterior.

Según Consensus Economics, los ganadores del programa FAA 2018 “han sido reconocidos por su investigación de alta calidad, su compromiso con los pronósticos y su capacidad para identificar con precisión las tendencias y los niveles de indicadores clave durante el ciclo de pronóstico de 24 meses”.

Desde Ecolatina expresamos nuestro orgullo por tal reconocimiento y renovamos nuestro objetivo de ser líderes en lo que a proyecciones refiere para este 2019, un año electoral que sin dudas será altamente desafiante para pronosticar la economía argentina.

Asimismo, hacemos extensiva las felicitaciones al resto de las consultoras premiadas en LatAm, así como agradecemos a Consensus Economics por generar y difundir una herramienta tan fundamental como lo son los pronósticos económicos de los proveedores de research.

 

La consolidación electoral de CFK redefine el escenario político

Durante el 2018 sosteníamos, en medio de un contexto económico muy incierto y desfavorable para el Gobierno, que: 1) el escenario electoral más probable era que la elección presidencial se resolviera en una segunda vuelta; 2) que el Gobierno venía sosteniendo niveles de apoyo electoral que le permitían acceder a esa segunda vuelta; y 3) si la rival era Cristina Kirchner, la re-elección de Cambiemos era lo más probable.

En ese escenario de confrontación con CFK, el Gobierno maximizaba sus posibilidades de reelección. Pero la erosión que la crisis económica produjo en la popularidad y competitividad del Gobierno cambió el escenario, consolidando la competitividad de CFK y poniendo en duda la competitividad de Macri. Hoy sostenemos que: 1) la elección muy probablemente se resuelva en una 2da vuelta; 2) CFK consolidó un nivel de apoyo que le asegura su presencia en esa segunda vuelta; y 3) que la duda en el escenario pasó a ser quién será su rival: Macri, Vidal o Lavagna.

El rival de Cristina se definirá en virtud de la evolución del escenario económico, que es en definitiva la variable decisiva que está moldeando el escenario político-electoral.

MACRI: Si el Gobierno logra estabilizar la situación cambiaria y puede empezar a mostrar un sendero de desinflación, posiblemente Macri logre conservar el nivel de apoyo que hoy ostenta (28,8% de intención de voto en elección general) y ello le permitirá ser el rival de CFK en el balotaje.

VIDAL: Si la situación económica se sigue deteriorando y en el momento de tomar la decisión de las candidaturas (22 de junio), el Presidente está decididamente en terreno negativo frente a Cristina, pudiera haber mucha presión de los socios de Macri para que la candidata sea Vidal.

LAVAGNA: Si una inflación persistente y un dólar volátil no logran ser domados por el Gobierno, podría haber alguna migración de votantes de Cambiemos hacia otra opción que los defienda mejor de Cristina Kirchner, y en ese escenario la candidatura de Lavagna podría volverse atractiva.

En definitiva, la situación económica irá definiendo cuál de las tres opciones será la más atractiva y más competitiva para los votantes anti-kirchneristas para enfrentar a una Cristina Kirchner que, de confirmar su candidatura, muy probablemente esté en una segunda vuelta.

Si Macri no garantiza triunfo ante CFK, el voto anti-K podría migrar

La novedad de este 2019 (que la probabilidad de que Cristina Kirchner le gane una segunda vuelta a Mauricio Macri dejó de ser cero) abre la posibilidad a que el escenario cambie de fisonomía, ya sea en lo nominal (cambios de candidaturas) o en lo estructural (cambios en los niveles de apoyo entre las ofertas electorales). Esto debido a que los dos principales candidatos tienen altos niveles de rechazo: un 49% no quiere que gane Macri y un 43,8% no quiere que gane CFK (Synopsis, Abril 2019).

Si se le pregunta a ese 92,8% de electores si están dispuestos a cambiar su voto si su candidato NO le garantiza una derrota de aquél candidato que no quiere que gane, un 18,9% dice que sí y un 33,9% lo pensaría en función de a quién tenga que votar. Con esta alta predisposición al voto estratégico, si Macri no garantiza un triunfo frente a CFK, posiblemente podría provocar una migración de sus votantes a una mejor opción para evitar que gane CFK. Allí es donde Lavagna aparece como una alternativa amenazante para la debilidad de Macri frente a CFK. Por ahora, el 87,8% de los votantes de Macri creen que él es la mejor opción para ganarle a CFK, pero un 49,7% muestra alguna predisposición a cambiar su voto si el actual presidente no les garantiza un triunfo frente a la ex presidenta.

