Más flujo, pero también más déficit en el intercambio con Brasil

En junio, el flujo comercial con nuestro principal socio creció por sexto mes consecutivo. Así, el intercambio de bienes con Brasil consolida su recuperación, siendo 80% superior al de junio de 2020 y ubicándose 17% por encima de junio de 2019. Esta suba se debió a un alza de 20% i.a. de nuestras ventas a dicho país y un salto de 80% i.a. en nuestras compras desde este origen. De esta forma, el comercio bilateral de bienes refleja la normalización de la actividad económica en ambos países luego del desplome visto el año pasado. En este escenario, nuestras exportaciones a Brasil acumulan un alza de 41% promedio en los primeros seis meses del año, mientras que nuestras importaciones muestran un crecimiento del 58%.

Aunque un mayor intercambio signifique una buena noticia, el signo del saldo comercial no necesariamente implica lo mismo. A pesar de que las expectativas de crecimiento de la potencia vecina siguen revisándose al alza (treparon 1 p.p. en junio, pasando de 4,1% a 5,1%), el balance fue deficitario en casi USD 60 millones en el mes, y ya acumula un rojo de USD 580 millones en lo que va del año. Este es el peor saldo para un primer semestre desde 2018 y encuentra su causa en una recuperación más veloz por el lado de las importaciones que por el componente exportador.

Mirando los datos globales del comercio exterior brasileño, esta dinámica no es particular de nuestro país: las compras de Brasil a todos los destinos subieron 27% i.a. en el primer semestre, significativamente menos que sus ventas, que treparon 36% i.a. De este modo, aunque las compras de origen argentino crecieron menos que las ventas a nuestro país, lo hicieron en mayor medida que de otros destinos. En respuesta, la participación de los productos argentinos en el mercado brasileño creció en junio 0,9 p.p. respecto del mismo mes del 2020, pasando de 4,6% a 5,5% del total. En este mismo sentido, el share de nuestras ventas pasó de 4,7% en el primer semestre de 2020 a 5,3% en el mismo lapso del 2021. Más allá de esta dinámica positiva, todavía seguimos lejos de la media de los últimos diez años (6,5%).

 

Para los próximos meses, no esperamos que el desbalance comercial bilateral se convierta en un problema. Nuestras exportaciones a Brasil crecerían más de 20% este año y, aunque nuestras compras posiblemente terminen siendo superiores, este déficit bilateral será más que compensado con saldos positivos con otros destinos. En consecuencia, el comercio de bienes aportará divisas en 2021, tal como lo viene haciendo desde 2019. Sin embargo, la situación no será una panacea: podría haber pérdida de Reservas a nivel agregado, considerando las intervenciones que podrían llegar en los mercados cambiarios, oficial y paralelo, en tanto los vencimientos de deuda con el FMI, por ahora no reprogramados, también podrían debilitar a este stock clave.

¿Comienzan las tensiones cambiarias?

Resumen Cambiario Semanal

La semana pasada estuvo marcada por tensiones en el plano cambiario (en el dólar blue particularmente). De similar modo, comenzamos una semana con tensiones (e intervenciones) renovadas. Al cierre de junio, el Banco Central siguió con su desaceleración gradual del ritmo de depreciación del tipo de cambio (+0,22% la semana previa), con una variación promedio móvil de las últimas 20 ruedas que ya corre por debajo del 14% anualizado (TEA), muy por detrás de la inflación promedio del primer semestre (superaría el 25% según nuestras estimaciones, y más del 60% anualizado). Sin embargo, la calma artificial que acontece en el plano oficial contrasta con los ruidos que tuvimos en la semana en los dólares financieros y, particularmente, en el blue. El paralelo aumentó $10 en la semana pasada, de $164 a $174 (+6,1). No obstante, al inicio de la semana bajó ya $168, con rumores en la City de “manos amigas” colaborando por esta vía.

Verde que estuvo al rojo vivo

Si bien la suba del paralelo es alarmante, dado que incide en las expectativas de las personas al ser un termómetro (a veces imperfecto a corto plazo) de las tensiones que se dan en la economía real y financiera, vale la pena destacar algunas cuestiones. En primer lugar, en el acumulado anual tan solo aumentó un 1,2%, muy por debajo del oficial (13,7%), de los financieros (16,3% el MEP y 17,5% el CCL) y de cualquier tipo de inflación acumulada. El billete estaba completamente desacoplado de los dólares bursátiles como mencionamos recientemente en nuestro Informe Financiero Semanal y parte de la suba actual se debe a un reajuste. En segundo lugar, la pésima noticia del downgrade de Argentina a mercado “Stand-Alone” por parte del MSCI (ampliaremos luego) sumó presiones por esta vía. En tercer lugar, generalmente aumentan las presiones cambiarias en el mercado paralelo en junio debido al cobro de aguinaldos.