Cambiemos tiene una alternativa, antes de que sus votantes piensen en otra opción (Lavagna), que es cambiar el candidato por uno más competitivo para frenar a CFK. Pero sería una decisión que ofrece muchas complejidades en su implementación y claramente se tomará en un contexto de emergencia. Aun así, se trata de una rueda de auxilio que tiene el oficialismo antes de que se produzca una eventual migración de sus apoyos.

La situación económica pone en duda un triunfo de Macri frente a CFK

El Gobierno tuvo desde siempre una certeza: de todos los rivales posibles, Cristina Kirchner era la mejor adversaria para confrontar porque es la que tiene los mayores niveles de rechazo, incluso entre votantes opositores. Ese norte electoral nunca se puso en duda, ni siquiera hoy en este contexto económico tan desfavorable. Pero algo cambió en las últimas semanas, y es que el escenario de segunda vuelta con Cristina dejó de ser terreno de triunfo asegurado (según Synopsis Abril 2019, CFK le sacaría 1,8% de ventaja en una segunda vuelta).

¿Esto pone en duda la estrategia de confrontación con CFK?

No, porque en cualquier otro escenario el Gobierno hace tiempo que camina en terreno aún más negativo. Pero lo que sí produce es que se ponga en duda quién está mejor parado por parte del oficialismo para enfrentar con mejor resultado electoral a CFK (si Macri o Vidal)

La profundización de la crisis económica (mayor volatilidad cambiaria, más inflación, más recesión, etc.) ha sido la causa del debilitamiento electoral del Gobierno, no tanto porque le esté erosionando su base de apoyo (entre agosto de 2018, cuando Cambiemos registraba un 32,8% de intención de voto, y abril de 2019, cuando registró un 29,8% de intención de voto, el Gobierno perdió solo 3% de apoyo electoral), sino porque le está complicando la tarea para convencer al 20% de votos adicionales que tendrá que conseguir en una segunda vuelta para ganar la elección.

La crisis económica está produciendo un incremento en los niveles de enojo con el Gobierno, y es precisamente ese sentimiento el que ablanda el enojo con la archirrival del Gobierno, Cristina Kirchner. No es más que la aplicación del viejo proverbio que reza que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. De tal modo, cuando se pregunta por el reverso, es decir, quien NO quiere que gane la elección, en abril de 2019 un 49% señaló a Mauricio Macri y un 43,8% a Cristina Kirchner. El enojo del electorado con Macri es la mejor forma de ablandar la resistencia de la gente con Cristina.

Cristina la mejor rival, pero ¿quién es el mejor contendiente de Cambiemos?

Como sosteníamos al comienzo, la novedad de que Cristina Kirchner puede ganarle una segunda vuelta a Mauricio Macri, no obliga al Gobierno a cambiar de estrategia, a pesar de que esta tiene externalidades negativas por la incertidumbre económica que genera, pero sí le abre el interrogante respecto de quién está mejor parado dentro de Cambiemos para enfrentar con mejor resultado a CFK: ¿Macri o Vidal? La duda tiene razón de ser en que María Eugenia Vidal no solo tiene mejor consideración pública (más imagen positiva y menos imagen negativa que el Presidente), sino que, según los últimos registros relevados, mejora la competitividad de Cambiemos entre 4 y 5 puntos en una confrontación de segunda vuelta frente a CFK (Marzo 2019, Synopsis).

Si bien Vidal se transforma así en un activo para Macri (hay alguien que mejora la performance de Cambiemos frente a CFK), es también un pasivo, porque de la mano de cierta certeza publica de que Vidal es mejor candidata que el Presidente, la situación empieza a obligar al Macri a declinar su candidatura a favor de una mejor candidata o a recibir la desaprobación de su propio electorado si decide no hacerlo, por perjudicar las chances de que el oficialismo gane la elección.

La decisión que tome el oficialismo estará obviamente sujeta al impacto que siga produciendo la situación económica sobre las posibilidades de Macri de aquí al momento de tener que oficializar las candidaturas el 22 de junio próximo. Y no es menor el desafío, porque de parte del electorado que no desea que CFK triunfe, hay una alta predisposición a cambiar su voto para optar por la mejor opción para frenar a CFK. De modo que si Macri decide tomar la decisión de ir a confrontar con la ex presidenta con algún riesgo de derrota, esa amenaza bien podría producir una migración de votos oficialistas a alguna alternativa (¿Lavagna?) que lo defienda mejor de la principal amenaza que identifica ese electorado: que el kirchnerismo regrese al poder.

El resultado de la elección presidencial reordenará el escenario sindical

La falta de liderazgo, la fragmentación del poder sindical, la falta de autoridad en la conducción de la CGT, las dificultades para coordinar acciones conjuntas, y muchos otros aspectos que caracterizan hoy al universo sindical podrían modificarse en función del resultado electoral de la elección presidencial. Así como el poder ordena, la falta de un poder político ordenador del mundo sindical, es la principal causa de este escenario de fragmentación gremial inédito en la historia política reciente.

Si asistiéramos a una elección que como resultado produjera una aún hoy probable re-elección de Mauricio Macri, posiblemente veamos un escenario bastante parecido al que observamos hoy. Difícilmente un nuevo mandato de Macri logre naturalmente reconstruir la relación con el sector más combativo. Si bien posiblemente veamos un intento de Macri de reconstruir su relación con Hugo Moyano, la probabilidad de que ello ocurra dependerá de que la situación económica mejore.

La situación sería diferente si se produjera un triunfo de Cristina Kirchner y su retorno al poder luego de 4 años. En este caso, sí podría haber incentivo para una reunificación, que decididamente se daría bajo la dominancia de los Moyano. La decisión de Hugo Moyano de apuntalar tempranamente la candidatura de la ex presidenta le daría autoridad no solo de promover la unidad de la CGT, sino también para reclamar el liderazgo. El resto de los gremios hoy dialoguistas seguirían manifestando su predisposición al diálogo, pero esta vez, bajo la dominancia de los Moyano. También habría que incluir a buena parte de la CTA en este marco de apoyo y diálogo a un Gobierno de CFK, debido a su histórica pertenencia al espacio kirchnerista. Posiblemente queden más distantes y con dificultad para reposicionarse aquellos gremios que conformaron la pequeña base de apoyo sindical del macrismo con el gremio de UATRE a la cabeza.

En el caso de una eventual presidencia de Roberto Lavagna, el escenario sería sutilmente diferente. También proyectamos un proceso de reunificación en la CGT, pero con un liderazgo más equilibrado entre los Gordos (gremios de servicios) y los Independientes y el lugar que le deparen a los Moyano en esa CGT reunificada. En este marco, posiblemente se pueda incluir a los gremios en otrora macristas, que buscarían reposicionarse. Pero decididamente no vemos un diálogo fluido y de apoyo con los gremios de la CTA ni con los movimientos sociales.

En definitiva, el nivel de fragmentación del escenario sindical en parte obedece a la falta de claridad respecto de cuál será el futuro político inmediato del país. Mientras cada sector especula, nadie trabaja para la unidad del presente, sino que todos apuestan para liderar la unidad futura.

El lado legislativo de la elección 2019: cómo se construirán mayorías en 2020

Las dificultades que estamos observando en el Congreso para sancionar leyes, obedecen a la combinación de dos factores: 1) la parálisis que habitualmente se registra en años electorales y 2) la situación de empate político al no haber una fuerza política en condiciones de sancionar leyes sin acuerdo con otros espacios. Cabe preguntarse entonces: ¿qué perspectivas se pueden visualizar de cara al funcionamiento que pudiera tener el Congreso el año próximo?

Tomando como referencia los datos relevados por Synopsis en sus mediciones electorales a nivel nacional, y mirando en perspectiva los antecedentes inmediatos en elecciones legislativas recientes, es posible proyectar (con algún margen de error en la estimación +/-10), un pronóstico de qué cantidad de bancas podrían renovar los 3 espacios más representativos de la arena legislativa en el Congreso.

En tal sentido, en el ámbito de la Cámara de Diputados, de conservarse los niveles de intención de voto registrados hasta aquí, y dependiendo de algunos rendimientos provinciales, estamos proyectando que tanto el oficialismo como el espacio que conforman el kirchnerismo y buena parte del peronismo, podrían conservar o apenas mejorar la disponibilidad de bancas, pero de ninguna manera pueden aspirar a controlar el Congreso. De modo que, de ocurrir un triunfo de Macri o un triunfo de Cristina Kirchner (si fuera candidata), en ambos casos dependerán de lograr alianzas con el espacio del peronismo alternativo.