En conclusión, si bien la suba del billete genera alerta, dista todavía de aparentarse con aquella de septiembre-octubre del año pasado: reflejo de ello es la brecha cambiaria máxima que tocó el blue al cierre del viernes (82%), muy por debajo del máximo de 150% observado en el pico de la segunda corrida cambiaria del 2020. Al considerar que avecinan los meses más tensos en el plano cambiario (tanto por fenómenos estacionales de la oferta de divisas como propios de un año electoral), sumado a que el blue tan solo asomó a despertar en estas últimas semanas cuando lo comparamos con su cotización de diciembre 2020, entendemos que los dólares todavía tienen camino por recorrer (aunque no estará exento de intervenciones paraoficiales). No sorprendería que el billete supere los máximos nominales históricos, una barrera que distaría mucho de aquella que amagaba a alcanzar a mediados de octubre (debido la inflación acumulada) con una brecha que sería sideralmente menor y con consecuencias más bien psicológicas de superar dicho nivel.

Las tensiones se trasladaron a los dólares financieros: ¿qué hacer en este contexto?

Al comienzo de la semana, la atención pasó a los dólares financieros. Si bien éstos aumentaron apenas un 1% en el último mes, el volumen operado de los dos principales bonos que se utilizan para comprar dólar bolsa o cable (AL30 y GD30) viene creciendo sostenidamente como puede verse en el gráfico. Los pedidos de ralentizar las operaciones de salida vía dólar cable por parte de las autoridades regulatorias a las ALyCs del día de ayer reflejan las preocupaciones de las éstas de cara a los meses más desafiantes en materia cambiaria.

Tal como mencionamos en nuestro Webinar Mensual de Mayo, los dólares financieros acumulaban varios meses de relativa calma en materia de cotizaciones. Sin embargo, dicha calma que se veía en las cotizaciones no se daba en volúmenes operados, los cuales se sostenían en niveles elevados. En dicha ocasión mencionamos que, cuando el mercado mira para otro lado (o cuando diversas intervenciones y tiempos de elevada oferta de divisas por motivos estacionales sostienen las paridades cambiarias) existe una oportunidad de compra. Aun con la suba reciente, entendemos que avecinarán meses de mayores presiones cambiarias y los precios actuales de los dólares financieros son una oportunidad de dolarización para aquellas empresas que no estén imposibilitadas de realizar la operatoria financiera (en caso de estarlo, brindamos un servicio de armado de carteras de Cedears con el objetivo principal de tomar cobertura cambiaria implícita). En este contexto, el timing es sumamente relevante para las empresas que pueden, bajo determinados esquemas que ya comentamos, pagar al exterior vía dólar financiero. Ya sucedió la restricción de pagos de servicios, dividendos y otros al exterior vía MULC. No hay que esperar para aprovechar que a través del dólar financiero aún es posible realizar dichos pagos.

* El presente artículo es un extracto del Informe Financiero Semanal, exclusivo para suscriptores del Módulo Financiero de Ecolatina.

Disclaimer: La información presente en el documento refleja condiciones preexistentes del mercado y el análisis de Ecolatina al día de la fecha de publicación del documento. Tanto la información como los análisis se encuentran sujetos a cambios. El documento tiene un fin exclusivamente informativo y no debe ser considerado como una indicación ni recomendación de hacer ni de no hacer, así como tampoco como una promesa de resultados presentes ni futuros. La información y las opiniones presentes en el documento fueron compiladas o extraídas de fuentes aparentemente confiables sin ningún tipo de verificación independiente. La información y las opiniones que se encuentran en el documento son indicativas y para fines meramente informativos. Ni Ecolatina, ni sus socios, ni sus empleados son responsables por cualquier tipo de error, omisión, ni por los resultados obtenidos a partir del uso que usted realice de la información. El documento no es una oferta, invitación ni recomendación de transacción. El documento no debe ser la base ni la garantía en conexión con ningún tipo de contrato ni compromiso. Antes de tomar cualquier tipo de decisión basada en la información contenida en el presente documento, usted debe consultar con un profesional de Ecolatina.

Brasil | El contexto internacional aliado en la recuperación económica

Economía

Os dados mais recentes confirmam a avaliação de um quadro mais positivo para a economia brasileira. A explicação desse cenário deve ser encontrada na combinação de um cenário internacional mais benigno, particularmente a dinâmica das commodities com maior pela resiliência da economia em relação à pandemia. As medidas para restringir o isolamento social foram mais flexíveis, o que contribuiu para um cenário de retomada mais forte da economia associado à um quadro perverso de óbitos em decorrência da covid-19. Nossa avaliação para a economia brasileira ainda é conservadora por conta dos riscos eleitorais e de uma possível crise hídrica ao longo do segundo semestre. Essa retomada mais forte trouxe um aperto monetário adicional diante de um quadro inflacionário acima da meta estabelecida no regime de metas. Esse quadro é mais alarmante dado o controle do risco fiscal associado à relação dívida/PIB menos elevada. Não por um acaso, a taxa de câmbio segue em direção de apreciação diante do otimismo dos mercados.

Política

O quadro político está marcado por diversos focos de agenda negativa para o governo, especialmente diante da CPI da pandemia. Esse cenário de perda de popularidade presidencial, aumento dos conflitos institucionais e menor ambição da agenda econômica, por ora, não está gerando impactos nos preços dos ativos financeiros do País. A despeito da tendência de reforço da polarização política, não se esperam mudanças relevantes na percepção de que o risco fiscal está controlado no curto prazo. A popularidade presidencial continua sendo afetada pela combinação de elementos econômicos e políticos. Apesar dos bons resultados da atividade no primeiro trimestre de 2021, o quadro inflacionário e o mercado de trabalho, com desemprego em alta, limitam os ganhos políticos do governo. Assim, a tendência de um risco elevado de populismo econômico diante da necessidade do presidente em conquistar o eleitorado de menor renda.

En clave electoral, el gobierno da señales para ajustar paritarias al alza

Era de esperarse que el 29% de inflación anual que anticipaba el Presupuesto 2021 quedaría desactualizada , pero este mes se agregaron señales oficiales de que la pauta ya no existía más, lo que impulsó al promedio de los aumentos salariales por encima del 40%.

Este panorama era predecible, incluso por los propios gremios, que fueron elevando sus aspiraciones en las negociaciones paritarias. Sin embargo, este último mes hubo dos señales muy fuertes del oficialismo para corregir la pauta inicial del 29% con la que el Gobierno intentó ordenar la puja distributiva: tanto el presidente, como su vicepresidenta, al igual que el jefe de gabinete, avalaron públicamente acuerdos salariales que rompían la barrera del 40%.

Dichas señales fueron suficientes para que los dirigentes gremiales entendieran que se estaba abriendo una nueva etapa en las aspiraciones salariales, y que se podían negociar acuerdos más cercanos al 40% que al 30%. Es cierto que la mayoría de los acuerdos ya celebrados tenían incluidas cláusulas de revisión, pero se trata de cláusulas que estaban contempladas en el último trimestre del año. El gobierno permite esto con miras a las elecciones de septiembre, a pesar de que deja en manos de cada gremio la negociación.

Mayo fue un mes bisagra, porque allí empezaron a aparecer acuerdos que se acercaban más al 40% que al 30% inicial. UOCRA, UTA y Ferroviarios se ubicaron en la parte alta de rango de 30-40% de aumento. Pero junio registró un salto significativo en la pauta oficial con los acuerdos de Camioneros, Pasteleros y las revisiones de SUTERH y Bancarios. El promedio de los acuerdos firmados en junio contemplados en nuestro análisis ya se muestra 3 p.p. por encima del 40%.

Los resultados del actual proceso paritario no resultan un dato menor en el contexto que atraviesa todo el arco sindical. Con el Congreso unificador de octubre a la vista, las principales dirigentes sindicales con aspiraciones de protagonizar la próxima conducción están compitiendo por quien representa mejor los intereses de sus afiliados. El hecho de haber logrado una de las pautas más altas de renovación salarial, lo sigue dejando a Hugo Moyano como uno de los dirigentes más cumplidores con sus propias bases

¿Cómo evolucionó el mercado monetario desde que comenzó el año?

La dinámica reciente de las principales variables monetarias (agregados, tasas de interés, depósitos y préstamos) es un reflejo de, en gran medida, dos hechos económicos centrales que inciden en el mercado monetario: (i) tasas reales negativas y (ii) una normalización de la dinámica de los agregados monetarios, luego de la fuerte expansión de éstos hacia abril del 2020, que permitió hacer frente a la irrupción de la pandemia con una fuerte política monetaria expansiva. ¿Por qué estos dos fenómenos son centrales para analizar las tendencias monetarias recientes? Veamos.

Tasas reales negativas: ¿cómo respondieron los depósitos?