En virtud de ello, hoy es más probable prever que cualquiera de las versiones del peronismo que pudiera alzarse con el triunfo en estas elecciones (sea CFK o Lavagna, por mencionar a un candidato del peronismo alternativo), tendrá una tarea más sencilla para lograr acuerdos que le permitan confeccionar una mayoría que le de control de la Cámara de Diputados. En el caso de CFK, encolumnando a gran parte del peronismo si volviera al poder, y en el caso de Lavagna –un escenario aún hoy de baja probabilidad-, logrando incorporar a alguna parte los legisladores del radicalismo que pudieran alimentar un bloque mayoritario de un oficialismo lavagnista, que de darse, seguramente sería con la participación del radicalismo hoy disidente del Gobierno de Cambiemos. En el caso de que Mauricio Macri re-elija, deberá sentarse a negociar como ha negociado a lo largo de todo este primer mandato.

Por el lado del Senado, el panorama es bastante similar. Es difícil proyectar que el oficialismo logre una renovación que le permita tomar el control de la Cámara Alta, por lo que deberá seguir negociando con algún sector de la oposición la sanción de leyes. Aunque en Senadores el escenario para el Gobierno es sutilmente diferentes, ya que al acercarse al quórum de 37 Senadores, podría estar necesitando menos votos para poder tomar decisiones de los que hoy necesita.

En todo caso, en la Cámara Alta, el peronismo también estaría en mejores condiciones de conformar un bloque mayoritario que el actual oficialismo, con dinámicas parecidas a las de la Cámara Baja. Una CFK presidenta podría encolumnar a gran parte de los Senadores del peronismo en un bloque que podría llegar al quórum propio; mientras que un Lavagna presidente también podría lograr que confluyan Senadores del peronismo del interior (hoy Peronismo Federal) con algunos senadores del radicalismo, si su alianza de Gobierno contiene a parte de la UCR.

La dinámica legislativa seguramente tendrá dos tiempos: 1) el de traducción de votos en escaño, que es el que intentamos anticipar en este artículo; y 2) el de realineamientos en función de la nueva realidad política, es decir, en virtud de quién detente el poder. De modo que habrá que seguir la dinámica electoral para poder anticipar la dinámica legislativa que habrá en el escenario a partir de 2020.

Me quiere, no me quiere. Me quiere, no me…

Los niveles de rechazo de Macri y CFK predisponen al voto estratégico

Ante la incertidumbre reinante respecto al proceso electoral, una manera interesante de observar el escenario político es por el lado del reverso: preguntar no a quién se va a votar, sino quién NO desea que gane. Cuando preguntamos qué candidato no le gustaría que triunfara, el 49% respondió que le gustaría que Macri no gane las elecciones, mientras que otro 43,8% respondió que Cristina Kirchner no resulte victoriosa.

En la misma línea, indagamos acerca de cuál es el candidato que consideran más apto para ganarle a aquel candidato que desea que pierda.  Ante esta pregunta, entre los que quieren que Macri NO gane, la respuesta fue Cristina Kirchner, con el 66,9% como la indicada para derrotarlo.

Entre los que quieren que Cristina Kirchner NO gane la elección, el resultado es similar. El 68,5% cree que el candidato indicado para ganarle es Mauricio Macri.

Lo interesante es que en este contexto de alto nivel de rechazo de los dos candidatos más competitivos, una buena parte del electorado está dispuesto a cambiar su voto en caso de que el candidato de su preferencia no le asegure que podrá derrotar a quien desea que pierda.

Entre los que quieren que Macri NO gane, un 17,5% está dispuesto a cambiar su voto con tal de derrotarlo, mientras que un 36% podría hacerlo dependiendo de a quién tenga que votar para que eso suceda.

Como contracara, entre los que quieren que Cristina Kirchner NO gane las elecciones, el porcentaje de los que están dispuestos a cambiar su voto es del 20,8% y un 31,4% asegura que la decisión dependerá de a qué candidato debería migrar su voto.

Los porcentajes de voto duro se mantienen relativamente iguales para ambos candidatos, entre un 29% y 30%.

¿Resistiré?