Desde abril del año pasado a la actualidad, la tasa de política monetaria (TPM) se mantiene fija en 38% TNA (excepto por una leve baja en octubre y noviembre). En términos efectivos mensuales estuvo diez meses consecutivos por debajo de la inflación. La TPM incide en el resto de las tasas del mercado monetario. Por caso, un depositante minorista que colocó sus pesos en un plazo fijo tradicional recibió una TNA mensual de 36% (promedio diciembre a la fecha). Si una persona invirtió $10.000 en un plazo fijo tradicional en agosto del 2020, lo renovó y reinvirtió los intereses todos los meses, aun así perdió más del 10% de su capital en términos reales (dada nuestra estimación de inflación de junio). De igual modo, el resto de las principales tasas pasivas bancarias se mantienen en niveles similares a los de comienzos de año: 34,1% la BADLAR de bancos privados, 33% en promedio la TM20, negativas en términos reales.

Una tasa pasiva que se mantiene por debajo de la inflación a lo largo del tiempo desincentiva el ahorro en moneda local y suele afectar los depósitos a plazo en pesos tradicionales. No obstante, luego del overshooting de octubre, los tipos de cambio financieros se apreciaron nominalmente hasta marzo, dando lugar a que las colocaciones en pesos a tasa fija tuvieran buenos rendimientos en dólares a pesar de perder contra la inflación. Generalmente, con un dólar calmo, los depósitos en plazo fijo suelen crecer. Efectivamente, los depósitos a plazo tradicionales crecieron un 6% en términos reales entre noviembre y marzo. Sin embargo, con un ritmo inflacionario que recién empezó a aflojar muy lentamente y con los tipos de cambio que retomaron su tendencia alcista, desde marzo a la fecha caen más de un 3% real estos depósitos. En el acumulado anual, aumentaron solo un 2,6% real. Contrariamente, los depósitos a plazo ajustables por CER/UVA crecieron un 140% desde que comenzó el 2021 (aunque todavía representan solo un 5,5% del total de los depósitos a plazo).

El marcado incremento de la demanda por activos que resguarden el valor real de la inversión se da en un contexto donde la inflación acumularía más de un 25% en el primer semestre según nuestras proyecciones. Un reflejo aún más evidente de la pérdida de poder adquisitivo del peso se aprecia en la dinámica de los depósitos a la vista del sector privado (cuentas corrientes y cajas de ahorro) que cayeron un 9,4% real en el acumulado anual, contribuyendo a la caída real del total de los depósitos privados en pesos desde que comenzó el año (2,5%). Esto es una clara señal de cómo las personas y empresas intentan reducir al máximo sus tenencias en efectivo, las cuales se derriten frente a una inflación que corrió al 60% anualizado (promedio enero-mayo).

Tasas reales negativas: ¿boom de crédito?

Las tasas por adelanto de cuenta corriente (con acuerdo) para las PyMEs promediaron un 45,9% desde que comenzó el año, lo que en términos efectivos mensuales ronda una tasa promedio del 3,2% (por debajo del 4% de inflación promedio mensual enero mayo). A pesar de la tasa real negativa, el monto de crédito a través de estos instrumentos cayó más de un 19% en el acumulado anual. Contrariamente, con una tasa más accesible (30,2% promedio TNA) el crédito por descuento de documentos aumentó un 10% real en el año (impulsado en gran medida por Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva a MiPyMEs). Particularmente se destaca el fuerte aumento de los préstamos por tarjeta de crédito que comenzó en marzo de la mano de la gradual normalización de las normativas de clasificación de moras de los clientes.

No obstante, a pesar de que una gran parte de los canales de crédito ofrecen tasas negativas o apenas positivas en términos reales, el crédito al sector privado en pesos disminuyó un 13% real en el acumulado anual, principalmente explicado por la caída de los préstamos a las grandes empresas. Creemos que dos factores están incidiendo en esta dinámica. Por el lado de la oferta, las obligaciones a los bancos de mantener tasas mínimas de plazos fijos comprimen su rentabilidad (el resultado total del sistema financiero – ROA – se redujo a un 0,2% anualizado vs el 2,2% de igual período del año anterior según el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del BCRA) y reducen su disposición a prestar. Por el lado de la demanda, la incertidumbre de la situación económica actual dificulta las decisiones de inversión y reduce la disposición a tomar crédito de empresas.

“Normalización” de la dinámica de los agregados monetarios

Desde que comenzó el año, el Sector Público está absorbiendo una gran cantidad de pesos (tanto para retirar pesos de la calle producto de la gran expansión monetaria del 2020, como también para esterilizar la compra divisas). Según el IEF, el crédito al sector público representó en marzo un 11,8% del total del activo del sistema financiero (+2,6 p.p. respecto a marzo 2020). Más evidente aún es la gran absorción monetaria que está realizando el Central, que actúa como el gran tomador de crédito de la economía en este contexto: mientras que en marzo del año pasado un 16,4% de los activos financieros eran instrumentos del Banco Central, 12 meses después dicho porcentaje subió al 27,4% según lo informado por el BCRA en el IEF.

Retirar pesos de la economía no es gratis para el Banco Central: los pasivos remunerados representan alrededor del 140% de la base monetaria, y se encuentran en los niveles máximos desde la Convertibilidad. El ya comentado cambio de regulación de integración de encajes de los bancos privados busca precisamente cambiar la demanda de Leliqs por títulos del Tesoro para reducir el ritmo de crecimiento de los pasivos remunerados del Central. En la misma línea, la fuerte absorción monetaria se ve también en la evolución de la base monetaria (BM), que aumentó un 1,6% en el año contra una inflación que superaría el 25% en el primer semestre (-19% real) – la contracción más fuerte de la BM para años electorales de la última década (excepto por el régimen vigente en 2019, cuyo objetivo era el no crecimiento de la BM como plan anti-inflacionario) – .  Los agregados monetarios muestran una dinámica similar: por ejemplo, el M1 privado (circulante + cuentas corrientes) habría caído casi un 10,6% en el primer semestre, a diferencia del fuerte aumento del 31,5% real en el primer semestre del 2020.

Conclusiones finales y perspectivas

La prudencia monetaria actual es consecuencia de la gran emisión del 2020 utilizada para sostener la demanda agregada ante un shock sin precedentes que nos encontró con mercados de créditos cerrados. No obstante, no está exenta de costos: la hoja de balance del Banco Central lo deja en evidencia y presenta un factor de riesgo inflacionario y cambiario si dichos pesos contenidos se volcasen a la calle. Si bien la magnitud de los pasivos remunerados es preocupante, la dinámica fiscal es mejor de lo esperada, El Tesoro viene demostrando un buen porcentaje de rollover en el mercado y el frente cambiario luce más holgado de lo esperado meses atrás. Estos factores permitirían que el Banco Central desacelerase gradualmente la riesgosa dinámica de los pasivos remunerados (al menos hasta las elecciones). Incluso, de no seguir aumentándolos, estos pasivos se licuarían por la inflación. Además, el costo de oportunidad de reducirlos rápidamente es muy alto: implicaría vender divisas en un contexto donde las Reservas Netas se recuperan, pero todavía están en niveles históricamente bajos.

Contrariamente, las tasas de interés reales negativas presentan el mayor riesgo en el corto plazo dado que esos pesos que no encuentran rendimientos podrían canalizarse en el mercado cambiario presionando sobre los tipos de cambios paralelos en los meses estacionalmente más arduos para el Banco Central, a los cuales se suma la dolarización de cartera habitual en períodos electorales.

Chile | Recuperación del consumo y la actividad

Economía

El mejor entorno externo para Chile, con importante alza en el precio del cobre, un fuerte crecimiento del consumo de los hogares, gracias a los retiros de fondos previsionales y las transferencias del Estado, han llevado a una recuperación más rápida del consumo de los hogares y de la actividad interna en general. A ello se suma una buena capacidad de adaptación de los distintos sectores productivos a las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia. Con todo, el mercado ahora estima un crecimiento de 7,0% para el presente año, lo que más que compensa la contracción de 5,8% de 2020. El Banco Central, en su reciente Informe de Política Monetaria, ha estimado el crecimiento de este año en un rango centrado en 9,0%, y advierte de la aparición de presiones inflacionarias, como consecuencia de un pronto cierre en las brechas de capacidad. Consecuente con ello, y con una proyección sobre el techo del rango meta (4,0%) para la inflación a diciembre próximo, iniciaría relativamente pronto un gradual retiro de los estímulos monetarios. A su vez revisó a la baja el crecimiento para el próximo año, lo mismo que para el tendencial de largo plazo, que pasa de 3,5 a sólo 2,9%.