A pesar de la crisis, el voto al oficialismo pareciera seguir “resistiendo”

Han pasado ya largos meses desde que la economía empezó a mostrar números negativos sea cual fuera el indicador que uno tome (crecimiento, inflación, consumo, empleo, pobreza, salarios, etc.). Y todavía no pareciera verse con certeza que la crisis haya tocado fondo y que la economía empiece un sendero de recuperación. Lo cierto es que mientras este proceso económico transcurre, se ven consecuencias en materia de imagen de Gobierno, imagen de dirigentes oficialistas y expectativas sobre el futuro.

Pero si bien se registraron caídas en la valoración del desempeño del Gobierno, en las expectativas sobre el futuro del país, o en el futuro personal, en la variable más relevante para la dinámica política, la electoral, la crisis pareciera no haber hecho mella. Y a lo largo de los últimos 8 meses, el nivel de intención de voto al oficialismo no mostró grandes variaciones.

Lo que sí afecta la crisis, es la competitividad de Macri en segunda vuelta

Si bien es posible afirmar, a la luz de la evidencia, que la crisis económica no está haciendo mella en la base de apoyo electoral del oficialismo, ello no necesariamente significa que la crisis no está afectando la competitividad del Gobierno. Porque si bien seguimos viendo los mismos niveles de competitividad en Cambiemos que veíamos hace 8 meses de cara a una eventual elección general, no sucede lo mismo si observamos la competitividad del Gobierno en la segunda vuelta, sobre todo en el escenario hoy más probable, que es el escenario de confrontación entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

En marzo de 2018, antes de que comenzara la crisis económica con la primera corrida cambiaria, a fines de abril, en un escenario de confrontación Macri-CFK, el Presidente obtenía una intención de voto de 49,4% mientras que la ex Presidenta obtenía una intención de voto de 32,5%. Un año después, en marzo de 2019, Macri obtiene el 45,5% de la intención de voto y Cristina un 44,9%.

Es decir, la diferencia de +16,9% que mostraba Macri en marzo de 2018 frente a Cristina, un año después y muy probablemente como consecuencia de la crisis económica, se redujo a +0,6%. Esta evidencia muestra que la crisis económica no es inocua para el Gobierno y está afectando la competitividad de Cambiemos en la segunda vuelta. La evolución de esta serie (la de 2da vuelta), comparada con la evolución de la serie de intención de voto para una elección general, nos evidencia que si bien la crisis no está afectando la base de apoyo del Gobierno (+30%), sí está complicando al oficialismo para conseguir el 20% restantes de votos que necesita para poder sortear el escollo de una segunda vuelta y ganar la elección, en el escenario más favorable para Macri: el de confrontación con CFK.

El consumo ya no crece en Latinoamérica

Por primera vez en 10 años el consumo de los hogares latinoamericanos no creció (0,1%) en volumen -a lo largo del 2018-, y tampoco compensó el crecimiento orgánico de los hogares, pero se gastó el 3,9% más a raíz del incremento de precios, según se desprende del análisis Consumer Insigths que realiza Kantar Worldpanel en la región.

La contracción del consumo se registró en Argentina, México, Perú y Centroamérica, mientras que Chile, Bolivia, Colombia y Ecuador son los países con un escenario más favorable, a pesar de que las tasas de crecimiento son bajas. Por su parte Brasil finalizó el año negativo.

Los hogares latinos se desprenden de algunas categorías “prescindibles” como -perfumes, protector solar, cremas de afeitar e insecticidas-, las cuales representan alrededor de un 20% de su gasto; y los sectores de Bebidas y Lácteos resultan los más castigados en este contexto. La categoría Gaseosas, que es ultra fuerte para el hogar latino -el 98% de los hogares las consumen-, pierde penetración en casi todos los países. Y para las cervezas, fue un excelente año al sumar casi tres millones de hogares latinos.

Compramos la misma cantidad, pero compramos diferente

Las marcas propias –principalmente de los Discounters– ganan cuota año tras año en Colombia y Centro América. Particularmente, en Argentina, mientras que las segundas marcas ganaron 10 puntos de mercado en los últimos tres años, también en ese período las marcas premium perdieron dos puntos en los sectores de Alimentos y Lácteos, pero resisten en cuidado del hogar y belleza. Los Mayoristas alcanza su participación histórica y los formatos de cercanía como Discounters y Minimercados son los que más crecen.

Los hogares van menos veces al punto de venta, una tendencia generalizada en la región, en la que se espacian las compras resultando en menos puntos de contacto entre las marcas y los compradores”, resalta Virginia Garavaglia, Directora de Marketing Latam.