Política

El resultado electoral para la convención constituyente, que tiene el encargo de redactar una nueva carta fundamental, no se ajustó a los pronósticos. Los partidos políticos lograron una baja participación, a costa de sectores independientes de tendencia de izquierda o que busca cambios profundos al sistema político y económico. La convención quedó muy fragmentada en su composición y no se espera que sea fácil lograr acuerdos en torno a un proyecto equilibrado. Ello ha generado mucha incertidumbre en temas regulatorios clave, como Tributación a la Minería, Derechos de Agua, respeto a los acuerdos económicos internacionales, o la mantención de la independencia del Banco Central, por mencionar algunos. Esto afecta en forma relevante las decisiones de inversión y genera una mayor percepción de riesgo para la economía, lo que se refleja en un nivel de tipo de cambio real más alto. Paralelamente el escenario electoral, de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias de fin de año, se encuentra particularmente líquido, siendo muy difícil realizar un pronóstico relativamente certero para sus resultados.

La inversión recupera por el ascensor y el consumo por la escalera: ¿hasta cuándo?

En 2020, la pandemia y la cuarentena golpearon sensiblemente a la economía global, y la Argentina no fue la excepción. En el segundo trimestre del año pasado, el piso de la crisis, el PBI cayó casi 20% i.a., la inversión casi 40% i.a. y el consumo privado 22% i.a. Como resultado, la formación bruta de capital fijo volvió a los niveles de quince años atrás, a la vez que el consumo de los hogares retrocedió más de una década. El desplome de los ingresos reales y la destrucción de empleo, además de la extrema incertidumbre, explicaron esta dinámica.

Ahora bien, así como la caída fue heterogénea, el rebote también lo está siendo. En tanto la inversión ya está un 20% arriba de los niveles pre-pandemia, el consumo privado sigue 6% por debajo. Se observa entonces una recuperación a dos velocidades, con algunas implicancias relevantes sobre nuestra economía. Tiene sentido entonces interrogarnos por qué se observó este comportamiento dispar para entender cómo podría reconfigurar nuestro futuro.

En primer lugar, vale marcar que la inversión tiene un comportamiento mucho más volátil que el resto de los componentes de la demanda: históricamente, cae más rápido, pero también se recupera con mayor velocidad. El consumo tiene un piso “esencial”, que le impone un límite a su caída, mientras que la falta de perspectivas de crecimiento golpea a la inversión mucho más fuertemente. La posposición de proyectos productivos puede ser mucho más fuerte que la de compras “inmediatas”. En este sentido, y a modo de ejemplo, sobresale que la inversión cayó más del triple que el PBI en el promedio de las últimas tres recesiones (2014, 2016 y 2018-2019). Concretamente, mientras que la actividad se contrajo en torno al 4% durante los trimestres recesivos, la formación bruta de capital fijo -el nombre “técnico” de esta variable en las cuentas nacionales- cayó 15%.

En sentido opuesto, la inversión también suele ir más rápido en las recuperaciones. Los proyectos suelen reanudarse en tanto las expectativas mejoran, mientras que el consumo está más encorsetado para rebotar. Al realizarse con ahorros, la “plata” que financia la inversión suele estar disponible en la inmediata pos-crisis. Por el contrario, el consumo suele solventarse con salarios -y puestos de trabajo-, que tardan más en recuperarse.

Las restricciones a la oferta también agudizaron esta volatilidad. Independientemente de querer o no llevar a cabo una inversión, una parte relevante de éstas estaban frenadas por la cuarentena. Por caso, la construcción estuvo limitada durante gran parte del año pasado por razones sanitarias. En consecuencia, cuando se reabrieron las actividades, se reanudaron muchas obras simultáneamente, generando un efecto rebote más pronunciado.

A la vez, la recuperación de la masa salarial todavía no es total: se encuentra 9% por debajo de 2019. Con los números del mercado de trabajo del primer trimestre, se verifica que en un año se perdieron casi 500.000 empleos, a la vez que el salario real de los trabajadores registrados está 8% por debajo del arranque de 2020. En consecuencia, los principales flujos que impulsan al consumo, los ingresos, se están recuperando lentamente, provocando esta dinámica.

El esquema de políticas públicas también está configurando este set de crecimiento. Por un lado, los préstamos a las empresas crecieron 10% en términos reales en relación con la pre-pandemia, impulsados por las nuevas líneas de financiamiento a tasas subsidiadas. Si bien una parte de estos está yendo a pagar sueldos, capital de trabajo, otra parte está ayudando a recuperar la inversión. En un sentido similar, la obra pública, un gasto del Estado que genera mucho empleo y consume pocas divisas, creció 56% i.a. real en los primeros cinco meses del año. Por lo tanto, el esquema de políticas también está provocando esta dinámica.

En los próximos meses, esperamos que esta tendencia de una inversión creciendo más rápido que el consumo privado continúe: el poder adquisitivo y los puestos de trabajo se recuperarán lentamente en el mejor de los casos, en tanto la obra pública seguirá creciendo con fuerza, máxime en la previa electoral. Por otro lado, la virtual desaparición de las restricciones operativas en un contexto de cepo y brecha cambiaria, además de pocos destinos posibles para el ahorro privado, impulsará a la construcción privada, agrandando esta diferencia. A la vez, proyectamos que los programas de impulso al consumo en cuotas seguirán limitados, en tanto las Reservas netas continúen en niveles bajos y los pagos de deuda sigan a la orden del día.

No obstante, más allá de esta diferencia, ambas variables seguirán en terreno positivo, en parte porque las bajas bases de comparación que dejó el año pasado impulsarán las tasas de los próximos meses, y en parte porque la economía del segundo semestre estará impulsada por una mayor expansión fiscal, una baja de la inflación en un contexto de dólar oficial planchado y una recuperación del salario, supeditada a la reapertura de paritarias.

El desafío será estirar esta buena racha a 2022. Firmado el acuerdo con el FMI, el espacio para impulsar el consumo y la inversión por parte del sector público se achicará, a la par que los mayores vencimientos de deuda y las menores Reservas netas podrían terminar con la calma cambiaria. Para eso falta, disfrutemos mientras podamos.

Colombia | A pesar del estallido social y el COVID-19 se proyecta una recuperación económica

Economía

La situación epidemiológica en Colombia es preocupante puesto que el promedio de muertos diarios por COVID-19 ha superado los 500 casos y ha llevado al límite de ocupación de las UCI. Por otra parte, el estallido social continua, lo que ha tenido efectos importantes en la economía. Por un lado, los efectos de los bloqueos incrementaron la inflación de alimentos de manera importante en mayo (9.5% interanual). Además, estos bloqueos también se han presentado en el puerto de Buenaventura, dificultando la recuperación de exportaciones del país.

A pesar de esto, la economía colombiana tiene condiciones para tener una recuperación cercana al 6.5%. Los altos precios de los commodities combinados con una tasa de cambio alta hacen que las exportaciones sean una fuente de ingresos importantes para el país y ayudan a una mejor recuperación económica. Por otra parte, el dato del PIB del primer trimestre sorprendió a todos los analistas, sugiriendo que las proyecciones previas subestimaron la recuperación económica.

Política

Si bien el estallido social continúa, su intensidad ha disminuido de manera importante durante las últimas dos semanas. Detrás de esto existen múltiples factores. Por un lado, los costos económicos del paro están haciendo que esta forma de protesta pierda apoyo popular. Por otro lado, la presión internacional y la presencia de la CIDH en Colombia han llevado a que se disminuya el uso de violencia policial frente a la población civil. Además, el Gobierno esté buscando presentar una reforma a la policía. Por estos motivos, se han disminuido los niveles de violencia por parte ambos actores del conflicto.

Sin embargo, la baja representatividad de jóvenes y otros grupos de interés en el comité del paro, hace que las negociaciones del gobierno con este comité no sean las más fructíferas. De igual manera, esto demora el cese de las protestas, puesto que hay actores que, al no estar representados en este comité, no son parte de las negociaciones y continúan usando las protestas y bloqueos como mecanismos de presión para que sus demandas sean oídas

Ecuador | El aumento del petróleo causante del alza inflacionaria

Economía

A inicios de junio el presidente Guillermo Lasso mantuvo una reunión con representantes del sector del transporte, quienes están preocupados por el alza en el precio de los combustibles en los últimos meses. Desde julio de 2020 en el Ecuador está vigente un sistema de bandas de precios para la gasolina y el diésel; antes de eso los combustibles tenían un precio subsidiado fijo (salvo la gasolina premium, cuyo precio ya se había liberado). Los precios de los combustibles ahora se actualizan en función al precio internacional del petróleo, con variaciones mensuales (aumentos o reducciones) de máximo 5%. A mayo de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el precio del diésel (que era el combustible con el precio más subsidiado y es también el más utilizado para transporte de carga y de pasajeros) ha aumentado 44% y el de la gasolina regular 9%. Estos aumentos, que responden a la recuperación en el precio internacional del crudo, explican la mayor parte de la inflación en el Ecuador, que en lo que va del año acumula un 0,8%. El presidente y los transportistas acordaron mantener vigente el sistema de bandas, que ha permitido reducir los subsidios a los combustibles, pero avanzar en un sistema de focalización de esos subsidios, a fin de no afectar a quienes utilizan transporte público.