En la región, la mayoría de los shoppers (56%) son de la base de la pirámide y un tercio de los hogares son amas de casa millennials, por lo tanto “la inclusión de estos hogares es clave para el crecimiento de las marcas que deben tornarse accesibles y ‘pagables’ para este segmento, que frecuenta el punto de venta tradicional en sus diversos formatos, y en 2018 se animó a la compra de artículos de limpieza a granel”, concluye Garavaglia.

2018: Un año de récords históricos

El consumo en 2018 cerró flat en Latam, el sector FMCG no creció en volumen. Ni siquiera compensó el crecimiento orgánico de hogares. Sin embargo, los hogares gastaron 3.9% más debido al incremento de precios, esa “mala-palabra” para quienes administran el dinero del hogar.

2018 fue un año de contracción del consumo en Argentina, México, Perú y Centroamérica. Chile, Bolivia, Colombia y Ecuador son los países con escenarios más favorables, a pesar de que las tasas de crecimiento son bajas. Brasil acaba el año negativo, y el termómetro del consumo “fuera de casa” no es un buen indicio: el consumo de alimentos y bebidas se contrae un 4% fuera del hogar.

El último trimestre del año fue el tercero consecutivo con contracción de consumo (-0.9%), y por primera vez en 10 años el sector FMCG no creció (0.1%).

Los hogares se desprenden de algunas categorías “prescindibles”, que representan alrededor del 20% de su gasto. Este es el margen que tienen para recortar, y las Bebidas y Lácteos resultan los sectores más castigados. Gaseosas, categoría ultra fuerte para el hogar latino, pierde penetración en casi todos los países.

Compramos la misma cantidad, pero compramos diferente. Las marcas propias ganan cuota año tras año en Colombia y CAM. Las marcas mainstream ganaron 10 pts de share en Argentina en 3 años. Las marcas premium perdieron 2 puntos de share en Alimentos y Lácteos en 3 años, pero resisten con dominio en Cuidado del Hogar y Belleza. Mayoristas alcanza su participación histórica y los formatos de cercanía como Discounters y Minimercados son los que más crecen.

Los shoppers van menos veces al punto de venta, una tendencia generalizada en la región, en la que se espacian las compras resultando en menos touchpoints físicos entre marcas y shoppers.

La mayoría de los shoppers (56%) son low-income y un tercio de los hogares son amas de casa Millennials. La inclusión de estos hogares es clave para el crecimiento de las marcas. Las marcas deben tornarse accesibles y “pagables” para este segmento, que frecuenta el tradicional en sus más diversos formatos, y en 2018 se anima a la compra de artículos de limpieza “a granel”…¡via whatsapp!

2018 fue un excelente año para las Cervezas, que sumaron casi 3 millones de hogares latinos.

Empate técnico en un escenario de balotaje entre Macri y CFK

A la hora de analizar diferentes escenarios de balotaje, nos centraremos en el que hoy tiene mayor probabilidad de ocurrencia: el de una confrontación en una segunda vuelta entre Macri y Cristina Fernández de Kirchner, en caso de que esta última confirme su candidatura. En el registro de marzo observamos un empate técnico (diferencia dentro del margen de error muestral). Macri obtendría un 45,5% mientras que CFK un 44,9%, con un 9,6% de indecisos. Con proyección de indecisos, el escenario final arroja un resultado favorable a Macri de +1,6 puntos, ya que el Presidente obtendría un 50,8% contra un 49,2% de CFK.

Analizando la evolución del escenario de este posible balotaje desde marzo de 2018 a la fecha, notamos cómo los indecisos disminuyen considerablemente (de un 18,1% en marzo del año pasado a 9,6% este mes). Macri, por su parte, mide casi 4 puntos menos que hace un año, mientras que en ese mismo período CFK creció 12,4 puntos. En todo caso, la diferencia en marzo de 2018 era de 16,9 puntos y ahora, un año después, es de 0,6 puntos.

En los escenarios desagregados por edad y por área geográfica, notamos las fortalezas de ambos candidatos: en el segmento etario más joven y en el interior de PBA, Cristina Kirchner hace su mejor performance, mientras que Macri hace lo propio en el segmento etario más longevo y en la Capital Federal. Los escenarios más parejos se dan en el segmento etario de 30-49 años y en el interior del país.