Política

Según la encuestadora CEDATOS, al inicio de su gestión el presidente Guillermo Lasso tiene un nivel de aceptación de 71,4%, el mayor desde el retorno a la democracia en 1979. Según la encuestadora, uno de los motivos que explican ese resultado es el optimismo sobre el proceso de vacunación. Al respecto, el gobierno anunció un acuerdo para adquirir seis millones de vacunas del laboratorio chino Cansino, que necesitan una sola dosis. Ese anuncio, que se suma al arribo de cientos de miles de vacunas en las últimas semanas, hace más factible que el gobierno pueda cumplir con su oferta de vacunar a nueve millones de personas (algo más del 50% de la población) en sus primeros cien días de gobierno. Si se logra ese ambicioso objetivo, que permitiría sustentar un repunte económico, es probable que el gobierno mantenga elevados niveles de aceptación e incluso mejore su situación en el Legislativo, donde 14 asambleístas de distintos partidos se han sumado al bloque oficialista, que ahora ya tiene 26 de un total de 137 legisladores.

Mayo volvió a mostrar exportaciones récord

¿Cómo fue el resultado comercial en mayo?

En el quinto mes del año, el saldo comercial volvió a mostrar un importante superávit, de más de USD 1.600 M. Este resultado se compuso de importaciones superiores a los USD 5.100 M (+62% i.a.) y exportaciones que se ubicaron cerca de los USD 6.800 M (+33% i.a.). Por la baja base de comparación de 2020, año en que la pandemia golpeó fuertemente al comercio global, las comparaciones interanuales no son del todo adecuadas. Así, si miráramos las compras y ventas externas en relación con el mismo mes de 2019, observaríamos avances de 11% y 12%, respectivamente.

Con este dato, en los primeros cinco meses del año el resultado comercial acumula un saldo favorable de más de USD 5.600 M (1,3% del PBI). Aunque este superávit es algo menor al acumulado a esta altura del año previo (USD 6.800 M, 1,8% del PBI), se da con un incremento del 32% i.a. en el flujo comercial (esta variable ya se ubica 10% por encima del lapso enero-mayo de 2019). De esta manera, es un resultado muy positivo.

¿Cómo se comportaron las compras y ventas?

Una vez más, las ventas al exterior se destacaron. Abril había exhibido el mayor monto de exportaciones desde agosto de 2014, y el dato de mayo fue incluso 10% superior. Dentro de estas ventas encontramos a los subproductos de la cosecha gruesa de la campaña agrícola, que se vendieron a precios internacionales muy favorables. Sin embargo, también hubo un incremento de las ventas industriales, traccionadas por la recuperación de la manufactura doméstica y brasileña. De esta manera, observamos que tanto las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) como de Origen Industrial (MOI) crecieron en valores 35% y 118% i.a., respectivamente. Pero, mientras que el avance de las primeras estuvo vinculado casi únicamente con un aumento de los precios, la suba de las ventas industriales fue explicada mayormente por el lado de las cantidades. Al comparar con el mismo mes de 2019, estas ventas se incrementaron en 27% y 2%, respectivamente. Por su parte, la exportación de productos primarios se redujo 2% i.a., ya que los volúmenes enviados al exterior cayeron 26% i.a., a pesar de un aumento de 33% i.a. en precios.

Respecto a las compras, se vio una nueva aceleración en el avance interanual, con todos los rubros (excepto bienes de consumo) creciendo por encima del 40%. Así, el nivel general de importaciones fue 62% mayor al de mayo de 2020 y se ubicó 11% por encima de el mismo mes de 2019. Este crecimiento podría indicar un crecimiento de la inversión en el mes, a pesar de las restricciones a la circulación que habrían golpeado el consumo privado.

¿Qué esperamos en el frente externo?

A pesar de una baja observada en los precios de los commodities, y de la prohibición parcial a la exportación de carnes, esperamos que nuestras ventas al exterior sigan siendo elevadas. Las compras externas también seguirán creciendo al ritmo de la recuperación económica, pero no en una magnitud que erosione el saldo comercial favorable, que volvería a rondar los USD 12.500 M, tal como el año pasado. Además, debido a los rebrotes y nuevas cepas de Covid, esperamos que el turismo internacional siga muy limitado en los próximos meses, clausurando una cuenta tradicionalmente deficitaria de la balanza de pagos. Así, y luego del acuerdo temporario alcanzado con el Club de París (se pagarán este año apenas USD 400 M de los USD 2.400 M programados), esperamos que el Banco Central acumule Reservas Internacionales en los próximos meses. En adelante, esta variable dependerá de alcanzar un acuerdo con el Fondo que permita postergar los pagos de capital.